Capítulo 2: Auto preservación y una clase de pociones anormal.
La cena estaba transcurriendo tranquilamente. Pasada la conmoción que hubo en Gryffindor por tener a un miembro de la familia Malfoy las pláticas siguieron el ritmo normal. Algunos preguntaban en donde habían estudiado Xochi, Akiharu y Shinya y ellos respondían emocionados sobre el colegio y como era Japón.
– ¡Xochi!
– ¿Mande?
–Takuya se ve muy solito ahí en Slytherin… ¿Puedo ir por él? –Miku hizo un puchero.
–Mejor voy yo –le sonrió con ternura– Tal vez pueda hablar un poco con Draco… Saludar a Pansy y esas cosas. Ya vuelvo.
La chica se levantó y se encamino a la mesa donde su amigo se veía un poco incómodo. Esperaba que Draco no estuviera molesto, a fin de cuentas él sabía que Xochi no quería ser una más del montón.
Pronto estuvo parada frente a su amigo, con todas las miradas en ella.
–Taku-chan, ¿Quisieras ir a pasar un rato con nosotros? Miku-san piensa que estas muy solito aquí…
–Ammm, no lo sé Xochi…
–Vamos, no creo que a ellos les moleste… –giro a mirarlos– ¿Me permiten llevarme a Taku-chan?
–Su lugar es aquí, no en Gryffindor –le dijo Pansy con un poco de resentimiento. Ellas habían sido muy amigas en el pasado y que ahora que la otra regresaba y había quedado en otra casa sentía que la había perdido y no podría recuperarla.
–Entonces me sentare yo aquí para hacerle compañía –con decisión tomo asiento frente a su amigo, quedando ella junto a Pansy– ¿Cómo han estado ustedes? Tenía mucho que no los veía –les sonrió con calidez a los Slytherins.
Ellos la miraron un poco raro.
– ¡Vamos, seguimos siendo amigos! El que yo esté en Gryffindor y ustedes en Slytherin no quiere decir nada… He venido por el a pesar de estar aquí… Y ustedes aun me agradan –tomo la mano de Pansy.
Al decir eso todos parecieron relajarse y comenzaron a platicar. Takuya estaba aliviado de que no lo hubieran hecho de lado. Estaba un poco triste de haber sido separado de sus amigos y por un segundo creyó que iban a hacerlo de lado, pero ver a Xochi acercándose a su mesa fue un alivio.
Mientras al otro lado del Gran Comedor, más específico en la mesa de Gryffindor…
– ¿Por qué ella se quedó ahí? –pregunto con curiosidad Hermione.
–Si mal no recuerdo ellos se conocen –explico Shinya sin dejar de comer– Tal vez están recuperando el tiempo perdido… Y está haciéndole compañía a Takuya…
–Pero ella debía traer a Taku-chan en vez de quedarse ahí con el…
–Deja los celos de lado Miku –dijo con burla.
– ¡No son celos!
–A mí me parece que sí.
Miku y Shinya se enfrascaron en una pelea estúpida sobre si Miku tenía celos o no. Harry no podía despegar la mirada de la mesa de Slytherin, nunca los había visto reír tan honestamente y por un segundo creyó que si podían reír así tal vez igual eran buenas personas.
–Es raro verlos reír tanto… –le susurro a Ron.
–Déjalos, mañana volverán a ser los mismos idiotas de siempre –y procedió a prestarle atención al estofado que estaba comiendo.
Harry se encogió de hombros y siguió comiendo. Ron tenía razón, ellos eran unos imbéciles que se la pasaban molestándolos cada que tenían oportunidad.
Para concluir la cena, el querido director les informó que la temporada de quidditch se vería cancelada, recibiendo reclamos de los equipos y menciono que se vería cancelado por el torneo que daría lugar en el colegio. El Torneo de los Tres Magos. La visita de los otros colegios participantes Durmstrang y Beuxbatons los cuales llegarían un día antes de la noche de brujas. La emoción cruzo los ojos de todos los presentes, pero se vio menguada al saber que solo los alumnos mayores de edad podrían participar. Las quejas se hicieron presentes pero al final todos terminaron aceptándolo con resignación.
Cuando los ánimos se calmaron un poco se procedió a ir a los dormitorios, pero había unos cuantos preocupados.
–Draco… –Xochi se acercó a su primo.
– ¿Qué?
–Podrías… ¿Podrías cuidar a Taku-chan?...
– ¿Ah?
–Es solo un favor… por lo menos hasta que se acostumbra, no me gustaría que se perdiera por el colegio o algo así… Te recompensaré, lo juro.
–Ya que… pero no creas que lo hago con gusto.
–Eres el mejor –sonrió y beso la mejilla de su primo– Nos vemos mañana –se despidió de sus demás amigos y se acercó a besar la mejilla de Takuya– Esfuérzate Taku-chan, todos aquí son amables. Te veremos mañana –le sonrió y salió corriendo hacia donde Miku y Shinya la esperaban.
–Tardaste mucho –le recrimino Miku– casi nos dejan.
–Lo siento, necesitaba pedirle un favor a Draco…
–Vámonos ya, o nos van a dejar.
Siguieron a los de su casa mientras iban platicando. La chica les contaba sobre lo emocionada que estaba al re encontrarse con sus amigos. Un poco más adelante iban Harry, Ron y Hermione que escuchaban con sorpresa cuando la chica dijo que “Los Slytherin eran muy buenas personas, se cuidan entre ellos y se apoyan. Por ello Taku-chan estará en buenas manos”.
– ¿Los Slytherins buenas personas? –Bufo Ron– ¡Pero si son unos imbéciles sin cerebro!
–Estas equivocado –Declaro con un poco de molestia Xochi.
–Se la han pasado molestándonos desde que entramos. Han dicho cosas horribles de Hermione, de Harry y de mí –Giro a ver a la chica.
–Y supongo que nunca te has tomado la molestia de conocerlos un poco ¿verdad?
– ¡Por supuesto que no! Son Slytherins.
–Tus prejuicios no te llevaran a ningún lado –lo miro con molestia– Así como ustedes se cuidan los unos a los otros ellos igual lo hacen. Nadie es más que otro, todos son iguales… Deberías grabarte eso en la cabeza. Y el argumento “Son Slytherins” es estúpido.
Para este momento Ron ya estaba rojo hasta las orejas.
–Ron, vamos… déjalo ya… –Hermione lo estaba agarrando del brazo para que caminara. No les faltaba mucho para llegar a la torre.
–No quiero ofenderte ni nada, pero tú no has visto como tratan a los demás. Tú conviviste con ellos hace mucho. –le explico con calma Harry.
– ¿Cómo los tratan ustedes para que eso pase? –Lo miro directamente a los ojos– Si yo no supiera que ellos son buenas personas no les habríamos confiado a Taku-chan.
–Primero conoce luego juzga… Y ni siquiera eso, no tenemos derecho de juzgar a nadie –la confianza en la voz de Miku al decir eso sorprendió a los demás.
–Miku está creciendo –dijo como si nada Shinya.
Xochi empezó a reír.
–No lo había notado Kanon, pero tienes razón… Miku-san está madurando –lo abrazo con dulzura– vámonos ya, quiero dormir…
Los tres chicos siguieron caminando pero al pasar junto al trío de oro Miku les dijo que pensaran en lo que les acababan de decir y se fueron.
Harry, Ron y Hermione se quedaron un momento ahí parados, viendo como los otros se alejaban riendo y haciendo bromas.
– ¿Acabamos de recibir un regaño moralista? –susurro Harry.
–Eso parece Harry –le respondió Hermione.
– ¿Pero quién se cree ella para decirnos esas cosas? –chillo Ron.
–Bueno, son sus amigos… Creo que la ofendimos –Hermione se veía un poco nerviosa– Mejor vámonos ya antes de que nos encuentren aquí a deshoras y nos recibamos un castigo.
Caminaron en silencio hacia la torre, tal vez reflexionando lo que les habían dicho o pensando en una forma de demostrarle a la otra chica que lo que ella decía no era cierta.
Como fuera llegaron a la torre donde para su suerte había todavía alumnos entrando. Harry se dijo a si mismo que después tendría que preguntar cuál era la contraseña para entrar.
Se sintió a gusto y en casa al pisar la sala común. Ahí podía olvidarse de todo lo que pasaba cuando eran vacaciones. Y esta no iba a ser la excepción. Ron y él se despidieron de Hermione y se dirigieron a los dormitorios donde recibieron la sorpresa de que habían agregado dos camas más para hacerle espacio a Miku y Kanon.
Ambos chicos ya tenían puesto el pijama y estaban platicando un poco en japonés. Del otro lado Seamus, Dean y Neville los miraban con curiosidad.
– ¿Saben porque los pusieron aquí? –pregunto Ron sin dejar de mirarlos.
–Bueno, nos dijeron que era el único cuarto donde todavía había lugar para ellos –dijo Seamus encogiéndose de hombros.
–Ah, vale –Ron parecía muy serio al tenerlos ahí, pero no les presto más atención y fue a ponerse el pijama.
Los demás no tardaron en hacer lo mismo y sin decir ni una palabra se fueron a dormir.
A la mañana siguiente los despertó el ruido de la regadera y una voz armoniosa que cantaba con mucho sentimiento.
–No necesito a nadie desde que yo elegí la soledad. Excusas, trato de actuar cool y trato de calmarme.
– ¿Quién está en el baño? –pregunto un somnoliento Neville.
–Creo que es Aki… Bueno, el chico bajito…
–Es exceso de orgullo, no se puede hacer nada, así soy yo. Estoy quedando atrás, aplastado y gritando.*
Escucharon un gruñido proveniente de la cama del otro chico. Lo vieron levantarse con una cara de querer matar a todo el mundo y dirigirse a la puerta del baño.
– ¡¿Quieres callarte?! –dijo golpeando la puerta.
– ¡No quiero! –se escuchó amortiguadamente por la puerta.
– ¡Es molesto que me despiertes cantando en japonés y ahora que lo haces en inglés es más molesto!
–Ya, ya que molesto eres –Miku salió del baño con la toalla amarrada a la cintura. Gotas de agua caían de su rubio cabello empapando su pecho– Date un baño caliente a ver si se te pasa –ignoro olímpicamente el gruñido de Kanon al meterse a la ducha y procedió a vestirse bajo la mirada de los demás – ¿Ven algo que les guste? –les pregunto con picardía haciéndolos sonrojar.
– ¡C-Claro que no! –chillaron con pena.
Miku se empezó a reír fuerte, haciéndolos apenar un poco más.
–Miren todo lo que quieran, es gratis –les guiño un ojos y termino de vestirse, con un encantamiento se secó el cabello, con unos movimientos más de varita se peinó– Aplicarme un glamour o no… –susurro y luego se aplicó dicho encantamiento.
El chico no cambiaba mucho con el glamour. Sus labios se veían ligeramente rosados y su rostro tenía un poco más de color evitando que se viera pálido. Se miró en el espejo y asintió orgulloso de su look.
Pasaron unos minutos y Kanon salió del baño ya menos molesto y seco. Sin pronunciar palabra se vistió y los demás pudieron pasar al baño por turnos.
Tardaron aproximadamente media hora en estar todos listos. Platicando bajaron a la sala común para encontrarse con sus demás amigos y bajar al desayuno.
Abajo, Hermione platicaba con Xochiquétzal que parecía le estaba poniendo mucha atención mientras Hermione hacia señas.
–Buenos días –saludaron los chicos.
–Buenos días –saludaron sonrientes las chicas.
–Miku-san, Kanon-san vamos, ya sé cómo llegar a Slytherin y a Hufflepuff para ir por Taku-chan, Teruki-san y Yuukikki –sonrió y se encamino al retrato para salir.
–Eh… Nos vemos en el comedor –les dijo Miku a los demás con una sonrisa y el y Shinya corrieron a alcanzar a su amiga que estaba parada justo frente al retrato viendo fijo algo.
– ¿Qué pasa? –pregunto Shinya al alcanzarla.
–Se me adelantaron –dijo con un puchero señalando hacia las escaleras donde su primo y sus demás amigos los estaban esperando.
– ¡TAKU-CHAN! –y más rápido que una snitch dorada, Miku corrió a abrazar a su pequeña serpiente.
–Mi-Miku-san… Duele…
La pequeña serpiente ya estaba morada del fuerte abrazo que Miku le proporcionaba, pero es que él lo extrañaba mucho… En su colegio en Japón ambos compartían habitación y ya se había acostumbrado a la presencia del más joven. Y el saber que ahora solo le vería en ciertas clases y en las comidas le ponía más triste.
–Miku, vas a matarlo… –Teruki se acercó con una sonrisa a separarlos– Está bien que te gusta pero no es para tanto –bromeo un poco haciendo sonrojar al rubio.
–No digas eso Teruki-san, yo sé que no le gusto a Miku-san en ese sentido –sonrió un poco apenado Takuya– Por eso creo que esas bromas son un poco malas…
–Takuya…
–Nuguishi, si quieres tú y tus amigos que lleguen a tiempo al desayuno y a nuestras clases deberíamos ir caminando ya –dijo Draco dando la vuelta y caminando con lentitud y elegancia.
–S-si –Takuya asintió y siguió a Draco.
Unos pasos más atrás Xochi abrazaba con dulzura a Miku mientras este trataba de contener sus emociones.
– ¿Estas bien Miku-san?...
–Si… No es nada que no supiera ya… Vamos…
Nadie menciono nada y caminaron siguiendo a las serpientes hasta el comedor. El silencio que reinaba entre ellos era pesado. Se notaba que algo estaba mal. Al único que parecía no afectarle era al castaño Slytherin, no porque fuera un insensible sino que su lado Slytherin, el auto preservación le pudo más. No quería salir herido por algún comentario despectivo de parte de Miku por esas bromas. Sentía demasiadas cosas como para sufrir por unas pocas palabras…
Más atrás venían Harry, Ron y Hermione platicando. Bueno, más bien Ron se iba quejando porque Miku los había despertado y casi casi se había exhibido frente a ellos al vestirse hace no menos de media hora.
–Bueno Ron, es que ya hemos visto que ellos son diferentes… Japón tiene otras costumbres. Incluso en el mundo de la magia –fue la simple respuesta que dio Hermione.
Harry asintió apoyando a su amiga. De lejos se notaba, porque al observarlos se dieron cuenta que hacían una ligera reverencia al pasar frente a los demás alumnos.
Incluso pudo apreciar la cara de desconcierto de Draco cuando al pasar junto a Filch los demás hicieron una reverencia y en voz fuerte dijeron algo como “Gracias por su arduo trabajo”. Está de más decir que a Harry también le pareció extraño, pero fue más extraño ver el desconcierto en la perfecta y apacible cara de Draco Malfoy. Si había alguien que reprimía sus emociones de forma perfecta ese era Malfoy.
Aquello lo descoloco un poco, pero por el momento decidió no prestarle atención.
Al llegar al Gran Comedor, todos se fueron por su lado y Harry se dio cuenta de que Xochi los estaba acompañando mientras parecía que le susurraba muchas cosas a Miku, que tenía pinta de querer llorar pero no hacerlo por orgullo.
– ¿Qué clase crees que tengamos primero? –le pregunto Kanon a Ron, cosa que lo tomo medio desprevenido.
–Tenemos tan mala suerte que seguro nos tocará pociones dobles con Slytherin –dijo en tono apesadumbrado.
–Pociones dobles… Con Slytherin… –murmuro Miku dejándose caer con tristeza en el banco de la mesa de Gryffindor.
Xochi miro feo a Ron el cual no sabía ni que había hecho mal para que el rubio se pusiera más decaído y la chica lo viera feo.
– ¿Qué sucede Akiharu? –Le miro un poco preocupada Hermione– Hace un rato te veías más alegre…
–No es nada Hermione –le sonrió falsamente– Solo me duele un poco la cabeza, es normal a estas horas…
–Humm… Está bien, aliméntate bien para que puedas estudiar arduamente ¿Vale?
–Claro que sí.
La sonrisa de Akiharu era hermosa y deslumbrante pero a simple vista se notaba que era falsa. Siempre que el chico sonreía se notaba un brillo coqueto y divertido en sus ojos, pero por alguna desconocida razón este brillo no estaba presente.
–Tal vez… Yo pueda ayudarte –susurro Xochi– Yo… Quiero ayudarte.
–No, gracias.
–Pero…
– ¡He dicho que no! –La miro molesto– Ocúpate de tus asuntos Malfoy.
– ¡¿Qué tiene de malo que quiera ayudarte?!
–Yo sé lo que sientes –la miro con seriedad.
–Chicos, ¿Por qué no se relajan, desayunan y después hablan calmadamente? –Dijo con tacto Hermione– La gente piensa mejor con el estómago lleno…
– ¡Si, si! –Exclamó Ron sirviéndose huevo frito, salchicha y tocino en un plato.
Xochi y Miku se vieron con seriedad un momento, diciéndose tantas cosas pero a la vez nada, cuando despegaron la mirada del otro la chica parecía confundida y el parecía aún más moles
Kanon los miro con recelo y decidió sentarse junto a Harry, lo más alejado que pudo de Miku y Xochi. Realmente apreciaba su vida como para meterse en medio de esos locos.
–Eso… ¿Pasa seguido? –quiso saber Harry con curiosidad.
–A veces, pero Teruki-san siempre está para calmarlos –suspiro Kanon sirviéndose jugo y unas tostadas– pero parece que está muy ocupado tratando de que Yuukikki no muera ahogado con el pan –dijo mirando hacia Hufflepuff.
En dicha mesa se podía ver a Teruki dándole golpes desesperados a Yuuki que tosía sin parar mientras sostenía un vaso a la mitad. Se podía escuchar que Teruki gritaba algunas cosas, pero era inútil tratar de entenderlas. En cuanto a los demás Hufflepuffs solo veían divertidos la escena.
–Yuuki no cambia –dijo Kanon con una risita– pero bueno… Seguro que para la primera clase, en caso de tocarnos Pociones, se les pasa… A menos que quieran que les haga caso –se encogió de hombros– solo hay que mantenerse alejado…
Harry asintió y se preguntó porque entonces si la chica estaba molesta con el rubio no iba a la mesa de las serpientes con sus demás amigos. Con curiosidad miro hacía dicha mesa y se dio cuenta que tanto Malfoy y el otro chico Nugui… Algo estaban mirando en dirección a ellos y al verse descubiertos desviaron la mirada.
Decidió no tomarle importancia a esa acción de parte de las serpientes y tomar su merecido desayuno, lo iba a necesitar sobre todo si en efecto les tocaba Pociones. Era mejor enfrentarse a Snape con el estómago lleno. Pero muy en el fondo Harry esperaba que no les tocara pociones dobles con Slytherin. Lo ansiaba tanto, pero cuando eres Harry Potter hay cosas que siempre van a ir en tu contra. Claro, tienes una suerte muy caraja y cabrona que ira en tu contra cuando quiere y que solo se pondrá de tu lado cuando estas a punto de morir.
¿Y qué creen?...
Si, lo que están pensando.
Pociones dobles. Con Slytherin. A primera hora.
Hermoso ¿Verdad?
–Te lo dije, tenemos mala suerte…
La verdad de nada valía quejarse, puesto que eso no haría que Pociones despareciera del horario pero al menos hacía sentir mejor a Ron y los demás permitían que el pelirrojo se quejara a su gusto. Sin mencionar que sus quejas hacían que el ambiente se relajara un poco diluyendo la tensión que provocaban Miku y Xochiquétzal que caminaban lo más alejado del otro posible y miraban al piso o al techo, lo que pareciera “más interesante”.
Como el salón de pociones quedaba en las mazmorras tenían que andar rápido, no querían que Snape les bajara puntos por llegar tarde. Aunque siendo Snape les bajaría puntos por cualquier cosa.
Al llegar al salón los Slytherins ya estaban ahí, formados y esperando a que el jefe de su casa llegara para poder entrar. Al ver llegar a los Gryffindors solo les dirigieron una mirada desinteresada y siguieron en lo suyo. Ron y Harry se miraron con sospecha. Obviamente algo estaba mal. Los Slytherin por lo general aprovechaban ese lapso para molestarlos y que les bajaran puntos más rápido. Algo debían de estar tramando.
– ¡Taku-chan! –gritaron a la vez Miku y Xochi sacando de sus pensamientos sobre posibles planes macabros a Ron y Harry.
El susodicho giro a verlos pero más tardo en hacerlo que en lo que ya tenía a la chica colgada de su brazo derecho y al chico de su brazo izquierdo.
– ¿Me puedo sentar contigo Takuya? –pregunto Miku
–No, mejor siéntate conmigo, yo soy buena en pociones y puedo ayudarte –dijo inmediatamente Xochi ganándose una mirada molesta del rubio.
–Eh… –el castaño no sabía que contestar.
–Xochi… ¿Por qué no haces pareja conmigo? –pregunto tímidamente Pansy.
–Es que… –le dirigió una mirada que claramente decía que quería sentarse junto a Takuya– no me gustaría que por distracción de Miku, Takuya hiciera volar su caldero… Bueno, más de lo normal…
–En ese caso Nuguishi hará pareja conmigo –dijo con simpleza el príncipe de las serpientes.
–Pero…
–Nada.
Xochi y Miku no tuvieron más que resignarse, Draco no iba a ceder. Así que Xochi hizo pareja con Pansy y Miku fue a caer en las garras de Neville que era el único que no tenía compañero. ¡Hasta Kanon tenía! El muy traidor, según Miku, decidió hacerse aparte y hacer equipo con Hermione pues Harry y Ron siempre hacían equipo.
Pasaron unos cuantos minutos todos en silencio hasta que Snape abrió la puerta del salón dando paso a sus alumnos, mirándolos fijamente. Deteniendo su mirada en la chica Malfoy, que al darse cuenta le sonrió en saludo.
No era secreto que Snape era padrino de Draco Malfoy. Pero nadie sabía que igual era padrino de Xochiquétzal Malfoy, pero para su suerte, la chica había terminado en Gryffindor. Hasta ahí había ido su preferencia por su casa.
Caminando por entre las bancas, mirando hacia todos lados pero hacia ninguno en realidad Snape iba diciendo con su acostumbrado arrastrar de palabras que iba a hacerles una prueba para comprobar que sus habilidades no habían empeorado en vacaciones. Y dirigiéndole una mirada de advertencia a Neville saco su varita y puso las instrucciones en la pizarra.
Inmediatamente todos se pusieron a trabajar. Harry y Ron no iban tan bien como quisieran. Escasamente sabían lo que tenían que hacer, pero se las arreglaban mirando a su amiga en la mesa de al lado haciendo su poción junto a Kanon. Parecía que ambos estaban trabajando perfectamente.
Más adelante Draco ayudaba a Takuya a no volar nada, dándole unos cuantos consejos sin que nadie se diera cuenta. Obviamente solo lo hacía como favor a su prima. No era porque el chico tuviera potencial y fuera guapo. Para nada. A él le venían más unos lindos ojos verdes.
Pronto un gran ¡BOOM! Se escuchó en toda la sala. El primer caldero había volado, llenando de humo el salón. Snape rápidamente despejo el salón de humo con un movimiento de varita y furioso fue a ver al culpable. Que no era nadie más que Neville, que temblaba notoriamente, junto a él estaba Miku que le decía que había sido un accidente, que no se preocupara.
–Longbottom, a la enfermería. Ahora.
Neville asintió asustado, tomo sus cosas y se fue casi corriendo para no hacer enfadar más al profesor.
–Cinco puntos menos Gryffindor. Tsukiyama, vaya a sentarse junto a Potter y Weasley.
–Si profesor…
Miku tomo sus cosas y fue a sentarse junto a ellos para después inspeccionar como iba su poción.
–Esto que están haciendo va mal… Muy mal –los miro divertido– Pero aún puede arreglarse
– ¿Enserio? –pregunto Ron esperanzado.
–Claro, aún hay tiempo. Conseguiremos una poción decente, lo prometo.
Miku les iba explicando cómo arreglar la poción mientras Harry y Ron trabajaban. Snape se dio cuenta de esto, pero extrañamente no dijo nada.
Al finalizar las pociones. Faltando aun media hora para concluir hizo algunas preguntas. Harry fue uno de sus objetivos y desgraciadamente el chico no recordaba los usos del hígado de murciélago. En su lugar respondió Miku ganándose 5 puntos para Gryffindor, para sorpresa de todos.
Draco respondió otras dos preguntas y Hermione, que había sido ignorada hasta ese momento respondió las últimas tres.
–Ingresen su poción en un frasco, etiquétenla y déjenla en mi escritorio.
Cuando todas las pociones estuvieron en el escritorio, observó que la de Potter, Weasley y Tsukiyama no era tan mala. Decidió que lo comentaría en la siguiente clase. Le dio cinco puntos a la poción de Takuya y Draco, a la de Xochi y Pansy y a la de Hermione y Kanon, que les había quedado excelente.
Sin duda en esta clase, Snape había sido imparcial y había dado puntos a ambas casas. A los Slytherin no les sorprendió, su ahijada estaba en Gryffindor y como padrino debía dar buena imagen.
En cambio los Gryffindors iban comentando con sorpresa eso. Especulaciones iban y venían, que si el profesor se sentía mal, que si estaba en peligro de muerte o alguna tontería así. Xochi al escuchar todo eso se soltó a reír con verdadera diversión.
–Vamos, llegaremos tarde a Encantamientos –dijo sin dejar de reír.
–Oye Xochi…
– ¿Qué sucede Kanon?
–Ese profesor… ¿Es el padrino del que tanto has hablado?
Al oír eso los Gryffindor se quedaron helados.
–Sí, también es padrino de Draco. Pero sin duda él me quiere más a mí –sonrió y siguió caminando junto a sus amigos para dirigirse a la clase de Filtwick.
Harry y Ron se miraron, sin duda el mundo ahora estaba de cabeza.