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Eternamente irritante por Blue FireWorks

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Notas del capitulo:

¡Hola! 

¡Feliz San Valentín! ♥ 

Técnicamente debería estar estudiando porque tengo examen mañana, pero no, quise publicar hoy el capítulo nuevo por todo esto del día de los ''enamorados'' XD

Quise que este capítulo fuese especial y tengo planeado un especial San Valentín para esta historia pero como me retrasé publicando no pude :( IGUALMENTE HABRÁ UNO

Sin más demora, ¡DISFRUTEN DE LA LECTURA!

Se sentía la persona más estúpida del planeta. Volvió a casa decaído. Aquello no podía ser posible. Él no había ido con Joe cuando este volvió. Sí, recordaba haberse despertado en su cama, pero fue hace mucho más tiempo, antes de que se fuera. Joe había mentido en cuanto a eso.


Empezó a hacer memoria, Joe se había aprovechado de Diego porque estaba celoso de Oliver. Lo peor es que estaba solo. Que no tenía a nadie a quien llamar. Que necesitaba a Oliver en ese preciso momento, y que lo iba a necesitar para mucho más.


Un par de pisos más arriba, Jack llamó a la puerta del apartamento del muchacho.


—¡Te dije que no quiero verte!—exclamó—¡LÁRGATE!


—Oliver, soy Jack—dijo desde el otro lado.


—No quiero hablar con nadie—las lágrimas corrían sus mejillas.


—Por favor. No te pongas así, sé lo que te ha pasado. Déjame pasar—pidió. Oliver fue y abrió de mala gana, con unas pintas horribles.


Jack al principio no supo que decir, pero al ver al rubio mordiéndose el labio y conteniendo las lágrimas se acercó a él y lo abrazó. Oliver simplemente se quedó quieto, sollozando un poco.


—Deja de llorar—dijo en tono algo autoritario.


Lo soltó y limpió las lágrimas con las mangas de la chaqueta. Oliver se dio la vuelta y entró en la casa.


—No necesitaba que vinieras a ''cuidarme''.


—No vine para eso—respondió.


—¿Necesitas algo?


—En realidad no, solo quise venir a ver cómo te iba…


Se hizo un silencio incómodo en la habitación


—Tenías razón. Tenía que haberte escuchado—musitó el rubio—Diego no es bueno para mí.


—No me gusta verte así—dijo acercándose—. Yo también siento haberte dejado algo de lado.


Oliver se limpió las lágrimas nuevamente.


—Olvídemoslo. Que todo vuelva a ser igual que antes. Como si no hubiera pasado—sugirió él.


—¿Estás seguro?


—Sí. Olvidaré toda esta mierda y ojalá que de paso, se vayan a tomar viento, Diego y el inglesito.


—Si eso quieres… ¿Sabes? No deberías quedarte encerrado aquí.


—¿Y qué sugieres?


—Bueno, mañana Jorde, Luz, tú y yo iremos a la pista de hielo.


—No quiero salir—gruñó el rubio.


—¿Te vas a meter a monje por ese tío?


Oliver alzó la ceja.


—No, pero no saldré con más chicos. Todos son iguales—musitó molesto.


—Suenas como una chica.


—Cállate.


—Entonces, ¿prefieres quedarte aquí lloriqueando?


Oliver suspiró.


—Vale. Está bien, pero yo no sé patinar.


—Genial, yo te enseño.


Oliver lo miro con el ceño fruncido.


—¡Es fácil!


—No me vas a agarrar de la mano como a un niño pequeño.


Jack hizo un gesto de burla.


—Lo haré si te portas como uno.


—Calla, además, soy mayor que tú—dijo cruzándose de brazos.


—Solo por dos meses.


Volvieron a quedarse en silencio.


—¿A ti no te gustaba Joe?—soltó el rubio de repente.


—Un poco, pero es igual. Es una tontería pensar en eso, tienes razón, ''todos los tíos son iguales''—contestó burlándose y haciendo comillas cuando imitó al rubio. Oliver levantó el brazo y le dio un golpe en el brazo.


Jack rió un poco pero luego se quedó callado, algo pensativo.


— Por cierto, ¿puedo preguntar algo?


—No te voy a dar dinero.


—No es eso. Es que… ¿qué tipo de relación teníais tú y Diego?


El chico suspiró.


—¿A qué te refieres?


—¿Llegasteis a ir a un nivel ''mayor''?


—¿Quieres decir que si…?—Oliver sabía a lo que se refería.


—Eem… sí.


—No llegamos a hacer nada.


—Pero si tú estuviste en su casa y…


—Que no hicimos nada, solo nos quedamos a dormir y ya está. Joder, ¿por qué te importa tanto?


—Por nada. Es solo que…—hizo una pausa—si lo hubiese hecho se la habría cortado.


—Joder, ¿tú también?


—Yo también, ¿qué?


—Piensas que yo soy pasivo—dijo en tono de advertencia.


Jack lo miró, reprimiendo una risita. Oliver se puso rojo de la rabia y le dio otro golpe en el brazo.


—¡Vete a la mierda!—exclamó para luego sentarse en el sofá y cruzarse de brazos—Qué asco—musitó.


Pasaron la tarde jugando a videojuegos. Acababan de poner uno a uno, el cual era en equipo y jugaban contra otros rivales. Había jugado a ese juego con Diego hacía un par de días. Jack estaba muy concentrado en el juego, hasta que se dio cuenta que Oliver se había quedado atrás.


—Oliver, ¿qué haces? Avanza—dijo sin apartar la vista de la pantalla, pero este no reaccionaba—¿Oliver?


Lo miró. Agarraba el mando temblorosamente y respiraba de forma entre cortada.


—Ay, otra vez no—lo puso en pausa—Oliver. Has dicho que ibas a olvidarlo. Simplemente hazlo, ¿vale?


Oliver no contestó.


—No pienses más en eso—dijo acercándose al sillón donde estaba sentado el rubio. Este tragó saliva antes de hablar.


—¿Puedes dejarme solo? Por favor—pidió.


—Pero…—él lo interrumpió.


—Necesito dormir, es solo eso. Tengo sueño y no puedo seguir jugando—mintió.


—Te conozco y sé que no es eso lo que te pasa.


—Solo es que… me acordé de algo y…—suspiró—nada. Solo quiero quedarme solo, quiero hablar con mi hermana.


—Jo, bueno, está bien—dijo resignado—¿Seguro que no quieres que me quede?


—No. Nos vemos mañana, pasad a buscarme.


—Está bien, venimos a por ti a las 10. No te quedes dormido—dijo—y sobretodo, no te pongas a llorar como una niñita, ¿vale?


—Vale.


—Hasta mañana—se despidió.


—Hasta mañana—repitió en un hilito de voz.


Escuchó la puerta del apartamento cerrarse y sin querer se le resbaló el mando hasta la alfombra. Apagó la televisión y la play y guardó los mandos. Se fue a la cama casi temblando.


Ambos estaban sentados en el suelo, uno al lado del otro.


Oli, no te quedes ahí pasmado. Avanza.


Aún no me sé los controles, cállate—dijo finalmente siguiéndolo.


¡Ahí está!—exclamó—Encárgate tú de él.


¿Qué? ¿No me vas a ayudar?


Hazlo tú solo, así podrás aprender más rápido.


Pero...—su contrincante comenzó a atacar y él empezó a darle a todos los botones, perdiendo así la partida. Diego soltó una risita.


Idiota, podías ayudarme.


¿No puedes arreglártelas sin mí?


Sí puedo.


¡Qué lástima! Has perdido, ahora tendrás que cumplir con la apuesta.


Mierda, era cierto, la apuesta. Quien perdiese tenía que hacer lo que el otro quisiera durante dos horas.


Idiota. Eres un abusador, tú sabes jugar y yo no.


Yo no he jugado nunca, no es culpa mía que se me queden grabadas las instrucciones en la mente antes que a ti.


Idiota—musitó.


Entonces… lo primero que quiero que hagas es que…—lo pensó un poco—te acerques a mí.


Pero estoy a tu lado—se quejó el rubio.


Que te acerques más.


Este se movió un poco hacia el moreno, sentándose pegado a él.


Más cerca.


No puedo—contestó.


Sí puedes—replicó él levantando una ceja. Oliver gruñó un poco. El moreno lo condujo, agarrándolo por la cintura y sentándolo en sus piernas, frente a él, como a un niño pequeño.


Diego—musitó, éste soltó una leve risita y extendió las piernas de forma que Oliver pudiese apoyarse en su abdomen y que cuerpo estuviese hacia la televisión, pero antes de que este tratara de huir, lo agarró aun más fuerte de la cintura y lo besó.


Ahora puedes ponerte cómodo—dijo sonriendo de forma traviesa.


Oliver no pudo evitar morderse el labio ante aquel recuerdo. Respiro hondo y agarró el teléfono para llamar. 

Notas finales:

Como dije, quería que este capítulo fuese especial, así que tiene algun que otro recuerdo de la parejita principal ♥ 

Aunque también lo de Jack... lleva su tela XD 

Espero que os haya gustado, gente hermozha

Pasen un bonito día de San Valentín :D

 PD: Si suspendo, echaré la culpa a Oliver :) jajajjaja XD 


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