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Waiting for u por Aquarius No Kari

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Notas del capitulo:

¡Muchas gracias por su lectura y por sus comentarios! Como es viernes ya vengo con el 3er capitulo, esperando sea de su agrado.
Como dije, la historia en realidad es muy corta y pues aquí una pequeña pista... Por cierto que aún sigue en pie regalarle un one-shot a la persona que adivine donde está Milo. 
Saludos a todos :D

3. – Crudo invierno

 

Why won't he come back down?
Does he have someone he loves more than me?

… … …

 

¿Qué crees que hay en Rusia?

 

No lo sé. Será invierno cuando llegue… Tal vez encuentre nieve.

 

A ti no te gusta.

 

Lo sé… pero me hará pensar mucho en ti…

 

… … …

 

Ojalá mis ojos pudieran expulsar el dolor que siento oprimir mi corazón... Ojalá pudiera ver el invierno de la misma forma en que lo hacía cuando estaba contigo, cuando mirábamos el caer de la nieve fuera de la ventana.

 

Hoy me siento menos tenso, incluso creo que he vuelto a ser “amable” con Death Mask ahora que me dio por entero la habitación y que ha respetado mi espacio. De cualquier forma, no es que haya estado demasiado tiempo en casa, porque últimamente ha salido en compañía de Hyoga a cumplir algunas investigaciones de oficio, según me ha contado Thor.

 

Death Mask y yo hemos venido desde París con la esperanza que alguno de ellos pueda darnos rastros o información tuya, o del vampiro al que ahora puedo darle un nombre: Aiacos de Garuda, un antiguo conde al que se conoce como uno de los más viejos de su raza. Nadie que se haya enfrentado a él ha surgido victorioso del combate.

 

Thor lo buscó alguna vez con mucho valor, pero salió apenas ileso gracias a la buena suerte, porque el trofeo de Aiacos por la victoria fue su oreja derecha. No quiero ni imaginarme lo que habrá hecho con ella…

 

... ... ...

 

En los días que hemos permanecido en la ciudad, no he podido acostumbrarme a los extraños modos que tienen los caza vampiros para vivir. La mayoría de ellos beben por las tardes, esperando la noche para poder encontrar a alguno de los no muertos, mientras se dedican a dormir por el resto de la mañana. No conozco a los amos de la noche, pero sé que su modo de existir es muy similar al que emplean sus perseguidores.

 

El grupo al que Death Mask se refirió como "mi salvación", ha llegado con un retardo de dos semanas a San Petersburgo. No he oído el relato completo de la demora, pero según alcancé a entender, fueron atacados a medio camino por un grupo de no vivos.

 

Shion, Shura, Aioria y Syd son el equipo más irregular que he visto en mi vida. Ninguno de los cuatro tiene pinta de ser rudo si quiera, parecen más bien, cortesanos sacados de algún baile medieval.

 

Tienen apariencia irregular, pero no es esto lo que me importa, sino la información valiosa que puedan brindarme.

 

Death Mask me indica que pase a una pequeña habitación con fogata, un poco alejada del comedor donde él y el resto rememoran viejas proezas; junto a la cálida chimenea me aguarda un hombre delgado, caucásico, de cabellos oscuros como la noche, y nariz es afilada con una pequeña cicatriz en forma de cruz que atraviesa hacia la mejilla.

 

No sé si debo decir algo al entrar...

 

—Hyoga me contó que estas en busca de uno de nosotros—. Su voz rasposa rompe el silencio, con un acento que puedo reconocer de inmediato como español.

 

Asiento con la cabeza, mientras tomo asiento en un lugar que me permita mirarlo de frente, sobre un pequeño taburete.

 

Estamos solos, y el fuego es el único que escucha nuestra conversación. En otra de las habitaciones puedo oír reírse a carcajadas al resto de los cazadores, seguramente bebiendo hasta perder el juicio.

 

No estoy seguro si puedo confiar en este hombre, pero haré un esfuerzo, como si éste fuese mi último aliento.

 

—Él partió de París hace como diez años...— Repetir el recuerdo de tu ausencia me hace sentir otra vez el peso en el tórax.

 

—París, ¿eh?— Es extraño, nunca he hablado con alguno de ellos a solas, ni mucho menos, en mi propio idioma. — ¿Bebes?— Me ofrece después de servirse.

 

—Solamente vino—. Respondo.

 

— ¿Por qué?— El líquido resbala de sus labios hasta la barbilla.

 

—Porque no soy un hombre que guste de vicios.

 

—Entiendo—. Se queda callado, mirándome por arriba del vaso.

 

¿Esto es relevante? No me dice nada…

 

—Él bebía mucho…— Todo a mi alrededor se detiene, y el estómago se me contrae con una mezcla de nauseas mientras siento que la sangre se acumula en mi pecho.

 

— ¿Quién?— La voz incluso se me ha cortado. No quiero emocionarme, pero es lo más real y cercano a tu paradero que he escuchado.

 

—El muchacho al que buscas—. Sé que mis ojos se han abierto más de lo normal, y también sé que, por segundos, he vuelto a perder el habla.

 

No sé cuál debería ser mi siguiente pregunta…

 

— ¿Lo conoce?— Trago saliva con dificultad.

 

—Sólo puedo decirte que estaba demasiado ansioso por volver a París.

 

A París… conmigo… Ahora sé que ese era su mayor deseo.

 

Mis ansias por más respuestas me hacen saltar del asiento para acosar con preguntas a Shura.

 

— ¿Dónde está?  ¿Cómo está? ¿Cuándo lo vio por última vez? ¿Está bien? ¿Cree que pueda...?— Él hace una seña con la mano, y mientras mueve la cabeza negativamente, siento que todas mis esperanzas se secan con las lágrimas de emoción, que nunca abandonaron mis pupilas.

 

—Lo conocí una tarde hace menos de seis años, y desde entonces no he vuelto a saber de él. Ni siquiera sé cuál era su nombre.

 

—Milo…— Susurro, con la voz y espíritu quebrados. Agacho la mirada hacia mis puños crispados en rabia y dolor. — ¿Cómo puede entonces estar tan seguro que era él?

 

—Porque mencionaba constantemente tu nombre, y las cosas de ti que tanto le gustaban.

 

Quisiera estar feliz, pero no puedo... No si las manos me tiemblan y las pupilas me arden.

 

— ¿Qué-qué le dijo sobre mí?

 

Decide que la garganta se encuentra lo bastante seca como para no guardarse el trago de vodka para después de responder.

 

—Dijo que le amabas incondicionalmente, y que no dudaba aún estarías esperándole... Mencionó que eras hermoso y que esperaba hubieras cumplido su palabra de no cortarte el cabello; pero claramente recuerdo haberle oído decir: "No puedo dejar que Camus me vea otra vez".

 

— ¿Có…cómo dice…?

 

—Aunque tenía mucha prisa por volver a París, su mayor temor era encontrarse de nuevo contigo.

 

—No lo comprendo…

 

—Te garantizo que yo tampoco, pero intentando comprenderlo me imagino que había visto demasiado dolor desde que ustedes dejaron de verse, y podría apostar que él no era la misma persona que conociste en París...

 

Mi cabeza se mueve de un lado a otro, inconforme, mientras me pongo de pie y avanzo hasta la chimenea.

 

 —No… No le creo… Usted no puede saber nada… No sabe nada—. Mi voz se convierte en un susurro.

 

Mis manos toman la cadena de plata sobre mi pecho, y agarran con fuerza el camafeo.

 

¿Death Mask le pidió que me contara esta mentira?

 

—Tienes razón, no sé nada… pero lo que sí sé, es que no lo encontrarás en Rusia, por ejemplo—. Mi frustración me lleva a encararlo nuevamente.

 

—El viajó hacia acá buscando a Aiacos ¡debería estar aquí!

 

—Pero no está.

 

— ¿Cómo es que está tan seguro?

 

—Porque buscaba a Hagen, y lo vio morir.

 

— ¿Lo vio morir?— Mi voz aterrada no puede evitar hacer una copia exacta de sus palabras.

 

—Lo encontró al cabo de un par de años, lo retó varias veces a instruirlo, pero Hagen no era muy complaciente con la gente, la verdad. Debió enviarlo a casa muchas veces... Y después supimos que Hagen había muerto desmembrado. Tu querido Milo estaba con él esa misma noche y sobrevivió milagrosamente al ataque.

 

— ¿¡Y por qué ninguno de ustedes lo ayudó?!

 

—Encontró a alguien, un tal Aldebarán… creo que ambos viajaron a Nueva Orleans hace algunos años. Es todo lo que sé—. No sé que me molesta más, si la facilidad con la que ingiere el alcohol o la insensibilidad que tiene para hablarme del asunto.

 

—Miente. Usted miente—. Debo aferrarme a mis palabras para no ir en busca de la muerte.

 

Él se levanta y emboza una mueca burlona.

 

—Death Mask me pidió que hablara contigo, y yo ya lo he hecho. Es responsabilidad tuya creerlo o no—. Mi cuerpo comienza a temblar de rabia… de frustración—. Que pases feliz noche…— Y sin más pretende retirarse, dejándome inmerso en la más cruel desesperación—. Por cierto, si decides unirte a nuestro grupo, deja de perder el tiempo con búsquedas infantiles, y si no piensas hacerlo ¡vuelve a casa!

 

¿Unirme? ¿Ser uno de ellos?

 

Podría golpearlo, pero no ganaría nada.

 

Honestamente yo lo he venido pensando desde París; hacerlo por Milo sería un placer, pero a final de cuentas terminaría arriesgando mi vida... ¿para qué? Para encontrar a alguien que ha estado evitándome todos estos años… ¿Por qué?

 

Sobreviviste la noche que murió tu familia, y también cuando murió aquél que tanto ansiabas encontrar... ¡Y yo te esperaba! Aún te sigo esperando... Lo que más ansiaba era que volvieras a casa. Creí que mi amor por ti sería suficiente, y que se convertiría en tu ancla con el paso del tiempo.

 

Tal parece que a final de cuentas no me amas tanto como yo creía…

 

«No cortes tu cabello… Me gusta como está…»

 

Mis planes, nuestros sueños… Todo ha muerto bajo la nieve junto conmigo el día que partiste de París.

 

Ahora todo me parece una mentira, y el sueño de volver a verte tan lejano como el sol de este maldito y crudo invierno.

Notas finales:

Si todo pinta bien el miercoles vendrá a subir el 4to.
Gracias nuevamente a quienes me han apoyado en este proyecto.
Un beso y un abrazo oxo


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