- ¿¡Qué rayos estás diciendo, Uzauza!?
- Me siento muy solo, Akaya –dijo un poco triste–. Sólo quiero que duermas conmigo, es todo.
- ¿Sólo… Dormir, verdad? –ya estaba cayendo. Entendía perfectamente la soledad de Krauser, pero jamás se le pasó por la cabeza que le iba a pedir algo como eso. Extraño a Renji, pero no volverá; supongo que no pasa nada si sólo dormimos.
- Yes –dijo asintiendo. Compañía es lo que más necesito.
- Bueno, déjame ir a mi habitación por mi ropa de dormir.
Kirihara estaba un poco confundido. Por un lado, Renji ya no estaba con él no sólo físicamente como compañero de escuela, sino también como pareja, pues éste había decidido terminar con eso luego de la última derrota frente a Seigaku. Por otro lado, Akaya aún lo quería, pero sentía que su sempai sólo lo veía como un kouhai más después de la ruptura, y si se preocupaba por él, era porque iba a ser el próximo capitán de la Rikkaidai.
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FLASHBACK
- Akaya, tengo algo que decirte.
- Dime Ren, ¿pasó malo?
- No puedo seguir contigo.
- ¿QUÉ? Es una broma, ¿verdad? –no podía creer lo que escuchaba, sólo habían salido dos semanas y creía que no estaban teniendo ningún tipo de problema – ¿Renji? No, debes ser tú, Niou, vamos deja de bromear así…
- Soy Renji, Akaya. Lo siento, esto se acaba ahora.
- Pero ¿por qué? ¿Qué hice?
- Nada, Akaya. Es sólo que en el fondo sé que esto no terminará bien. Los datos nunca mienten, sólo terminaremos ambos lastimándonos.
- ¿No… No me quieres ya?
- No –mintió– pero igual te seguiré entrenando. Es tu destino, llevar a la Rikkaidai a la victoria sin importar qué.
- E-está bien –no le dio chance ni siquiera de sentirse mal. Era hora de seguir entrenando.
FIN DEL FLASHBACK
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Habiendo ido por su pijama, retornó a la habitación de Krauser, cuando se dio cuenta de lo idiota e imprudente que había sido. Rayos, ¿por qué no me cambié en mi habitación?
- Etto… ¿Puedo usar tu baño?
- No.
- ¿¡Y por qué no!?
- Acabo de vomitar ahí –otro mentiroso.
- ¡Argh! –con cara de asco que parecía más de chiquillo, vio que no tenía remedio–. Espero que no te importe voltearte mientras me cambio…
- Seguro –el menor se echó en su cama ya cambiado y miró hacia el lado contrario a Akaya. Espiaré un poco sin que lo note, se dijo sonriendo mientras se movía despacio.
No es que Kirihara nunca se hubiera desvestido enfrente de algunas personas, ya que siempre había tenido que hacerlo en los vestidores de su escuela, es solo que jamás había tenido que hacerlo en un cuarto que no era el suyo y estando una sola persona además de él en esa habitación. Bueno, somos sólo dos compañeros, mejor no pienso mal. Parecía que nunca había escuchado la frase de ‘piensa mal y acertarás’, por lo que ni se dio cuenta cuando el menor lo miraba de pies a cabeza mientras se cambiaba.
- ¿Terminaste? –preguntó inocentemente Krauser.
- Sí, creo… Bueno, ¿para qué lado te gusta dormir? No quiero causarte molestia alguna…
- Yo duermo a la derecha, así que espero puedas dormir a la izquierda.
- Es perfecto, yo duermo para ese lado –sin darse cuenta sonrió.
- ¿Por qué sonríes? –preguntó un poco sorprendido.
- ¿Que yo qué? –pensó un momento –. Ah, es sólo que es una graciosa coincidencia.
- Sublime –susurró en inglés, para que no lo escuchara.
- ¿Dijiste algo?
- Nada. Ven ya que estoy exhausto –dijo mientras se acomodaba en su lado.
No dijo nada más y se echó en el espacio vacío de la cama que Krauser había dejado para él. Se dio cuenta de que su compañero ya había cerrado los ojos, pero también se dio cuenta de muchas cosas más mientras lo observaba: Tenía puesto un pijama azul que resaltaba los cabellos rubios del menor, el color de su tez era aún más pálida que la de Yukimura, por lo que dedujo que debía ser por sus raíces americanas, igual que con su cabello. Me pregunto si será suave… Ojalá no despierte…
- Akaya…
- ¡WAAAA! –gritó del susto en la cara de Krauser–. ¡Me asustaste, Uzauza!
- ¿Qué estabas tratando de hacer?
- ¿Tú no deberías estar dormido?
- Sí, pero no podía dormir así que sólo cerré mis ojos.
- Tramposo –susurró haciendo pucheros.
- ¿Sabes cuál es mi color favorito?
- No –respondió con sorpresa, pues no era una pregunta que esperase.
- El verde –dijo mirando fijamente los ojos de Akaya. Éste entendió a lo que se refería, por lo que no pudo evitar sonrojarse con esas palabras e, instintivamente, cerró sus ojos para darle un beso en los labios al rubio.
- Buenas noches, Kurauza.
- Good night, my guardian angel –respondió sonriente el menor. Hace mucho que no me besaban.
Cerró los ojos y se quedó dormido, sólo se había mantenido despierto para molestar un poco a Akaya, cosa que había conseguido en parte, aunque no se había imaginado que el chico demonio lo iba a besar. Kirihara, por otro lado, no podía conciliar el sueño, pues aunque había besado a Krauser, no dejaba de sentirse culpable. Pero Ren dijo que ya no me quería, ¿está bien que haga esto? Yo… Él es muy agradable, incluso se ve… hermoso durmiendo. Mis sentimientos hacia Renji aún persisten, pero no sé si valga la pena seguir guardándolos, especialmente ahora que alguien está entrando en mi corazón.
Le echó un último vistazo al rostro de Liliadent, quien dormía plácidamente. Sonrió con la hermosa vista que tenía ante sus ojos, acarició su cabello y luego cerró los ojos, para acompañarlo en el mundo de los sueños…
Lo que Akaya no sabía, era que Renji no se había ido del todo. Renji iba a volver, sólo era cuestión de tiempo.