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Reemplazando a mi hermana por Fullbuster

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Naruto se había lanzado como alma que lleva el diablo hasta su hermano abrazándose a él. Deidara se quedó estático sin saber qué hacer mientras Itachi miraba atónito aún sin poder creerse que su antiguo prometido estuviera allí, tan cerca de él.


- ¿Quién eres? – preguntó Deidara prácticamente susurrando.


Naruto abrió los ojos de inmediato paralizándose ante la pregunta de su hermano. Alejó su rostro de la espalda de Deidara y le miró sin entender lo que estaba ocurriendo. Era su hermano el que estaba frente a él, no tenía dudas. Hacía años que no le veía pero ese cabello rubio poca gente lo tenía, ese rostro era el de su hermano, había crecido pero era él. No tenía dudas de ello. No entendía cómo su hermano no podía reconocerle.


- Dei, soy yo. Naruto.


- Lo siento. ¿Debería conocerte?


Naruto iba a contestarle cuando sintió la mano de Itachi sobre su hombro. Al girarse y mirar a Itachi, se dio cuenta que prácticamente le estaba pidiendo paciencia hasta que entendieran lo que estaba ocurriendo. Naruto mantuvo el silencio frente al Rey pese a querer aclarar todo el asunto.


- ¿Qué ocurre? – preguntó Pain.


- Nada – comentó Itachi sonriendo – nos ha sorprendido el color de su cabello, nada más. Por favor, seguid a mis guardias, ellos os conducirán a vuestros dormitorios.


Todos se sorprendieron pero Deidara se levantó aún más confuso que antes y obedeció siguiendo a los guardias. Pain fue el primero en salir seguido por su esposa. Naruto simplemente se quedó allí paralizado arrodillado en el suelo viendo como su hermano se alejaba.


- ¿Por qué? – preguntó Naruto susurrando hacia Itachi – es mi hermano.


- Lo sé – dijo Itachi – pero Pain no sabe que yo le conozco y a Deidara le ocurre algo. Dame un poco de tiempo hasta que consiga investigar qué está ocurriendo. Te prometo que voy a ayudarle, confía en mí, por favor.


- ¿Pain no sabe nada de vuestra unión? – preguntó Naruto sorprendido.


- No. Nadie lo sabía excepto el consejo de ambos reinos, nadie más. El consejo de los Namikaze y el consejo de los Uchiha. Querían mantener en secreto nuestro compromiso para evitar que otras naciones pudieran interponerse. Al final fue un traidor dentro del consejo de los Namikaze quien acabó con todo. Pain no debería saber nada, ni él ni su familia estaban involucrados en los consejos.


- Lo que yo me pregunto es por qué no me ha reconocido mi hermano – dijo Naruto – no he cambiado tanto en este tiempo, debería reconocerme.


- Han pasado muchos años Naruto. Creí que tu hermano estaba muerto y ahora aparece aquí sin saber nada. Créeme que soy el primer interesado en descubrir qué ocurrió con él durante todo este tiempo pero no podemos precipitarnos o nuestros enemigos podrían tomar ventaja.


- Intento pensar fríamente pero… es mi hermano el que está ahí.


- Lo sé, por favor, ten un poco de paciencia. A mí también me ha impactado y me muero de ganas de ir a preguntarle todas estas dudas que me asaltan, pero hay que tener paciencia. No podemos cometer un error y que Pain decida marcharse llevándoselo.


- No se lo va a llevar, por encima de mi cadáver se llevarán de nuevo a mi hermano – dijo Naruto enfadado levantándose y saliendo de allí.


Naruto se marchó enfadado del salón del trono bajo la atenta mirada de unos desconcertados guardias y aún más de su esposo. Sasuke resopló y es que no esperaba que su esposo fuera a tener ese temperamento indomable. Itachi también resopló frustrado por la reacción de Naruto, sólo esperaba que no cometiera alguna locura. Itachi se giró para volver hacia su silla del trono cuando se cruzó con la mirada de Sasuke.


- Menudo carácter – comentó Sasuke.


- Sí, pero no soy yo quien tiene que vivir con él – sonrió Itachi pasándole el peso a Sasuke.


- Ya lo sé. Ese soy yo – comentó sonriendo.


-  Vigílale y ten cuidado. No sé de lo que es capaz ese chico con tal de salvar a su hermano.


- De cualquier cosa – susurró Sasuke sin que nadie le escuchase mirando la espalda de Naruto que cruzaba la puerta desapareciendo por el pasillo.


Naruto llegó a su habitación y se encerró dando un portazo. Era la primera vez en mucho tiempo que perdía el control sobre sí mismo. De pequeño era demasiado hiperactivo, se dejaba llevar fácilmente por sus emociones pero Kakashi  le había enseñado durante todos esos años a mantener la calma, a esperar, a tener paciencia, a no lanzarse sin más ni dejarse llevar por sus sentimientos, ahora estaba aquí como cuando era un niño pequeño, frustrado, enfadado y con ganas de ir a buscar a su hermano destrozando a todo el que le hubiera hecho daño, pero tenía que controlarse.


- Naruto – escuchó tras él la voz de Kakashi que entraba en su cuarto y cerraba la puerta tras él – vamos cálmate. Sé que es una situación dura, lo es para todos. Nadie esperaba que tu hermano volviera. Le creíamos muerto.


- Está vivo, Kakashi. ¿Sabes lo que significa? Significa que él es el primogénito, tiene más derecho que yo al trono y todo lo que estamos haciendo ahora mismo no sirve para nada. No me importa si él se quedase con todo, pero no quiero que le traten como has visto, él no es un maldito criado. Me salvó la vida y se lo debo.


- No te precipites Naruto. Sé que es difícil ver esta situación y quedarse parado pero… tienes que confiar en las personas que te rodean y te apoyan. Encontraremos una solución. Itachi le amaba, no dejará que le pierdas de nuevo. Él tampoco quiere perderle.


- Lo sé, sé que le quiere y que ha sufrido lo mismo o incluso más que yo durante estos años por su ausencia pero eso no me quita la frustración que tengo encima. Me duele ver así a mi hermano.


- Cálmate, Naruto. No puedo darte otro consejo. Debes pensar con la cabeza y no con el corazón. Si quieres a tu hermano acércate a él y trata de averiguar qué ha ocurrido y lo que está pasando antes de actuar sin tener información suficiente. Nadie aquí quiere perder a Deidara.


- Vale – comentó Naruto – me calmaré.


Itachi salió pocos minutos después de la sala del trono dirigiéndose a su habitación. Tampoco él podía creerse lo que habían visto sus ojos. Todos esos años pensando que Deidara había fallecido en aquel río. Todos esos años de búsqueda incansable y su cuerpo nunca aparecía… hoy entendía todo, no podía aparecer su cuerpo en el río porque no estaba allí, había estado en algún lugar y ni siquiera se acordaba de su hermano. Algo raro estaba pasando allí y él iba a averiguarlo costase lo que costase, Deidara seguía siendo su prometido pese a que él no lo recordase y se lo debía tanto a sus padres como a los de Deidara. Él llegaría al fondo de todo ese asunto.


Itachi tuvo que relajarse también unos minutos en la soledad de su habitación esperando calmarse. Sentía tanta ira y tanta rabia como la que sentía Naruto, pero no podía precipitarse tampoco, tenía que calmarse y pensar las cosas con frialdad, mentir si era necesario hasta encontrar una solución a todo esto sin poner en peligro a Deidara. Pain podría hacer cualquier cosa si sabían que conocían a Deidara.


Itachi salió poco después de su dormitorio en busca de Pain. Ya debía haberse instalado. Para su suerte, al primero que encontró fue a Naruto que pese a estar más calmado que antes, aún se notaba su frustración.


- Ven conmigo – le comentó cogiendo a Naruto y apartándolo hacia un pasillo apartado – sé lo que podemos hacer por el momento.


-  ¿Qué hacemos? – preguntó Naruto cabizbajo.


- Le mentiremos a Pain, fingiremos no saber quién es Deidara.


- Dije su nombre en alto.


- Simple casualidad, un nombre muy corriente en el Reino del Viento. Pain jamás ha estado allí, mentiremos. Acerquémonos a Deidara e investiguemos qué es lo que sabe. Poco a poco podemos intentar darle información y apartarle de Pain sin que él se dé cuenta.


- ¿Qué mentira tengo que decirle? – preguntó Naruto.


Itachi sonrió y le explicó su primer plan. Al menos ganarían tiempo hasta que supieran algo de todo lo que estaba ocurriendo. Naruto se marchó más confuso al escuchar el plan pero confiaba en que Itachi estuviera haciendo lo correcto.


El Rey caminaba por el patio decidido a decir la gran mentira cuando se encontró con Pain que le buscaba para aclarar el incidente. Itachi con una gran sonrisa fingida se disculpó por el espectáculo del salón explicándole que todos se habían confundido por el gran parecido de su criado con el heredero de los Namikaze. Una mentira más que Itachi esperaba mantuviera a salvo a Deidara el tiempo suficiente para idear un plan y sacarle de ese problema en el que estaba.


Aquella noche todos cenaron en el gran salón aunque Naruto no podía apartar sus ojos de la mesa de los criados donde estaba Deidara. Sus puños se apretaron con fuerza movido por la ira y pese a que Sasuke trató de calmarle, Naruto no podía dejar de sentirse tan impotente sin poder ayudarle.


- Cálmate, Naruto – le comentó Sasuke.


- Eso intento – le dijo volviendo a su comida.


Sasuke cogió la mano de Naruto tratando de conseguir que soltase aquel apretón que mantenía y lo consiguió. Naruto empezó a relajarse al sentir la mano de Sasuke sobre la suya intentando tranquilizarle. Se giró a mirarle sonrojado, era la primera vez que tenían aunque fuera un leve contacto exceptuando la mañana del tiro con arco. Sentía aquella piel suave y delicada sobre la suya, era muy diferente al propio Naruto. Sasuke era el típico príncipe con las manos suaves del poco trabajo que había llevado a cabo, Naruto tenía las manos ásperas debido al duro entrenamiento en los bosques de su reino.


- No me encuentro bien – dijo Naruto apartando la mano de inmediato – disculpadme pero voy a retirarme a mi habitación.


Nadie comentó nada y menos cuando Itachi le dio permiso para ausentarse. Nadie sería tan insensato como para interponerse a la palabra dada por el Rey. Tenía su permiso y todos vieron a Naruto salir de allí hacia su dormitorio. Sasuke empezaba a entender un poco a su esposo y es que aquel había sido un día extraño, lleno de emociones, mentiras y traiciones.


Al finalizar la cena, Pain se retiró junto a su séquito e Itachi puso sus ojos en su hermano que resoplaba intentando aparentar que no le preocupaba su esposo aunque no era verdad, estaba preocupado por él y las duras emociones de ese día.


- Iré a ver si necesita algo – comentó Sasuke marchándose también bajo la aprobación de su hermano.


Sasuke caminaba hacia la habitación de Naruto cuando escuchó el sollozo de un chico. Se acercó hacia el pasillo de donde venía el llanto encontrando a Pain manteniendo relaciones sexuales con Deidara. Iba a marcharse y dar parte a su hermano de lo que sucedía cuando vio a Naruto dispuesto a desenfundar su espada. Tuvo el tiempo justo para bloquearle y sacarle de allí antes de que le vieran tapándole la boca para evitar que gritase. Le encerró en su dormitorio y aprovechó la soledad que allí reinaba para soltarle.


- Suéltame idiota – le gritó llorando – voy a matar a eses desgraciado.


- Detente de una vez – le gritó Sasuke - ¿Crees que esto es fácil para nosotros? Mi hermano tiene una alianza con ellos que se eliminará si tú atentas contra el Rey del país de la Lluvia.


- Me da igual la alianza. Mira que está haciéndole a mi hermano.


- Si la alianza se frustra, Pain saldrá de este castillo y se llevará a Deidara ¿Quieres perderle de vista de nuevo? – preguntó Sasuke enfadado.


Naruto reaccionó de golpe ante aquello. Tenía razón Sasuke, en eso le había pillado. No podía dejar que Pain volviera a desaparecer con su hermano pese a sentirse tan inútil sin poder ayudarle. Naruto aún con lágrimas en los ojos se acercó hasta Sasuke tirando la espada al suelo y apoyó su frente contra el hombro de su esposo llorando aún más.


- Lo siento.


Venga Naruto, encontraremos una solución. Nos duele igual que a ti al trato que es sometido, pero no podemos arriesgarnos a que se lo lleve de nuevo. Será poco tiempo, estamos buscando el modo de sacarle de todo esto sin que sufra daño.


- Sasuke… - susurró Naruto acercándose hasta sus labios besándole con pasión.


Sasuke se dejó llevar los primeros minutos, se había estado conteniendo mucho tiempo ante la insistencia de su esposo y no aguantaba verle de aquella manera, no soportaba verle llorar, ni sonrojarse, ni verle tan decaído. Le habría encantado estar con él aquella noche pero se dio cuenta… que no podía ser. No quería tener sexo con Naruto esa noche, no estando él tan deprimido, no quería que Naruto se arrepintiera también de que se hubiera aprovechado en un momento de debilidad.


- Para Naruto. No puedo.


- ¿Me rechazas? – preguntó Naruto confuso.


- Sí – le dijo Sasuke – mañana te arrepentirás de haber hecho algo así. Tú no me amas y no quieres estar conmigo. Estás dolido por lo de tu hermano y sólo buscas una salida para no pensar en todo esto, yo no soy tu solución esta noche. Lo siento.


- Imbécil – le gritó Naruto saliendo de la habitación cabreado para irse a la suya.


Sasuke sonrió al escuchar el portazo. Prefería ser un imbécil esa noche a ser el chico que se aprovechó del peor momento de su esposo. Sólo quería que Naruto realmente le desease, que quisiera estar con él voluntariamente y aquello, no pasaría, él lo sabía bien.


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