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UN ANGEL ENCADENADO por Starfugaz

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Notas del capitulo:

Antes de todo agradezco su infinita paciencia, espero ser consiste de ahora en adelante la actualización de esta historia.


Espero que les agrade el capitulo nwn

 


UNA NUEVA GENERACIÓN parte2


 


 


UN CONTRICANTE DIFERENTE


 


Toda su vida Atsushi había sido temido por su tamaño; era muy grande para ser un Inu, algunos preferían alejarse de él, logrando como resultado que el pelimorado prefiriera la soledad, como mostrarse principalmente aburrido eran las pocas cosas que le agradaban hacer en sus preferidos eran los dulces esos pequeños postres llenos de azucares como sabores artificiales habían sido sus confidentes, los únicos que jamás lo traicionarían.


 


Pero el único que jamás le temió, que siempre lo busco para darle un abrazo, el único que tenía una enorme sonrisa porque él lo cuidaba era Kise, ese pequeño ángel, su hermano junto con su familia tratado de estar para él que no se hundiera en la soledad y que encontrara una razón para poder ser feliz, quizás una pareja pero Murasakibara su mundo era su familia, dulces todo lo demás era aburrido, aplastable.


 


Jamás realmente había encontrado algo que le llamara la atención, que alejara su vista de sus amados dulces como cuidar la integridad física de su hermano como amigos omegas, no hasta el día de hoy, teniendo en su enorme mano la cabeza de unos de los guardias, quizás se había confiado y algunos de sus enemigos se dieron cuenta de su intrusión pero no fue  cosa de otro mundo noquearlos con la fuerza de sus manos o intimidarlos con su altura.


 


—No te lo volveré a repetir otra vez —dijo una voz firme  entre la oscuridad viendo como el Pet solo lo escuchaba indiferente causándole un sabor de boca extraño, nunca en su corta edad había encontrado alguien que no solo no le temiera por su presencia sino que osaba a desobedecerlo  a él que sus órdenes eran absolutas ahora era tratado como un simple plebeyo con el rostro enrojecido por emociones jamás descubiertas salió de su escondite encarando al gigante que solo tiro al guardia como si fuera peso muerto para meter algunas provisiones en una bolsa sin importarle nada más que su misión.


 


—Kaga-chin se pondrá molesto porque no fui silencioso a la hora de trabajar pero no es mi culpa  —susurro aburrido Murasakibara para restarle importancia a lo pensado acomodando mejor en su boca un pastelito de vainilla que había encontrado en ese lugar, al finalizar su saqueo solo junto la bolsa para colocarle detrás de su espalda pero por sus rápidos reflejos pudo esquivar fácilmente un cuchillo que se enterró en la pared haciendo que se molestara ya que su dulce, exquisito manjar de los dioses había quedado estampado en la pared haciéndose añicos quiso lloriquear pero no estaba en su casa, ni era lugar para convertirse en un cachorro de perro llorando por su mamá…era un guerrero y el mejor en su clase con una mirada que prometía dolor, sufrimiento para aquel que había hecho ese crimen tan atroz.


Y claro que su mirada encontró al culpable que lo miraba arrogante pero no conto que a la hora que sus ojos se conectaran con su enemigo esta mirada fuera de dos colores…Colores que amaba como nunca nadie sabía uno le recordaban a Kise por tener un dorado tan especial como su hermano ese dorado que juro proteger con su vida pero el otro. Rojo, eran de color rojo pensó para sí mismo, sintiendo como su boca se hizo agua al ver ese tono de color en los ojos contrarios porque precisamente ese color le recordaba a las fresas silvestres, tan rojas tan maduras que cuando pegas la primera mordida saboreas la tersa como dulce fruta deseando mas de ella sin llegar a empalagarte porque no te basta por comerte una sino todo la que puedas encontrar sin aburrirte. 


—Deberías tener respeto para tu príncipe Inu —hablo arrogantemente el joven dejando ver su cabello rojizo, piel blanca como sus ojos uno de color dorado y el otro rojo, el Inu solo debió olfatear un poco para saber que era un hombre fértil, un omega humano pero solo bufo por lo bajo al recordar el odio que poseía a su especie solo doblando sus hombros se dirigió a la salida esquivando nuevamente otra arma punzocortante. ¡ERA EN SERIO SOLO ESE TIPO DE ARMAS TENIA EL OMEGA! Estaba molesto podía sentirlo en todo su cuerpo, la adrenalina estaba corriendo en su cuerpo y más cuando a sus sensibles oídos llegaba el sonido de lucha de sus compañeros como familia, señal clara que debía ir a ayudarlos luego destrozaría a ese principito de cuarta.


 


//—Atsushi, Ryota, Tatsuya, Kazunari contesten, maldición contesten, debemos salir de aquí —ordenó Kagami, escuchando detrás de la líneas forcejeos indicando que todos ellos estaban peleando con algo o alguien.


 


//—Solo voy aplastar algunos Taiga-chin —hablo aburrido Murasakibara, bostezando un poco pero estaba molesto de haber bajado la guardia por unos dulces.


 


El príncipe solo frunció su frente al ser ignorado por el peli morado que estaba contestando alguien por medio de su comunicador, sintió nuevamente la mirada del otro sobre su persona


 


—Quisiera quedarme a jugar con su majestad pero tengo que hacer cosas más importantes que estar con usted —hablo sin emociones para caminar nuevamente a la salida pero siendo detenido por el príncipe que apunto con un par de tijeras, Murasakibara solo levanto una ceja si de verdad el propósito del príncipe era intimidarlo lo estaba haciendo mal, y no es que esa mirada no era firme incluso si le tuviera respeto obedecería cualquier orden del omega, se pondría a sus pies si lo deseaba pero no era ese caso. Mas parecía como un pequeño peluche o cachorro de algo que solo necesitaba un abrazo para sentirse seguro.


 


Sin ejerce mucha fuerza lo tomo de los hombros como un niño de seis años, lo hizo a un lado y siguió su camino dejando a un príncipe con los ojos completamente abiertos tratando de procesar lo que había pasado, pero lo que no entendía era porque su corazón empezó a palpitar fuertemente cuando sintió el aroma del alfa Inu al ser cargado, por primera vez en su vida sintió un temor en todo su cuerpo, como si ese breve encuentro pronosticaba un mal augurio en el futuro.


 


— ¿Príncipe Akashi Seijuro se encuentra bien? — preguntó un preocupado guardia luego de haberse recuperado del golpe dado por ese mastodonte viendo como levantaba a su príncipe como si fuera solo un juguete para salir por la puerta tan tranquilo


 


¿UN PRINCIPE DIFERENTE?


 


Desde que tuvo razón, siempre fue diferente a los demás integrantes de la familia real. Siempre le gusto no mostrarse, ni mucho menos llamar la atención era feliz leyendo un libro o bebiendo su malteada favorita sabor vainilla.


Era consciente que todos sus amigos, los futuros reyes lo querían como a un hermano, siempre velando que no desapareciera de su campo visual incluso si usaba o no su don…habilidad única de desaparecer y aparecer sin que su oponente se diera cuenta de su presencia.


Sabía que lo catalogaban como un fantasma y no era que su actitud pareciera a uno. Testsuya siempre fue justo al igual que Seijuro pero cuando podía escapar de sus guardias como familiares, iba a un lugar secreto junto a Nigou su pequeño cachorro fiel compañero de travesuras. Solo él sabía que se escabullía hasta estar en su escondite donde era capaz de ver a los Pet jugar con los cachorros, incluso algunas veces su mirada celeste miraba como aun con las injusticias que tenían eran felices.


 


No es que no sintiera el amor de su familia pero la verdadera razón de sus escapadas no era solo ver a los Pets a escondidas sino solo ver precisamente a él.


 


Si los demás supieran que su corazón escogió a uno de sus supuestos enemigos, que fue un acto del neko alfa  de cabellera rojiza hizo con uno de los cachorros que lloraba, lo cargo como si fuera la joya más valiosa del mundo, que aun cuando estaba nervioso por ese contacto se podía notar por la mirada del varón que no sabía si estaba haciendo bien eso de consolar al cachorro.


Fue el primero en darse cuenta de la intrusión de los pets, su corazón empezó a latir preocupado si se llegaran a darse cuenta los demás, sin importarle nada mas salió corriendo buscando al pelirrojo, deseando ayudarlo a salir libre aun cuando el neko al parecer ya tenía de pareja a un omega inu de cabellera rubia, jamás había escuchado su nombre por la distancia en la que estaba escondido pero sería feliz si lograba salvarlo.


///****////


 


—Tranquilo Taiga-chan, ya estamos en eso —contestó Takao tratando de esquivar a su cazador y este por la oscuridad no mostraba su identidad pero para Kazunari se debía tratar de un soldado por sus habilidades en lucha.  


 


—Estamos cerca del lugar para escapar, hermano —habló rápidamente Himuro, viendo que a su lado estaba Shun que colocaba algunas trampas rápidas para atrasar a sus enemigos.


 


 


Cuatro de los cinco líderes se había reportando, esperaron unos segundos más pero en la línea no contestaba Ryota.


 


— ¿Atsushi y Kise donde esta? —preguntó Taiga corriendo hasta que se topo en un pasillo sin salida su mirada rojiza buscaba alguna salida sintiendo los paso de sus perseguidores pero lo que realmente lo tenía preocupado era no recibir información del paradero del rubio omega.


 


Estaba seguro que una vez que en su cuadro de visión aparecieran sus enemigos, el lucharía sin compasión porque su prioridad era encontrar a Ryota.


 


— Ven, sígueme por favor, te ayudare a salir del palacio…—suplico Kuroko viendo como el neko solo rugió molesto viendo de pies a cabeza haciendo que se sintiera pequeño pero al sentir que los soldados estaban más cerca solo entro a uno de los túneles secretos sabiendo que detrás de él estaba el pelirrojo.


 


—Espero que no me traiciones  humano, porque antes que te des cuenta mis colmillos estarán en tu cuello si veo que me estás haciendo algo fuera del lugar y ni creas que te lo voy agradecer —hablo molesto Taiga, sabiendo que quizás era un ingrato por no valorar la ayuda de ese hombre fértil pero estaba preocupado por su hermano, Kise no era de los que no contestaba siempre daba una señal de que estaba bien pero ahora llevaba varios minutos sin responder.  


 


—Testsuya Kuroko, así me llamo y no me digas humano por favor Neko-kun —hablo tranquilamente el peliceleste volteando su mirada al más alto notando como el contrario solo levantaba una de sus cejas para analizarlo cuando iba a hablar ambos podían escuchar las voces de los demás por medio del comunicador, algunos habían podio salir bien librados de sus perseguidores, escucho la voz del más alto ordenado que se juntaran en el punto asignado para desaparecer con la ayuda de la oscuridad de la noche.


 


— ¿Neko-kun? —pregunto ofendido Taiga, tensando sus orejas para ver al contrario que solo esperaba algo, tratado de meditar que era hasta que se dio cuenta que el tal Kuroko se había presentado y el bueno al ver la luz natural supo que ya estaba afuera del palacio esperando a los demás que faltaban para reunirse.


 


Sintió un alivio cuando en su campo visual estaba su hermano, pero también noto que el peliceleste solo se quedo en la entrada secreta, tratando de no ser descubierto por los demás y había podido esconder su aroma al estar en la parte contraria del aire, logrando que solo siguiera recto para darle la espalda se detuvo unos segundos antes de seguir esperando que Ryota estuviera con los otros y diera una muy buena escusa por no responder o sino él iba a ser capaz de darle un buen coscorrón para ver si así se le ordenan el cerebro.


 


—Gracias Kuroko, me llamo Kagami —hablo Taiga para seguir su camino sabiendo que no debía nada al otro que oculto un sonrojo como una sutil sonrisa al saber el nombre de su amor secreto.


 


—Kagami-kun —susurro saboreando cada palabra para ver como el pelirrojo desaparecía de su vista señal que debía regresar a su habitación antes que se armara otro alboroto.


 


 


 


 


 


CONTINUARA…


 

Notas finales:

Espero sus comentarios, tomatazos, amenazas de muerte nwn

 

Hasta la próxima :3


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