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Eternamente irritante por Blue FireWorks

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Notas del capitulo:

¡Hola, hola! 

Lo prometido es deuda ♥

Siento haber tardado tanto, he estado liada con las clases 

 

DISFRUTEN DE LA LECTURA

Durante el resto del día no hicieron nada especial, compraron comida y una cama para Princesa, la cual se había apoderado del sofá durante todo el día—y prácticamente toda la tarde—. Tuvieron que ponerse a estudiar para los exámenes que comenzarían dentro de poco, lo que los mantuvo ocupados hasta la noche.

—Oli—lo llamó cuando ya estaban guardando los apuntes.

—¿Qué?

—Deberíamos salir para despejarnos.

—¿Quieres que salgamos?

—¿Te parece mala idea?—murmuró dubitativo.

—No, está bien. ¿A dónde quieres ir?

Diego sonrió.

—Es una sorpresa.

—¿Qué? No me jodas, no me gustan las sorpresas.

—Confía en mí.

—No. Dime a dónde quieres que vayamos, sino no voy.

—Vamos a cenar y luego ya veremos.

Oliver puso los ojos en blanco.

—Está bien—dijo resignado.

—Iré a casa para vestirme—dijo—a no ser que quieras que te espere y así me acompañas—añadió con una sonrisa algo insinuadora.

Oliver levantó una ceja y se humedeció los labios sonriendo. Quiso devolverle las veces que lo había avergonzado él pagándole con la misma moneda.

—¿Por qué? ¿Has olvidado cómo quitarse la ropa y necesitas ayuda?

Diego soltó una leve carcajada al no esperar aquella respuesta.

—Tal vez… Aunque curiosamente sé perfectamente como quitarte la que llevas puesta ahora mismo—contestó con una sonrisa insinuadora. Se la había devuelto.

Oliver se sonrojó y negó con la cabeza con una sonrisa en los labios, luego entró en la habitación para cambiarse. Cuando ya estaba quitando la camiseta entró Diego.

—Lo de quitarte la ropa iba totalmente en serio, ¿sabes?

Oliver sonrió avergonzado.

—No ahora, pervertido.

—¿No ahora? ¿Quieres decir que más tarde sí?

Oliver evitó su mirada.

—Cállate, no he dicho nada de eso—evitó su mirada.

—Sé que lo insinuabas…

—Ya, claro—dijo irónicamente—Ve a vestirte, bajaré en diez minutos, tengo que dejarle la comida puesta a Princesa.

—De acuerdo—dijo saliendo, no sin antes haberle dado un beso en la mejilla.

 

Media hora más tarde ya estaban sentados en la mesa de un buen restaurante y habían pedido ya la comida. La cena transcurrió con normalidad, no había ninguna señora mayor mirándolos mal, ni ningún niño cerca que los molestara. Después de cenar, Diego había insistido en llevarlo a un lugar, que según él, no estaba muy lejos. Oliver reconoció el sitio de inmediato.

Estaban cerca del parque, el mismo parque en el que se habían besado una segunda vez.

—¿Por qué querías venir aquí?—preguntó Oliver tímidamente cuando ya llevaban rato sin hablar.

—Porque me trae buenos recuerdos—contestó deteniéndose, sin haberle soltado la mano.

Oliver reprimió una sonrisa.

La brisa fría golpeaba sus rostros sin piedad. Se les helaba la punta de la nariz e incluso las orejas.

—Hace frío—puntualizó el rubio.

—Lo sé—dijo—Y también se me ocurre una buena manera para entrar en calor…

—Eres un pervertido, ¿sabes?

—¿Yo? Me refería a un beso, pero me gusta como piensas.

—¡Diego!—lo ''reprendió'' avergonzado.

—Has sido tú el que pensó mal, Oli—dijo acercándose hasta acortar la distancia que separaba ambos pares de labios.

Colocó ambas manos en las mejillas del rubio mientras él simplemente agarró el abrigo de su novio atraiéndolo hacia él. Deslizó su lengua dentro de la boca del rubio, él cual se sorprendió un poco, pero luego entrelazó la suya con la de él. Se separaron poco después para tomar aire. No hicieron falta palabras para explicar lo que sentían. Volvieron a besarse con más pasión, mordiendo el labio del otro de vez en cuando, lo que causó que no tuvieran aliento al separarse de nuevo.

Escucharon pasos y se giraron para ver quién venía. De lejos vieron la figura de un chico con un perro enorme. Probablemente no los conocía así que lo ignoraron.

—¿Has hablado con tu padre?

—Sí. Me dijo que vendría para cenar, porque antes no tendría tiempo.

—Se lo diré a Kelly entonces.

—Vale, gracias, Oli—le dio un besó en la punta de la nariz.

Se dieron cuenta de que la figura que habían visto se acercaba cada vez más y más.

—Diego, esa persona nos está mirando y se está acercando, y… tiene algo en la mano—murmuró Oliver al darse cuenta.

—No digas tonterías, ¿quién va a estar a estas horas fuera?

Miró, percatándose de que era verdad,

—Mierda—maldijo por lo bajo—Vámonos.

Salieron caminando rápidamente hacia la salida del parque.

—Diego, ¿qué pasa? No entiendo nada.

—Sigue caminando y no lo mires.

—¿Por qué?

—Es el gorila que estaba con Andy la otra noche—masculló tomando la mano de Oliver con más fuerza.

Giraron varias veces en calles alejadas de su casa para distraerlo pero este continuaba persiguiéndoles.

—¿No deberíamos llamar a la policía?—murmuró Oliver.

—No vale la pena, mañana iré a denunciar de nuevo pero ahora solo tenemos que conseguir estar a salvo, ese tipo no es bueno.

Volvieron a girar, miraron hacia atrás viendo que lo habían perdido de vista. A un par de pasos más adelante de ellos vieron un cartel luminoso del que salía música extremadamente alta.

—Ahí hay gente, será más difícil que nos encuentre...—Oliver se encogió de hombros— entremos antes de que ese nos vuelva a encontrar.

El guardia de la entrada les pidió diez euros a cada uno por entrar, insistiendo en que los demás ''servicios'' no venían incluidos en ese dinero. Se dirigieron a un par de butacas libres en la terraza, pero alejadas de la entrada. Había gente enrollándose por todas partes. Literalmente. La mayoría de parejas eran heterosexuales.

—¿Crees que habrá parado de seguirnos ya?—le preguntó Oliver en un murmullo.

—Espero que sí, pero será mejor que esperemos un poco, por si acaso.

—Tienes razón...

En todo momento, pasaban chicas de un lado para otro, con pantalones rídiculamente cortos que dejaba ver al menos media nalga. Dos de ellas se pararon frente a donde ellos estaban sentados.

—Hola, chicos. ¿Nos invitáis a algo?

Oliver las miró incómodo pero no contestó. Ellas no esperaron a que contestaran, una se sentó al lado del rubio y la otra al lado de el moreno.

—Lo siento, no nos interesáis—dijo Diego hablando por ambos.

—¿Por qué no? Dos chicos tan monos por aquí… sois nuevos, ¿verdad?

—Solo estamos de paso—contestó el rubio quien apartaba la mano de la pelirroja que intentaba tocarlo.

—No os creo, este pub está bastante escondido, no creo que os lo hayáis encontrado por casualidad.

—De hecho, así es.

Ambas rieron.

—No somos tontas, eso es imposible. ¿Queréis que pasemos a las habitaciones de ahí dentro?—contestó la morena que estaba al lado de Diego.

—Ya os he dicho que no—hizo una pausa para luego tomar la mano del rubio—además, estamos juntos.

Levantó la mano que tenía tomada la de Oliver.

—No importa, no somos celosas, así podríamos pasarlo bien los cuatro—la pelirroja intentó tocar a Oliver de nuevo.

Oliver apartó su mano y se pegó más a Diego.

—No nos interesáis, joder, buscad a otros—contestó Diego para girarse y besar a Oliver. Aunque lo había hecho para incomodarlas y que se marcharan, siguieron juntando sus labios unos minutos más.

Las oyeron quejarse en voz alta y se marcharon. Poco después se separaron.

—Qué molestas—murmuró Diego—¿Te tocó?

—No, ¿y a ti?

—Tampoco. No la he dejado.

—Ni yo...

Diego le arregló el cuello de la camisa, luego le robó un leve otro beso. Siguieron dándose besos cortos para que no se les volvieran a acercar, lo cual funcionó.

Estuvieron ahí media hora más, luego volvieron a casa asegurándose de que nadie los seguía—y efectivamente así era—. Nada más llegar se fueron a la cama y cayeron rendidos.

 

Notas finales:

OTRO AVISO IMPORTANTE

Se acerca el drama XD

Cambié el resumen, ¿qué os parece? ¿Mejor o peor?

Espero que os haya gustado, se os quiere ♥

¿REVIEW?


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