Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Eternamente irritante por Blue FireWorks

[Reviews - 123]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

¡Hola, hola! 

He vuelto :D

Siento haber tardado tanto, espero que entendáis que con los estudios apenas tengo tiempo para escribir y hago todo lo que puedo para actualizar. Lo siento T_T

Cuando he podido darme cuenta, hemos superado los 90 REVIEWS, muchísimas gracias, no sabéis lo feliz que me hace esto. Muchas gracias, de verdad. Como no sé cuando podré volver a actualizar, os dejaré un capítulo más o menos largo. 

DISFRUTEN DE LA LECTURA

Oliver estaba despierto, pero no había abierto los ojos. De repente le vinieron a la mente las imágenes de la noche anterior. Ay madre. Lo había hecho con Diego. Estaba boca abajo y notaba uno sus brazos por encima de su espalda. Entreabrió los ojos al fin y vio allí al moreno durmiendo plácidamente. ¿Cómo iba a mirarlo a la cara cuando despertarse?

No se movió, se quedó allí observándolo. Su corazón comenzó a latir con fuerza. ¿Desde cuándo se había enamorado tanto de este tipo y por qué? Sobretodo, ¿por qué?

Era una pregunta confusa, no sabía responderla de ningún modo. Solo sabía que cada vez que lo veía su pulso se aceleraba, o que cada vez que lo tocaba se iba a parecer a un semáforo en rojo, ni tampoco entendía cómo una persona de un momento a otro podía hacerle sentir tantas emociones al mismo tiempo. ¿Eso era estar enamorado?

Extendió el brazo para posarlo sobre el cuello de Diego, esperando que no se despertara, pero poco después este abrió los ojos. Oliver enrojeció aun más.

—Mmh, me sentía un poco observado, Oli...—musitó acercándose más a él perezosamente—¿Estabas mirándome?

Oliver tragó saliva nervioso.

—N-no—mintió.

—Estas mintiendo, te conozco más de lo que crees—sonrió plantándole un beso en la mejilla, Oliver simplemente se sonrojó aun más—Oh, vamos. No me digas que aun te da vergüenza que te bese en la mejilla cuando ya hemos he...—Oliver lo interrumpió. No quería oírlo en voz alta. Le daría algo.

—Ya deberías estar acostumbrado a eso...—musitó girándose hasta quedar de lado pero de frente a Diego.

—Es verdad, y me encanta—dijo acercándose nuevamente y posando sus labios sobre los del rubio en un beso casto. Volvió a besarlo en la frente. Él simplemente se puso más rojo y acabó cambiando de tema.

—¿Qué hora es?—preguntó el rubio. Antes de que el moreno pudiera reaccionar, escucharon sonar el teléfono de Oliver. Estaba en el baño, en el bolsillo del pantalón. Trató de sentarse para levantarse pero soltó un quejido, aun le dolía un poco.

Diego rió divertido, pero no dijo nada solo se levantó y le dio el móvil. Él contestó.

—¿Diga?

—Oliver, me han dicho que no tenías clase, ¿estás en casa?—era su hermana.

—Eh… bueno sí.

—¿Cómo que ''bueno sí''?

—Estoy en casa de Diego, ya iba a subir, pero ¿qué querías?

—¿Qué haces en casa de Diego tan temprano?—Oliver tragó saliva…

—Yo… eemm...—ella lo interrumpió.

— Olvídalo, ya me lo contarás. Estoy llegando a casa, mamá ha venido de Londres y quería verte.

—¿Qu-qué?

—Que estamos llegando, no tardes.

—Está bien, ahora subo.

—Bien, te espero.

Colgó la llamada. Oliver soltó un bufido.

—¿Qué pasa?

—Era Kelly, va a venir con mi madre—contestó suspirando.

—Ah, ya veo. ¿Hay algún problema?

—No, en realidad no. Es solo que… La otra vez…

No se lo había dicho.

—Ah, sí, te he dicho que no te preocupes por eso. Yo tampoco se lo he dicho a mi padre.

—Ya, pero…

—No quiero que te veas obligado a decírselo. Puedes hacerlo si quieres, pero si no, también. Puedo comportarme como tu amigo cuando esté tu madre, por ahora.

—Es que no es por eso. Mi madre se hace una idea equivocada y no quisiera darle falsas esperanzas.

—¿Qué?

—Que mi madre piensa que soy hetero.

—¿Y no lo eres?

—¿Eres tú una chica?

—No—rió.

—Pues a eso me refiero.

—Pero… a ti también te gustan las chicas, ¿no?

Oliver suspiró.

—Ese es el problema. No sé. Ya no me fijo tanto en chicas. Es tu culpa.

—¿Mi culpa?

—Sí. Ahora no me apetece fijarme en ellas.

—¿Porque?

—Por ti. Por eso es tu culpa—se cruzó de brazos. Diego rió y lo abrazó suavemente.

—Está bien, necesitamos una ducha antes de que venga tu madre y tu hermana.

Oliver asintió y se levantó de la cama, volviendo a soltar un inaudible quejido.

Diego volvió a reír, y se dirigió al baño seguido por el rubio. Entraron a la ducha casi de inmediato.

—Oli...—lo oyó decir—… ¿Te arrepientes de haberlo hecho conmigo?

Oliver lo miró a los ojos sin saber qué palabras decir exactamente.

—No me arrepiento—dijo al fin—No podría hacerlo.

—¿Por qué?

—N-no me hagas decirlo.

—Por favor…

—Joder—se quejó—Porque te quiero. ¿Contento?

Se sonrojó. Diego sonrió.

—Mucho. Y yo también te quiero. Muchísimo.

Le dio un beso en la frente. Luego tomó un bote de jabón y comenzó a esparcirlo por el cuerpo del rubio, con delicadeza. Sin segundas. Solo rozando la piel del rubio. Él se dejó, esta vez sabía que Diego no lo estaba tocando con otras intenciones.

De pronto, Oliver colocó las manos sobre las del moreno, este las apartó y él aprovechó para entrelazar sus dedos con los de Diego. Oliver se atrevió a mirarlo a los ojos, e incluso se acercó y le dio un corto beso en los labios.

—Gracias—musitó—se me hará tarde, tengo que irme ya.

En realidad no quería irse. Quería quedarse con él, por unos momentos ni siquiera se había movido. No quería irse.

—¿Te acompaño?

Esas eran justo las palabras que esperaba oír. Quería contestar que sí, pero las palabras que salieron de su boca no fueron esas.

—Como quieras—contestó.

Ambos salieron de la ducha. Diego le ofreció una muda de ropa limpia, y este acabó aceptándola, a pesar de que le quedaba una o dos tallas más grande.

Tras vestirse, subieron al piso de Oliver, encontrando a su hermana y su madre en la puerta.

—Eh… ¿Habéis esperado mucho?

—No, acabamos de llegar—dijo Kelly— Ah, ¡hola, Diego!

Él sonrió.

—Hola, Kelly.

La madre miró a ambos chicos.

—Hola, mamá—esta lo abrazó.

—¿Estás mejor, cariño?

—Sí—contestó, recordando la última vez. Ella sonrió cálidamente y luego miró a Diego.

—Un placer verte de nuevo, Diego—dijo dirigiéndose a este.

—Lo mismo digo.

Entraron en el apartamento. Kelly dejó una bolsa en su encimera con algo de compra que siempre le traía.

—Cariño, ¿qué es eso que tienes en el cuello?

Él solo quiso que la tierra se lo tragase. Había olvidado las marcas que tenía en su cuello.

—Ah, fue… un mosquito—dijo al verse sin argumento.

—¿En serio? Pues debió darte alergia, será mejor que vayas al médico.

—Eh… sí, iré.

—Te traeré una mosquitera, así no podrán hacerte más daño.

Diego tuvo que aguantar la risa. Si su madre iba a comprar una mosquitera para que no entrara iba a estar díficil. Oliver no contestó.

—¡Ah! Oliver, cariño, la otra vez me querías decir algo, pero al final no lo hiciste…

Mierda. Mierda. Mierda.

—Eh… sí, mamá pero...—Kelly lo interrumpió.

—Espera. Hermanito, mejor coloca primero lo que te he traído, se pondrá malo si lo dejas fuera del frigorífico—Oliver sabía que aquello era una excusa para hacer un poco de tiempo y que la noticia no le cayera tan de pronto.

—Sí, mejor. A-ahora te lo digo—Oliver cogió la bolsa—Diego, ayúdame, por favor.

Se dirigieron a la cocina. En realidad no necesitaba ayuda, no pesaba y era fácil de colocar, pero era una excusa.

—¿Vas a decírselo? —le preguntó Diego sacando algunos botes de conserva para colocarlos en un estante.

Oliver suspiró. Y colocó el resto de cosas en el frigorífico.

—Sí. De todas formas, creo que lo sospecha, ha visto mi cuello, no creo que de verdad piense que fue un mosquito...—hizo una pausa— ¿Por qué? ¿No quieres que se lo diga?

—Claro que quiero. Es solo que...—suspiró—me alegra que quieras hacerlo.

Diego lo agarró por las mejillas y le plantó un leve beso en los labios, Oliver colocó sus manos sobre las del moreno, impidiendo que se separasen. Amaba sus besos. Escucharon voces provenientes de fuera de la cocina y se confiaron, pero de pronto escucharon el tosido desde la puerta. Se separaron de inmediato temiendo lo peor. Y sí, allí estaba la madre de Oliver. Y lo había visto todo, o casi todo.

—¿O-Oliver?—ella lo miró sorprendida.

—Y-yo...—tartamudeó—Pu-puedo explicarlo.

—Estáis saliendo juntos, ¿no es así?—afirmó más que preguntó ella. Oliver miró a Diego y Diego a él. Los dos estaban avergonzadísimos.

—S-sí...—musitó el rubio finalmente.

—Pero, Oliver, tú no eras gay.

—No lo era… hasta que conocí a Diego...—musitó—Él… Es un chico diferente, yo… a- a mí no me gusta cualquier chico, yo… yo solo quiero… estar con él—tragó saliva, aun nervioso—Lo siento, mamá…

—¿Por qué te disculpas?

—Y-yo…

—Tampoco soy la mejor madre del mundo, pero si quieres salir con él por mí está bien. Es verdad que hubiese querido que tuvieses algún hijo o hija, pero no pasa nada. Aun Kelly puede darme un nieto.

—A mí no me metas, ni siquiera tengo novio—se excusó ella.

—Mamá...—musitó él avergonzado.

—Nadie ha dicho que no vaya a ser así.

—¿Qué?

—Que nadie ha dicho que no fuera a ser así. ¿Quién sabe? A lo mejor adoptamos—miró a Oliver. Este lo miró de vuelta.

—No—dijo—Ni de coña. No quiero. No me gustan los niños.

—Ya lo hablaremos—dijo mirándolo con una sonrisa en los labios.

—Que no.

—No he dicho que de inmediato. A lo mejor dentro de unos años.

Escuchó a su madre y a Kelly reír y las miraron.

—¿Qué pasa?—preguntaron ambos al unísono.

—Nada. Pongo mis esperanzas en ti, Diego—dijo la mujer riendo.

—Hace bien—le siguió el juego.

—Que no quiero ser padre—gruñó Oliver.

—Eso dices ahora, cariño. A tu edad yo decía lo mismo, además...—Oliver la interrumpió.

—Pero...—Diego lo agarró por el mentón impidiendo que hablara.

—No interrumpas a tu madre, dije que ya veremos—dijo callándolo de una vez.

—¿Pero tú de que parte estás?—gruñó cruzando los brazos. El moreno río.

—Del tuyo, Oli—contestó sonriendo y casi de forma automática dándole un beso en la frente.

 

Notas finales:

Muuchas gracias ♥

¿Qué os ha parecido?


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).