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Eternamente irritante por Blue FireWorks

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Notas del capitulo:

Antes de que me tiréis piedras, dejad que me explique. 

Llevaba más de un año sin subir una actualización y entiendo que quienes me leíais os desilusionastéis cuando deje de subir capítulos, quiero disculparme de verdad por eso. Nunca fue mi intención abandonar el fic y tras estar meditándolo mucho he decidido retomarlo para al menos acabarlo decentemente. Finales de 2016 y todo 2017 fue un año de locos, en el que pasaron muchas cosas y espero que lo entendáis. Trataré de subir un capítulo a la semana como mínimo, aunque advierto que no quedan muchos. Tanto Oliver como Diego, Jack, Joe y Luz han estado presentes en mi cabeza todo este tiempo y me he sentido muy culpable por no darles el final que merecen. Espero que podáis perdonarme por reaparecer tan de repente y que lo disfrutéis. 

:) 

Este capítulo contiene LEMON. Leed bajo vuestra responsabilidad. 

 

Para su sorpresa, él no era el único al que se le había formado una tienda de campaña debajo de la ropa que le quedaba. Ambos gimieron en el acto. Diego empujo suavemente a Oliver hacia arriba, dejándolo sentado frente a él, mirándose cara a cara. Los dos respiraban entrecortadamente.

-Oli…

Se observaron con ojos brillantes. Las piernas de Oliver descansaban sobre cada una de las de Diego. Éste le tomó por la baja espalda y lo acercó más a él, provocando que sus intimidades estuvieran a un par de centímetros de distancia.

-Te amo-murmuró serio tomando la cara del rubio con ambas manos.

A Oliver le dio un vuelco el corazón, era la primera vez que se lo decía. Sonrió inevitablemente al mirar a su novio. Diego lo soltó y sonrió también.

-Yo también te amo, Diego-dijo con las mejillas sonrosadas.

La sonrisa de Diego se ensanchó más aún.

-Tengo el mejor novio del mundo-le contestó besándole en la mejilla.

Oliver no añadió nada más, tampoco era necesario. Colocó los brazos alrededor del cuello de su chico y volvió a besarle profundamente en los labios. Continuaron así por un largo rato, pudieron ser horas o minutos pero para ambos aquello se les hacía efimero. En un momento dado, Oliver se alzó y se colocó sobre la erección de su novio, empujándolo contra la cama pero sin dejar de besarlo. Las manos de Diego lo sujetaban por la cintura. Poco después, Diego soltó un quejido y el chico se separó. Se desabrochó el pantalón y se deshizo de él rápidamente, aunque no se deshizo de esa prenda sólo, también de su ropa interior quedando completamente desnudo frente al chico.

Las mejillas de Oliver adquirieron un color más vivo que el de antes pero la vergüenza no lo detuvo, tumbó a Diego y se colocó en la misma posición de hace unos minutos. La erección del chico presionaba la suya lo que provocaba todavía más excitación para ambos. Oliver, de pronto, se movió un poco, sin dejar de besarle bajó la mano hasta la intimidad de su novio y comenzó a moverla, Diego cortó el beso sorprendido.

-¿Oli?

-Calla-murmuró sonrojado sin detenerse.

Pasó a besar su cuello mientras escuchaba a Diego jadear y gruñir. Continuó su camino hasta el pecho del chico y cuando quiso continuar bajando, él lo detuvo.

-¿Qué pasa?-murmuró Oliver.

-Iba a…-no terminó la frase pero el rubio la entendió perfectamente.

Lo que no entendía era por qué no lo dejaba continuar. Siempre lo paraba.

-¿Y?

-Oliver, ¿tienes fiebre? Estás raro.

-No, idiota. Simplemente quiero que no seas siempre tú el que lidia en estas cosas-se hizo un silencio-¿No… te gusta?

-Dios, Oliver, no es eso, me encanta, sólo me parece extraño.

-Entonces déjame seguir-musitó en un tono de voz muy bajo.

-Está bien-contestó también bajito mientras encontraba sus labios con los del chico de nuevo.

El rubio volvió a retomar la actividad de antes. No estaba pensando, sólo actuaba; era simple: arriba y abajo. Aumentó la velocidad y Diego jadeó contra su boca, cortaron el beso. Oliver continuaba mientras besaba suavemente el cuello del chico hasta que llegó al clímax. Lo escuchó decir su nombre mientras su mano se vio empapada de aquel líquido espeso. Se separaron un poco más.

-Joder, Oliver-Diego lo miró, lo que lo hizo enrojecer más-Te amo-repitió dándole un leve beso en los labios.

El rubio se sentó en la cama, entre las piernas de su novio con las suyas a ambos lados de él.Oliver no había tenido conciencia de lo excitado que estaba, empezaba a doler. La imagen que ofrecía aquella situación lo abrumaba. Se dio cuenta también de lo que acababa de hacer. ¿Cómo y cuándo decidió hacer todo aquello? ¡Era vergonzoso! Su ensimismamiento se vio interrumpido.

-Creo que también necesitas ayuda, amor.

Oliver lo miró confuso al no saber qué haría su novio a continuación. Primero lo besó apasionadamente. Después sintió su mano apretar su erección, aún cubierta con la ropa interior. Sin separarse, ni quitársela, Diego la sacó y también movió la mano desesperando al chico. Se separaron para respirar, el moreno aprovechó para quitar la última prenda que le quedaba a Oliver. Él no rechistó, ni dijo nada coherente, simplemente trataba de no gemir demasiado alto. Tumbó al rubio sobre la cama y se colocó sobre él. Le besó el cuello, el pecho, el abdomen hasta llegar a su intimidad. Oliver estaba realmente desesperado, lo necesitaba dentro ya porque no iba a aguantar mucho más.

-Diego…-murmuró pero él no le prestó mucha atención, continuó con lo que estaba haciendo. Repitió su nombre un poco más fuerte y esta vez lo miró.

-Para-pidió.

-¿Por qué?-Diego se levantó un poco.

Le costaba articular y más le estaba costando lo que iba a decirle. Se levantó y atrapó a su novio en un beso. Cuando se separaron, el moreno volvió a hablar desconcertado.

-¿Qué pasa, Oli?- el otro se sonrojó abruptamente, rodeó el cuello del chico con ambos brazos y lo abrazó-, en serio, Oliver, dímelo. ¿He hecho algo mal?

-No-murmuró- es que… te necesito ya.

Se sintió morir al pronunciar esa frase. Pensó que iba a reírse o burlarse pero no lo hizo, lo miró serio.

-Joder, Oliver-lo besó de nuevo y mordió su labio levemente para juntar su lengua con la del otro. Cuando se separaron volvieron a mirarse.

-Primero tengo que prepararte-le dijo y se levantó para buscar el mismo bote que usaron en su primera vez. Volvió a la cama, Oliver estaba recostado mirándolo. Se colocó a su lado le beso en el cuello y le habló en el oído.

-Levanta las piernas-se colocó sobre él y Oliver hizo lo que le pidió. Lo besó a la vez que derramó el líquido frío sobre su novio, haciéndolo estremecer. Introdujo un dedo, provocando que el rubio soltara un quejido contra su boca. Poco después se abrió paso un segundo, Oliver ya no controlaba las reacciones de su cuerpo en su totalidad. Cuando llegó el tercero se separó de Diego para poder respirar. El moreno sonrió y besó su mejilla.

—Ha-hazlo ya—suspiró en su oído.

—¿A qué viene tanta prisa?—rió Diego.

—En serio, Diego. Por favor.

—No quiero que te duela, Oliver.

—Joder, Diego—desvió su mirada hacia un lado.

—Oh, Oli, no te enfades. Sabes que lo hago por tu bien—el movimiento de sus manos se hizo más rápido, lo que hizo a Oliver agarrar las sábanas con fuerza—Pero si tanta prisa tienes, está bien.

Sacó sus dedos haciendo que el rubio se quejara por lo bajo. Diego volvió a reír.

—No te enfades, Oli—él se cubrió la cara con las manos—¿Quieres que pare?

Oliver alzó las manos y le miró, no hizo falta una palabra más.

—¿Estás listo?—le dio un beso en la nariz, luego su novio rodeo su cuello con los brazos.

—Sí.

Diego asintió con una sonrisa mientras Oliver lo acercaba más a él. Empezó entrando lento y se detuvo a la mitad. El rubio se quejó de esto, ya no dolía tanto, quería que siguiera. Besó su cuello y entonces metió el resto de golpe, lo que hizo al chico gemir más alto de lo que debería. Esta vez no se detuvo, continuó haciendo movimientos suaves.

—Idiota—musitó Oliver reprimiendo su voz.

Diego no contestó, simplemente sonrió y aumentó el ritmo. Oliver clavó sus uñas en la espalda de su novio al sentirlo. Volvió a disminuir la velocidad poco después haciendo al rubio enfadarse de nuevo. Antes de que pudiera decir nada, Diego apoyó todo su peso sobre un brazo mientras dirigió el otro a la erección de Oliver. Comenzó a moverse al ritmo de las embestidas que iban cada vez, tornándose más rápidas. No duraron mucho más, acabaron corriéndose casi a la vez, gimiendo contra la boca del otro en un beso apasionado. Cuando se separaron, Diego se tumbó al lado de su novio.

—Joder, Oli. Ha sido increíble.

Oliver estaba anonadado. No asimilaba todo lo que acababan de hacer del todo y estaba muy avergonzado.

—¿No ha sido así?—pasó su brazo por encima del abdomen del rubio.

Éste lo miró más rojo que un tomate. Diego sonrió y le dio un beso en la nariz.

—No te avergüences, ha estado genial, amor.

Oliver no pronunciaba palabra. No sabía qué decir.

—Por favor, Oli. Háblame, dime que no me odias.

—No te odio.

Volvió a sonreír y abrazarlo.

—Creo que necesitamos una ducha. Y darle de comer a Princesa.

Oliver se había olvidado completamente de su mascota con todo aquello, asintió y miró a Diego.

—Qué?

Oliver le plantó un beso en los labios para luego separarse y evitar el contacto visual con el chico. Éste lo abrazó.

—No sé qué haría sin ti.

 

Notas finales:

PD: Muchas gracias, vosotros sois una de las razones por las que he vuelto a escribir y estoy muy feliz de haber vuelto. :)

PD2: Próximo capítulo la próxima semana (sábado por la tarde-noche en horario español)


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