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Relaciones toxicas por Chiaki28

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Notas del capitulo:

Hola chicos!! 

En este capitulo recibi la ayuda de Takano90 asi que es suyo, y mil gracias por todas las ideas y el apoyo.

Espero que les guste.

Y es el 12/15 <3 <3

Ritsu Pov

¿Qué tan lejos se puede llevar a un hombre? ¿Cuál es su límite antes de que comience a saborear la locura y pierda cada uno de los sentidos? Cuando todo este juego con Shin partió esas eras las preguntas que Takano y yo codiciábamos responder, sin embargo, las cosas han cambiado a medida que la farsa se nos deshace entre las manos.

El único condenando con esta clase de imprudencias a las que me he visto sometido he sido yo; nuestros torcidos planes, las ansias de poner celoso a quien alguna vez tuvo mi corazón, el compartir un amorío con un desconocido solo para encender las presuntuosas pasiones de un romance cuyo trágico final se llevó hace cinco años.

Esto ya fue muy lejos; no quiero acabar dañando a Takano, detesto que él esbocé esa clase de muestras de sufrimiento sobre sus labios cuando tengo que hablar acerca de esos relucientes ojos escarlata o que presioné con frustración la mandíbula; porque por su culpa acabó con ideas erróneas; terminó construyendo tontas fantasías de que le gusto y lo nuestro no es solo una máscara cuando prometimos no involucrarnos.

“Ritsu te amo” Esa confesión fue algo letal, fue como un estruendo en lo más profundo de un corazón sellado.

¿Por qué tuve que esperar cinco largos y tortuosos años para escuchar esas palabras ser pronunciadas con ese júbilo? ¿Por qué Shin tardo tanto en reaccionar y confesarme sus emociones? ¿Por qué diablos Shin me tortura con esta clase de cosas?

“Luchare por tu amor” “No me rendiré contigo Ritsu” Sé que la misión de esta embustera relación que llevó con Takano era obtener esas preciosas frases para almacenarlas junto a mis quebrajados recuerdos de cristal; pero las reglas de este torcido infierno han cambiado y ya no sé si podré lograr sobrevivir.

No comprendo lo que hice mal para que él cambiara de esa manera, que ahora me traté con amor y calidez solo me hace darme cuenta de lo mal que nos encontrábamos, de cómo nuestro amor se encerraba en un toxico circulo en el cual yo satisfacía cada uno de sus caprichos con un miserable chasqueo de dedos, en el cual yo era capaz de recibir un disparo en el pecho por ese hombre quien renegaba de mí mismo nombre.

Este pretencioso amor me hizo darme cuenta de lo muerto que me encontraba entre las garras de ese ególatra quien succionó cada una de mis esperanzas para abandonar mi cuerpo y reutilizarlo con sus frustraciones; gracias a Takano me he podido dar cuenta de eso.

Liberé un suspiro agotado sin despegar mi vista del techo del cuarto del azabache mientras me hundía entre sus sabanas apoyado en su pecho; podía percibir como su latir era el que se descontrolaba mientras sus recelosas manos se negaban a liberarme de esa amorosa prisión.

“Está mal enamorarse en esto” Me dije a mi mismo desviando mi atención a las facciones del azabache.

¿Por qué tenía que llegar a mi vida de esta forma? ¿Por qué tenía que destrozar cada mentira que conocía para mostrarme el verdadero valor de un hombre? Con cada una de sus lindas acciones y sus galantes sonrisas más me pierdo, más profundo me encuentro en este laberinto de confusiones, más envuelto entre las llamas mi cuerpo se calcina; sí hubiera sabido que mis pasiones se turbarían de esta forma jamás hubiera pedido su ayuda.

“Takano” Lo llamé con la intención que se levantará al apreciar la hora en el diminuto reloj sobre la cómoda de roble.

“Takano levántate” Me quejé comenzando a remover al azabache entre las sabanas, agitando sus hombros para que me liberara y pudiéramos comenzar con las planificaciones de los horarios “Ni modo” Musite frustrado sentándome en el colchón para ir a la cocina a preparar algo.

“No te vayas” Antes de reaccionar a esas infantiles peticiones un afectivo agarré se encontraba tumbándome debajo de las frazadas mientras el mayor se acomodaba sobre mi cuerpo consiguiendo que mi ceño se arqueara.

“Sí ya estas despierto no finjas” Lo regañe con todos los músculos tensos y la sangre hirviendo al sentir su respiración sobre mi cuello y sus piernas entre las mías.

“Estaba muy cómodo a tu lado ¿Por qué te esmeras tanto en imponer nuestra lejanía?” Me pregunto tomándome del mentón para que no me pudiera ocultar.

“Yo no trato de imponer nada Takano, tan solo quiero que nos levantemos a hacer los informes y revisiones necesarias para que la librería sea un éxito” Proclame sin romper el contacto visual, sintiendo como un par de dolorosas punzadas en mi agitado pecho eran clavadas ante esos ojos miel.

“Me estabas viendo dormir” Pregono con una sonrisa socarrona; pude percibir como mis mejillas se tiñeron de rojo mientras mis mentiras se me escapaban entre los dedos como las gotas de lágrimas de un fracasado amorío.

“Solo levántate de encima para que podamos ir a trabajar como se debe, aunque tengamos turno en la tarde debemos usar bien la mañana” Le recordé apoyando mi codo sobre las sabanas, acortando la distancia con su rostro.

“Como digas mi lindo novio” Murmulló con una áspera y seductora voz para rosar sus labios contra los míos y dejarme escapar.

Lo único que hice ante ese repentino acto fue llevar mis manos hacia mi boca y percibir como esta comenzaba a hormiguear de forma agradable mientras mis ojos no se podían despegar de las acciones del azabache cambiándose de ropa al frente mío; ¿Qué rayos? Es como si estuviera embobado.

Me mordí el labio desviando la mirada al suelo sabiendo que estaba incorrecto; Ritsu no debes hacer esa clase de cosas, no te permitas tener esos oscuros sentimientos por quien se ha convertido en tu salvador, en quien descendió al infierno para acunarte y rescatarte; no puedes comenzar a flagelar con ridículas emociones de adolescentes solo porque alguien está siendo amable contigo; lo último que debes es causarle problemas; me dije a mi mismo parándome de la cama sin devolverle la mirada para incorporarme en el comedor.

“No porque él se muestre perfecto contigo vas a tirar a la basura todo con Shin” Musite caminando por los pasillo de mi apartamento, golpeando con frustración este tormentoso pecho en busca de una respuesta.

Si me rindo con esos ojos escarlata; sí bajo mis hombros y nos encierro en esta toxica relación que ha corroído mi piel hasta que me marchite, sí permito que me siga desgarrando como si fuera un leproso que lo asqueara, todos estos años habrán sido en vano; no dejaré que mi maldito sufrimiento corra para pretender que somos una feliz pareja.

Un agradable aroma me despertó de mi trance, arrastré los pies por las suaves alfombras de mi hogar hasta llegar a la cocina, mi estructura se estremeció al apreciar como el hombre de cabellos rojizos se encontraba preparando el desayuno con una amigable sonrisa.

“Buenos días Ritsu” Proclamo dejando las cosas sobre la estufa para envolverme entre sus brazos y acariciar mis cabellos.

“¿Qué estás haciendo Shin?” Le pregunte pasmado sin si quiera conseguir moverme debajo de sus ásperas garras.

“Te estoy cocinando lo que más te gusta para que tengas un día alegre” Murmullo depositando un beso sobre mi ardiente frente.

“¿Por qué lo?” El mayor no me permitió seguir con mis incoherentes palabras al apoyar uno de sus dedos sobre mis labios.

“Porque te amo y te cuidare como el tesoro que eres” Apreté con rabia mis puños y presioné con cólera mis parpados.

Porque aunque me haya usado como si fuera su prostituta personal; a pesar de que me haya destrozado con sus mentiras, lastimado con una infinita lejanía; con incontables meses negros de dolor y ahora me enseñe la clase de monstruo que era no puedo dejar de quererlo; no consigo enfadarme con él con estas torcidas manipulaciones.

“Gracias” Fue todo lo que dije sentándome en la mesa de madera para ver con sumisión el suelo; esta actitud suya me desespera, siento que están jugando con mis nervios, intentando desmoronar mi cordura para encontrar mis límites.

“Acá tienes mi lindo castaño” Pregono extendiéndome un plato con pescado y una pequeña porción de arroz “Sé que no te gustan las cosas compradas así que estuve horas averiguando las recetas”

“¿Por qué no fuiste así de detallista siempre?” Pregunte arrepentido al haber dejado escapar uno de mis pensamientos.

“Porque nunca lo pediste” Y así las cosas volvían a ser mi culpa; siempre era la misma excusa, yo era el insensible quien nunca manifestaba su dolor, era mi culpa por ponerme a sus pies para que me atropellará, por tolerar este sádico juego en lugar de reclamar mi papel protagónico, siempre sus errores caían sobre mis hombros para aplastarme, hacerme sentir como la basura que realmente era.

“Oye Ritsu sobre los libros que tenemos que ordenar ¿Puedo hacer igual cantidad de pedidos entre los nuevos que salieron?” La estruendosa voz del azabache hizo eco por las paredes del apartamento; sus pasos resonaron para que me atreviera a alzar la mirada y encontrarlo; mi claridad en mi mar de lamentos.

“Se supone que debes seguir las indicaciones que te dio sensei” El de mirada miel me sonrió de una manera tan afectiva que cortó mi respiración.

“Lo sé, pero según las estadísticas de venta ambos autores fueron igualmente exitosos, en algunas librerías extranjeras el libro del segundo inclusive vendió más a pesar de ser un novato, por eso presiento que nos faltaran copias” Lleve mi mano hasta mi mentón ante los impertinentes análisis de mi compañero.

“Es cierto, tuve la misma traba a la hora de aceptar los papeles de sensei, creo que si somos dos los que pensamos igual podemos explicárselo en la junta del viernes antes de hacer el pedido” Divague en voz alta consiguiendo que esa hermosa sonrisa se intensificara.

“Al menos no estaba hablando tantos disparates” Musito revolviéndome los cabellos, sentándose a mi lado.

“¿Por qué el repentino  interés por la venta de los libros? Antes parecías tan indiferente con tu trabajo” Me atreví a preguntarle alzando una de mis cejas.

“Porque sí te diste el trabajo de conseguirme un puesto a tu lado, si lograste que me aceptaran  a pesar de que no habían nuevas vacantes; no te puedo defraudar, quiero que veas la clase de hombre que soy Ritsu” Musito acariciándome las mejillas, provocando que una orgullosa sonrisa se trazara sobre mis labios.

“Nunca me dejas de sorprender” Fue la torpeza que expresé mientras nuestras manos se entrelazaban.

“¿Para mi no hay desayuno Haitani?” Interrogo divertido el azabache sin borrar esa aura de superioridad que emanaba.

“Prepáralo tú, yo solo se lo hice a la persona que amo” Cada te amo se siente como una daga justo en lo más profundo de mi alma, como un asesinato silencioso a mis deseos, como un grillete más en la sentencia a la que me enfrento ¿Por qué se sienten tan mal sus palabras? Se supone que me deberían hacer feliz pero tan solo me martirizan restregándome en el sucio rostro que el derrumbé de nuestra utopía sí fue mi culpa.

“Pero que frío” Se quejó tomando un bocado de mi pescado para saborearlo ignorando la enfadada mirada de Shin.

“Ustedes dos se comportan como” No acabé mis palabras al percibir como mi teléfono sobre la mesa comenzaba a vibrar, con la curiosidad siendo el guía de mis sentido extendí mi mano derecha para acunarlo y revisar un mensaje de mi mejor amigo.

“Ritsu no se te olvide que mañana es la fiesta de cortesía que da la librería; te lo estoy recordando porque cada año la descuidas aunque te esmeres en los preparativos, si gustas puedes invitar a alguien, pero esta vez ten consideración en nosotros si tienes al idiota de cabellos rojos en mente” Me revolví los cabellos con cierta frustración ante el mensaje, el año pasado ese encuentro salió desastroso.

“¿Una pequeña reunión social?” Me interrogo el hombre de mirada miel mientras estudiaba sin vergüenza alguna mi mensaje “Creo que leí algo así en los registros de la librería, sirve como una especie de feria de promoción”

“Más que nada es para conocer a los autores e incitarlos a que firmen exclusividad con la editorial a la que estamos atados pero de una pretenciosa manera cercana y cálida” Me burlé cerrando el pequeño aparato negro.

“¿Me vas a llevar?” La voz de Shin me obligo a tragar con dificultad mientras algo en mi pecho se removía de forma dolora.

“No” Conteste sin flagelar “La última vez me dejaste en ridículo con tu indiferencia, no volveré a cometer el mismo error dos veces” Mis palabras consiguieron que el más alto abriera sus ojos pasmado al igual que sus labios.

“Hablas enserio” Musito atónito consiguiendo que la culpa fuera la que me enterrará, que el miedo fuera el que me paralizara y mis piernas se movieran solas arrastrándose por una salida.

“Takano yo voy a repasar algunos datos, regreso enseguida” Musite llevando mis pies de regreso al pasillo; deteniéndome a mitad de este para quedar en blanco con una profunda amargura absorbiendo cada uno de mis sentidos.

Debí prevenir lo devastado emocionalmente que quedaría con esta clase de imprudencias, yo ya no puedo, no soy un títere que se logra estirar hasta que se rompa; no soy un adorno que no siente, no soy un cuerpo sin vida; estoy hastiado de esto; estoy enfermo de esto. Intentando continuar mi paso en vano un par de brazos me arrastraron  a la que alguna vez fue mi habitación.

Mi ceño se arqueó ante la furiosa expresión que se había trazado sobre el rostro del chico de ojos escarlata quien me extendía las manos como una seña de derrota intentando sin resultado acercarse a mi cuerpo; acá vamos una vez más, la misma estúpida rutina de llanto de siempre, el mismo falso arrepentimiento para que este imbécil se rinda a sus pie; ya no más.

“¿Qué es lo que quieres Shin?” Le pregunte cansado de que tuviéramos los encuentros de esta manera.

“Eso es lo que quiero saber yo Ritsu” Proclamo con angustia sobre esas cínicas pero hermosas orbes rojizas “No te entiendo, un día me haces promesas de un amor eterno y al siguiente te andas metiendo con mi primo ¿Qué diablos pasó?” Una risa sarcástica fue todo lo que resonó por la habitación.

“Y tienes el descaro de preguntarlo” Me burlé apoyando mi mano sobre su pecho para impedirle el paso “Ya tuvimos esta conversación cientos de veces y sí aun así no puedes ver las cosas no es mi problema, no vales la pena”

“¿No valgo la pena?” Me repitió tragando con dificultad mientras su respiración se intensificaba.

“¿Crees que no me puedo cansar de esta rutina en la que me encerraste? ¿Qué no me dolía tu indiferencia? Pues te equivocaste Shin” Mascullé con cólera apretando mis puños para contener la rabia acumulada.

“¿Pero de que mierda me perdí?” Me pregunto con un destacable enfado apretándome los hombros para impedir mi escape “Ritsu tu jamás me habías hablado de esa manera ¿Qué fue lo que te hizo mi primo?” Sus manos afirmaron mi rostro presionando mis mejillas mientras sus ojos reflejaban una frialdad que jamás había visto.

“Me dio el valor que había perdido” Pregone escupiendo las frases de mi garganta, consintiendo que todas esas reprimidas emociones dé una vez gatillaran mis límites para llevar a mi cordura al extremo.

“Ritsu esto no me gusta, que me desafíes así, que te vayas con él, que ya ni si quiera me lleves como tu pareja para la fiesta de la editorial” Su voz sonaba estridente e imponente mientras su organismo me trataba de intimidar al saber que con esta delgada contextura no lograría zafarme.

“¿Te sientes arrepentido por haberme despreciado tantos años?” Le respondí con ironía tratando de liberarme “¿Cómo te sientes ahora que tú eres el de segunda mesa?”

“¿Pero qué carajo te hizo Takano?” Repitió como si no se tragará el reflejo de quien tenía al frente, como si no pudiera creer que el sumiso chico que destrozó le estuviera levantado las palabras con el corazón quebrajado entre las manos.

“Si no tienes nada más que decirme suéltame” Ordené con gélido endureciendo mi mirada.

“Ya entiendo” Musito liberando una risa llena de ironía mientras sus ojos comenzaban a lanzar fuego y su cuerpo se estremecía de la rabia “Ya entiendo que es lo que pasó acá”

“Shin” Lo llamé percibiendo como todo ese valor con el que pretendía ser mi propio héroe se esfumaba de mi cuerpo; se evaporaba de mis emocionantes ante la primera mueca de aflicción que me enseñaba el más alto.

“Te acostaste con Takano” Especulo consiguiendo que cada una de mis emociones se paralizaran en el tiempo para perderme en su mirada.

Pero que malagradecido; que venenoso era ese hombre ¿Cuántas incontable noches fui yo el desahogó de sus presiones? ¿Cuántas veces me desviví por este amor al permitir que me trataran peor que una escoria? ¿Cuántas malditas lagrimas mortíferas fueron las que derramé ante su desgarrador romance?

Yo cambie para transformarme en la perfección; moví cada una de mis convicciones para ajustarlas a las suyas, jugué con mi cordura como si pendiera de un frágil hilo, yo me destrocé, acabé con todo lo que represente, abandone a las personas que me hablaba por sus celos, deje mi primer trabajo porque no le gustaba; lo he hecho todo por este hombre; ¡Maldición! Lo he dado todo por Shin y aun así tiene el descaro de preguntarme esta estupidez.

“Sí”  Dije por un torcido deseo de verlo sufrir, de ver un poco de mi reflejo en sus toxicas y embusteras escarlata.

“¿Qué?” Pregono atónito con los ojos abiertos como si fueran dos platos destrozados y el cuerpo apretando el mío con una ensordecedora rabia.

“Pero eso a ti no te importa” Respondí encarando su rostro “Después de todo solo soy tu amigo vago” Antes de que continuara con mis mentiras una dolorosa presión sobre mi rostro detuvo cada una de mis palabras mientras me soltaban el cuerpo al piso; con una mueca dolida lleve mi mano hasta mi boca apreciando un fino hilo de sangre “Shin” Musite atónito por ese agresivo comportamiento.

“No puedo creer que me hayas hecho eso Ritsu” Proclamo golpeando la pared con cólera “Se supone que me amabas a mi tú” Un par de lágrimas de impotencia fueron las que se hicieron presente en mis ojos.

“Imbécil” Farfullé empujando su pecho con rabia lejos de la puerta para correr a encerrarme en la habitación de Takano sin saber si lo que más me había dolido era el golpe o que creyera en mis hipocresías.

Sellé la puerta con un estridente choque mientras trataba de calmar mi temblorosa estructura, la cabeza me ardía, el pecho se me estaba desmoronando, esas estúpidas e inútiles lagrimas no dejaban de cesar por mis mejilla, estaba furioso, estaba frustrado, destrozado, enfadado, ya no podía con esto.

Por eso deje que mi cuerpo fuera arrastrado al suelo y mi cabeza escondida en mis rodillas ¿Cuánto más quiere que le dé? ¿Cuándo más es necesario enloquecerme para poder ser feliz? Sé que fue mi error haberle mentido con ese descaro, sin embargo, esperaba que él viera que mis palabras eran una broma de mal gusto, que no flagelara de esa forma por mi amor, porque yo jamás he dudado del suyo.

Un golpe en la puerta me forzó a alzar la mirada “NO TE ATREVAS A ENTRAR SHIN” Le grite colérico con la voz áspera, sin energía para rebatir, sin fuerza para mantenerme de pie, sin vida; finalmente toda mi voluntad había muerto.

“No soy Shin” Murmulló la amigable voz del azabache ingresando en su habitación para cerrar la puerta y acercarse a mi “¿Qué diablos paso? Se escuchó muy feo”

“Otra tonta pelea” Masculle con rabia “Otra de cientos de peleas que no nos llevan a ningún lugar”

“Ritsu” Me llamó con gentileza mientras sus manos repasaban mis cabellos “¿Qué fue lo que le dijiste? Cuando fui a ver porque el caos lo vi llorando, nunca había visto a mi primo derramar alguna lagrima” Mi pecho tan solo se contrajo con esas gélida verdades, tan solo estaba lastimando; es como si mi organismo estuviera condenado a romper a quien lo toca.

“Le mentí, le dije cosas horribles porque dejé que las ansias de venganza me ganaran” Respondí levantando mi cabeza levemente para unir nuestras miradas.

“¿Venganza?” Me pregunto tragando con dificultad ante mi expresión.

“Solo quería que él tuviera un poco de la miseria que yo tuve tantos años, lo amo, pero ya no puedo con esto, necesitaba un seguro que me prometiera que las cosas iban a cambiar, una muestra de empatía, eso era todo lo que quería pero” El más alto no me dejo continuar al acariciar mis labios con una mueca de frustración.

“¿Qué es esto?” Me pregunto colérico al enseñarme una tenue mancha de sangre.

“El resultado de la pelea” Me burlé consiguiendo que su ceño se arqueara y él se levantara de mi lugar para rebuscar algo entre los desordenados cajones.

“¿Él se atrevió a tocarte?” Liberé una pequeña risa ante esas palabras.

“Takano soy un hombre no una fina chica que no se puede proteger a sí misma” Confesé siguiendo los movimientos del más alto con la vista, apreciando como acunaba un envase de alcohol y una motita de algodón.

“¿Por qué te esmeras en hacer eso?” Me pregunto hincándose a mi lado en el suelo de la habitación “¿Por qué estás haciendo esto Ritsu?” Repitió con seriedad vaciando el líquido sobre la suave textura para apoyarlo sobre mi boca, ante el ardor lo único que pude hacer fue cerrar los ojos y deformar mis labios.

“¿Hacer que?” Le pregunte como un torpe balbuceo.

“Pretender ser un chico fuerte cuando no lo eres” Murmullo haciendo más presión en el algodón, leyendo a través de estos mentirosos ojos “Ritsu tú no eres la persona que me tratas de enseñar, no eres un hombre que soporte esos golpes y es indiferente, no eres un chico que le da igual si lo presentan como su pareja o como su novio, no eres un insensible que le resbalan los insulto; tú eres frágil, eres delicado, eres un pequeño tesoro”

“¿Por qué tú te esmeras en destrozar mi seguridad?” Musité devastado al haber sido descubierto.

“Porque te quiero cuidar y no puedo si te reprimes, no te resignes a  vivir toda tu vida una farsa en busca de la perfección” Susurro dejando los utensilios para envolverme entre sus brazos y consentir que humedeciera su camisa mientras su varonil aroma me envolvía.

“Takano odio esto” Musite aferrándome a su espalda “Aunque amo a Shin esto no vale la pena, ya no vale la pena seguir con esta miseria, desearía poder enamorarme de alguien más, dejar de sufrir por un hombre que no cambiara, quiero que esto se terminé” Me queje con lastimados sollozos mientras sus grandes manos acariciarían mi espalda.

“Entonces enamórate de alguien más” Proclamo con seriedad tomando mis mejillas entre sus manos para limpiar las gruesas gotas.

“No es tan sencillo” Me mofé tensándome ante esa seria y penetrante mirada.

“Enamórate de alguien que te ama, te cuida de forma incondicional, de quien te ha protegido desde que te vio llorar por primera vez, de un chico ingenuo que calló entre tus redes embelesado por cada cosas que haces” Los dedos del azabache descendieron hasta mis labios “Enamórate de alguien como yo”

“Pero” Balbuceé pasmado “Se supone que era un juego”

“Entonces enamórate de mí en este juego” Pregono consintiendo que aspirara su aliento de menta para presionar sus labio con los míos.

Mis ojos se abrieron inundados de la sorpresa ante las cientos de descargas que recibía mi cuerpo; este era un beso distinto a todos los demás, uno que había paralizado cada uno de mis musculo, conseguido que la sangre me ardiera y pequeñas explosiones recorrieran todo mi vientre mientras mis ojos me rogaban por cerrarse.

Sus labios me ofrecían una sensación única; diferente a todo lo que probé, delicado, afectivo, dulce, toxico e intenso; era un venenoso tacto en el que aspiraba poder morir mientras mis manos subían hasta sus cabellos para enredarse en estos.

“Ritsu” Jadeo entre húmedas caricias mientras sus manos no podían dejar de recorren mi piel como si cada centímetro de mi cuerpo le perteneciera.

¿Enamorarme de alguien como él? Eso es lo que más deseaba, que fuera Takano el dueño de estos sueños, que él fuera el pecador por estos labios y me marcará, quería olvidar a Shin de un buena vez y admitir mi derrota, aceptar que en estos cinco martirizantes años no conseguí encantar al hombre de mi vida, no logré que se preocupara como siempre me profeso hacerlo.

El más alto me recostó en contra de las suaves alfombras sin detener el movimiento con su intensa y experta lengua, sus manos recorrían todo mi vientre consiguiendo que un insoportable calor se posicionara en esos lugares, cuando el azabache se separó lamió mi labio con recelo consiguiendo que un quejido saliera de mi garganta.

“Perdón” Musite con el rostro ardiendo y la respiración agitada.

“¿Te duele mucho?” Me pregunto con preocupación acariciando esa diminuta herida en mi boca “El imbécil de mi primo me las pagara por” Detuve las amenazas al aire de Takano al poner uno de mis dedos sobre sus labios.

“Estoy bien” Musite ahogándome en sus ojos miel “Si estás conmigo siempre estaré bien” Una tonta sonrisa se trazó en sus labios mientras aun en el suelo se aferraba a mi espalda para encerrarme en su pecho.

“No permitiré que esto se vuelva más grave, no dejare que Haitani te siga manipulando Ritsu, yo te sacaré de esto” Y con esas palabras como la promesa de una salvación y el ingenuo deseo de creer en ese presuntuoso futuro cerré mis ojos permitiendo que su calidez me envolviera y su corazón el que me calmara.

Notas finales:

Bueno explicando un poco.....

Shin esta acostumbrado a una personalidad sumisa, sin replicas, sin opiniones, basicamente era la voz en la relación; que Onodera se haya atrevido a contradecirle para el fue demoledor.

Dicen que frente a lo desconocido hay dos impulsos o huyes o atacas; Shin opto por el segundo aunque asi le dio la gran oportunidad a Takano.

Y pues es normal que Ritsu quisiera poner alguna especie de prueba, ademas le daba rabia tener que tolerar todo eso.

Espero que haya quedado más claro; y ojala les haya gustado <3 <3


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