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Reemplazando a mi hermana por Fullbuster

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Los finos y elegantes dedos de Deidara pasearon por el pecho desnudo de Itachi. Dormía profundamente a su lado, tapado con aquellas mantas aunque se le veía que tenía calor. Sonrió, desde que podía recordar… él siempre había sido un chico friolero, odiaba el frío y casi siempre lo tenía. Itachi por el contrario, era un chico demasiado ardiente en todo lo que hacía, ser el Rey del Reino del fuego le venía perfecto.


Estando con él, Deidara empezó a recordar algunas cosas, detalles insignificantes de sus veranos juntos, de cómo sus padres luchaban una y otra vez intentando forzarles a que se llevasen bien, cuánto más insistían, peor se volvía su relación. Eran un par de cabezotas empeñados en no seguir las órdenes de sus padres. Sólo cuando éstos se rindieron dándoles por imposibles, es cuando realmente decidieron darse una oportunidad. Aquel último verano, se enamoró de Itachi Uchiha.


No podía dejar de sonreír al recordar aquel tímido beso que se dieron detrás del sofá, sólo eran unos niños y aun así, tras ver a los padres de Deidara besarse con dulzura en el jardín frente a la fuente, ambos quisieron probarlo. Quizá sólo querían saber lo que se sentía, quizá les dio envidia ver la ternura de ambos.


- ¿No vas a dormir? – le preguntó Itachi sin abrir los ojos - ¿O es que sigues con frío?


- Estoy bien – le sonrió – contigo a mi lado es imposible tener frío.


- No recordaba que fueras tan friolero.


- Yo tampoco.


- Recuerdo que el Reino del viento también tenía sus crudos inviernos.


- Quizá fue por el accidente – comentó Deidara – no lo sé. Cuando recuerdo aquella agua congelada, no puedo evitar que mi cuerpo tiemble y busque algo con lo que calentarse.


- ¿Recuerdas el accidente?


- Recuerdo demasiadas cosas ahora mismo. Me duele un poco la cabeza, es como si todo mi pasado me bombardeara con escenas que está tratando de colocar en el orden correcto.


- Al menos recuerdas lo ocurrido y quién eres.


- Sí y no dejaré que Pain se salga con la suya. Orochimaru y él pagarán por lo que hicieron en mi Reino.


- La guerra es inminente, Deidara, pero siendo sincero, no creo que podamos ganar. El Reino del fuego es fuerte pero ellos son dos Reinos, si se alían tendrán el doble de hombres de lo que nosotros podremos reclutar. Siendo sincero… sé que las bajas son irremediables pero… me gustaría tener el menor número posible.


- Nunca has sido partidario de la guerra – sonrió Deidara – Quizá pueda recuperar mi reino sin llegar a combatir.


- Siempre has sido un idealista, Dei.


- Piénsalo bien, ellos no saben que recuerdo todo lo ocurrido.


- No me gusta por donde estás yendo.


- Vamos Itachi, puedo fingir que sigo siendo el Deidara de siempre, no sospecharán de mí. Recuperaré mi Reino desde dentro, volveré a contactar con los nobles fieles a mi padre, crearé una revuelta desde dentro. El pueblo está en contra de Orochimaru y su mal gestión del Reino. Puedo conseguir que se alcen contra él.


- Los campesinos no se alzarán así porque sí y lo sabes.


- Ellos solos no, pero si convenzo a los nobles y ponen sus ejércitos, los campesinos se unirían a la causa viéndose apoyados por gente más poderosa.


- Es una opción, pero es arriesgada. Si te pillan…


- No lo harán. Orochimaru está obsesionado conmigo, sólo ve lo que quiere ver de mí. Fingiré ser el chico del que se enamoró, el tímido e inocente muchacho que confía en él pero que luego teje su caída a la sombra. Puedo hacerlo.


- Sé que puedes, pero no me gusta el riesgo.


- A veces hay que luchar por lo que uno quiere y quiero recuperar mi reino, quiero vengarme por lo que le hicieron a mi familia. Déjame hacerlo, por favor.


- ¿Y Pain? – preguntó Itachi – No me gusta que te toque ni que te maltrate, los dos sabemos que seguirá haciéndolo si continúas a su lado.


- Quiere un heredero, pues bien… se lo daré. Fingiré estar embarazado, no me tocará creyendo que podrá hacerle daño a su heredero.


- Necesitarás un médico fiable que esté dispuesto a seguir esa mentira.


- Seguro que tienes médicos de confianza en el reino.


- Sospecharían de mí y de que pueda estar ayudándote.


- Sí… si supieran que estamos aliados, ahora mismo Pain no sabe que te he reconocido, no creerá que he fingido decir algo así y que me has ayudado con el médico. Es la oportunidad perfecta y lo sabes.


- Sé que lo es, pero… a la vez siento que no puedo dejarte hacer algo así. No quiero volver a perderte.


- Cuando esto acabe estaremos juntos. Prometiste que te casarías conmigo, así que espero que estés ahí para cumplir la promesa cuando me haya vengado.


- Dei… - sonó su voz esta vez preocupado - ¿Y si estás embarazado de verdad? Sé que no quieres pensar en algo así pero… podría haber una posibilidad.


- Entonces… tendré que hacer algo con Pain para que no obtuviera mi reino. No puedo permitir que utilizase a ese niño sólo para obtener más poder.


- No hagas locuras, Dei.


- Sólo es una posibilidad, ni siquiera sé si será cierto.


- Puede que tengas razón y no lo estés, que sólo finjas pero quiero hablar todas las opciones, no quiero tener sorpresas luego y que echen abajo nuestro plan. Por cierto… ¿Qué harás con Naruto?


- Por el momento, prefiero que no sepa que recuerdo las cosas. Siempre ha sido muy lanzado y en este momento necesito gente con la cabeza fría que piense antes de actuar o podría destruir toda la estrategia que hemos ideado.


- De acuerdo, no diré nada entonces. Sólo… prométeme que tendrás cuidado.


- Lo tendré. Volveremos a estar juntos, me lo has prometido – sonrió Deidara.


- Claro.


Aclarado todo el asunto, pese que Itachi no estaba conforme con llevar a cabo aquel plan dejando a Deidara solo de nuevo en aquel problema, no tenía más remedio que confiar en él. Conocía demasiado bien a Deidara como para saber que nunca se marcaba un farol, iba enserio con lo que decía y era suficientemente inteligente para crear planes complicados y salir vencedor, las estrategias era algo que siempre se le dio bien y en la corte sabía moverse. Nadie sospecharía de él y tenía razón en algo… él era el único capaz de acercarse suficiente a Orochimaru y ponerlo en contra de su sobrino. Separar a ese par sería la clave para que el ejército del Reino del Fuego terminase de rematar la faena con el menor número posible de bajas.


Besó a Deidara con suavidad dándose cuenta que seguramente no tardaría en marcharse de allí, sería de las pocas posibilidades que tendría para estar con él. Aquella mañana decidió volver a sucumbir a los encantos de aquel chico rubio antes de que Pain apareciera por la puerta y le impidiera volver a estar cerca de él.


Itachi no tardó en irse de la habitación preocupado por la inminente vuelta de Pain. Había pedido a sus guardias que le avisasen enseguida si aparecía tanto Pain como su hermano o Naruto, aún no había recibido noticias y le preocupaba. Al salir hacia el pasillo, pidió a Iruka que preparasen su caballo, iba a salir a buscarles cuando entonces, le informó uno de los soldados que venía corriendo que su hermano estaba entrando por la puerta en aquel preciso momento. Itachi no perdió más tiempo y salió corriendo hacia la entrada para comprobar que estaban bien.


Deidara tras ducharse y cambiarse de ropa, salió de su actual dormitorio para ir al de Konan. Había conseguido ser el “Sirviente” de Konan y al menos eso era mejor que pasar todo el día al servicio de Pain. Cuando llegó a la habitación, escuchó todo el escándalo en su interior aunque Konan le dijo que enseguida abriría. Cuando abrió, se sorprendió de ver a Hidan allí dentro vestido y sentado en una de las sillas. Konan estaba nerviosa pero intentaba fingir que todo estaba en orden, no pasó desapercibido para Deidara que aquellos dos habían tenido también una noche movidita, pero no dijo nada, disimuló no haberse dado cuenta y empezó con su trabajo.


Sasuke ayudó a Naruto a bajar del caballo y pidió a uno de los mozos de cuadra que se encargase de ambos animales, que les diera un baño, algo de comer y beber y los dejase descansar. Había sido un día demasiado largo para todos y lo único que deseaba, era poder tirarse en la cama y dormir, aunque intentar algo de nuevo con Naruto no le habría parecido tampoco un mal plan. Naruto al menos había dejado de mirarle con odio para sonrojarse cuando se cruzaban las miradas. Al menos la relación de ambos mejoraba por momentos.


Itachi salió corriendo gritándole a Sasuke y preguntando dónde habían estado toda la noche. Sasuke sonrió, era la primera vez que veía a su hermano mayor tan preocupado por él pero en parte le alegró, eso le indicaba que le apreciaba más de lo que a veces intentaba hacer aparentar. Trató de hablar cuando Pain también llegó a caballo así que Sasuke mantuvo el silencio sin perder de vista a ese Rey que se agarraba el  hombro. Se preparó para lo peor, para que le delatase… pero no lo hizo para su sorpresa.


- ¿Se puede saber dónde habéis estado todos? – preguntó Itachi.


- Me perdí, lo siento majestad – comentó Pain evitando escándalos.


- ¿Y vosotros? – preguntó Itachi hacia Sasuke.


- La luna de miel, supongo – le susurró sabiendo que su hermano ya no preguntaría más.


- De acuerdo, entrad todos y arreglaros, apestáis después de haber estado todo un día por el bosque.


Itachi se metió hacia dentro del castillo y Pain trató de seguirle mirando con odio a un Sasuke que le devolvió la misma mirada mientras Naruto se quedaba a cierta distancia contemplando aquella tensión que existía ahora entre ambos.


- ¿Por qué no me has delatado? – preguntó Sasuke.


- Por la misma razón que tú no lo has hecho. No queremos más problemas ninguno. Un día me vengaré de ti y de esa zorra rubia a la que tanto defiendes.


- Quizá lo primero que haga sea cortarte la lengua para que no vuelvas a faltar al respeto al futuro Rey del Reino del viento.


Pain se río pero Sasuke se mantuvo serio. Sabía lo que Pain pensaba, que Deidara le daría ese heredero, que él gobernaría en el Reino del viento, pero Sasuke no estaba del todo convencido de aquello, él mismo le arrebataría ese territorio aunque fuera a la fuerza.


- Mañana nos marchamos – dijo Pain mirando a Naruto – y me llevo a tu hermano conmigo, es un buen juguete.


Naruto reaccionó apretando los puños. Quería ir a por Pain, golpearle allí mismo por la ofensa contra su hermano pero Sasuke le detuvo colocando su mano en el pecho. Supo en aquel momento, que no podía destrozar los planes de Sasuke, él era mejor estratega y conocía mejor cómo hundir a aquel maldito Rey de la lluvia. Debía confiar en Sasuke y aquel no era el momento para ponerse a pelear, así que tragándose su odio y su ira, se calmó dejando que Pain se marchase al interior a dar la noticia de que mañana… partían de vuelta a su Reino.


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