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Conociendo tú mundo por sazuhuri

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Notas del capitulo:

Hola aquí vengo con un nuevo capítulo, gracias por los dos comentario que recibí me alegre que le gustara la historia.

 

Diclaimer: Ninguno de  los personajes me pertenece

Capítulo  1

Otro mundo

 

No sabía cómo actuar, luego de escuchar  aquellas palabras. El menor pareció tranquilizarse, Takahiro lo dejo tal cual como lo encontramos.

Se paró de manera lenta para no alterar la conducta del chico, Manami miraba a Misaki con amor maternal, mientras Mahiro no entendía que sucedía.

-Yo iré a servir la comida. –Comento la mujer para romper la tensión del lugar, llevándose al niño con ella.

-Lo siento yo no quise…-Comenzó el escritor tratando de disculparse por la forma cruel que trato al chico.

-Tranquilo. – Fue la respuesta de su amigo, colocando una mano en su hombro para tranquilizarlo. –Tú no sabías, Misaki es muy tranquilo la mayoría de las veces, le gusta pasear en el jardín. -  Comento con nostalgia mirando al chico. –Solo Manami y yo podemos acercarnos a él, es un chico listo sabes, le gusta hacer crucigramas y demora muy poco, también encuentra las palabras en las sopas de letra de una forma que sorprende a muchos.

-Takahiro, yo no quiero ser una molestia y menos alterar a tu hermano. –Menciono avergonzado por lo sucedido.

-No es molestia, solo tienes que tratarlo con normalidad, hablarle, aunque no recibas respuesta el escucha, solo dale tiempo.

Cuando Manami aviso que la comida estaba lista, pudo ver como su amigo camino hacia el adolecente. – Vamos Misaki es hora de comer, Manami hizo algo muy rico seguro te gustara. –Akihiko miraba con cierta nostalgia, como el hombre frente a él se mantenía firme y apoyaba a su hermano.

Por otra parte Misaki caminaba mirando el vacío, cuando pasaron frente al peli gris, Takahiro se detuvo. – Mira Misaki él es Usagi –san. – El escritor se quedó quieto aterrado de provocar otra crisis.

Nadie imagino la reacción del menor, Misaki miro al extraño hombre parado ante él, por primera vez en años, sus ojos se fijaron en los violetas del peli gris. La mano del pequeño fijo hasta la cara del escritor tocando su mejilla.

Takahiro estaba realmente anonadado. –Akihiko  retira su mano con delicadeza y guíalo a su silla. –El  hombre hizo lo indicado, El chico se dejó guiar, en ningún momento dejaba ver los ojos del mayor.

-¿Te gustan los ojos de Usagi? – El chico apunto a los ojos nuevamente como si le quisiera responder a su hermano de alguna manera.

-Son unos ojos muy lindos. –Comento la mujer de la casa colocando un plato frente al chico, este miro la comida y automáticamente tomo una cuchara.

El chico comió con normalidad, pero Akihiko debía admitir que era bastante perturbador verlo con esa mirada sin expresión en su rostro.

La comida transcurrió tranquila, cuando Manami sirvió el postre sucedió algo  enternecedor para el escritor, la mujer preparo el postre favorito del adolescente, flan de vainilla, colocando una generosa porción frente al  castaño.

 

Cuando se proponían comer, Misaki miro el postre y hundió su cara en todo el plato, dejando su brazos caer a un lado, nadie reacciono, luego de unos minutos la saco, su rostro estaba cubierto de flan, incluso algunos de sus mechones de su cabellera.

-Misaki cariño. –Comento Manami con ternura acercándose con un toallita de papel para limpiar su rostro. –Eso no se hace, toma come con cuchara. –El chico la tomo entre sus manos y la miro, luego miro al oji violeta.

Akihiko instintivamente tomo su cuchara y comenzó a comer, vio con sorpresa como el chico lo imitaba, dejo la cuchara aun lado de su plato y el menor también.

-Esto es increíble. –Takahiro tenía sus ojos anegados en lágrimas, su hermanito estaba tratando de interactuar con otra persona. – Le agradas Usagi, le agradas. –El hombre estaba eufórico, beso a su hermano en la frente. – Vez Misaki te dije que Usagi era genial. –El pequeño oji verde, apunto al hombre frete a él. – Si hermano él.

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La habitación era tan acogedora como la casa de su amigo, un cama lo suficiente mente grande para él, un escritorio que apuntaba a la ventana, dejándole ver la vista de la colina y el roció en las mañanas, un closet de una puerta con espejo en su interior, estaba frente a la cama, una cómoda de tres cajones tras la puerta y una mesita de noche, las sabanas eran nuevas.

No pudo evitar sonreír su amigo pensaba en todo, de una de sus maletas la más grande y ligera saco un gran oso de listón verde. Lo acomodo en su cama.

 Zusuki-san su fiel acompañante.

 

Saco su computadora, algunos manuscritos y comenzó a ordenar su ropa en el lugar. Algunas tablas crujían cuando caminaba. El olor a leña quemada y leche lo hizo sonreír.

-Por fin me siento en casa.-dijo en un susurro. Observo el paisaje que le ofrecía aquella casa. Pero un crujir en la madera lo hizo voltearse, encontró a Misaki parado frente a su cama observando a Zusuki-san.

Se acercó con cuidado para no asustarlo, recordó que Takahiro dijo que debía hablarle de manera normal. – Veo que te gusto Zusuki-san. –Cometo tomando al oso, el chico lo siguió con la mirada. – Sabes él es un muy buen amigo, me escucha y no se queja. –Comento con una sonrisa. -¿Quieres tocarlo? – Misaki estiro una mano apuntando el oso. Akihiko tomo eso como un sí.

Le estiro el osito de felpa, espero paciente para que este se acercara, lo tomo, luego se sentado al lado de la cama. Puso al oso frente a él y lo quedo mirando fijamente.

Así paso unas horas, Akihiko estaba sorprendido el chico podía estar mucho tiempo en una misma posición. -¿Qué pasara por esa cabeza? –Pregunto al aire mientras no dejaba de observar al joven.

Cuando estaba a punto de cumplirse la tercera hora, Misaki se incorporó tomo el oso y camino fuera de la habitación, decidió seguirlo manteniendo la distancia.

El chico siguió hasta llegar al final del pasillo, entrando  a una pequeña habitación. El escritor se paró en el marco de la  puerta, la habitación era blanca, las murallas estaban rayadas con diferente colores, una cama pequeña estaba en medio, no había casi nada de mueble , una lámpara colgada en la pared, y al rincón junto a la ventana , habían muchos peluches, conejos, osos, jirafas, tigres ,leones y una tortuga enorme.

Misaki  acomodó al peluche junto a su colección, luego se sentó al medio de todos los peluches y se quedó ahí mirando al escritor.

Akihiko quería  al oso, pero no se atrevía a quitárselo al niño. –Te lo prestare por un rato, lo cuidas. –No recibió respuesta, el chico se quedó ahí nuevamente sin mover un musculo.

Dio media vuelta, para caminar a la habitación, cuando se encontró con la mujer de la casa caminando al cuarto de Misaki. – ¿Usagi estabas con Misaki? –Pregunto con una sonrisa, sostenía una canasta con ropa limpia.

-Sí, está sentado con algunos peluches, incluyendo a mi oso. –la chica sonrió con ternura

-Él siempre le agrada recibir un animal de felpa. Takahiro le compro algunos cuando va a la ciudad.

-Creo que encontré una buena inspiración para mi libro. –Fue un comentario simple, Manami lo miro curiosa. –Misaki es algo interesante, creo que primero debo hablar con Takahiro para pedir su consentimiento.

-No creo que se oponga, pero sería bueno que lo hiciera. – Asintió lentamente, para ver a la mujer desaparecer en la blanca habitación.

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-¿Qué tipo de autismo tiene?- Fue la primera pregunta que su amigo de la infancia, un psicólogo reconocido en tokio Hizo.

-Realmente no lo sé. –Fue su respuesta. –Takahiro dijo que buscaría algunos informes médicos y me los daría, pero necesito de tu diagnostico ellos no tienen el dinero para seguir con la terapia.

-Tu amigo, el tal Takahiro está de acuerdo a que yo valla.

-Si ya le comente, está feliz.

-¡Genial! Nowaki está de vacaciones y podremos ir a relajarnos también. –Comento feliz, por el que le había contado el peli gris el chico era bastante especia e inteligente.

-Perfecto yo arreglare donde se alojaran, es un hotel pequeño muy bien cuidado y queda cerca de donde me estoy quedando. – Siguieron conversando de algunas posibles teorías, y de cuando el castaño llegaría al pueblo.

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Solo llevaba tres días en esa humilde casa, y sentía que Misaki era un ser fascinante, nunca sabía lo que haría o que pasaba por su mente, la forma de actuar del chico era un completo descubrimiento para él.

Había comenzado a estudiar muy bien al menor, le gustaba tomar leche tibia y sentarse en el ventanal del living donde observaba por horas.

Al atardecer Manami lo bañaba y el tramposo siempre se ocultaba en medio de sus animales de felpa. Le gustaba que le cantaran cuando lo bañaban, también solía caminar en el jardín descalzo por la tierra, luego se acostaba arriba del perro café, que se quedaba quieto y siempre seguía al chico cuando salía al aire libre.

Otra cosa que aprendió fue que el niño se comunicaba con ellos, de una manera muy diferente, apuntaba las cosas que quería e imitaba a las personas que le agradaban.

También tenía cierto orden en su habitación y entraba en crisis cuando alguien tomaba algo y lo acomodaba de otra forma, era muy observador y tenía una memoria única, un día entro a su cuarto y él había dejado algunos libros fuera de lugar, Misaki los orden uno por uno, de la misma manera que él los había apilado cuando llego a esa casa.

Cada cosa que descubría las anotaba para mostrárselas a Hiroki, necesitaba ser muy realista en su libro y que las personas comenzaran a ver la  a las personas autista de otras perspectiva

Se levantó como todas las mañana, y bajo la escalera perezosamente, lo primero que vio, fue a un misaki sin camiseta, parado afuero del patio, con los pies descalzos y las manos apuntando al cielo.

-Misaki te resfriaras – Manami corría con una manta, recién ahí se percató que estaba lloviznando. Takahiro ayudo a su mujer a entrar al chico, cual comenzó a gritar y se lanzó al piso boca abajo y se quedó como estatua.

-Usagi ayúdame con él. –Entre ambos hombres tomaron al castaño que se movía inquieto, lo llevaron al baño y le dieron una ducha.

Se tranquilizó un momento, pero luego se puso a gritar, porque no quería salir del agua, el escritor fue más astuto y trajo un patito amarillo. Misaki se quedó callado cuando se lo pasaron.

-¿Por qué se  comportó así?

-Nuestro a padres murieron un día lluvioso. –Comento Takahiro mientras vestía al menor. – Yo le dije que ellos se habían ido al cielo, Misaki tenía ocho años y todavía hablaba un poco, casi si nada. – Relato. – Luego de  que mis padres  fueron sepultados, Misaki se encerró en el mismo y nunca más volví a escuchar su voz, cada vez que llueve se desnuda y mira al cielo, supongo que quiere ir con nuestros padres.

Cada día que pasaba quería descubrir que había en el mundo de ese pequeño.


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