RESIGNACIÓN
Alex llego al lugar en donde vio por última vez a sus hijos, a sus pequeños y solo cayó de rodillas golpeando con todas sus fuerzas el suelo, sintiendo que las lagrimas caían libremente al suelo, se sentía tan vacía, tan inútil, su mente estaba en shock y sentía que la única forma de liberar tanta carga emocional era golpear con sus puños cerrados el suelo, hasta que lograra sacarse sangre, y no podía levantar la mirada, aun cuando estaba sintiendo la mirada de todo su pueblo sobre su cuerpo, algunos guerreros como muchos de ellos trataban de procesar lo que había sucedido.
—Ellos…Ellos no….no ellos no —Susurro Alex, sintiendo un nudo en su garganta, se sentía asqueada, harta de esa situación, había sido el colmo lo que le había hecho, la vida no se cansaba de quitarle lo que amaba, primero fue su esposo, su familia y ahora sus hijos, esos niños que desde que eran unos niños en algunos de los casos, otro estuvo en sus brazos desde que era un recién nacido, ahora se lo arrebatan todo, un grito lleno de dolor, como ira se escucho por todo el lugar haciendo estremecer a los más pequeños como las mujeres que solo bajaron la mirada al suelo, dejando que su líder se desahogara de la mejor manera.
— ¿Alex? —pregunto un alfa, acercándose con sutileza a su líder, al observar a la mujer temblar de pies a cabeza, su respiración era irregular, pero al escuchar como la nombraban solo giro un poco el rostro, dejando ver su mirada cristalizada por una gama de emociones que azotaban su cuerpo, mente, alma, para volver a dirigir su vista en el último lugar en donde vio a sus hijos, los padres de Takao, Shun estaban peor que ella estaban de rodillas las mujeres siendo consoladas por sus parejas que no creían lo que había sucedido, Alex solo apretó sus puños para empezar a golpear el suelo y dejar salir un grito agónico al cielo su pueblo se unió al grito de dolor de su líder, seguido por los sollozos como llanto por la enorme pérdida que habían sufrido por ese ataque, les habían arrebatado un pedazo de ellos… y era sencillo de entender como comunidad estaban tan unidos, que eran capaces de trasmitirse sentimientos, en cada miembro, en cada uno de los suyos aun cuando este estuviera lejos los podían sentir y ahora esa unión estaba rota, por la decisión de quienes en un futuro serian sus líderes la razón era de seguro que lo hubieran presentido que cada uno de ellos prefiero romper ese lazo invisible, esa unión única con su pueblo para protegerlos, de cualquier daño como lo habían hecho los pets secuestrados anteriormente a ellos, solo para proteger la comuna…y ellos están rotos y lo único que podían hacer era llorar por quienes fueron arrebatados de su familia, como admirar su heroísmo por salvar a muchas crías, aun cuando su vida estuvo en peligro y como por ahora convertidos un mercancía de saber quiénes personas.
—Mis hijos, me robaron a mis hijos y no puede hacer nada por ellos, no pude salvarlos —hablo con dolor la mujer, cerrando los ojos y escuchando el llanto lastimero de su manada que solo miraba al cielo que era mudo testigo de esa masacre, sus garras se enterraron en sus palmas sin importarles que se estaba sacando sangre —Iré, por ellos, no descansare hasta encontrarlos y matar a cada uno de esos tipos, con mis propias manos, hasta que mi sed de sangre, de venganza sea saciado y más vale que ellos no se atrevan hacerle daño a mi familia —susurro tétricamente la líder, mirando fijamente a su consejero que solo bajo la mirada negando con la cabeza, con algo de dolor la observo nuevamente colocando una mano en su hombro, sintiendo como se tensaba la mujer.
—No puedes Alex, lo sabes verdad ¿no puedes ir por ellos? Siento negarte ese deseo que tienes pero te recuerdo que eres nuestra líder, nuestra guía y no puedes irte así, como así. Lo único que ocasionaras es que haya un derramamiento de sangre innecesario para nosotros ¿lo sabes verdad? —respondió el consejero sintiendo como su líder se levantaba para colocar sus manos en el cuello de su camisa y verlo amenazadoramente con los colmillos afuera y rugiendo por lo bajo lo observaba con furia en esa mirada única que poseía su líder.
—Estas insinuando que deje a la suerte a mis hijos, que no vaya buscarlos, que no vaya a buscar mi venganza, destruirlos, como ellos lo han hecho con nosotros todo ese tiempo. Me estás diciendo que haga todo eso, pues no. Yo iré hasta el mismo infierno por ellos, pero no los dejare solo, no a ellos que son lo único que me queda en esta vida —hablo tétricamente Alex, dejando ver sus pupilas dilatadas por la rabia que estaba emanando, sus colmillos solo rechinaban cuando hablaba, pero solo sintió como el cuerpo contrario asentía colocando las manos en sus muñecas, la líder solo observaba ese gesto sintiendo que lo que iba a decirle su consejero, iba a ser doloroso pero estaba decidida a buscarlos.
—Sé que lo que te estoy pidiendo es un enorme sacrifico para ti, que tú has sufrido demasiado, tal vez mas que todos nosotros juntos pero Alex, te recuerdo lo que te decían tus hijos, las ordenes que dejaron cuando sucediera un ataque de esa magnitud y tu como líder debes pensar en tu manada ante todo. Te juro que en su momento yo mismo me uniría a tu escuadra para cazar a esos malditos, pero ahora no, ahora debemos ocultarnos en especial a los cachorros, esos imbéciles sabían que llevándose a nuestros futuros líderes, fracturarían nuestra defensas que muchos padres entrarían en pánico dejando espacios para que esos tipos entraran atacarnos nuevamente para llevarse a las crías para venderlas al mejor postor de verdad vas a desperdiciar el sacrificio de tus hijos…por eso estoy apelando a tu liderazgo y que pienses con la mente fría —explico el alfa, sintiendo como el fuerte agarre que tenía hace unos segundos estaba cediendo para ver la cabellera rubia de Alex cubrir su rostro. El consejero solo la observaba sabía que había sido duro con sus palabras pero eran necesarias para abrir los ojos de su líder que solo levanto su mirada viendo fijamente a su manada que estaba atenta esperando un líder de ella, haciendo que tomara la decisión correcta aun cuando debía dejar a tras a su familia pero era ellos o perder la mitad de su manada. La rubia solo se acerco donde estaba él tomándolo del cuello de la camisa para verlo fijamente, dejando que su vista se fijara en ella.
Dolía como un fierro caliente en sus entrañas, las palabras del alfa pero Alex sólo pudo aflojar el agarre, sintiendo como los recuerdos de su familia desfilaban delante de sus ojos las promesas que se dieron en su momento como ver la risa de cada uno de sus hijos logrando que sus pupilas se dilataron, su cabeza estaba a punto de explotar por toda la información obtenida como la adrenalina del momento vivido por todo lo vivido, ella solo jadeo varias veces, trataba que cada intento de respirar, necesitara que el aire entrara a sus pulmones y no esa sensación que estaba respirando fuego. —Tienes razón. Junta a todas las crías y verifica los daños de este ataque —ordeno Alex, para apretar los puños, aún cuando su corazón estaba partido a la mitad...era la líder y debía asumir su rol Rápido, nos moveremos al refugio principal en 20, vamos a reunirnos con todo el “clan” —exigió para soltar el aire contenido y empezar a movilizarse. Sabía que sus hijos harían todo lo posible para volver a casa. Debía tener esa confianza con sus energías renovadas se dirigió a su puesto.
Al escucharla todo se pusieron rígidos para correr a sus viviendas y tomar un poco de ropa, Alex solo observaba todo con la vista vacía, era hora de ir al clan, un lugar seguro y escondido de los humanos, donde todos los pets del mundo conocían era como un santuario, para aquellas almas que solo deseaban paz, un lugar enterrado en lo más profundo de la tierra, cuevas que solo Dios conocía su existencia, solo fue una vez en que cada líder de las comunas de los pets del mundo se reunieron para encontrar un lugar de contingencia sí y solo si, los ataques de las personas se pasaran de control y desgraciadamente ella sabía que era ese día, con un último recorrido a su hogar nota algunos lugares donde el fuego ya había consumido todo, dejando todo en ceniza, ella solo rogo que sus hijos encontraran la forma de escapar y se dirigiera a esas viviendas subterráneas que poseían.
—Vuelvan pronto a casa —susurro al aire para retomar su puesto e ir a ayudar a todos los que podían en especial los cachorros ese lugar sería el único en donde las crías aseguraban un futuro, algunos pets solo la abrazaban dándole la fuerza que necesitaba, aun cuando deseaba que todos se fueran no podían, porque era ponerse una soga en el cuello, así que solo un pequeño grupo iría a ahí, para asegurar el legado de esa comuna, donde seguro otras comunas estarían ahí protegiendo a sus hijos.
CONTINUARA….