QUIERO RECUPERARTE
Momoi agradecí que sus amigos, mucho menos Daiki se había dignado en visitarla, aunque todos ellos sabían que ayudaba a Pets cuando los necesitaba, era consciente que los pets que estaban ayudando ya habían humillado a sus amigos para que ella se los pusiera en bandeja de plata, a veces ser la mejor amiga como casi hermana de todos ellos le pasaba factura, pero no podía hacerse a un lado, ella era testiga de lo que pasaban los pets, sus padres le inculcaron el respeto de cada vida, y en especial aquella que no se puede defender.
Pero también era consciente que los jóvenes que tenia no eran para nada sumisos, y su líder de alguna manera era Ryota, el Inu era fuerte como sensible pero sobre todo astuto, aun cuando pareciera algo despistado, llevaban dos semanas tratando que uno de sus amigos ser recuperara, ya que él era el único que se había lastimado de grave a la hora de su escape, pero ella no era tonta sabía que Kise estaba meditando con saber qué cosa pero cada día la confianza estaba creciendo o eso esperaba la pelirrosa, muchas veces deseaba preguntar como era la vida en detrás de las paredes, si tenían familia pero el miedo de que Ryota como los demás pets retrocediera la hacía callar.
Para Ryota no era fácil confiar más si se trataba de una dama de sociedad como lo era la joven que los ayudo, al principio estaba con la guardia en alto, aun era la fecha si no sabia si podía confiar en Momoi, pero ver la mirada sincera de la joven como el deseo de ayudarlos hizo que se ablandara un poco solo esperaba que los jóvenes como adultos de su colonia hayan podido escapar, conocía a su madre adoptiva era una gran líder y mantendría protegidos a todos ellos, lo que si se había dado cuenta que ese grupo de personas estaban desesperados por encontrar Pets, por su ataque se llevaban a cuanto encontraran, aunque su preferencia era los jóvenes, pero ahora la culpa lo carcomía… dos semanas sin saber nada de Taiga, de los demás, del miedo que hayan sido asesinados por haberlos ayudado, la incertidumbre de que ellos la estén pasando fatal por lo que hicieron, se giraba en su habitación aun no podía creer que la joven les haya dado a cada uno una habitación, y esta fuera tan grande, como las colchas suavecitas, la primera vez que durmió ahí se sintió en el paraíso.
—He averiguado que habrá una subasta en un par de noches — hablo Momoi entrando a la habitación del Inu, al escucharla las orejas doradas de Kise se tensaron para verla con toda la atención —Kise, no se si en esa subasta estén Kaiga y los demás pero no puedes ponerte en riesgo por algo que no estamos seguros si puedes o no salvarlos — charla la mujer sabiendo que esa misión era una suicida, por lo poco que trataba al rubio era capaz de hacerlo aun sin saber a ciencia cierta si en esa subasta estuviera sus hermanos, pero por la forma que habla de ellos eran una familia muy unida, que si fuera en el caso contrario seria ellos los que estarían en busca de sus familiares.
—No importa Momoicchi, si hay una solo una mínima oportunidad de encontrarlos, no me detendré hasta recuperarlos, son mis hermanos y ellos harían lo mismo por mi — confeso preparándose para salir de esa habitación para ir con los demás dejando a una preocupada mujer que no sabia como ayudarlos, tanto como Ryota como ella sabían que si los descubrían ayudando a escapar a unos pets que supuestamente firmaron para ser vendidos como esclavos podían ir a la cárcel en el caso de Momoi y en el del Inu seria vendido para compensar los daños.
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A Taiga como los demás no les importaba estar colgando en el techo ni que su espalda estuviera llena de heridas por los látigos como los esfuerzos de esos animales por someterlos a ser esclavos, desde pequeños han luchado para ser libres y prefieren morir antes de hincarse a un grupo de personas inadaptadas que se creen mejor que nadie solo porque poseen un estatus social.
Al menos saben que los demás están libres, que Ryota debe guiar a los demás hasta donde esta el campamento para empezar de nuevo, para luchar con una libertad que ha sido arrebatada injustamente, no importa los golpes, las heridas o la falta de alimentos mientras ellos no bajen la cabeza no importa nada más que eso.
—Estoy animales no quieren aprender — hablo un adiestrador viendo la fiereza de esos ojos rojos que lo miran con superioridad aun cuando esta atrapada en esas cadenas y su espalda esta en malas condiciones.
—No importa, al jefe no le interesa si están o no sus nuevos amos se encargaran de enseñarles a las malas si es posible, pero deben estar en la subasta que se efectuara en unos días — respondió otro viendo de mala gana a esas abominaciones de la naturaleza, las orejas como colas de gatos y perros se alzaban intentando de una manera proteger a sus portadores, le repugnaba su trabajo pero si podía maltratar a unos de ellos no importa, ni disfrutar de algunas veces los cuerpos de los más débiles, pero al ver que su compañero se extraño de que por primera vez colocarían pets sin adestrar debía ser algo importante — al parecer esa gala vendrán los príncipes, al fin alguno de ellos tomara en sus filas de esclavos a unos de esos animales — contesta para salir de ahí, era mejor dejarlos sin comer por días a esas bestias para que la débil de su cuerpo por los golpes como mala alimentación los tuviera un poco sumisos.
CONTINUARA…