Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Relaciones toxicas por Chiaki28

[Reviews - 282]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos!! *-*

Y volvi a la seguridad de mi hogar! Esta semana fue una locura, una montaña rusa pero estoy feliz de que las cosas se hayan calmado T_T Soy feliz!

Bueno acá les traigo otro capitulo; y anuncio que creo que a este fic no le queda mucho de vida; hay una que otra carta debajo de la manga de varios personajes pero esta más que claro que estamos en los capitulos más tensos y definitivos.

Espero que les guste y este capitulo va para Kasaya Deysha; la fabulosa autora que me dio la idea para hacer esta salida tan especial; mil gracias sensei y espero que sea de su agrado!! *-*

 

Ritsu Pov

He caído tan bajo que he tocado el fondo de la irracionalidad; me he perdido en un mar de emociones turbulentas que ya no puedo descifrar ¿Es muy tarde para escapar de sus ojos? ¿Es muy tarde para escapar de este extraño amor? La respuesta ya la sabía.

Con Shin las cosas siempre fueron hipnóticas y emocionantes; él me acariciaba electrizando mi cuerpo desbordante de pasión, me besaba como si fuera adicto a mis labios, me murmullaba hermosas palabras que al amanecer se convertían en polvo con la imagen del chico de cabellos rojizos abotonándose la camisa al frente mío.

Sus te amo ahora se escuchan tan vacíos; su voluble mirada se siente dependiente y obsesiva, yo me profesaba terco al aferrarme a ese amor sin salvación dispuesto a que las lágrimas de brillo se me acabaran, sin embargo, en medio de mi oscuridad llego Takano ofreciéndome el cielo entre las manos; estrechándome entre sus brazos hasta que la amargura se esfumó en un melancólico susurro.

El encuentro de anoche fue diferente a todo lo que conocí; nunca nadie me había tocado con tanto cariño y afecto, esa mirada tan cálida que me ofrecía, el atento roce de sus dedos, las caricias cuidadosas en mis piernas, el aferrarse a mi cintura protegiéndome de las pesadillas y esos tentadores besos de veneno; como desearía haberlo conocido antes que al ambicioso de mirada escarlata.

Takano es especial; es un hombre que se ha adentrado con fuerza en mis barreras y ha tocado la profundidad de mi alma; decir que es galante, perseverante, afectuoso, inteligente seria quedarme corto de adjetivos con los que calificaría esa terca personalidad.

Hoy por primera vez sentí el calor de ser amado; al despertar sobre su agitado pecho con un par de brazos sosteniendo mi cadera impidiéndome borrar este encuentro como un precioso sueño en el viento; esto es demasiado confuso, si me cabeza razonara huiría dejando esto para salvar esa tortuosa relación, pero yo no puedo dar marcha atrás, quiero ser de él, quiero que solamente sea Takano quien me posea de esta manera.

Con vergüenza removí el flequillo de mi frente sin dejar de contemplar sus varoniles rasgos; apoyé mis manos sobre su torso sintiendo como todo mi estómago hormigueaba por las agradables sensaciones que él me trasmitía.

Mis sentidos se mantuvieron atentos al escuchar como el azabache comenzaba a murmurar un par de incoherencias “Ritsu” Un golpeteo irracionalmente poderoso ataco mi pecho; la respiración se me cortó al escuchar mi nombre siendo pronunciado por esos labios; con mis manos acabe cubriendo mi rostro ardiendo.

¿Cómo puede pensar en mí hasta cuándo duerme? Este hombre lo ha dado todo para que sonría, se ha forzado a pasar tiempo para rescatarme del abismo en el que Shin me había encerrado y dominado; estoy tan agradecido con él; sin Takano aun estaría lamentándome en la casa de Hiroki reclamando por los malos tratos de mi novio.

Mi mente aterrizó cuando él más alto se removió entre las sabanas recorriendo mi espalda con sus grandes manos para alzar esas largas pestañas revelándome esos ojos que se han adueñado de todo lo que conozco y trasformado todo lo que soy.

“Ojala despertara así cada mañana”  Fueron las primeras palabras que resonaron por la habitación acompañadas de una hermosa sonrisa.

“Buenos días” Murmullé avergonzado tratando de ocultar mi cara sobre su pecho sin éxito al percibir un firme agarre en mis mejillas; antes de poder decir algo más él estaba esparciendo un par de superficiales besos por todo mi rostro con un cariño de una magnitud impresionante, provocando emociones que pensaba muertas.

“Ahora si son buenos” Musito relajando sus hombros para delinear con sus dedos mis labios “Ritsu esa fue la mejor noche de mi vida, no creas que te dejare escapar fácilmente ahora que por fin te has entregado” Pronuncie una tonta risa por ese posesivo tono con el que se daba confianza.

“No tengo intenciones de irme de tu lado” Le respondí sintiéndome cómodo, augusto y sobre todo amado.

“Hoy quiero que hagamos algo especial solo nosotros dos” Esa suave petición fue acompañada de un superficial beso en los labios “Quiero que tengamos la cita más romántica con la que jamás has soñado para hacer este día aún más memorable”

“No es necesario” Le rebatí con un ligero temblor en mis palabras “Además lo que nosotros hicimos fue anoche, no se puede hacer más único”

“Yo quiero que cada día a tu lado sea especial” Proclamo sin vacilar mientras esas juguetonas manos aun recorrían mi espalda con sus largos y finos dedos “Esto es tan tonto, yo me siento irracionalmente feliz y ni si quiera lo puedo disimular, supongo que esto es estar enamorado” Se burló de sí mismo arrojándose para atrás el flequillo.

“Takano yo” El imponente ruido de la alarma de mi teléfono me impidió seguir hablando, con nervios me senté en las desordenadas sabanas buscando el aparato en los bolsillos de mi desaparecido pantalón.

“¿Estás buscando esto?” La burlona voz del azabache me hizo voltear; fruncí al ceño al apreciar como sostenía mi teléfono con una sonrisa socarrona.

“Sabes que sí” Me estire intentando alcanzar el aparato en vano al ser más bajo que Takano, él sin entregarme otra explicación apago mi celular y lo arrojo en algún lugar del rentado cuarto de hotel “¡Oye!”

“No quiero que nadie nos moleste hoy” Me explico recorriendo mi cintura como si yo le perteneciera, aunque tal vez ya lo hacía “No dejare que mi intolerable primo si quiera te busque para comprar en la tienda, no permitiré que el maldito se te acerque nunca más después de lo que hizo” Sus manos acariciaron mi enrojecido labio con una rabia reprimida; negué con la cabeza ante esa infantil actitud que había adquirido.

“Takano tengo que enfrentarlo algún día, las cosas no pueden quedar así entre Shin y yo, nos tenemos mucho afecto como para que todo se desmorone por una pelea”  Mis palabras consiguieron que esa tonta sonrisa fuera reemplazada por una mueca de desagrado y una mirada llena de incertidumbre.

“Sé que no puedo interferir y no te quiero limitar, mi intención es apoyarte, pero” Sus hombros se bajaron al igual que su nuca.

“¿Pero?” Indague tomando su mentón.

“Temo que él te aparte de mi lado, que te diga una última mentira hipnótica para que te vayas; Ritsu no sé si resistiría perderte” Mis emociones taladraron ante esa dolida expresión; en contra de todo mi orgullo mis brazos rodearon su espalda para que yo me aferrara a su pecho y él escuchara el demente ritmo de mi latir.

“Vivimos en el mismo apartamento, es imposible evitarlo, además soy un adulto, debo saber confrontar mis problemas” Pude sentir como sus manos rodeaban mi cadera mientras su cabeza descansaba sobre mis cabellos.

“Yo solo quiero verte feliz, si no soy capaz de enamorarte te dejare ir con un mejor hombre, alguien que te amé y te respete; pero no con Haitani, no con ese egocéntrico que solo sabe hacerte daño, por favor no te vayas con él” ¿Cómo podía exponerse con tanta sinceridad? ¿Cómo se supone que no me hiciera ilusiones con esos ojos miel si me dice esta clase de dulces cosas? No puedo resistirme, no puedo ser indiferente y acabó atrapado en un mar de impulsos en el que ya no pienso ni en Shin ni en sus sentencias.

“Debería ir a ducharme para devolver la habitación” Pregone rompiendo el ambiente, separándome de su cuerpo para mirar una socarrona y pícara sonrisa.

“Si quieres irte rápido deberíamos hacerlo juntos” Ante ese seductor e insinuativo tono de voz acabé con el rostro completamente encendido.

“¡No te aproveches!” Grite apenado “Yo no estoy muy acostumbrado a tomar duchas empalagosas en pareja y esas cosas”

“Yo te acostumbrare” Me contradijo abrazándome de la cintura para cargarme a la fuerza hasta el presumido baño “Seré tu tierna pareja acaramelada”

“¿Qué parte de me da vergüenza no entendiste?” Me queje intentando zafarme en vano; resignándome a permanecer en ese protector agarre.

“Ritsu, tú eres perfecto para mí” Dijo con una repentina seguridad dejándome al frente de la regadera “Eres lo más hermoso que he visto, me encanta cada parte de tu personalidad, presto atención a los detalles que te hacen sonreír; te amo ¿Por qué es tan difícil de creer?” La respiración me fue robada con esa clase de sinceras verdades, mis emociones absorbidas por esos ojos tan intensos de los que ya no podía escapar.

“En mis circunstancias también sería difícil de creer” Musite abrazándome a mí mismo como gesto de pena y sumisión.

“Yo no soy Haitani, yo nunca te pediría que te reprimieras ni te ocultaría de los demás” Su aliento de menta y almíbar acaricio mi cuello, sus manos sostuvieron mi mentón para forzarme a verlo como el esclavo que era “Eres lo más valioso que tengo; nunca haría algo que te lastimara, confía en mí Ritsu” Y con esas palabras una tonta sonrisa borró mis inseguridades para que ambos nos metiéramos en la ducha y el pudor se fuera con el agua.

Takano me tocaba de una manera tan única, electrizante, cautivadora, estática, celosa, cariñosa, afectuosa ¿Cómo un simple roce puede trasmitir tanto?; lo único que podía pensar debajo de sus manos es que él era un vicio y yo un maldito adicto cuyas cadenas ya se forjaron.

Era extraño juguetear como una pareja enamorada debajo del agua, consentir que él me lavara el cabello y se burlara de mis expresiones, tener que tocar con tanta confianza un cuerpo ajeno sintiendo que este ya me pertenecía, darnos un par de torpes besos ocultos por una tenue cortina de vapor; todo esto me estaba haciendo enloquecer y aun así rogaba por más.

Sus dedos jabonaron cada rincón de mi piel, con torpeza frote su espalda tratando de ignorar esas ridículas bromas que hacía para romper los nervios que nos consumían a los dos en ese momento ¿Por qué estaré tan atontado? Quizás por el olor del jabón mezclado con su seductor aliento; tal vez por las latientes memorias de anoche, por la presión del trabajo, por mis demonios; aunque quizás todo esto lo haya causado Takano, tal vez sea mi corazón el que está golpeando mi pecho para huir con el azabache; solo quizás.

Esto acabará por condenar mi relación con Shin pero “Te amo Ritsu” Cuando dice esa clase de cosas nada más importa.

Ambos después de una hora perdidos en un par de caricias húmedas salimos del baño para agarrar nuestras ropas y vestirnos; me apresuré en ponerme las prendas al observar esa lujuriosa expresión recorriendo sin pudor alguno mi cuerpo.

“Se ven lindas las marcas que hice” Se burló abotonándose la camisa; regalándome esa sonrisa que solamente él puede trasmitir.

“No me molestes, pudiste haber dejado menos” Me queje volteando mi rostro, escuchando como sus poderosos pasos resonaban por toda la habitación acercándose a mi lado.

“Imposible dejarte menos cuando me seduces con tanto descaro” Se mofó terminando de abrocharse la prenda para entregarme una tierna mirada “Ahora vamos a la recepción a pagar, hay una sorpresa que tengo que darte”

No pude responder a esas palabras, lo único que hice fue aferrarme a sus dedos para pagarle a la recepcionista y caminar juntos en medio de una brillante tarde por las cálidas calles de primavera; el más alto no logró borrar esa serena expresión mientras su mente yacía perdida en el paisaje y su mano sobre la mía.

Él me arrastro al frente de una tienda de conveniencia en donde me ordeno esperar con la excusa de que arruinaría sus intenciones para regalarme un agradable misterio, resignado me limite a obedecer apoyado en contra de la pared; centrando mi atención en las parejas que pasaban tomadas de la mano por las concurridas calles.

“¿Cuántas veces imagine eso?” Ese murmullo escapo solo de mis labios con una incomprensible tranquilidad.

Pasé años imaginando que Shin me tomaría con esa seguridad omitiendo los comentarios, esperando que fuera capaz de presentarme como alguien además de “Su amigo vago”; que agarrara el valor para luchar por mi amor, pero al final todo acabo con cobardía y un adiós silencioso con ese golpe; aunque eso está bien, yo tengo a Takano, un hombre por el cual he comenzado a suspirar sin si quiera percatarme de eso.

Ni si quiera pude ocultar una repentina felicidad al ver a esas parejas porque finalmente yo había hecho eso; por fin ya no me sentía asqueado o avergonzado de quien era, me profesaba libre, aceptado, esto era tan nuevo que me paralizaba cada musculo por el miedo; pero aun así…

“Ritsu ya acabe con las compras” Perdido en mis pensamientos le di un pequeño beso en la mejilla logrando que una apenada expresión se grabara en sus facciones.

“Gracias” Aun así no lo quería detener.

“¿Paso algo?” Me pregunto con una sonrisa ingenua apoyando su mano sobre el lugar en donde mis labios lo habían rozado.

“Solo estaba meditando la suerte que tengo porque hayas llegado” Murmulle apenado bajando la cabeza; sabiendo que esos ojos me mirarían con un amor desbordante y esos labios me desearían con un ardiente pasión.

El resto del camino trascurrió en un agradable silencio, al llegar a nuestro apartamento Takano me calmo recordándome que Shin trabajaba hasta la noche el día de hoy, al ingresar a ese ostentoso lugar él dejo las bolsas en  la mesa y me indico que esperara en mi cuarto como si fuera un niño pequeño deseando una fiesta sorpresa.

Resignado obedecí sus órdenes para dejarlo trabajar a solas; no obstante, en lugar de irme a su habitación me dirigí a mi antiguo cuarto por mera nostalgia, al pararme en frente de esa vieja puerta dueña de tantos recuerdos mi cuerpo se estremeció; trague con dificultad antes de abrir y ser inundado por el varonil aroma de quien fue mi pareja.

Respire con tranquilidad repasando la habitación “Esta bastante sucia” Me dije a mi mismo al ver toda su ropa arrugada y en el suelo “Le dije que si quería se la lavaba con la mía” Antes de que me diera cuenta estaba inclinado en el piso recogiendo sus camisas, tocando esa prenda que antes me cubría con una peligrosa nostalgia.

“Onodera Ritsu yo no pensé que me llegaría a enamorar de un hombre; yo estoy aterrado de esto que estamos viviendo, de cómo te estas adentrando pero si de algo estoy seguro es que te amo, más que una simple noche quiero que seas mi pareja por muchos años más, por favor se mi novio” Me lleve esa prenda a mi pecho reprimiendo un repentino llanto que amenazaba con salir “¿Qué paso con esas promesas?” Pregunte como si esa vieja camisa me pudiera responder.

“Lo mejor que puedo hacer es enamorarme de alguien como Takano y seguir batallando por olvidarte, por dejarte ir y aprender a atesorar esos recuerdos en lugar de lamentarme por ellos” Fue el murmullo que di antes de soltar esa vieja prenda para salir de su habitación con una mueca de aflicción en mis labios.

Mis pies se arrastraron por inercia a la sala de estar sabiendo que Takano estaría ahí; ¿Cuándo se convirtió en mi protector? ¿Cuándo él paso a ser mi seguro? No lo puedo explicar; yo solo caí de mis nubes de azúcar para que él me atrapara.

Abrí los ojos sorprendido al ver la sala de estar a oscuras, mi atención se centró en la pequeña mesa en donde desayunábamos la cual ahora tenía un elegante aspecto al estar adornada con un bello mantel rojo de raso y un par de velas azules las que encendían todo el lugar.

“¿Takano?” El nombrado salió de la cocina frunciendo ligeramente el ceño.

“Te dije que te quedaras en el cuarto hasta que te llamará” Me regaño frotándose la cabeza.

“¿Qué es?” Mis palabras murieron en mi garganta al entrar a esa habitación y ver que él estaba cocinando por primera vez “Tú”

“Soy bastante malo con las recetas y todo eso” Rio apagando la estufa “Pero compre un libro en donde estaban todas las indicaciones así que debería saber bien, yo solo quería que tuvieras una cena especial, por lo que me dijiste tu velada más hermosa se remonta a la pizza que pidieron por teléfono” Una divertida carcajada escapo entre dientes.

“Es cierto” Musite con nostalgia “Te ayudo con lo que te queda” Me ofrecí arremangándome la camisa para colaborar con esa especial salida casera.

El más alto preparo con cautela y dedicación un extraño pescado que compro por la recomendación de la muchacha de la tienda, me dedique a hervir el arroz deseando que este no se quemara por mi falta de habilidades, juntos freímos un par de verduras tratando de seguir las sencillas instrucciones del libro; después de un par de frustrantes intentos pusimos la mesa para poder disfrutar de mi primera comida romántica.

“Espera, aún falta lo mejor” Me indico antes de sentarse al frente mío para sacar de esa misteriosa bolsa que había comprado una pequeña rosa de tímidos pétalos y un disco con música instrumental el cual puso en el estéreo.

“No era necesario tanto” Me excuse sin disimular la vergüenza.

“Quiero que este día sea el inicio de algo perfecto, por eso quiero que salga bien” Él se inclinó sobre mi rostro con la rosa entre sus manos para ponerla detrás de mi oreja provocando que mi rostro ardiera junto un ceño fruncido.

“Eso es demasiado femenino para mi” Me queje ocultando lo feliz que me encontraba por ese detalle.

“No te la compre porque fuera algo femenino” Me contradijo acariciando mis mejillas para ubicarse en su asiento “Lo compre porque es hermoso como tú lo eres y significa amor y respeto; justo lo que te trato de enseñar”

“Deja de decir cosas tan cursis” Una tímida risa salió de sus labios.

“Me pongo cursi cuando se trata de ti porque quiero demostrarte que valgo la pena, que si me das una oportunidad jamás te voy a defraudar” Me limite a sonreír para comenzar a probar los platos que él había cocinado.

Aunque el arroz estaba seco por culpa de mi distraído carácter y las orillas del salmón estaban quemadas nunca nadie había hecho un gesto tan lindo por mí; no tenía que ser perfecto para remover mi mundo, no necesitaba de esos pretenciosos fajos que a Shin le encantaba exhibir para ser especial y único; no tenía que ser ostentoso para deslumbrar.

Con una amena conversación compartimos esa amigable cena perdidos en nuestros ojos gracias a las tenues luces de las velas y la romántica música que llenaba mis sentidos con esas delicadas armonías y suaves notas.

El más alto no despego su atención de mis acciones en todo la cena, nuestras manos siempre se encontraron entrelazadas debajo de la mesa; parecíamos unos enfermos de pasión, unos locos empalagosos rebalsando amor, aunque quizás eso es en lo que nos habíamos transformado.

“Creo debí investigar un poco antes de cocinar” Se burló dándole un pequeño bocado a las migas que quedaban en su plato.

“A mí me sabia delicioso” Le rebatí terminando con los restos del pescado; disimulando mis nervios con esas torpes palabras atropelladas.

“El guiso al final acabo negro por culpa de mi falta de atención y el vino estaba tibio, además la música no era la que quería” Libere una pequeña risa tomando un sorbo del cálido y ardiente líquido.

“Para mí fue perfecta” Le contradije tomando entre mis manos la suya “Takano nunca nadie había hecho algo así de lindo por mí; jamás se habían tomado tantas molestias solo para que yo me sintiera querido; yo” Mis mejillas se enrojecieron ante mis propias confesiones “Solo gracias por todo esto”

“Realmente lindo” Balbuceó parándose de la mesa para tomarme de la mano y abrazarme en medio de la sala “Me alegra que te gustará y no quiero tener que arruinar el momento con mis celos o algo así pero tenemos que ver un lugar a donde irnos”

“¿Qué?” Pregunte atónito observando como él  caminaba hacia el ventanal para abrir las cortinas y dejarnos inmersos en esa hermosa oscuridad iluminada por las velas y las estrellas.

“Me gustaría vivir contigo” Repitió acomodando un par de cojines y una manta en el suelo al frente del paisaje, indicándome con la mano que me acurrucara a su lado como si estuviéramos solos en el mundo.

“Takano yo no” El azabache presiono mis labios callando mis palabras; con una melancólica sonrisa me rodeo con la frazada por la espalda y apoyo su hombro en el mío.

“Sé que voy a parecer un maniático del control por eso, no quiero presionarte, no te pediré que nos vayamos mañana ni tengo el dinero para hacerlo, pero me gustaría poder vivir solamente contigo; huir solo los dos algún día” Su exquisito perfume golpeo mis sentidos, su calidez me abrigaba y todo mi cuerpo cosquilleaba.

“Eso me gustaría mucho” Musite dejando que sus brazos me acunaran y que la romántica música nos envolviera.

El más alto tomó mi rostro para rozar con las yemas de sus dedos mis mejillas y acariciar de forma sutil mi boca en un electrizante y venenoso beso, apoyé con timidez mis brazos alrededor de su cuello para perderme en él.

Takano me comenzó a besar con lentitud con sus húmedos y cálidos labios; su lengua rozaba mi boca de manera traviesa mientras sus manos se encontraban recorriendo mi vientre, provocando que cada uno de mis músculos ardiera y me demandara más de esa toxica cercanía.

“Te amo” Murmullo entre besos para comenzar movimientos más hambrientos.

El ruido de nuestras húmedas caricias se mezcló con un acelerado latir de corazón junto con esas viejas  melodías muertas de violín, su delicioso sabor se impregno en mí; su lengua jugueteaba con la mía en un intercambio de estática, las salivas se fundieron mientras me recostaba entre esos cojines y las frazadas al frente del ventanal.

Mis ojos se cerraron; sus besos agitaban como demente a mi corazón, sus manos comenzaron a acariciar mis piernas para ascender nuevamente por mi vientre; mis poros se habían erizado por sus toques; todo mi ser se estremecía por ese imponente hombre.

“Takano” Jadeé separándonos por una tortuosa presión en los pulmones; el azabache me sonrió para repasar la comisura de mi boca.

“Podía acostumbrarme a vivir esto a diario” Se mofó mientras sus manos se metían por debajo de mi camisa para tocar esa desnuda piel que había marcado como suya.

“Te dije que” Mis palabras callaron al escuchar el sonido de la cerradura, abrí mis ojos con angustia intentando levantarme del agarre del azabache movido por el pavor; cuando lo trate de empujar fue muy tarde y la luz de la sala de estar ya nos había revelado.

“Takano; mi idiota favorito” Bramó intentando disimular su enfado con un fuerte chirriar de dientes y un apretón de puños “¿Estoy interrumpiendo algo?” Su tono burlón logro que Takano se tensara y arqueara las cejas.

“¿No se supone que llegabas más tarde hoy?” Gruño levantándose del suelo; el hombre de cabellos rojizos apago las velas sobre la mesa y se mofo de esa cursi actitud que habíamos adquirido.

“Salí temprano porque aproveche para hacer un mandado” El más alto me dio la mano para que me levantara del suelo y me ocultara detrás de él como si fuera una especie de damisela en apuros, aunque me agradaba esa parte protectora de Takano yo no era un inútil indefenso; al contrario era un hombre con un carácter cada vez más firme que se podía defender.

“No te atrevas a acercarte ni un centímetro o date por muerto” Bramo el azabache extendiendo sus brazos como una barrera.

“Que resentido” Se burló el de orbes escarlata “Pero si necesito hablar contigo Ritsu, aunque supongo que aun sigues enfadado” Esas últimas palabras se quebraron al igual que su mirada clavada en mi corazón.

“Te atreviste a tocarlo, sea hombre o mujer tu pareja es una falta de respeto ponerle una mano encima, pero claro ¿Qué mierda sabes tú de respeto si eres un arrogante que siempre lo ha tenido todo?” Shin me miro con una repentina sumisión como si me rogara con sus lastimadas expresiones que lo socorriera.

“Takano ya basta, te pedí que no fueras muy duro” Musite acariciando su hombro, logrando que sus ojos me apreciaran con cierta decepción.

“Lo sé” Mascullo “Solo me da rabia que siempre se salga con la suya, que siempre consiga lo que quiera y maltrate a quien se le da la gana”

“Te veo muy augusto con Ritsu” Proclamo logrando que ambos nos tensáramos “Me alegro mucho por ustedes dos” El azabache y yo intercambiamos una mirada confundida ante la torcida sonrisa que había dibujado sobre sus labios.

“¿Gracias?” Musite confundido.

“Haitani trames lo que trames nada va a hacer que me aparte de Ritsu, yo lo amo, tú ya perdiste tu oportunidad” Algo en los ojos escarlata de quien alguna vez me condeno se desmorono; pude ver como estos se cristalizaban levemente, sin embargo, esa socarrona expresión no desaparecía de sus facciones ¿Qué busca con más mentiras?

“No es ningún plan el que tengo” Se excusó con pasos firmes hacia donde estábamos “Solo quiero darte mis respetos por ser el ganador de todo esto”

“¿Enserio?” Los brillantes ojos de toques de miel y oro se abrieron con sorpresa mientras una pequeña sonrisa se posaba en sus labios y su agarre se aflojaba.

“Me siento tan feliz por ustedes que incluso les organice una pequeña reunión familiar en la recepción de un hotel” Ese tono de voz, esa mirada en sus orbes,  sus nerviosos movimientos y esas arrastradas y forzadas mentiras no me lograba convencer; como me gustaría que fuera más sincero, al menos que al final se atreviera a aceptarse y quitarse la máscara.

“¿Por qué invitaste a toda la familia?” Pregunto a la defensiva Takano mientras Shin llevaba una de sus manos a un bolsillo de su pantalón de tela para extenderme una elegante invitación de letras doradas en cursiva y papel ocre.

“Para que compartan su felicidad” Esa vacilación en sus frases corroboro mis sospechas.

“Shin ¿Qué estas escondiendo?” Le pregunte mordiéndome el labio ante esa repentina altanería.

“A ti jamás te escondí nada Ritsu, eres la única persona que lo supo todo de mí y ese fue mi gran error, convertirme en un embustero” Susurro con cariño revolviendo mis cabellos con esas grandes y protectoras manos “Es hora de sacar a la luz un par de viejos trapos; digamos que este es el haz que les tengo preparado”

Notas finales:

A Takano se le salio lo cursi; pero asi pasa cuando descubres que estas enamorado; él ama al castaño, realmente trata de ayudarlo a que su confianza retorne y tiene la paciencia para esperar que su amor sea correspondido.

Ritsu por otro lado aunque esta confundido esta consciente del cariño que le tiene al azabache aunque yo diria que es amor renegado, pero paso cinco años cuidando a Shin, es dificil, es complicado dejar ir una relacion tan larga, en la que esforzaste tanto y ademas tener que ver a esa persona.

Bueno sobre Haitani ¬¬ No se confien; no ha actuado como el mejor hombre pero ese castaño le importa, es lo que deben saber.

Espero que les haya gustado, ojala comenten y mil gracias por su apoyo <3 <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).