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Eternamente irritante por Blue FireWorks

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Notas del capitulo:

¡Hola! 

AVISO MUY IMPORTANTE

ESTE CAPÍTULO ES DE LA NOCHE EN LA QUE SE CONOCIERON DIEGO Y ANDY, CONTIENE LEMON. 

NO ES NECESARIO QUE LO LEAS, SI NO QUIERES SIMPLEMENTE PASA AL SIGUIENTE CAPÍTULO

PARA EVITAR QUEJAS: 

ESTE CAPÍTULO ES DIEGOXANDY


 

Diego había tomado solo dos copas. No estaba ebrio, pero tampoco en sus cinco sentidos. Acababa de cumplir dieciocho años y su mejor amigo—en esa época—había decidido que tenían que celebrarlo a lo grande. Estaban en la discoteca más famosa de la ciudad y justo ese día estaba abarrotada de gente. Al parecer Erick—su mejor amigo— había invitado a muchísima gente que ni siquiera Diego conocía, pero le daba un poco igual porque cada uno estaba a su bola, y eso incluía a Erick, quien estaba dándose el lote con una rubia de por allí.

No esperaba que le cantasen un 'cumpleaños feliz' pero al menos esperaba que lo felicitaran. Al cabo de un rato, Erick apareció de nuevo—sin haber soltado a la rubia—, pero acompañado de otro chico. Era alto, rubio y tenía los ojos claros.

—Hola—le dijo cuando estuvo lo suficientemente cerca de él como para que le oyese.

No supo por qué, pero Diego, en ese momento se sintió como si acabara de conocer a alguien famoso y tuviera que pedirle un autógrafo.

—Ho-hola—contestó con una sonrisa.

—Diego, él es Andy, un buen amigo mío. Me dijo que quería conocerte—intervino Erick—, ahora que os he presentado, me voy para que os sigáis conociendo.

En un abrir y cerrar de ojos, Erick había desaparecido entre la multitud con la chica, dejándolos solos.

—Erick me ha dicho que hoy es tu cumpleaños—le dijo dedicándole una sonrisa un tanto… ¿seductora?

Diego asintió algo avergonzado porque su corazón empezó a latir con fuerza.

—Entonces ya tienes dieciocho.

—Sí, ¿tú cuántos tienes?

Él soltó una leve carcajada y acercó su mano al brazo de Diego.

—Igual que tú, Diego—respondió—Solo que yo los cumplí hace tiempo ya...—añadió, para después, al ver que Diego no hablaba, volver a intervenir—¿Una copa?

—Ya he tomado dos y...—lo interrumpió.

—¡Oh! ¡Vamos! ¿Solo dos? ¡Es tu cumpleaños! ¿Quien no se coge una buena borrachera cuando cumple dieciocho?

Él se encogió de hombros y rió tontamente.

—Tienes razón, está bien...—aceptó.

 

No fue esa la única copa que tomaron, después de esa vinieron otras cuatro más, ¿o quizás cinco? Ninguno llevó la cuenta. El caso es que ahora ninguno de los dos tenía un filtro para hablar, es decir, que la conexión cerebro-boca ya era nula.

—Quiero tomar el aire, estoy mareado—decía entre carcajadas Diego mientras Andy solo lo escuchaba asintiendo—Si me caigo, me agarras, ¿vale?

Se levantaron y se dirigieron a la terraza de la discoteca pegados a la pared para no perderse, y también para no caerse. Al salir fuera vieron un sofá libre entre todos los que había y se sentaron en él.

Diego sentía que su cabeza no paraba de dar vueltas, bueno, todo no paraba de dar vueltas. Se apoyó en el hombro de Andy, aprovechando que él era más alto. De pronto, Andy se movió para evitar que se durmiera y este levantó la cabeza para mirarlo.

—¡Oh! Tienes los ojos azules—dijo al darse cuenta—Yo quería tener los ojos azules como mi madre, pero acabé sacando los de...—Andy lo interrumpió agarrándolo por el mentón.

—Calla—de un momento a otro la distancia que los separaba se redujo a nada. Los labios de Andy estaban

sobre los suyos y desprendían un fuerte sabor a alcohol, al igual que los suyos propios.

No supo por qué pero acabó siguiéndole el beso, más bien, se dejó llevar. Su mente no podía pensar por sí sola, no sabía si era solo porque se estaba besando con un tipo que acababa de conocer hace un par de horas o porque tenía demasiadas copas de alcohol encima. Lo único que sabía era que ese beso era brutalmente salvaje. No hacía ni tres segundos y la lengua de Andy ya estaba recorriendo su boca. Tuvieron que separase para buscar aire.

—Joder—musitó el rubio.

Diego intentaba procesar lo que acababa de ocurrir mientras trataba de recuperar el aliento. Estaba tan mareado que ni siquiera era consciente de lo que hacía. Ni siquiera de cuando Andy volvió a besarlo, colando sus manos por debajo de su camiseta.

—Vamos al baño—le susurró en el oído mientras se levantaba y le daba la mano para levantarse. Diego se dejaba llevar por él, sabía que al día siguiente iba a tener una resaca de la ostia pero, ¿qué más podía hacer? No podía pensar por sí solo.

Para alivio de Andy, el baño no estaba muy lejos. Se metieron en el de caballero, donde por cierto, estaba hecho un asco. Se oían gemidos provenientes de algún cubículo pero no les prestaron atención y se metieron en el último.

Andy bajó la tapa del retrete y se sentó sobre este, luego empujó a Diego encima suya para sentarlo sobre él, volviendo a estampar sus labios contra los del moreno.

—Andy quiero irme a casa—musitó Diego cuando lo dejó respirar.

Él simplemente sonrió y le quitó la camiseta, dejándola caer al suelo asqueroso.

—Para—susurró adormecido por el alcohol.

—Sé que no quieres eso—le contestó el rubio acercándose al cuello de este para morderlo sin ningún tipo de piedad.

—No me hagas daño—habló cual niño pequeño—No quiero.

—Cállate—desabrochó el pantalón de Diego y el suyo propio.

—E-espera, ¿qu-qué vas a hacer?—dijo confundido al ver la mano de Andy dirigirse al interior de su pantalón—No toques ahí—musitaba aun mareado.

Su cuerpo podía no responder a lo que su mente pensaba—o trataba de pensar—, ya que cuando sintió la mano de Andy en su miembro se estremeció.

—A-Andy esto no está bien—susurraba respirando entrecortadamente—Para, no me toques más. Llama a Erick, quiero irme a casa.

Andy no respondió, sino que comenzó a acariciar el miembro de Diego.

—No quieres irte—le contestó comenzando a masturbarlo.

No pudo reprimir un gemido que salió de su boca.

—¿Ves?—musitó el rubio escuchándolo gemir sin poder evitarlo.

—Pe...pero yo no quiero—murmuró entre jadeos—No he estado con chicos, no soy gay.

—No me importa, además, ¿no te estás oyendo, mierda?—dijo con voz ronca.

De repente la mano de Andy se detuvo y hizo a Diego ponerse de pie, siguiendo confuso y mareado. Intentó darse la vuelta para abrir la puerta, pero el rubio se lo impidió, agarrándolo del brazo. Cuando se giró, se percató de que Andy estaba desnudo de cintura para abajo, pero no le hizo caso.

—Andy, déjame ir—musitaba—No quiero.

—Ahora viene lo mejor—respondió con una sonrisa traviesa bajándole los pantalones a él también.

—Te digo que no quiero, soy virgen—murmuró.

Andy colocó un dedo en sus labios haciéndolo callar.

—Date la vuelta—le dijo en el oído.

—No, quiero irme a casa—puso la mano en el picaporte de la puerta, pero Andy impidió que abriera y lo obligó a girarse, dándole la espalda.

—Será mejor que te inclines un poco—dijo empujándolo levemente hacia adelante, haciendo que el tuviera que apoyarse con las manos en el retrete.

—E-espera, ¿qué vas a hacer?—preguntó inocentemente, al verse en tal situación.

Lo que pasó a continuación, fue muy rápido. De repente, su pantalón estaba en el suelo y pudo notar las manos de Andy agarrarle por las caderas y un intruso colándose en su entrada.

—¡No! ¡Duele! ¡Sácala! ¡Sácala!—exclamó, pero el rubio no le hizo caso.

No pudo evitar que las lágrimas empezaran a brotar de sus ojos. Era realmente insoportable y aún más así de repente.

—¡Andy, para! ¡Te dije que no quiero!—Andy siguió haciendo caso omiso a sus palabras y empezó a embestirlo—¡Aah! ¡Erick, ayúdame!

Escuchó un par de carcajadas desde fuera de los cubículos y entre ellas, podía jurar que una pertenecía a Erick. El dolor no se desvanecía, era realmente incómodo sentirlo pero no tenía las fuerzas suficientes para separarse y pegarle una patada en todos los huevos.

—Andy, estoy hablando en serio. Sácala, me duele—suplicaba entre susurros y lágrimas.

Todo empezó a darle vueltas y perdió la noción del tiempo. No supo cuando, pero al cabo de un rato, Andy tenía los pantalones puestos nuevamente y estaba intentando despertarlo de su ensoñamiento. Abrió los ojos, encontrándose con los de él.

—¿Estás bien?

Diego volvió en sí a pesar de las copas, se levantó del retrete donde estaba sentado y le pegó un puñetazo en la cara.

—Hey, pero ¿qué coño te pasa ahora?

—¿Qué qué me pasa?—cogió su camiseta—Te dije que pararas y no lo hiciste. No quería mi primera vez así. Eres un hijo de puta.

—¿T-tu primera vez?

—¡Te lo dije, pedazo de animal! Pero no me hiciste ni puto caso.

—L-lo siento, no pensé que...—tartamudeó.

—Aprende a escuchar, pedazo de imbécil—murmuró con rabia—lárgate, no quiero verte.

—Di-Diego, perdóname, yo no sabía que...—lo interrumpió.

—¡Te dije que nada! ¡Lárgate si no quieres que te eche yo a patadas!

Andy se arregló la ropa y salió del cubículo.

Diego simplemente no podía creérselo. Había tenido su primera vez en un jodido baño de discoteca con un tío que ni siquiera conocía y para colmo el dolor que tenía en el trasero era horrible. Se quedó dormido por lo menos una hora, allí sentado dentro del último cubículo del baño. Luego revisó su móvil encontrando un mensaje de Erick que decía que se iba a casa con Laura y otro de un número desconocido que decía perdóname, no lo sabía. Ignoró este último, se vistió y salió de la discoteca en dirección a su casa. Llegó, tomó un ibuprofeno y llamó a Erick.

—¿Mmmh?—oyó su voz adormecida.

—¿Dónde mierda estabas?

—¿Con Laura?—contestó.

—Eso ya lo sé. A lo que me refiero es que por qué me dejaste solo con Andy, ¿sabes lo que me ha hecho?

—¿Follarte en el baño? Sí, lo sé.

—¡Pedía ayuda! ¿Por qué no hiciste nada?

—Yo que sé, tío, no estés jodiendo a estas horas de la mañana.

—Pues intentaba huir, ímbecil.

—¿En serio? No pensé que fueras tan flojo para tu primera vez.

—¿Primera vez? ¿Crees que quisiera que mi primera vez fuera con ese tío? Vete a la mierda, Erick—colgó la llamada enfadado y se dejó caer en la cama. Vaya amigo de mierda tenía...

Notas finales:

Debo reconocer que acabé hecha mierda al terminar de escribir esto. Me ha costado mucho, mucho trabajo y muchas horas para acabarlo así que espero que os haya gustado 

Como no quiero dejarlo así, subiré el siguiente capítulo de la historia en un momento ;)


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