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Pecaminoso Amor por Aiko Kimura

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Notas del capitulo:

*Buenoooo, aquí les traigo el otro capítulo de este fic, me alegra que les haya gustado y le hayan dado una oportunidad a este fic, bueno sin más, porque no quiero hacer larga la prsentación, espero les guste y me dejen sus hermosos reviews, a leer n.n*

-Aiko Kimura.

Año 2001.

-Mamá… ¿Quién es él?

-Buenas tardes joven. Mi nombre es Vincent Phantomhive. Mucho gusto. –Dijo un hombre de aproximadamente 25 años, de cabello corto, de un tono azul pálido casi negro, ojos marrones con un lunar debajo del ojo izquierdo. Era sumamente atractivo, su vestimenta era formal y tenía una cálida sonrisa.

-¿Vincent Phantomhive…? –“¿Quién demonios es esta persona? ¿Por qué lleva el mismo apellido que mi madre?”

-Pequeño jovencito, no es apropiado de un caballero hablar en las escaleras, por favor toma un asiento –Dijo Vincent, con una leve sonrisa en sus labios- Querida mía, por favor tu también siéntate…

-Si… -Ambos se sentaron en un amplio sillón color carmín que se ubicaba en el centro del living y de frente pero en otro sofá, Vincent miraba con ardiente pasión a la madre de Sebastian, Rachel, y esta lo único que hacía era mirar a su primogénito a los ojos.

-Si… escucha Sebastian…–Dijo inesperadamente Rachel con su mirada triste pero al mismo tiempo ¿feliz…?. Sebastian al ver a su madre así quedó completamente aturdido ¿Desde cuándo su madre podía tener esa mirada?-

-¿Qué ocurre? ¿Acaso alguien murió? –Dijo Sebastian porque bien sabía que su madre odiaba a su abuelo y en varias ocasiones, mientras ella estaba ebria, la había escuchado decir que si tenía la más mínima oportunidad lo mataría-.

-No… nadie ha muerto, ni ha ocurrido ningún accidente. En esos puntos puedes estar tranquilo.

-¿Y papá? –Sebastian comenzaba a preocuparse de a poco ¿Por qué de la nada aparece este hombre en su casa?

-Él se ha ido a “trabajar” pero te lo ruego, concéntrate simplemente en mis palabras.

-Esta… bien… -respondió Sebastian confundido, pues su madre jamás le había hablado en un tono tan dulce.

-Este señor que ves aquí… es mi novio y hemos sido amigos desde jóvenes. Y… hemos estado saliendo durante 3 años. –Sebastian al oír tremendas palabras salir de la boca de su madre se había quedado estático, pues aunque sabía de los numerosos engaños que su madre le hacía a su padre, era la primera vez que había conocido a uno de sus amantes de frente, ya que a veces éll los encontraba haciendo “cosas” que un niño de su edad no debería presenciar- Además, supongo que te preguntaras por qué llevo su apellido: Es que cuando lo conocí ame en demasía ese apellido y luego de tener confianza de él lo he empezado a utilizar.Pero lo que realmente quiero decirte es… que… -Rachel se detuvo en seco, estaba tan nerviosa que le empezaban a temblar las manos.

-¿Qué es mamá? ¡Dímelo!

-¡¡Él y yo nos casaremos!! –La doncella había por fin dicho esas palabras, y sinceramente no fue fácil ya que tenía miedo de ver la reacción de su único hijo- Nos casaremos…

-¿¡Eh?! ¿C-casarse? –Sebastian se había quedado estupefacto ¿Acaso sus padres se separarían? ¿Acaso empezaría a vivir con su madre y su amante? ¿O viviría con su padre? ¿O… simplemente ambos se olvidarían de el para siempre y lo llevarían a un orfanato? ¿Qué haría ahora?

-Si… yo me casare con este caballero y me separare de tu padre. Lo habíamos acordado hace tiempo pero jamás pudimos decírtelo. Yo me iré con él a California a vivir allí y tu vivirás con tu padre. Dejaré las drogas y el alcohol y empezare desde cero.Pero por favor… perdóname por este repentino cambio.

-¿E-enserio te iras a California?

-Sí, me iré en 4 meses.

-¡Tsk! ¿Y ahora se te ocurre decirme? –Sebastian tenía el pelo en su rostro, sus mechones de cabello cubrían gran parte de sus ojos rojizos.

-Es que…

-¿Qué? ¿Acaso no me lo querías decir por qué no querías lastimarme? ¡¡¿Me estas jodiendo o qué?!! ¡¡Soporte 12 años de mi vida tus mierdas de insultos, golpes y gritos y ahora te vas a California para reinventarte!! ¡¡Eres una mierda!! Yo que eh soportado incluso verte drogada… he soportado cada uno de tus golpes y ahora me entero de que te vas para seguir con tu vida como si no pasara nada y me dejas a mi aquí… esperando a que me hunda aún más en la oscuridad, en una oscuridad de la que posiblemente jamás salga… -Sebastian no pudo soportar más la ira y la tristeza, pues era horrible que una persona que tanto daño te hizo se valla sin culpa alguna. Se levantó del sillón y se fue caminando derecho a su habitación, pero no sin antes dedicarles unas últimas palabras a su madre y a su prometido.

-Sebastian… -pronuncio desconsolada Rachel, jamás había visto a su hijo en ese estado-.

-Sabes que… ¡¡Haz lo que se te de la puta gana!! ¡No tengo tiempo para estar hablando contigo!

-¡¡¡No me grites!!! –Grito involuntariamente Rachel, de pronto se le vino encima una tonelada de ira al ver como su hijo le gritaba- ¡¡He estado tener que alimentarte por años y!! ¡¿¡Hací me pagas!?! ¡¡Maldito niño maleducado!! –Rachel en ese momento levanto su mano bruscamente en pose para golpear a su hijo, pero la mano del señor Vincent la detuvo justo a tiempo.

-¡No lo hagas Rachel! Compórtate.

-¿Eh? –Rachel se dio cuenta del acto que estaba por cometer e inmediatamente se alejó de Sebastian- Sebastian… perdóname… yo solo me desvíe del camino y por eso deseo ir desde cero.

-Ya te lo dije… has lo que se te de la puta gana. Si deseas puedes irte a California a Paris o a Irak, pero lo único que te pido… es que si realmente me abandonaras… JAMÁS VUELVAS A APARECER EN MI VIDA.-Sebastian estaba en un estado de ira completamente peligroso, su cabello cubría sus ojos y se podía notar un aura negra detrás de él.

-Hijo… perdóname… simplemente perdóname por hacer tan miserable tu vida. Perdóname por desquitarme contigo, perdona por ser…tu madre.

El mancebo ignoró por completo las palabras de su madre y se dirigió a su cuarto. Sebastian se encontraba en su habitación, golpeando con odio su propia almohada mientras escuchaba música a todo volumen para olvidar sus problemas. Quería llorar… pero trágicamente era tarde, pues sus sollozos anteriores le habían arrebatado cada lágrima en su cuerpo. Todos sus sentimientos se hacían presentes y cada uno se iba deshaciendo lenta y tortuosamente, hasta dejar al chico vacío. Su vaso estaba lleno, una sola gota más y esta rebalsaría e inundaría y rompería todo lo que a su paso encuentre. ¿Qué más faltaba? Lo único que faltara es que un meteorito enorme destruya su Mp3.

-Jejeje… al parecer ya todo se acabó. ¡No importa la vida! –Sebastian se comenzó a reír sádicamente, mientras imaginaba una lenta muerte para cada uno de sus padres- ¡Ellos morirán en algún momento! ¡Y yo seguiré vivo! Ellos morirán… y todo será paz. ¡Sí! ¡¡¡Jaja…!!!

-Sebastian, soy Vincent; ¿Puedo entrar?

-¿Ah? ¿Vincent…?

-Sí. Por favor permíteme entrar.

-¿Qué quieres? ¿Acaso te mando aquella prostituta?

-No… y no se le debe llamar así a una dama.

-¿Por qué? Si ella se acostó con miles de hombres.

-Joven, no le llame así a su madre y déjeme pasar.

-Tienes razón… las prostitutas piden dinero, en cambio las putas lo hacen gratis. Gracias por hacerme ver mi error. Entonces… ¿Te mando aquella puta?

-¿Me dejaras pasar? –En ese momento Sebastian abrió bruscamente la puerta, dejando ver su rostro marchito.

-¿Qué quieres?

-Te quería decir que tu madre y yo nos iremos ahora a mi casa. ¿Quieres venir?

-En primer lugar trátame con respeto y di “Le quería decir” no “Te queria decir”. Y en segunda, yo no iré a ningún lado con esa mujer. No deseo perder mi tiempo con soberana idiotez.

-Como quieras. Mañana volveremos. Buenas tardes.

-Adiós… - y en un susurro dijo:- Gracias por llevarte a esa puta lejos de mi vista…

Vincent y Rachel salieron de la casa, dejando solo al pobre Sebastian. El padre del joven llegaría pronto, lo cual era un gran infortunio. Sus sentimientos y emociones controlaban su cuerpo, tranquilamente sería capaz de matar a alguien. Que más podía hacer… para él, la vida era una pura mierda. Quería escapar, quería salirse de la realidad e ir a un mundo de fantasía, donde el dolor no existe…ja! De seguro todos los otros niños piensan así. Pero Sebastian era diferente. Él lo único que quería hacer era matar a sus padres, degollarlos y luego desollarlos lentamente mientras sus ojos eran cruelmente aplastados por un enorme martillo. Y luego de eso, podía irse a un mundo negro, donde los sentimientos no existen; donde no sientes nada, excepto el frio sudor que recorre tu espalda. Ah… que lugar más maravilloso. Ese si es un lugar de fantasía.

-Simplemente…hermoso –susurro Sebastian, imaginando ese oscuro mundo, donde los sentimientos no tienen lugar.

2 Meses después:

Todo estaba listo. Rachel estaba a punto de casarse con Vincent, ya que por fin había logrado el divorcio. Era un hermoso día para la doncella, pero un oscuro atardecer para su hijo.

Luego de tantas esperas el día tan esperado llego; si… Rachel se estaba por casar nuevamente. Ella estaba en el altar, con un hermoso y refinado vestido de color marfil que resaltaba en demasía su delicado cuerpo. Se veía como un ángel… a pesar de ser un demonio. Sebastian fue obligado a ir, aunque toda la ceremonia se la pasó en un pequeño y oscuro rincón, comiendo algunas cosas dulces. Fue toda una tortura.

Pasaron dos semanas desde la boda, y Sebastian lo único que hacía era permanecer en su habitación. A su madre la soportaba pero a su padre… si tuviera oportunidad lo mandaría al mismísimo infierno.

Un día, la madre del menor llego con una radiante cara a su ex casa y le dijo lo siguiente a Sebastian:

-¡Querido! ¡Tengo buenas noticias! Te quedaras a dormir una semana en mi casa. ¿Qué te parece?

-¿Eh? ¿Para qué?

-Porque eres mi hijo. Así de simple.

-¿Acaso Vincent no te dijo nada?

-Lo convencí para que vallas. ¡Vamos, no seas aguafiestas! Será una semana de mamá e hijo ¿Qué te parece?

-Algo absurdo.

-No seas malo, te divertirás. Lo juro. Mañana te vendré a buscar a las 10:30 AM. Estate preparado.

-Si, si…

A la mañana siguiente…

Sebastian fue a la casa de su madre como lo tenía planeado, almorzó y luego fue a la piscina climatizada. Su padrastro sí que tenía dinero. Nado con su madre (cosa que jamás había hecho en la vida) Pero no sintió nada… todas sus emociones se habían desvanecido, las únicas que quedaban era el odio y la venganza.

Luego de eso tomaron la merienda y al parecer su madre tenía algo que decirle al mancebo… ¿Qué será?

 

Notas finales:

*Buenoooo, hasta aquí el capítulo, ojalá les haya gustado y pueda contar con su apoyo, espero ansiosa sus reviews, todo comentario será bien recibido, dicho esto me depido, nos vemos en el próximo capítulo, actualizaré pronto, Bye, Bye, Besooooos*

-Aiko Kimura.


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