Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Reemplazando a mi hermana por Fullbuster

[Reviews - 299]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Itachi se levantó para marcharse tras alegrar un poco a Naruto que aún no podía creerse que aquel chico de dulces palabras, el Rey del reino más tranquilo y más próspero, fuera el pretendiente que habían buscado para Deidara. Le caía bien Itachi y podía ver el dolor que aún sentía por la pérdida de su hermano. Era un matrimonio arreglado con el suyo con Sasuke, aún así, Itachi se había enamorado del que iba a ser su compañero para toda la vida. ¿Podría él enamorarse de un mujeriego como Sasuke que ni siquiera le tocaba? No estaba seguro, pero tenía que hacer algo con ese asunto si quería honrar la memoria de su hermano y recuperar el reino.


Sasuke esperaba tras una de las esquinas sorprendido de lo que había escuchado. No podía creerse que su hermano hubiera ocultado durante tanto tiempo un dolor así. Siempre había visto a su hermano como la persona perfecta, la que todo lo hacía bien. Su padre siempre tenía elogios para Itachi pero nunca se había molestado en dirigir sus ojos hacia Sasuke, eso le había hecho odiar en cierta medida a su hermano, quizá por eso empezó a llevarle la contraria, no quería parecerse a su hermano y en este momento… se daba cuenta que su hermano era increíble.


A la muerte de sus padres se había ocupado de todo, se había convertido en Rey muy joven y tuvo que aprender rápido. Le habían comprometido con una persona a la que odiaba y a la que aprendió a amar, tanto… que ahora su ausencia se le hacía insoportable.


Al ver que su hermano se acercaba se alejó con rapidez de allí. No quería que su hermano se enterase que le había escuchado y corrió hasta su habitación encerrándose. Esperó hasta que escuchó los pasos de su hermano marcharse por el pasillo y entonces se sentó en el suelo de su habitación con la espalda apoyada contra la puerta pensando en lo que había escuchado.


Era cierto que él odiaba que le tratasen como una mercancía, que le vendieran sin más por conveniencia para el país sin haberle dado la opción de conocer a su esposo, pero también se daba cuenta que sus padres habían hecho lo mismo con Itachi. Le habían obligado a tomar en matrimonio a aquel chico, al hermano de Naruto. Enterarse que había odiado al que iba a ser su esposo todos esos años en los que obligaban en veranos a convivir juntos y que había conseguido enamorarse hasta tal punto de estar años sufriendo tras enterarse de su muerte… jamás se lo había imaginado.


Le hacía ver a Naruto de otra forma, él también debería estar triste por lo ocurrido a su  hermano, ni siquiera había preguntado nada de su pasado. Sabía que había perdido su reino pero no se le había ocurrido preguntar cuántas más cosas había perdido. Se sentía mal por no haber tenido en cuenta sus sentimientos, ni el motivo por el que se había casado. Seguramente ese chico tampoco estaba enamorado de Sasuke y ahora se daba cuenta de eso, ambos estaban obligados a estar juntos y sólo uno trataba de conseguir que todo funcionase.


Sasuke no salió de su cuarto en unas cuantas horas hasta que decidió ir a entrenar con algunos de sus guardias. Combatir con ellos en los entrenamientos le relajaba así que bajó al patio principal encontrándoles practicando con la espada y con el arco. Al verle, sus soldados cesaron todo combate e hicieron una reverencia. Sasuke desenvainó su espada y pidió si podía practicar con ellos, claro que ninguno se negó a ello. Practicaron con la espada durante largo rato hasta que los ojos de Sasuke se desviaron al pasillo de piedra que atravesaba el gran patio viendo aquel cabello rubio irse hacia las caballerizas.


Detuvo el combate unos segundos y corrió hacia su esposo intentando alcanzarle. Seguía vistiendo aquella ropa de soldado en lugar de la que le correspondía pero no dijo nada, empezaba a entender tras escuchar a su hermano todo por lo que ese chico podía haber pasado. Ahora se sentía indigno de tocarle, él… un mujeriego sin remedio y que le había hecho un desplante el mismo día de su noche de bodas. Lo único que le venía a la cabeza ahora mismo era que debía cambiar, ser mejor persona para poder estar a la altura de ese chico, no iba a tocarle hasta que no sintiera que merecía estar con él, quería enamorarle como su hermano acabó enamorado del hermano de su esposo. Sólo así le tocaría.


- Naruto – le llamó y él se giró a ver a su esposo haciendo una reverencia enseguida.


- ¿Si mi señor? – preguntó.


- Deja de llamarme así, ya no eres un extraño aquí, eres mi esposo.


Sasuke vio las dudas en los ojos azules de su esposo, sabía que no le creía, para Naruto la palabra esposo no significaba nada si no le había tocado, no habían confirmado ese matrimonio y se sintió estúpido al decirlo y ver la cara de dudas que Naruto colocó, sin embargo, Naruto en vez de airear sus trapos sucios se mantuvo en silencio para no dejar en evidencia a su esposo frente a sus hombres.


- ¿Vas a salir? – le preguntó.


- Quería ver el reino – comentó Naruto – dar un paseo a caballo, nada más.


- Te acompañaré – dijo Sasuke empezando a caminar delante de él.


- No hace falta, puedo ir solo o con alguno de mis guardaespaldas.


- Tranquilo… me apetece dar una vuelta. Además, ¿Quién mejor que yo para enseñarte los límites de nuestro reino? Vamos, te enseñaré el reino. Pediré que ensillen nuestros caballos.


Naruto siguió a Sasuke hacia las caballerizas viendo como les ordenaba a los mozos de cuadra que preparasen sus caballos. Naruto desapareció de al lado de Sasuke para ir hacia el caballo que le estaban preparando y ayudar al chico a arreglar el caballo. Sasuke le observó atento y sonrió, no había remedio con ese chico, le gustaba hacerse las cosas él mismo. Vio como aseguraba él mismo la cincha sin fiarse de que alguien se la dejase floja y pudiera caerse. Tras asegurarse, ni siquiera dejó que le ayudasen a montar, lo hizo él mismo y salió de allí el primero seguido por Sasuke y todo un séquito de guardias.


No hablaron en todo el camino hasta que llegaron prácticamente al límite, justo donde estaba el riachuelo que delimitaba el reino del Fuego y el del Viento. Naruto observó el agua correr río abajo y se tensó haciendo que su caballo sintiera también esa angustia que le recorría el cuerpo.


- Pasemos al otro lado, podemos ver un poco tu reino cómo está.


- No quiero pasar – dijo Naruto observando el agua recordando a su difunto hermano.


- ¿Por qué no? – preguntó Sasuke.


- Ya he tenido suficiente, volvamos. No quiero estar aquí.


- De acuerdo – dijo Sasuke sin entender nada – volvamos entonces.


En el camino de vuelta, Sasuke no quiso preguntar nada a Naruto aunque sabía que algo le ocurría, no había tenido problemas hasta llegar a aquel río, pero tampoco se tenían confianza como para contarse las cosas. Sasuke estaba convencido que tratar de llegar a enamorar a ese chico no sería una tarea fácil, los Namikaze eran muy distintos a los Uchiha, mantenían el respeto y las promesas, tenía claro que Naruto jamás le faltaría al respeto porque así le habían educado pero… también sabía que no iba a ser fácil llegar a él, tenían carácter y eso le hizo sonreír.


Al llegar a la ciudad de nuevo, la gente que veía pasar a sus príncipes en los caballos hacían una reverencia a su paso, claro que Sasuke miró el rostro de Naruto, no estaba acostumbrado a esos saludos pero no dijo nada. Se comportó como le correspondía a un príncipe y continuó hasta el castillo. Allí empezó a perder la compostura desmontando él mismo sin esperar la ayuda de sus sirvientes y empezó a arreglar al caballo. Uno de los mozos le intentó comentar con educación que ese era su trabajo pero Naruto con una cálida sonrisa, le explicó que le relajaba cepillar al caballo, así que el mozo miró hacia Sasuke sin saber qué hacer.


Sasuke le indicó con la cabeza que podía retirarse y se acercó a Naruto tocando la cabeza de su caballo mientras le observaba cepillarlo.


- Deberías dejar que hicieran su trabajo.


- Puedo hacerlo yo.


- Lo sé – dijo Sasuke sorprendiendo a Naruto – sé que sabes hacerlo y que puedes hacerlo, pero confundes a los empleados – comentó Sasuke con delicadeza – aquí en la corte cada persona tiene un papel y todos saben lo que tienen que hacer, el mozo está para arreglar caballos, le estás quitando su trabajo… con este trabajo mantiene a su familia, Naruto – comentó Sasuke.


- Lo siento – dijo Naruto dándose cuenta de golpe – yo no quería que él perdiera su trabajo.


- No lo va a perder por un día, puedes venir siempre que quieras y cepillar al caballo pero… no le quites ese trabajo todos los días. Si ven que son prescindibles los echarán de la corte.


- No había pensado en eso – comentó Naruto.


- Yo… quería disculparme contigo por lo de anoche.


- Eres el príncipe, puedes hacer lo que quieras – dijo Naruto frustrado cepillando el caballo y Sasuke detuvo su mano colocando la suya encima.


- Ey, lo siento. Yo no estoy preparado para el matrimonio, no soy digno de él. Ya sabrás los rumores que corren de mí y… ¡Dios! Tú no quieres estar conmigo tampoco – le dijo Sasuke.


- Quiera o no quiera estoy casado contigo, Sasuke, ahora te pertenezco pero tú no me tocas y no sé por qué.


- Quiero de ti algo más importante que tu cuerpo, quiero lo que una vez tuvo mi hermano, quiero que me ames, quiero saber qué se siente cuando alguien te desea y tú no lo haces. Te has casado conmigo por obligación pero no me quieres.


- Yo…


- No trates de justificarte, es algo normal. No nos conocíamos de nada y aquí estamos, casados antes los ojos de Dios. No fluye ningún sentimiento entre nosotros. No quiero tocarte simplemente porque seas mío ahora.


- Es por tu hermano – dijo Naruto enfadado – no me cuentes tus excusas, te follas a cualquiera que se ponga delante pero no eres capaz de hacerme tuyo porque retaste a tu hermano. Conozco el carácter de los Uchiha, he leído sobre vuestra familia y me han contado cosas los soldados, sois orgullosos y tercos, unos cabezotas que tratáis de superaros los unos a los otros. Crees que tu hermano es mejor y le estás retando, sólo quieres ser más cabezón que él y le prometiste no tocarme. No te molestes en venir a nuestra alcoba si no estás dispuesto a romper ese… “juramento” que le hiciste a tu hermano. Si no vas a tocarme, no vengas a mi habitación – le dijo Naruto muy claro dejando el cepillo dentro de uno de los cubos y llamando al mozo para que terminase él con el trabajo.


Sasuke se quedó asombrado al verle, sabía que los Namikaze tenían carácter, pero también eran sinceros como nadie más lo era, le había soltado todo lo que se había guardado dentro estos días sin el más mínimo temor a las repercusiones.


Naruto ya se iba por el pasillo cuando se encontró a Kakashi apoyado en una pared de piedra y le siguió en cuanto pasó.


- Deberías intentar seducirle, no alejarle – le comentó Kakashi.


- Ya no sé qué hacer con él ¿Crees que va a tocarme? No lo hará – dijo Naruto enfadado.


- ¿Qué te ha pasado ahí fuera? – preguntó – te he visto en el río, Naruto. Nunca nos has dejado ir al río. Cuando íbamos no querías acompañarnos y ahora cuando lo ves sales corriendo.


- Me recuerda a mi hermano ¿Vale? – le dijo casi gritando a punto de llorar – no puedo entrar en el agua, veo a mi hermano allí muerto y… no puedo. Prefiero que el agua esté lejos de mí.


- Naruto… encárgate de Sasuke. Necesitas que empiece a planificar algo para ayudarte a recuperar tu reino, ni siquiera se lo ha planteado aún.


- ¿Crees que no lo sé? Quiero recuperarlo tanto como tú pero no puedo convencerle, es un maldito y terco Uchiha.


- Haz lo que sea necesario Naruto.


- Déjame esta noche, no quiero consejos por hoy. Hablemos mañana – dijo Naruto marchándose a punto de llorar.


 


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).