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Eternamente irritante por Blue FireWorks

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Notas del capitulo:

Hola. Lamento haber tardado tanto. 

Estoy enferma y me cuesta mucho escribir, este capítulo lo escribí en una libreta y luego lo pasé, no está completo porque no pude seguir pasándolo al ordenador.

Siento todos los fallos que pueda tener, lo escribí rápido para poder actualizar, pero ya no puedo más, lo revisaré otro día. Lo siento. 

DISFRUTEN DE LA LECTURA ♥

Aquellos navideños días transcurrieron sin mucho desorden, no habían vuelto a encontrarse con Joe y la mayotía de las noches las habían pasado juntos, las noches frías se pasaban mucho mejor en compañía y eso ambos lo sabían perfectamente. Faltaban un par de días para empezar de nuevo a la universidad.


Esa mañana no había sido distinta, despertaron en el apartamento de Diego, esta vez había sido el moreno el primero en despertar. Se levantó para mirar por la ventana, encontrando la ciudad donde vivían teñida de blanco gracias a la nieve. Volvió a la cama, encontrando al rubio acurrucado entre sus mantas.


—Oli—lo llamó, moviéndolo un poco—Oliver.


Finalmente abrió los ojos.


—¿Mmh?—musitó somnoliento.


—Ha nevado, ven a verlo—pidió quitándole las mantas.


—Hace frío—se quejó él.


—Lo sé, pero ven—ambos se acercaron a la ventana—Ves, es precioso.


—Sí, sí, pero tengo frío y sueño—volvió a quejarse.


—Deja de ser tan cascarrabias—musitó a la vez que lo abrazaba por detrás y le dio un leve beso en la clavícula.


—¿Quieres salir?—preguntó el rubio.


—¿Tú no?


—Sí, pero más tarde. Aún tengo frío.


—¿Quieres que te dé calor?—inquirió en tono seductor en el oído de él.


—Sí, pero no de esa forma—musitó. Diego se rió y dio un pequeño mordisco en su oreja.


—¡Eh!


—Ven, vamos a desayunar—sugirió riendo, agarrándolo de la mano.


El desayuno transcurrió con normalidad, bueno, toda la que cabe entre ellos dos.


—Quiero irme a casa para ducharme—musitó Oliver.


—¿Te acompaño?


—No—gruñó.


—¡Qué pena! Podía haber hecho que entraras en calor de muchas maneras posibles—dijo irónicamente.


—Pervertido.


—Está bien—dijo resignado—Ve.


—Nos vemos más tarde.


—Baja cuando acabes, así podremos ir a ver la nieve de cerca—sonrió.


—Claro—el moreno se le acercó y le robó un beso en los labios antes de que se marchara.


Oliver volvió a casa, nada más llegar se quitó la ropa y se metió en la ducha. La calidez del agua era reconfortable. Perdió la noción del tiempo, después de un rato salió y se puso la ropa más abrigada que encontró.


Bajó en el ascesor hasta el piso de Diego. Conforme iba acercándose se escuchaban unas voces provenientes de éste. Al llegar encontró la puerta entre abierta. No sabías si entrar o no, pero finalmente lo hizo, reconocía esas voces perfectamente: Diego y el inglesito.


Al verlo no pudo controlar la expresión sorprendida pero enfadada de su rostro, apretó los dientes. Joe había colocado su mano en la mejilla del moreno y estaban demasiado cerca para gusto de Oliver. Solo quería que la tierra se lo tragase. Un sentimiento de rabia nació en su interior y cerró los puños. Entonces vio que Joe dirigió su mirada hacia él y apartó su mano de Diego. Éste se dio cuenta y giró, al verlo se quedó paralizado.


—Oliver, esto no es lo que crees. Puedo explicarlo—dijo acercándose al rubio.


—No. No hace falta—se dio la vuelta con los ojos llenos de lágrimas, no creía que Diego le hubiese traicionado de esa manera. Que lo hubiese usado de esa forma. Sintió a alguien agarrarle el brazo.


—Oli, déjame explicártelo—pidió seriamente.


—¡Te he dicho que no! ¡No me toques! ¡No quiero que vuelvas a tocarme!—exclamó soltándose y saliendo, cerrando de un portazo. Diego trató de ir tras él, pero no llegó a tiempo y dio un golpe en la puerta.


—Yo… Lo siento, no quería...—el pelirrojo había comenzado a llorar.


—¡Pues lo has hecho!—gritó—Joder, Joe. Desde el principio te dije que no voy a volver contigo porque estoy enamorado de él y tú… ¡Aaagggh!—gruñó—¡VETE!


—Pero...—lo interrumpió.


—¡Pero nada! ¡Lárgate!—el pelirrojo salió, y Diego tras él. Subió hasta el apartamento de Oliver y tocó el timbre, pero él no abría. Escuchó un ruido proveniente de dentro.


—Oli, sé que estás ahí—dijo contra la puerta.


—No me llames así—respondió sin abrir la puerta.


—Oliver, escúchame, por favor—pidió.


—No.


—Oliver, no es lo que piensas. Déjame que te lo explique.


—No.


—Oliver, por favor—rogó cerrando los ojos y colocando su mano en la puerta. Escuchó el mecanismo de la puerta abrirse. Vio al rubio, ahora estaba despeinado y tenía los ojos hinchados y enrojecidos. Había llorado. Dio un paso, pero Oliver lo empujó.


—No te he invitado a entrar—dijo secamente.


—Oliver...—suspiró—Lo que pasó es que Joe quería que volviésemos y vino a decírmelo. Le dije que no desde el principio, le dije que estoy loco por ti, pero él insistió y se me acercó, justo iba a apartarlo cuando llegaste. Yo… lo siento. No quiero perderte, sé que he sido un egoísta, pero… eres lo mejor que me ha pasado, Oliver Tyson. 

Notas finales:

No me maten, intentaré actualizar cuando me sienta un poco mejor. Espero que os haya gustado. Besos ♥ 


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