Amantes Por Carta.
Capítulo 2: Llegada a Hogwarts
-D-Draco...-gimió Harry al sentir como el rubio lamia su pezón derecho. Draco mordió la tetilla del morendo, haciéndolo dar un grito ahogado, pero placentero. Fue depositando besos por el abdomen del moreno, hasta llegar a la tela de los boxers, y vio el bulto que había debajo de ellos, paso su lengua por el bulto, haciendo gemir a Harry. -H-Hazlo... Y-ya...- hablo entrecortadamente el moreno. Draco sonrió pícaramente, y con un hechizo no-verbal, el bóxer de Harry desapareció, dejándole totalmente desnudo ante el rubio. Draco se relamio los labios, y acercó su boca hacia el miembro de su amante. Harry gimió al sentir como el rubio repartía besos en la punta de su pene, y seguidamente comenzar a lamerlo. -Ahhh... D-Draco... S-Sigue... Ahh- gimió -y gritó- el moreno. Draco se metió el pene de El-Niño-Que-Vivió en la boca y...
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Draco abrió los ojos y miro a su alrededor, estaba en su habitación de la Mansión Malfoy. 'Otra vez ese sueño' pensó molesto Draco. Bajo la mirada y vio el bulto que sobresalía de su pantalón de pijama. Suspiro resignado. Des de que descubrió sus sentimientos hacia su amigo secreto Harry, llevaba teniendo sueños húmedos con el, y para su desgracia, siempre -cosa que nunca admitiría en voz alta- se despertaba en los mejores momentos. Y es que ansiaba con toda su alma besar esos labios carnosos y rojos como la sangre, o repartir besos por ese cuerpo tonificado -a causa del Quidditch- con un bronceado perfecto, que parecía crema, o poder acariciar cada parte de su cuerpo hasta que sus manos dolieran, o pasear con Harry en Hogwarts sin miedo a que opinara la gente, poder cojer su mano, poder estar celoso de los pretendientes de Harry con una escusa razonable y lanzarles un Crucio por atreverse ha acercar a su ángel de ojos esmeralda a menos de tres metros de distancia... Ansiaba hacer tantas cosas con el, pero Draco sabía que eso no era posible, por ahora.
Aún molesto, Draco se levantó y fue al baño ha darse una ducha fría, muy fría.
Por otra parte, nuestro Salvador se levantaba de su cama después de haber soñado con una hermosa -y romántica- cita con Draco. Resignado de despertar de su hermoso sueño, se levantó con pesadez, se puso la ropa que era de la ballena menor... Perdón, su primo, y bajo ha hacer el desayuno, eran las 7:40, y los Dursley de levantaban a las ocho en punto, así que tenia que darse prisa. Comenzó ha preparar café, y tortitas, hoy estaba de buen humor, ya que aún sabiendo que su sueño no era real, siempre se podía permitir estar unas horas en su mundo de fantasía. Los Durleys, que siempre notaban cuando el moreno estaba alegre, le ponían a propósito el doble de tareas, cualquiera pensaría que querían que entrara el depresión.
Cuando los Dursleys se despertaron, la comida ya estaba servida, y Vernon y Dudley se ponieron a comer como cerdos, mientras que Petunia comía con mas educación y elegancia. Después de que comieran, dejaron a Harry unas sobras, para "alimentarse" un poco. Al acabar de comer la miseria que sus tíos denominaban como 'comida' fue ha hacer las tareas de la casa, primero lavar los platos, luego limpió el polvo y las ventanas, recogía lo desordenado, pulió algunos marcos de fotos, arreglo el jardín y las flores, tendió la ropa... Y entre otras cosas, pudo descansar un tiempo, tiempo que uso para hacer algunos pocos deberes que le quedaban, ya que en dos días volvía a Hogwarts, su verdadero -y único- hogar.
Los dos días pasaron rápidamente, entre labor y labor, carta y carta, Harry ya se encontraba en King Cross, a punto de pasar la pared que estaba entre el Anden 9 y 10. Como cada año, la atravesó con carrerilla, pero este año era diferente. Todo el mundo veía como Harry iba hacia el tren, muchos lo saludaban -sobre todo niños y niñas pequeños-, otros lo paraban para darle la mano y las gracias, pero él solo asentía educadamente, ya que, prácticamente no conocía a ninguna de esas personas. Al fin pudo subir al tren, y se subió a un vagón donde no había nadie, aún que poco después, Ron, Hermione y Neville hicieron acto de presencia.
El viaje fue bastante normal, explicando las cosas hechas en verano, haciendo bromas, comiendo golosinas, Mione metiendo la nariz en sus libros -como siempre-, y algún que otro hechizo por aquí y por allá.
La llegada a Hogwarts, fue simplemente... Rara, e incomoda. Todo el mundo saludando a Harry y mirándolo, algunos con admiración, otros con cariño y ternura (n/a: ¿Hufflepuf? ¿donde? XD) y otros desnudándolo con la mirada, vamos, todo muy incomodo, demasiado para Harry y sus amigos. Y raro por el discuto del Director. Primero, como siempre, diciendo algunas normas para los de Primer año, luego, diciendo sobre las perdidas de amigos en la Guerra y bla bla bla, pero lo que le pareció raro a Harry, fue que Dumbledore dijo que las casas se tendían que unir más, -esto obviamente iba para Slytherin- así que intentaran hacerse amigos de las cuatro casas, pero eso no fue lo mas extraño, lo mas extraño fue sin duda, que el Director acabo su discursos guiñando un ojo a Harry, y luego a Draco, acción que nadie se dio cuenta de ella menos los involucrados. Tal parecía que el Director les decía con la mirada 'os he pillao', así que decidle a todo el mundo de vuestra amistad'. Ese viejo sin duda era sorprendente, sabia todo de todos, a saber como se lo hacia.
Esa misma noche Harry y Draco se encontraron en el Salón Abandonado del Tercer piso. Nomas entrar, Draco fue rodeado por unos brazos cálidos y llenos de cariño. -Te he echado de menos Drake- dijo en tono cariñoso Harry. -Yo también te he echado de menos, Rry- dijo devolviendo el abrazo a Harry. El moreno comenzó ha hacer pucheros. -No me llames así, parece el nombre de un gato- se quejo con los mofletes hinchados. Draco comenzó a reír, e inicio su plan. -Es que eres como un gatito, Rry- ronroneo el rubio en la oreja del mas bajo. La piel de Harry se erizo al sentir el aliento del rubio en su oreja. Harry tragó en seco, y decido cambiar de tema. -Y, como te han ido las vacaciones?- dijo sonrojado, intentado ocultarlo al sentarse en el suelo, encima de una manta. -Normal- dijo Draco restándole importancia. -Por cierto, se lo conté a Pansy, y me dijo que te dijera que cocinas genial, y yo también lo creo- y le sonrió divertidamente. Harry se sonrojo, y sonrió ante el cumplido. Después de ese vergonzoso momento, -por parte de Harry- hablaron como lo harían normalmente, aún que siempre que Draco podía, hacia cumplidos a Harry, o medio ligaba con él.
Y es que Draco había iniciado un plan, junto con Pansy. Era un plan sencillo, aún que necesitaba esfuerzo y dedicación. Un plan para conseguir el corazón de Harry Potter.