All you need is love
IX
Acontecimientos
Ha pasado una semana desde que Remus, Sirius y yo nos mudamos a la casa Black… aún seguimos aprendiendo cosas sobre nosotros, aún seguimos acostumbrándonos a vivir todos juntos, y, aún sigo acostumbrándome a ver a Snape cada tarde que viene a visitar a Danny. Insisto en que es demasiado extraño verlo sin esos gestos de desdén y arrogancia, esas miradas de odio contenido y esa otra emoción que nunca supe descifrar; podría enumerar un montón de cosas que me parecen fuera de lugar pero lo más pendiente me da es el trato con Sirius. Ya no parecen enemigos.
A veces, Snape está hablando con Danny en el despacho, la biblioteca o en la sala y luego llega Sirius, se une a su plática con excusas tontas o conmigo argumentando que sería un buen momento para compartir tiempo de ‘hermanos y padrinos’ y, en otras veces, Danny los deja solos o me lleva con él a otro lado de la casa y nos entretenemos en otras cosas… y ellos, siguen actuando sin esas ganas de querer matarse.
En cuanto a las clases de Danny, sí que es asombroso, aprende rápido y entre más práctica con ayuda de Remus y mía, en algunas ocasiones tan sólo le ayudo con más práctica… es como si en verdad hubiera cursado todos estos años Hogwarts. Parece que Snape también lo ha ayudado en pociones, en esa materia ya está a punto de terminar el quinto año mientras que las demás materias apenas va terminando el cuarto. Creo que con nuestra mudanza le hemos ‘quitado’ un poco el tiempo que dedicaba al estudio aunque él parece disfrutar de nuestra compañía.
Es divertido estar en la casa Black… nunca creí que diría algo parecido… la presencia de Sirius y Remus es reconfortante, el compartir tiempo entre bromas, anécdotas y risas con Danny es algo que de lo que no puedo estar más agradecido.
En esta semana aprendí varias cosas acerca de mi hermano, como que duerme pocas horas, que no come ni la mitad de lo que hay en su plato, que los únicos postres que le gustan son los que llevan frutos rojos, nuez o zarzamora, que odia los guisantes y el apio, que al mirar por la ventana se pierde en sus recuerdos, que siempre sabe cuándo alguien está cerca, que siempre sonríe al ver a Snape llegar y muchas cosas más, detalles que parecen insignificantes para cualquiera… pero que para mí son un gran tesoro.
La pasé tan bien que en este tiempo no he contactado al director ni a mis amigos. No hasta que las cartas de Hogwarts llegaron; la lista de materiales y libros nuevos del sexto año, además de algunas cosas que quisiera renovar. En cambio, Danny obtuvo la carta de aceptación, la lista de libros y materiales del quinto año, a excepción de pociones, lo que es una tontería porque sus clases serían muy diferentes a las de sexto.
Todos nos exaltamos, Remus trataba de hacernos razonar, Sirius estaba a punto de explotar, Danny miraba la carta como esperando que el contenido cambiara, pese a su semblante serio, a su alrededor empezaron a temblar objetos la sensación de peligro llenaba la sala en donde decidimos abrir las cartas, yo estaba… bueno, yo sí exploté. Empecé a hacer preguntas al aire, decía lo injusto que todo parecía pues Danny debía ir conmigo, ambos teníamos dieciséis y para el tiempo que entráramos al colegio seguramente él ya habría alcanzado a estar a la par con los demás de sexto. Fue la llegada de Snape que nos hizo reaccionar.
Tras un buen sermón sobre inmadurez y que realmente no le sorprendía… seee, ya se me había extraño la falta de sus crueles comentarios, tan de él… luego de calmarnos, decidimos ir al Callejón Diagon, tanto para relajarnos un poco como para obtener las cosas que nos hacían falta. Pero nos fue peor. Nos encontramos con mis amigos, nos encontramos con el director y con algunos miembros de la Orden… todo esto sumado a lo ocurrido en la mañana, irritó a Danny, y en sus prisa por deshacerse de ‘ellos’ aceptó que mis amigos entraran a la casa Black para visitarme según el director.
Regresamos a casa, al día siguiente luego del desayuno, llegaron mis amigos. Fue, extraño nuevamente, hablé con ellos pero sentí que entre su curiosidad buscaban algo en específico, creo que Danny también lo sintió, cada que ellos llegaban él se excusaba y se encerraba en la biblioteca o en su despacho, jamás les mostró el pasaje a su habitación.
Así pasaron los días, Danny esperaba a que mis amigos se marchasen y luego él salía de donde quiera que estuviese, comía un poco y se iba a descansar luego de intercambiar un par de palabras con quien estuviera cerca, ya fuera Remus, Sirius o yo. Aunque ya no era lo mismo.
Un día, tras una ronda de preguntas disimuladas por parte de mi amiga, él decidió salir de la casa… sentí la necesidad de ir tras él, de hecho ya estaba de pie y rumbo a la salida para alcanzarlo cuando mi amigo me retuvo. Entre los dos empezaron a cuestionarme, no solo sobre mí, también sobre quienes habitaban la casa, sobre todo mi hermano.
Eso ya no me agradó y se los hice saber, me miraron un poco sorprendidos y luego iniciaron a platicar sobre otra cosa, claro que a media charla, empezaron a hacer preguntas sobre Danny, que si su repentina aparición se debía a algún plan de Voldemort, que si su cercanía con Snape era extraña, que si su actitud te hacía dudar de sus intenciones, que si actuaba como que algo ocultaba… esto último me llamó la atención. Volví a recordar la manera en que desapareció la primera vez que lo vi y que discutimos, se desvaneció en el aire, se supone que aún no conocía la magia; recordé la manera en que sacó a Sirius del Velo, en verdad nunca lo explicó; volví a recordar de la sensación de ‘mentira’ al escuchar su historia.
En verdad que oculta algo. Y sin darme cuenta mis amigos me incitaron a pensar más en ello, alimentaban mi lado extremadamente ‘curioso’, ese lado que la mayoría de las veces daba pie a alguna de mis aventuras, de pronto me vi pensando en lo que debería hacer para ‘descubrir’ lo que Danny tanto se esmeraba en ocultar, me había puesto la menta de descubrir lo que esconde mi hermano.
Pasó otra semana en la que volví a mis ‘antiguos’ pasos de espiar a… esta vez a Danny… para llegar al fondo del asunto, mi amiga trataba de encontrar registros de él en el mundo Muggle y cuando mis dos amigos estaba en casa y aprovechando las salidas de Danny, intentábamos buscar entre sus cosas alguna pista de su secreto.
Realmente no sé, por qué dudé de él… cuando se enteró de lo que hacíamos, bueno, digamos que fue nuestra segunda gran pelea. Terminé enojado con Danny cuando sabía que yo tenía la culpa, ¿Cómo debí dudar de él?, ¿Cómo hurgué entre sus cosas?… ¿Por qué no pregunté directamente?
En la casa Black el ambiente se tornó pesado, de nuevo. Danny sólo nos acompañaba en el desayuno y después ya no le veíamos, se encerraba en su despacho o en la biblioteca ahora sin salir el resto del día. Quien sabe lo que hará en su despacho y en la biblioteca, sólo deja que Remus o Severus entren con él.
Siento que me evita, aunque tiene razón y, Sirius, bueno, él también le cuestionó sobre cómo lo sacó del Velo y mi hermano no quiso responder, Sirius insistió y Danny siguió negándose para después pedir que dejara de cuestionarlo, Sirius no hizo caso y terminaron en otra pelea. Debido a esta pelea, Sirius y Severus dejaron de ‘llevarse bien’, Remus permanecía neutral por más que mi padrino insistía en que abogara por él ante Danny o que le convenciera de decirle la manera en que lo sacó de su infierno.
Quién iba a decir que era tan difícil ‘ser hermano’. Es decir, no tengo experiencia, claro que más de una vez mi amigo me ha dicho él y yo es como si lo fuéramos pero… no es lo mismo. Con mi amigo no hay contradicciones, siempre está de mi lado y no hay más problemas que el mal entendido del cuarto año. En cambio, con Danny… él tiene sus ideas y su manera de ver las cosas, creo que su estancia en el mundo muggle es lo que podría variar además que siento que, es como si no confiara en mí. ¿Será la falta de confianza? ¿Será la su ‘confianza’ can difícil de ganar? ¿Por qué? Se supone que si somos hermanos ¿No deberíamos confiar el uno en el otro incondicionalmente?
Con estas preguntas en mente, algo dolido y frustrado, me encaminé a su despacho. Al estar frente a la puerta me detuve, ¿Qué tanto hace en ‘un despacho’? Digo, ¿Para qué necesita uno siendo tan joven? ¿Tener el título de los Black ya le tiene ocupado? Antes de salir de estos absurdos pensamientos y tocar la puerta, escuché que estaba hablando con alguien.
--¡No estoy molesto con ellos! –alzó la voz, muy seguro de lo que decía –Mi molestia, mi enfado, mi odio es con quienes los manipulan. –dijo con amargura.
¿A quiénes manipulan? ¿Con quiénes está tan enojado? ¿Con quién está hablando? Remus salió por más material para las clases de Danny, Sirisu salió a dar un paseo en su forma animaga y no he escuchado llegar a Snape.
--Sé que tienen sus razones para confiar tan ciegamente en… en… en el viejo titiritero. –dijo entre dientes –Y sé que si les digo directamente lo que sucede me ignorarán y se alejarán… no quiero que eso pase, no cuando al fin me vuelvo a sentir parte de una familia. –casi en un susurro, como si no quisiera admitirlo comentó –Sé que, sé que él ha tenido una vida demasiado difícil… una vida que no se merecía… ¿Y quién crees que es el culpable? ¡Ese mismo titiritero que mueve sus hilos y ellos hacen lo que el viejo quiere que hagan!... No sé quiénes más estén siendo manipulados o si sólo son ellos y quiénes están siendo utilizados como… ¿Clockwork? –se interrumpió Danny… ¿Quién es ‘Clockwork’? –Oye, Clockwork, no me dejes hablando solo.
Suspiró mi hermano. ¿Y ahora qué debo hacer? Escuché los pasos de Danny algo acelerados y algunas palabras como que se le estaba haciendo tarde. Por instinto me alejé y traté de esconderme, en la prisa que lo invadía pasó cerca mi ‘escondite’ sin descubrirme. Vi que se detuve en el umbral de la sala y saludaba… a mis amigos, se despidió enseguida y siguió su camino hacia la salida. Esperé a que cerrara la puerta tras de sí y corrí hasta donde mis amigos haciéndoles señas que guardaran silencio y me siguieran, entendieron que hoy ‘seguiríamos’ a mi hermano.
Incluso olvidándonos del peligro de ‘salir’ sin protección alguna, seguimos a mi hermano con discreción hasta el parque que está a dos cuadras de la casa Black. Ahí se encontró con un chico rubio de complexión atlética, diría que tiene nuestra edad, o un poco más, y, parecía muy cercano a Danny. Como si lo conociera desde hace tiempo. Intercambiaron palabras y luego iniciaron a correr y a ejercitarse, tras una hora y media se quedaron en un solo lugar, supe el tiempo pues mi amigo no paraba de quejarse el tiempo que estuvimos observándolos, tratamos de acercarnos más a ellos, usamos una de las orejas extendibles que mi amigo traía consigo para intentar escuchar.
--Entonces no te volveré a ver… –decía el rubio con decepción en su profunda voz, algo le acababa de decir mi hermano.
--Tal vez no. No hasta Navidad, aunque creo que irás a casa de tus padres en esas vacaciones. –el intento de confortar al rubio no le salió muy bien a mi hermano.
--Si vuelves, si me aseguras que volverás, quizá esta Navidad la pase aquí. –decía con una extraña mezcla de esperanza y de indiferencia en su voz, casi como no queriendo decir lo que ya dijo.
--Vamos Dash, casi me haces sentir que me extrañarás. –intentaba bromear mi hermano.
--Tal vez lo haga. –admitió el rubio.
Esa ‘confesión’ sorprendió a Danny quien no hizo comentario alguno, tampoco logró hacer algún movimiento. Mis amigos también estaban pasmados, el rostro de mi amigo estaba lleno de disgusto y eso me molestó. No la escena que presenciamos sino la reacción de mi amigo, es mi hermano de quien estamos hablando, él puede estar con quien desee y eso no hace, no debe provocar una mueca como la que mi amigo le está dedicando.
Además el rubio, Dash, sólo dijo que extrañará a Danny, eso no implica nada, ¿Verdad? Apenas descubrí que tengo un hermano y no creo que ya alguien quiera arrebatármelo de alguna manera. Definitivamente el rubio no alejar a mi hermano de mí… no le convendría.
La dirección de mis sombríos pensamientos se vio interrumpida cuando Danny se plantó frente a nosotros. Había descubierto la oreja y siguió el rastro hasta nosotros. Y está muy enfadado. Diablos, ahí vienen otra pelea entre nosotros.
>>Continuará...