Ritsu Pov
Sin importar las tortuosas vueltas con las que repasé esos valiosos y seductores segundos en mi mente o las endebles mentiras con las que intente encubrir el acelerado latir de mi corazón no puedo borrar esos adictivos labios de menta de mi cabeza.
Yo jamás había besado a otro hombre que no fuera Shin, nunca había codiciado aspirar el aroma de otro chico que no fuera el suyo o despertar abrazado a alguien más; sin embargo, cuando Takano me impregno de esa forma tan especial con su esencia fue como si el resto del mundo se paralizara para que todos mi sentidos lo recibieran y mi corazón perdiera la cordura al agitarse ante sus delicados toques; quizás esto se me está escapando de las manos.
Mire con inocencia como una torpe sonrisa se trazaba en mi reflejo en el espejo del vidrio del baño; inconscientemente lleve mi mano hasta mis labios para acariciarlos con esperanza ruborizándome ante mis infantiles acciones.
Ese chico solo ha causado estragos en mis emociones y ha puesto en duda mis pasiones; aprecio que me trate de esta manera única y protectora, que codicie que nuestro falso romance sucumba en una extraña amistad y que me haya salvado de los demonios que me había impuesto Shin atándome con sus cadenas en busca de que mis alas se quebraran.
Estoy en deuda con esos ojos miel; le debo mucho al azabache por haberme rescatado cuando más profundo estaba siendo enterrado en este juego de hipocresías, sin embargo; eso es lo que me aterra; no tener la fortaleza para convertirme en lo que él anhela; suspire recordando como al despertar él me abrazaba con tanto recelo y necesidad mientras mi rostro reposaba sobre su pecho deleitándose con el armónico sonido de su pulsar; la mujer que posea su cariño y funda su espíritu con él será bastante afortunada.
Negué con la cabeza caminando hasta la puerta del baño para comenzar nuestro primer día en la librería como compañeros sin poder quitarme un amargo sabor de la garganta y una punzante sensación en lo más profundo de mis enmarañadas emociones.
Al girar el pórtico para poder dirigirme a mi habitación mi cuerpo fue empujado con brusquedad y poderío hacia el interior del baño; cerré los ojos por inercia paralizado por el miedo al escuchar como la puerta era bloqueada con seguro mientras mi desconocido acompañante apoyaba con rudeza sus manos sobre mi pecho; aspire con fuerza tensándome al reconocer ese elegante y varonil aroma emanar de una familiar piel.
“Shin” Musite levantando mis parpados para caer rendido debajo de esas penetrantes y relucientes orbes escarlatas.
“Por fin sin interrupciones, no sabes cómo me costó distraer a Takano para que saliera de la puerta y te dejara de vigilar como un pulgoso perro guardián” Proclamo encerrándome en un cálido abrazo que consiguió que mis piernas flagelaran.
“¿Qué estás haciendo acá? Si quieres usar el baño déjame salir primero” Me quejé apoyando mis manos sobre su formado pecho en un miserable intento por entablar distancia; me sobresalté al percibir como su corazón latía con descaro ante mis toques.
“Siempre has sido tan transparente” Se burló retirando mis desordenados cabellos de mi frente para entrelazar nuestras miradas.
“No sé de qué estás hablando” Me defendí volteando el rostro al saber que nuevamente caería debajo de sus adictivos toques y mi mente seria hipnotizada por esas hermosas pero toxicas mentiras que me regala.
“Ya detén este miserable juego que tú y mi primo intentan llevar porque la farsa no les está funcionando” Mis ojos se abrieron con sorpresa, mi pecho se agito con nervios y mis manos trataban de sostener con desesperanza estas astucias como una especie de armadura para protegerme de la bestia que yacía en su mirada.
“Tú eres quien debe entender que lo nuestro se rompió hace mucho, tú mismo lo admitiste sin pudor en frente de Takano” Proclame con la voz temblorosa mientras mi piel se erizaba ante sus roces.
“Eso es mentira Ritsu” Susurro en mi oreja con lascivia mientras sus manos levantaban mi camisa para comenzar a acariciar mi vientre “¿Me vas a decir que no extrañaste que te tocara de esta manera? ¿Qué te poseyera como mío?” Me interrogo con malicia mordiendo mi oreja sin importarle mis angustiadas negaciones.
“Por supuesto que no” Me queje tratando de empujarlo en vano al ser más pequeño que aquel poderoso arrogante.
“Pero tu cuerpo si parecía extrañarme, aun reaccionas a mis toques porque jamás me has dejado de pertenecer; no te esfuerces en negarlo amor” Se mofó intentando llevar una de sus manos hasta mi pantalón para hacerme delirar.
“Si no te apartas no me haré responsable de lo que te pasé” Le advertí con determinación arqueando con desagrado en ceño.
“Solo estoy respondiendo a lo que me pides, después de todo me amas” Murmuro dejándome estático con sus palabras “Siempre seré el primer y gran amor que tendrás en tu vida, mejor permite que te someta y dejemos que las cosas regresen a la normalidad”
No podía negar esas palabras; mi alma fue suya por cinco años de tortura y sufrimiento en donde se encargó de marcarme como si fuera ganado y me arrebato todos mis sueños con esta desagradable personalidad sumisa de la que hoy no soy capaz de liberarme por temor.
Lo amo; mi corazón lo sabe, es lo que resuena en las paredes de mi mente y mis emociones siguen explotando con cada uno de sus movimientos y sonrisas; eso es lo que más me duele, me lástima que haga todo esto.
¿Por qué tiene que otorgarme palabras tan gentiles y dulces si después regresaremos a lo mismo de antes? ¿Por qué no me puede decir una maldita vez como se siente por mí en lugar de tratarme como su sucio secreto? ¿Por qué no consigue ponerse en mi jodido lugar una sola vez con algo de empatía? Se supone que le importo; se supone que me ama; entonces ¿Por qué pretende no ver mis destrozadas lágrimas de cristal?
No quiero esto porque si me rindo ahora; si me lanzo a sus brazos arrepentido cegado por los embusteros juramentos que arrojan sin piedad sus labios no solo estaré arruinando todo el esfuerzo y empeño con el que Takano me ha intentado socorrer sino que me estarán pisando como el tapete al que él me han rebajado; de nuevo seré el esclavo que baila y aplaude cuando se lo piden; el amigo de fotografía que debe tolerar todas las denigraciones con las que lo insultan, el chico sin voluntad al que matan cada noche.
“Saquemos al imbécil de Takano del apartamento y prometo que las cosas entre nosotros van a cambiar mi Ritsu” Susurro acercando su tentadora boca para respirar sobre mi cuello y marcarme como solía hacerlo.
“Deja de tratar de engañarme” Le pedí apoyando mi mano sobre sus labios para impedirle que me tocara.
“No lo hago; si regresas conmigo yo te presentaré a todas las personas como quien eres y ya no tendrás que continuar con el inepto de mi primo” Proclamo con malicia intentado aligerar la tensión entre nosotros.
“¿Por qué dices esas cosas tan crueles de Takano?” Le pregunte con nervios convirtiendo mi voluntad en hierro para nublar sus mortíferos roces.
“Porque debe ser bastante duro y asqueroso tener que permitir que él te toque cuando es un fracasado que está lleno de defectos y fallas; cuando no sabe hacer absolutamente nada más que ser un patético parásito retrograda” Mis dientes fueron presionados con ira mientras mi mano enfurecida golpeo su mejilla por impulso para defender a mi salvador consiguiendo que me mirara pasmado.
“Te advertí que de él así no vuelves a hablar” Lo amenacé caminando hacia él con una seguridad y decisión que provocó que la sangre me ardiera encendiendo mi coraje.
“¿Pero qué mierda pasa contigo? Se supone que me amas a mí, deja este teatrito” Me pidió acariciándose el rostro para tomarme de la cintura.
“No es ninguna actuación; lo nuestro termino, no todo el mundo gira en torno a ti; no todos mis pensamientos los dominas, no desde que te atreviste a traicionar mi confianza y me aplastaste como si fuera tu miserable juguete, me canse Shin” Pregone apartándolo con brusquedad de mis caderas sin bajar mis defensas.
“Pero tú no” Sin permitirle continuar conduje mis dedos hasta sus letales labios reprimiendo la enorme nostalgia que me consumía.
“¿Creíste que esperaría por ti por siempre?” Le pregunte con rabia “¿Pensaste que quería pasar el resto de mi vida llorando por ti al jamás obtener lo que merezco?” EL más alto me contemplo atónito mientras me apartaba de su organismo para salir de la habitación.
“Solo te pedí un poco más de tiempo Ritsu; no pretendas que te soy indiferente porque puedo sentir como tu corazón late por mi” Pregono con arrogancia cruzándose los brazos con egocentrismo sobre su pecho con la intención de intimidarme.
“Tal vez tengas razón en eso después de todo te amé de forma incondicional por cinco largos años, pero el tiempo ya se te agoto” Respondí quitándole el seguro a la puerta para poder escapar de aquel incómodo y efusivo encuentro que trató de sostener “Lo lamento Shin pero voy a avanzar con alguien que sí me valora”
“No creas que te cederé con tanta facilidad cuando me perteneces” Declaro con certeza acariciando mis mejillas.
“Pero que poco hombre eres Haitani” Mi respiración se cortó al escuchar esas palabras ser proclamadas por una áspera voz junto al sonido de la puerta abriéndose “Me voy un par de jodidos minutos y tú te crees con derecho a intimidar a mi pareja”
“Takano” Musite ruborizándome al recordar cómo me había quedado embelesado memorizando sin razón alguna sus perfectas facciones sin ser capaz de detener el acelerado ritmo de mi demente e irresponsable corazón.
“ÉL no es tu pareja y lo sabes” Se quejó negándose a apartar su mano de mi espalda; mi mirada se suavizó al percibir como Shin se encontraba temblando cegado por el pánico; esta era la primera vez que lo veía tan frágil.
“Realmente me da risa que te empeñes en negar que Ritsu es mi novio” Pregono el azabache jalándome para encerrarme entre sus brazos.
“Ritsu ya no soporto esto, por favor dime que no es real” Musito uniendo nuestras miradas en un melancólico floreo.
“Lo siento Shin pero te lo advertí, todo lo que te dice Takano es verdad, quien está confundido eres tú” Murmure bajando mi cabeza al no codiciar ser el causante de que sus ojos se destrozaran y su organismo se desplomara.
“Esto no se quedara acá imbécil” Masculló apretando sus puños para empujarnos con ira y encerrarse con un portazo en su habitación.
“¿Por qué estabas a solas con él?” Me pregunto enfadado el más alto negándose a liberarme de aquel protector refugio.
“Él se metió cuando iba a salir del baño” Me excusé sin comprender la mirada de desagrado que adornaban sus lucidos ojos.
“Jamás lo vuelvas a permitir; si te hace algo tú gritas y yo le doy una paliza” Bufé enfadado arqueando mis cejas mientras cruzaba mis brazos con la intención de expresar mi molestia.
“No soy una dama en apuros para gritar por su caballero en busca de un rescate; me puede defender solo” Me queje sin ser capaz de elevar la voz ante su dolida y preocupada expresión; no lo comprendo ¿Cuáles son sus verdaderas intenciones?
“Sé que no eres una especie de chica indefensa” Musito acariciando mis mejillas “Pero se me revuelve el estómago al pensar que estas con él y no conmigo; que miras a alguien más, que codicias estar con Haitani, que otro hombre roba tus sueños” Expreso mordiéndose el labio para cortar sus pensamientos.
“¿Estabas celoso?” Especulé permitiendo que mis irresponsables palabras escaparan de mis labios sin mi consentimiento.
“Sí” Proclamo con altanería “Después de todo se supone que soy tu pareja; a nadie le gustaría ver como un imbécil trata de seducir a su novio a sus espaldas” Se quejó acercándose hasta mi rostro con un aura dominante.
“Es difícil evadir a las personas con las que” EL azabache no me permitió terminar mi discurso al morder mi labios con recelo paralizando mis acciones.
“Tú no le perteneces” Pregono satisfecho ante mi apenada expresión “Él jamás te mereció y yo me encargare de recordárselo” Suspire intentando ocultar mi poderoso sonrojo y mis turbulentas pasiones para concentrarnos en asuntos más importantes.
“Hoy tenemos medio turno en la librería, vamos a llegar tarde en tu primer día y sensei no es una persona muy paciente” Me excuse permitiendo que él sonriera con arrogancia para tomar con ternura mi mano y salir del apartamento.
Trate de distraer mis pensamientos concentrándome en vano en las concurridas calles llenas de presuntuosas tiendas y máscaras grabadas con discursos falsos como los que me entregaba mi pareja hace un tiempo.
Mire con timidez el sucio pavimento percibiendo como el más alto sostenía con más fuerza mi mano consintiendo que sus músculos se relajaran como si me presencia fuera algo que le agradara y mi respiración consiguiera que la suya se suavizara como muestra de alivio y serenidad.
“Ritsu por favor no vuelvas a dejar que Haitani te toque” Murmuro acariciando con su pulgar la palma de mi piel “No quiero que él se vuelva a acercar así a ti nunca más, hay que hacer de todo este lio algo de lo que no pueda sospechar”
No fui capaz de responder esas palabras ante la certeza con la que fueron pronunciadas mientras mis piernas temblaban por cada una de sus confesiones; no comprendo las intenciones de Takano, sin importar las veces en que analicé sus miradas y sus sonrisas no soy capaz de llegar a una conclusión racional.
Él debe ser un perfecto actor al ni si quiera vacilar con sus frases de romance; una mueca de dolor se deformo en mis labios mientras una opresión aplastaba mi pecho sin motivo aparente, no debo ilusionarme o me dolerá estrellarme y fragmentarme por esos muros; él solo lo está haciendo porque le interesa mantenerme en su vida, no debo involucrar sentimientos o acabaré sobre el gélido empedrado de unas destrozadas esperanzas clamando con unos lastimeros aullidos que él jamás escuchara.
Al llegar a la librería ambos comenzamos a ordenar un par de textos al tener escases de clientes en la caja; un tierno mohín se dibujó sobre mis labios al comenzar a intercambiar gustos similares sin dejar nuestras labores.
Suspire con ingenuidad al compartir ese extraño e íntimo vínculo con el más alto; era como si un gran peso se liberará de mi atormentado y magullado cuerpo permitiendo que me levantará para expresar sin inhibiciones mis reprimidas emociones; con Takano es la primera vez que no me veo en la obligación de comprimir mi llanto por miedo y cantar unas falsas aspiraciones; él es realmente especial.
“No pensé que te gustaran autores tan extraños” Murmuro levantando el pesado manuscrito de la trilogía más vendida para ponerlo a simple vista como una nueva estrategia de ventas que se deseaba implementar.
“Yo soy quien está más sorprendido; no pensé que leyeras mucho, Shin me dijo que esas cosas no eran lo tuyo” Le explique recordando con melancolía las primeras conversaciones de advertencia que tuve con esas orbes escarlatas.
“Siempre he amado los libros” Susurro con nostalgia sentándose sobre el piso para acomodar la catastrófica pila de papeles.
“Creo que te va a gustar mucho trabajar en este lugar, a veces es un poco atareado pero te da bastante tiempo para leer” Le explique agarrando con cautela una de las primeras ediciones de Sumi-sensei.
“Creo que me va a gustar más porque te podré ver a diario con una excusa” Percibí como mis mejillas se calentaron ante esas palabras mientras mi mirada buscaba la suya por inercia para derretirme en sus ojos.
“Takano realmente me confundes con tu actuación, cuando dices ese tipo de frases cursis yo comienzo a pensar cosas innecesarias” Le explique apoyándome mi espalda sobre uno de los imponentes estantes mientras el cansancio guiaba a mi cuerpo para aterrizar en las gastadas alfombras del local.
“A veces yo también me confundo por culpa de esas lindas expresiones que me entregas sin medir las consecuencias” Proclamo arrastrándose hasta mi lado para inclinarse sobre mi cuerpo y apoyar sus piernas sobre las mías e inmovilizarme.
“¿Takano?” Lo llamé tratando de retroceder en vano al encontrarme acorralado con las recias páginas adornando el mueble.
“Ritsu” Susurro tomando mi mentón “Pienso que deberíamos hacer más cosas de pareja para poner aún más celoso a Haitani; ya viste como lo hemos comenzado a alterar, lo estamos consiguiendo de a poco” Declaro sin despejarme la mirada mientras esas cálidas orbes absorbían cada uno de mis pensamientos.
“Pero él jamás ha venido a mi trabajo” Me justifique sin moverme ante sus decididos y certeros movimientos sobre mi cuerpo.
“Nunca se sabe a qué nivel puede llegar” Murmullo acariciando mi labio con una mueca que paralizo mi respiración “Deberíamos actuar así cada minuto que tengamos e ir más lejos” Musito inmovilizándome con el peso de su estructura.
“Me estas incomodando un poco” Pregone volteando mi rostro con nervios sin poder esconder las cosquillas que se posicionaban en cada uno de mis músculos.
“¿Te desagrada que sea yo quien te bese?” Me pregunto tomando mi mentón para mostrarme sus latentes temores ocultos como una falsa seguridad.
“No me disgusta” Murmure presionando mis parpados al no ambicionar ser sometido debajo de su arrogante y socarrona expresión; mi corazón se agitó al percibir como nuevamente esos aditivos labios se encontraban probando los míos para robarme las pensamientos y hacerme dependiente de su esencia.
Takano libero mis piernas para apoyarme sobre su regazo y acariciar mi espalda con una gentileza desconocida y una delicadeza incomprendida, mi rostro se encontraba ardiendo ante sus suaves movimientos calcinando cada uno de mis recuerdos.
Con temor rodeé al azabache con mis brazos consintiendo que fueran sus labios los que acabaran con mi respiración y sus toques los que silenciaran mi razón; él más alto probaba de manera recelosa mi boca ingresando tímidamente a está como si estuviera asustado de que yo huyera y me esfumará con un susurro.
Una corriente eléctrica se clavó en mi espalda al apreciar como su lengua incitaba a la mía a jugar y sus manos se enredaban en mis cabellos intentado que aquel dulce y peligroso contacto se hiciera más profundo; un suspiro ahogado murió en mi garganta al distinguir como el mayor descendían para acariciar mis piernas con cariño intentando sosegar mi corazón.
Con torpeza abrí la boca siendo embelesado por el toxico sabor a menta que me ofrecía el azabache; me encontraba cayendo en mi propio juego; permitiendo que fuera su paladar el que se impregnara y su aroma el que me hiciera jadear.
“Ritsu” Con nervios y angustia me separe del más alto para contemplar la mirada sorprendida de mis dos amigos quienes estaban pasmado por mi manera de actuar.
“Realmente eres tú; no sabía que hacías esas indecencias en el trabajo” Se mofó el peli negro apoyando su rostro sobre su mano con picardía.
“Takano déjame salir” Le pedí con las mejillas completamente ruborizadas mientras me intentaba levantar de su regazo con torpeza.
“¿Quiénes son ustedes para interrumpir nuestro momento?” Pregunto colérico el mayor ayudándome a levantarme para aferrarse a mi cadera como si intentara demostrar algo delante de mis cómplices.
“Ellos son mis amigos; Hiroki Kamijou fuimos juntos a la universidad y Kisa Shouta con quien a veces comparto turnos” Le explique tratando de esconderme en vano ante las sorprendidas expresiones de mis confidentes.
“¿Se puede saber ahora quién eres tú para manosear a Ritsu con tanta confianza?” Lo interrogo el castaño alzando una ceja con incertidumbre.
“Soy su novio” Proclamo el azabache con orgullo tomando mi mano para depositar un tierno beso sobre esta.
“Siento que me esto perdiendo de algo” Especuló el de infantiles ojos cafés para apoyar un pequeño libro sobre la mesa “Hace un par de semanas juraría que te morías de amor por tu perfecto idiota y ahora estas con otro”
“Eso es porque” No le permití al azabache continuar con sus palabras al hacerle una seña con la mano.
“Takano está bien; a ellos les puedo contar son de confianza” Exprese permitiendo que nuestro agarre se aflojara “Pero necesitamos privacidad” Le explique avergonzado agachando mi ruborizado rostro.
“Está bien, pero recuerda que te cuido siempre” Me pidió revolviendo mis cabellos para ordenar el desastre que hicimos.
Cerré mis ojos con aflicción apoyándome sobre el mostrador de la librería en busca de una perfecta excusa para engañar a las personas que me pueden leer como si me tratara de un transparente diario de desventuras cuyos pensamientos están plasmados con brillantes letras de escarlata.
“Ahora si explícanos” Me pido con paciencia el de mirada avellana “Le pedí al irresponsable de Kisa que me ayudara a encontrar un par de libros para mi magister porque tú has estado muy ocupado y cuando lo vamos a pedir te encuentro muy cómodo con un desconocido” Se quejó apoyando un par de manuscritos sobre el mostrador.
“Él es Takano Masamune el primo de Shin” Le explique tensándome ante sus ambiguas miradas de desaprobaciones.
“Yo creo que tu novio se va a enojar si sabe que estas así de cercano con su primo” Especulo Kisa hundiendo su dedo sobre mi mejilla “Ahora comprendo porque sensei me dio el día libre con eso de que tenía un nuevo empleado”
“¿Recuerdas cuando fui a tu casa por una pelea que tuve con Shin?” Le pregunte al mayor en busca de un inexistente alivio y una mirada de comprensión.
“Sí; te veías bastante mal porque te negó con uno de sus amigos de estudios” Musito el castaño con duda apoyando sus codos sobre el mueble.
“Esa noche me rompí” Mascullé tratando de abrazarme a mí mismo “Saben que yo amo a Shin; le he dado todo lo que tengo para ya no soportaba vivir atrapado en lo mismo, siempre negación y abuso, no pude más” Recordé desordenándome con fastidio los cabellos del flequillo al codiciar quemar en el cielo mis recuerdos como símbolo de mis avances.
“Te dije que él no te convencía pero tú jamás me escuchas” Se quejó el más bajo suspirando con resignación.
“Entonces Takano al ver mi patético estado se ofreció a ser mi supuesta pareja para sacarle celos a Shin y hacerlo reaccionar” Confesé percibiendo como la presión en mi pecho desaparecía y el temor se esfumaba.
“¿Entonces no son pareja de verdad?” Me limite a negar con la cabeza tragando con nervios ante la mirada angustiada del chico de cabellos negros “Ritchan yo creo que ese hombre no está jugando a la parejita feliz”
“Takano sabe que nosotros dos tan solo estamos fingiendo además a él le gustan las mujeres” El más alto me sonrió divertido inclinando sutilmente la nuca como si desaprobara mi comportamiento.
“Tu jamás has sido un chico imprudente ni has permitido que otra persona que no sea ese idiota de Haitani te toque y te veías muy cómodo con su primo; Ritsu quizás ni cuenta te estás dando pero yo creo que te gusta” Proclamo con certeza el castaño consiguiendo que mi corazón se detuviera con esa mirada.
“¿Gustarme?” Pregunte para mí mismo llevando mi mano con torpeza hasta mis labios “Aunque eso fuera verdad él solo está siendo amable conmigo” Murmure para mí mismo en un apenas audible hilo de voz en busca de convencerme.
“Ya te darás cuenta con el tiempo” Se mofó Kisa sin borrar esa mirada llena de arrogancia que me ofrecía.
“¿Necesitan algo o solo vinieron a burlarse de mí?” Gruñí cruzándome los brazos a la defensiva sabiendo que sus frases eran mi nueva y cruel gélida realidad.
“Necesito que me busques la octava edición del manuscrito de la antigua historia noruega de literatura” Una pequeña risa escapo de mi garganta ante el orgullo y vanidad con las que Hiroki pronunciaba esas palabras.
“Espérame un par de minutos” Le pedí incorporándome en el laberinto de estantes en busca de aquel complicado nombre.
Tratando de concentrarme sin éxito alguno repasé los títulos deseando que su sabor se borrara de mi boca y sus caricias desaparecieran de mi cuerpo; últimamente él ha ahondado en mis pensamientos en contra de mi voluntad y se ha instalado en mis sueños; si las cosas continúan de esta manera acabare como el protagonista de una tragedia.
Un infantil mohín fue dibujado sobre mis facciones al encontrar el enorme texto ubicado en el medio de un imponente librero; con dificulta me incliné sobre la punta de mis pies tratando de alcanzar aquel pesado manuscrito para mi amigo.
Respire con angustia al percatarme de como un par de manos se aferraban a mi cintura; me tense al apreciar como el rostro de Takano descansaba sobre mi hombro mientras su aroma me envolvía para que olvidara lo demás.
“¿No lo alcanzas?” Me pregunto liberando una risita juguetona ante mis lastimeros intentos por separarme de sus cálidas manos.
“No” Respondí tratando de concentrarme en el trabajo “Es aquel enorme libro violeta del medio el que le necesito llevar a Hiroki” Le explique apuntando hacia el manuscrito en busca de aligerar el ambiente.
“Sujétate” Musito aferrándose a mi vientre para alzarme entre sus brazos consiguiendo que mis pies dejaran de tocar el suelo y mis manos pudieran acunar el pesado y detallado texto; abrí mi boca tratando de que las palabras escaparan sin resultado alguno al percibir como cada lugar que él tocaba comenzaba a arder sin piedad.
“Ya lo tengo” Susurre en un hilo de voz descendiendo con el manuscrito entre mis manos hasta tocar el suelo.
“Ves que si te soy de ayuda” Proclamo acariciando mi mejilla “Conmigo acá las cosas se te harán mucho más fáciles” Sin ser capaz de contener las preguntas y la incertidumbre que había calado en todos mis sentidos me atreví a hablar por impulso.
“Takano ¿Por qué les dijiste que eras mi novio? Ellos no son Shin ¿Qué tan lejos quieres llevar esta farsa?” Lo interrogue chocando en contra de librero al intimidarme debajo del seguro y decidido brillo que emanaban sus penetrantes ojos.
“Contigo quiero llevar este juego lo más lejos posible” Declaro con un resplandor especial adornando sus orbes “Estoy dispuesto a ir hasta el final contigo Ritsu” Pregono robándome el aliento y consiguiendo que olvidara el motivo de nuestra relación.