IMAGENES Y FANTASMAS
CAMUS X MILO
by Seiryu D'Baltazor
"eres tu el indicado?
el viajero en el tiempo que ha llegado...
para sanar mis heridas y llevarme al sol?
a caminar conmigo hasta el final de los tiempos
eres tu aquel?"
"Are you the One" .... Within temptation
Un tenue rayo de sol se coló de forma imprudente por los recodos de aquella fría y amplia casa, llegando hasta iluminar de forma serena el perfil perfecto de aquel ser etéreo que dormía en sus aposentos después de años de que su cuerpo permaneciera en aquella fría cripta.
Camus lentamente abrió sus ojos a través de las gruesas y largas pestañas que adornaban sus cuencas, mientras inspiraba de forma complacida llenado de oxígeno sus pulmones....
Sonrió....... estaba vivo. Después de mucho, volvía a vivir; junto a sus amigos, junto a su diosa, junto a todos los que quería....... junto...
... junto a él.
Se irgió lentamente de su suave cama y sacando sus pies fuera, descalzo como siempre le agradó, se levantó caminando de forma pausada y tranquila hasta la puerta de su casa, hasta las afueras, ataviado de aquella túnica de seda blanca que se amoldaba a su poderoso y delgado cuerpo.
Camus no era un tipo lleno de músculos y testosterona escapada por cada poro... al contrario.
El francés era de cuerpo delgado y fuerte, con los músculos necesarios y suficientes para cargar con su armadura dorada y el título de caballero de oro.... pero esto no afectaba a la figura elegante y estilizada que siempre poseyó. Y tampoco que quisiera cambiarla...... después de todo.. él sabía a la perfección que su figura, tal cual era, era uno de los dones que habían hecho que aquel ser por el cual había vuelto.... se fijara en él.
Se mantuvo firme en aquel lugar mientras el frío viento de otoño movía cual danza de apareamiento su túnica y cabello, su mirada fija y analítica no abandonaba la figura de aquel que en esos momentos salía como alma que la lleva el diablo de su hogar.... parecía presa de una pesadilla... una que le afectaba de sobremanera, ya que su pecho bailaba de forma frenética al son de su respiración errática, y sus ojos abiertos de par en par acompañados de su rostro pálido delataban su temor.
Quizo ir en su busqueda, pero de pronto el santo de aquella casa, alzó sus azules ojos hasta él haciéndole estremecer en el acto. Su corazón latió con prisa y golpeó duro contra su pecho cuando aquél, como volviendo a respirar con paz, le dedicaba una sonrisa dulce......si, una sonrisa que solo él había visto así de dulce... así de pura.
Levantó su mano en forma de saludo, contestando a su amigo con una sonrisa suave y casi imperceptible, digna del santo de los hielos, mientras a lo lejos Milo le trataba de hacer entender que más tarde le visitaría. Camus sonrió aún más...y cerrando los ojos trató de traer a su memoria los recuerdos con él..... y de la nada... pudo ver en su mente lo ocurrido mucho tiempo a tras.
Cuándo fue que le vio por primera vez?
oh, si.... fue aquel día en que su corazón se prendó de aquel pequeño niño...
Fue hace tantos años atras....
Y su rostro se contrajo en serenidad y felicidad infinita..... sí... y él recordó.
...
En ese tiempo, Camus solo tenía con suerte 16 años... había vuelto al Santuario desde Siberia para ser envestido con la armadura de Acuario por el antiguo patriarca; y luego, recibir ordenes de regresar al país de los hielos eternos a comenzar con el entrenamiento de los futuros caballeros de cristal. Una gran misión para un adolecente de esa edad, pero nada complicado tomando en cuenta su excelencia y el ya ser uno de los caballeros dorados más reconocidos. Camus era especial.
Recorrió el Santuario con su porte distinguido, siendo presa de muchos ojos que le observaron con admiración, celos y también algunos con lujuria... ya a esa edad, el caballero de hielo poseía una belleza digna de los dioses y una elegancia digna de su procedencia.
Era muy tarde ya cuando volvía a sus aposentos. Sin imaginarlo, cerca de él una sombra que pasó con mucha velocidad, llamó su atención. Era pequeña y ágil, se movía con destreza y habilidad... De inmediato Camus comprendió de lo que se trataba.... y de un movimiento rápido, lanzó un suave rayo de Aurora que congeló de inmediato el piso delante de donde corría la sombra, haciendo que ésta resvalara y cayera estrepitosamente.
"Demonios!!!" escuchó claramente el santo, y con paso seguro y rápido se acercó hacia el lugar de donde provino la maldición.
"Sabes lo que ocurre cuando un discípulo de caballero es descubierto huyendo del santuario?" dijo con voz fría el Francés al ver de quién se trataba.
Camus se quedó observando aquella figura pequeña ante él...
Era solo un niño, de con suerte 8 o 9 años..... su rostro aniñado y ojos azules penetrantes le hizo erizar la piel. Aquel niño con suerte le llegaba a la cintura... pero el espíritu de lucha que cargaba en su interior le hizo temblar...
En su interior, se preguntó el por qué...
"acaso eres un guardia del santuario!" dijo el pequeño con un tono demasiado agresivo... casi intimidante, pero al fin y al cabo......solo era un pequeño niño.
Camus se acercó hasta él, y poniendo una rodilla en el suelo, logró quedar a la altura del pequeño. Alargando su mano, tomó la barbilla del pequeño y le escudriñó con la mirada....
Por alguna razón su corazón golpeó duro contra su pecho....
Aquellos ojos...... aquellos penetrantes y a la vez, tan puros ojos....
No pudo evitar sonreír, y el pequeño en un segundo, al ver aquella bella sonrisa, quedó hipnotizado....
Solo era un niño.... pero cualquiera que hubiese estado dentro del corazón del pequeño, se habría dado cuenta, que a su corta edad....... aquel niño, se había enamorado a primera vista de aquel hermoso santo.
"sabes que debo castigarte con la muerte por intentar huir..." sentenció con voz suave el caballero de hielo, tan suave y delicado que parecia no haber estado diciendo aquellas terroríficas palabras...
"ya... ya no lo haré..." respondió el niño embobado por la perfección etérea del que se convertiría en su razón de seguir adelante en un futuro cercano. "cu.. cuál es tu nombre" inquirió el pequeño aún sin poder despegar su mirada del rostro perfecto del caballero.
"por educación debes presentarte primero, luego solicitar información" dijo el mayor con voz neutral, soltando el rostro del pequeño e irguiéndose en el proceso.
El pequeño se levantó, sacudió sus ropas, puso sus manos en sus caderas y una hermosa sonrisa en sus labios.
"mi nombre es Milo... y estoy siendo entrenado para obtener la armadura de Escorpio" terminó pasando su indice por la punta de su nariz entre orgulloso y avergonzado.
"es un placer... Milo de Escorpio" dijo el caballero de los Hielos eternos, mientras en ese momento se coronaba en medio del cielo la hermosa luna, destellando rayos plateados que hacían ver la piel de Camus más blanca y perfecta. "mi nombre es Camus" dijo con el rostro serio y frío "Camus de Acuario".
"Ahora" prosiguió ante el rostro embobado del pequeño "es mejor que vuelvas... por hoy, te perdonaré la vida...."sonrió... "pero cuando vuelva de Siberia...... será mejor que ya hayas conseguido esa armadura" terminó dando la vuelta alejándose del chiquillo... aquel pequeño que de un momento a otro, hizo palpitar su frío corazón como jamás lo había echo antes....
"LO PROMETO!!!" escuchó a lo lejos la voz del pequeño gritándole con esperanza...
En ese entonces no supo o no quizo saber el por qué cuando oyó aquellas palabras su corazón se aceleró y una tonta sonrisa se incrustó en sus labios....
Pero así como uno no controla el destino...... Camus no pudo evitar darse cuenta del por qué de esos latidos 7 años más tarde, cuando tuvo que volver al santuario.
Tampoco pudo evitar volverlos a sentir con más fuerza, más acelerados y aquellas maripositas en el estómago de las que alguna vez escuchó hablar por ahí a alguna chiquilla enamorada, cuando ante él un alto muchacho de ojos azules penetrantes y sonrisa aniñada se presentó vistiendo túnicas de seda y un largo cabello que a lo lejos se podía notar lo sedoso que era....
Sus manos por primera vez en toda su vida, sudaron y temblaron al mismo tiempo....
Habían pasado 7 años logrando convertir al pequeño patito que alguna vez vio en los límites del santuario, en un cisne de cuello negro... lo más hermoso que sus ojos de santo alguna vez pudieron ver. Milo se había convertido ya en un joven con cuerpo de hombre, casi tan alto como él y con una sensualidad que le manaba de cada poro como manaban feromonas de una abeja reina.
Su corazón palpitó tan fuerte que él mismo le desconoció y su garganta se volvió seca al observar el pecho plano, fuerte y bien formado que el santo de Escorpio poseía..... su piel bronceada por el sol inclemente de Grecia y de porte distinguido que de seguro le entregó como herencia su arduo entrenamiento...
Perfecto.... no había otra palabra para describir a Milo ante los ojos de Camus... y aún así, el francés no pudo evitar comparar al chiquillo que conoció aquella vez con el hombre que en ese momento se presentó ante él, portando aquella hermosa sonrisa de la que Camus se enamoró hacía 7 años atras.
"haz vuelto!!" dijo Milo en ese entonces, con los ojos brillantes y llenos de algo que Camus no logró comprender en aquel momento....pero con los años, y el tiempo que ambos dedicaron para estar juntos y cultivar aquella amistad que rayaba en el límite entre lo fraternal y el amor; él terminó por comprender que sus sentimientos hacia el santo de Escorpio eran tan o más fuertes como los de Milo por él...
...y entonces el Santo de Acuario decidió hacer lo correcto...
Camus estaba dispuesto a todo con tal de conseguir el corazón de Milo, estaba dispuesto incluso a ir en contra de las reglas del santuario y si era necesario, postrarse ante su diosa y rogarle a cambio de lo que ella quisiera por permitirle cumplir lo que anhelaba su frío corazón.
Pero...
Nada pudo hacer, puesto que días después de aquella decisión, la batalla de las 12 casas dio inicio...
...
"hermosos recuerdos" pensó Camus, cuando una voz llamándole resonó con eco en la gran construcción de la casa de Acuario. Se apresuró a ir a su encuentro creyendo que se trataba de Milo, pero cuando llegó donde la persona que le llamaba, sus ojos se encontraron con otro par de ojos azules.....uno no tan profundos y llenos de fuego, sino, con unos ojos azules tan fríos e inmutables como los suyos.
"maestro" dijo aquel muchacho de largos cabellos rubios acercándose a Camus con una sonrisa. "maestro he venido a darle mis más sinceras disculpas y ofrendarme a usted como pago por mi osadía en la batalla de las 12 casas...." dijo el rubio arrodillándose frente a él como sacrificio para su maestro "le ruego me diga el precio a pagar por aquella batalla" bajó el rostro a la espera...
"Hyoga... mi pequeño niño" susurró Camus bajando a la altura del rubio y alzando su mano, la posesionó en la mejilla fría del cisne acariciándola suavemente "sabes lo que siento por tí... no me pidas que haga algo que no deseo" le susurró con una voz tan dulce que parecía otra persona, mientras una suave sonrisa se colaba entre sus labios delgados con sus ojos fijos en el joven ante él.
Pero ni un segundo pasó para que aquella sonrisa dulce se borrara totalmente del rostro de Camus...mutando en un expresión llena de sorpresa e incertidumbre, mientras sus ojos se posaban en una figura alta de ojos azules profundos y piel morena que se había materializado frente a él desatando un temblor en todo su cuerpo, cuando pudo notar que aquel le observaba con los puños apretados al grado de hacerlos sangrar y en los labios una mueca de decepción...
Milo había llegado de improviso a aquel lugar para sin quererlo, escuchar la ultima frase dicha por Camus dejándole en shock mientras sentía claramente como su corazón comenzaba a agonizar.
Cerró fuertemente sus ojos al sentir como comenzaban a escocer y nublarse.... su pecho dolía y parecía que su corazón se había fragmentado en filosas espinas que se clavaban en su pecho haciéndole sangrar, el solo hecho de respirar ya le era casi agónicamente doloroso.... al parecer, había llegado tarde, demasiado tarde....su amor, su adorado Camus le mostraba de la forma más hiriente para él, que había posado sus ojos en alguien más.
No soportó observar aquello por mucho tiempo, y reuniendo como pudo los trozos de su orgullo que se habían regado por toda la casa de Acuario al momento de romperse el corazón, tomó la decisión de dar la vuelta y salir de aquel sitio que le provocaba tanto dolor, al grado de hacer que sus ojos se llenaran de agua salada....
no más... se dijo a sí mismo....
Y salió de ahí sin esperar nada, ni siquiera las palabras de Camus...
todo se había acabado.... todo por lo que esperó tantos años, todo por lo que se mantuvo con vida y esperanza todo aquel tiempo.... todo se había perdido tras una caricia en la mejilla del caballero del Cisne, y aquella frase que se quedó gravada a fuerza de sangre e impotencia en su memoria.....
Milo sintió claramente como había fallado y alguien más había ganado el corazón de su adorado santo, ya todo estaba perdido... incluso su alma.... y su ahora muerto corazón...
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