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Mi pequeño Charles//Mi pequeño Erik por Dark_Gaara

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Notas del capitulo:

Hola~! Vengo a decir que SIGO VIVA ;D y a traerles otro cap de esta historia <3 ¿Por qué tardé tanto? Pues en verdad este cap originalmente era el doble de largo porque iba a ser el último de Mi Pequeño Charles, y no quería traerles un cap medio "vacío" como quedó esta parte. Aún así, viendo que llevo demasiado sin actualizar, prefiero subirlo, cortándolo un poco arbritariamente xD Sepan entonces que ya llevo vairas páginas del próximo cap asique no tardaré tanto, promesa. SInceramente no he tenido tiempo para nada, incluso mi salud se vio afectada u____u pero siempre pienso en mejorarme y tener tiempo para escribir este fic, pasa que como soy muy perfeccionista (esto no quiere decir que escriba bien) prfiero dedicarle mucho tiempo y no hacer cualquier cosa. Est cap va dedicado a TODOS aquellos que aún lo leen, los hermosos que me dejan reviews que hagan que lo continúe si o si y aquellos anónimos que sé que lo leen aunque no comenten <3 Muchas graicas por seguir aquí~!

Espero que les guste~!

Los golpes en la puerta interrumpieron su línea de pensamientos. En automático, se dirigió a la puerta de la habitación y abrió. Por un momento se sorprendió al ver que quien tocaba era Raven. La muchacha parecía relajada, hasta que un intenso rojo se posó en sus mejillas. Y es que a ella siempre le había parecido muy atractivo Erik, pero jamás imaginó que era así: con un cuerpo perfecto. O al menos así parecía, semidesnudo como estaba, tan sólo cubierto con una toalla amarrada descuidadamente en la cintura, y con el cabello mojado. Era un maldito adonis. Trató de respirar profundamente, intentando contener todos los pensamientos que querían abrirse lugar en su mente. Porque por lo que sabía, ese hombre era por quien Charles sonreía brillantemente últimamente. Era notable el cambio de actitud de su hermano en el último tiempo, y si bien éste insistía en que era por la misión de la CIA y la posibilidad de hallar otros mutantes, su hermana sabía que había otra razón detrás. Una razón de ojos enigmáticamente verdes, de recuerdos oscuros, de terquedad extrema. Y, evidentemente, de pectorales maravillosos, de musculatura de atleta, de…Raven sacudió la cabeza imperceptiblemente. No debía pensar esas cosas del “alguien” de Charles.

 Mientras tanto, Erik trataba de volver al mundo real. Raven estaba allí parada, mirándolo anonadada. ¿Qué significaba eso? Ella nunca iba a su habitación. ¿Para qué? No tenían nada que decirse específicamente. Después de todo, era sólo la hermana de Charles. Charles… ¿tendría que ver algo en esa visita inesperada? Pero, ¡claro! ¡¿Cómo podía habérsele pasado!? ¡¿Dónde tenía la cabeza?! Prefirió no responderse, y, en cambio, mirar con preocupación a la muchacha, que aún no explicaba qué hacía allí parada. Y tampoco es como si fuese a darle tiempo para que lo hiciese.

-¿¡Cómo está Charles!?-dijo en un tono de voz más elevado que el que usaba normalmente.

 Fueron las primeras palabras que se oyeron después de varios segundos de silencio donde cada uno había estado sumergido en sus pensamientos, por lo que pareció como si se hubiese roto un cristal invisible. Raven parpadeó varias veces, sorprendida, tratando de reacomodarse a la situación. Tomó aire, y retomó la postura segura que tenía antes de ver a Erik semidesnudo. Se humedeció los labios con la lengua, preparándose para contestar, pero no contaba con enfrentarse a lo que tenía frente suyo: un Erik preocupado.

-¿Salió algo mal con la cura? ¿Está en el laboratorio de Hank? ¿Hay algo que pueda hacer? –dijo con un dejo de desesperación.

Nunca puedes hacer nada para salvar a quienes te importan. Sacudió la cabeza levemente, tratando de alejar aquella voz en su cabeza que siempre quería repetirle lo inútil que era. Había fallado antes, era cierto. Pero ya no más. No si se trataba de Charles.

Raven aprovechó aquellos pocos segundos en los que Erik parecía estar meditando sobre algo sumamente profundo, para tranquilizarlo, sabiendo que no tendría otra oportunidad como aquella.

-Charlesestábien.-dijo tan rápido que las palabras se atropellaron entre sí y las letras se mezclaron, sin que se perdiese el sentido de la frase.

 Por un momento, Raven sintió casi envidia por su hermano. Porque sólo saber que él estaba bien podía lograr que Erik volviese a la realidad con una sonrisa tan jodidamente brillante, como si le dieran la mejor noticia de su vida.

Y es que era la mejor noticia de la vida de Erik.

-Charles está bien.-repitió, esta vez de manera más lenta, la polimorfa.

-¿Y por qué no ha venido él en tu lugar?-preguntó extrañado Erik, comenzando a sospechar que algo aún ocurría.

 Raven omitió la presión que sintió su corazón ante aquel leve desprecio.

-Es que…la cura no ha hecho efecto aún.-dijo finalmente. Antes de que Erik preguntase lo obvio, aclaró- Charles aún sigue siendo pequeño. No sabemos por cuánto tiempo.

-¿O sea que no funcionó?

-No lo sabemos aún.-se alzó de hombros, tratando de transmitir tranquilidad.- Pero según Hank es posible que sí funcione, recuerda que en realidad el efecto de la mutación que atacó a Charles también era retardado. Es cuestión de esperar.

  Siguieron unos segundos de silencio, en el cual ambos se miraban fijamente. Raven no bajaría la mirada ante Erik, pues quería que realmente empezara a considerarla un igual. Y Erik estaba esperando a ver si la muchacha se desesperaba, o comenzaba a ponerse nerviosa ante la situación. Al ver que eso no ocurría, no tuvo más´ opción que creer que decía la verdad. Charles confiaba en su hermana, y ella en Hank. Así que él no tendría más opción que hacer lo mismo. Suspiró bajito, pero lo suficiente para que Raven lograse oírlo, y ella se dio por satisfecha.

-¿Y dónde está él ahora?

-En su cuarto, sano y salvo. Me pidió que venga a buscarte.

 Erik alzó una ceja, tratando de mantener la compostura, aunque su corazón comenzó a latir desbocadamente.

-¿A- a mí?-preguntó un poco inseguro.

 Raven rió cantarinamente ante la tierna expresión de Erik. Era genial verlo nervioso. Aunque aún le sorprendiese un poco que fuese justamente su hermano quien lo ponía así.

-Así es.-dijo aun sonriendo.-A mí me toca hacer la cena, y no quiere que la mansión siga muy desorganizada con todo este embrollo. Así que te toca  a ti cuidarlo, otra vez. Pero no te preocupes, si te molesta, supongo que Moira no tendrá….

-Yo voy.- la interrumpió decididamente Erik, con el ceño fruncido.

 Raven contuvo una carcajada. Le encantaba ver cómo se ponía Erik con sólo el hecho de juntar a Charles y Moira en una misma oración. Sus reacciones le recordaban que, pese a todo lo malo que había hecho y a todo lo que había sufrido, el polaco aún tenía sentimientos humanos.  Todo gracias al telépata.

 Aún molesto por la mención de la agente, Erik terminó de abrir la puerta para pasar y comenzar a caminar hacia el cuarto de Charles. El telépata lo había llamado a él, no a esa mujer prepotente y soberbia. Así que quien debía cuidar del oji azul era él, y nadie más. No dejaría que…

-Erik-oyó la voz de Raven devolviéndolo a la realidad. La muchacha le cortaba el paso. Justo cuando iba a preguntarle qué ocurría, vio que la polimorfa no podía contener la risa.- Ahora vamos al cuarto de Charles, pero creo que sería mejor que te vistas primero.

 Erik pestañeó varias veces, hasta que su mirada bajo hacia su propio cuerpo, recordando que aún estaba con sólo una toalla atada a su cintura. Agradeció que al menos eso permaneciera en su lugar.

-Tienes razón.-dijo antes de meterse en su cuarto. Aún con la puerta cerrada podía oír las risas de Raven.

 Erik se vistió rápidamente, tratando de procesar toda la información recibida de pronto. El experimento de Hank no había matado a Charles. Aparentemente, no le había hecho daño. Aún. Pero tampoco había recuperado su tamaño normal, así que todavía no podía decirse que el asunto estaba resuelto. Mientras se colocaba la camisa, la mirada del polaco se posó en la ventana de su cuarto, y notó que ya era de noche. Era increíble como el día había parecido tan largo y tan corto a la vez. Parecía que hacia una eternidad no podía hablar con Charles mirándolo casi de frente (porque bueno, tampoco es que la altura normal del telepáta fuese la gran cosa). Hacia una eternidad que no podía espiar esos labios moverse rápidamente, que no debía contenerse de desorganizar ese cabello castaño con su mano, que no tenía la posibilidad de rozar “sin querer” su cuerpo con aquél más frágil, que no tenía que retenerse de envolverlo en sus brazos. Bueno, lo cierto es que sí le había pasado todo eso ese día también, porque le ocurría cada vez que estaba cerca de Charles. Pero no de la misma manera. Y, al mismo tiempo, sentía que aquel hermoso día, lleno de miedos e inseguridades, pero a su vez de ternura, emoción y confianza, llegaba a su fin. Mirando aún hacia afuera, no pudo evitar pensar en ello. ¿Qué pasaría cuando Charles recuperase su tamaño normal? ¿Acaso se olvidaría de todo lo que había ocurrido entre ellos aquel día? No es como si hubiese ocurrido la gran cosa, pero….¡Pero sí! Aunque Charles no era así. Tenía buena memoria, y si le habían importado ciertas cosas, seguro las recordaría y actuaría acorde a ello, ¿cierto? Además le habían importado, ¿verdad? las miradas íntimas, las sonrisas de verdadera felicidad, las risas acampanadas compartidas, incluso los leves roces, los sonrojos, los latidos apresurados, las frases casi confesatorias….

-Sé que has pasado casi toda tu vida preocupándote y ocupándote solo de ti. Y quiero ser alguien que te ayude, que veas que alguien más puede protegerte. Así que no tiene sentido que seas tú quien se deba ocupar de mí.

- O sea, no me molestan los chicos. Pero también me encantaría que desayunáramos solos alguna vez. ¿Algo así como un pic-nic?

-Lo haremos cuando recupere mi tamaño normal. Así será…interesante.

-Es la primera vez. Es la primera vez que alguien es consciente de lo agotadora que puede ser mi mutación.

-Sabía que no me equivocaba contigo…

-Qué te preocupes tanto por mi bienestar. No me malentiendas. Me encanta que lo hagas.

-Creo que será mejor que me quede con Erik

-¿Más seguro que con el mutante más inteligente y poderoso que he conocido? Lo dudo mucho.

-Que eres genial, Erik. Ya sabía que puedes hacer muchas cosas maravillosas.

-Hey, Erik, ¿te gusta hacerme reír?

-Qué bueno, porque a mí me gusta reír contigo. Y realmente me he divertido mucho este rato.

-¡Tú mutación no es destructiva! ¡Puedes usarla para ayudar a los demás!

-¿Qué estás insinuando? Soy un tipo muy divertido.

-Y sobre todo, confío en ti, Erik. Porque sé que no dejarías que nada malo me ocurriese. Y que si algo saliese mal, me protegerías hasta hallar una solución. Supongo…que te tengo demasiada estima, mi amigo.

 No, Charles no podía olvidarse de todo lo que habían vivido ese día. A fin de cuentas, él lo había estado cuidando. Lo único que pedía a cambio era que ese estrecho lazo que habían reforzado en las últimas horas se mantuviese así.

 Sacudió la cabeza, recordando que Charles aún era pequeño, y que estaba solo en su cuarto. Ya pensaría luego en qué ocurriría cuando la cura surtiese efecto. Ahora mejor se apresuraba, así no dejaban al telépata sin nadie que lo cuidase. Terminó de vestirse y salió. Apenas cerró la puerta Raven comenzó a caminar por el pasillo. Ella también parecía un poco apurada. Erik la alcanzó y luego tomó su ritmo. La metamorfa aflojó ligeramente el paso, y comenzó a mirar a Erik de arriba abajo sin desparpajo alguno. Al principio Erik no dijo nada, asegurándose de estar vez estar completamente vestido. Una vez seguro, y ante la insistente mirada de la muchacha, comenzó a incomodarse. Sin embargo trató de controlarse: estaba frente a la hermana de Charles. No podía actuar sin pensar.

-¿Ocurre algo?-preguntó fríamente, tratando de mostrarse neutral.

-¿Seguro qué quieres cuidarlo tú?-dijo enigmáticamente la muchacha.-Puedo decirle a Charles que cambiamos los turnos y…

-No me molesta ir.-la interrumpió secamente, sin entender muy bien qué ocurría.

-¿Quieres cuidarlo?-preguntó ella seriamente.

-Si prefieres ponerlos en esos términos…

-Contéstame.-exigió.

-Bueno…sí. Sí, ¿está bien?-una pequeña vena comenzó a latir en su frente, algo exasperado, nervioso y tímido.  Se aclaró la garganta, tratando de recuperar la compostura.- Quiero decir, Charles está en una situación de vulnerabilidad…

-No me refiero a ahora.-y antes de que Erik pudiese pedir explicaciones, aclaró.- Te estoy preguntando si quieres cuidarlo siempre.

 Erik se detuvo, en seco. Tuvo el impulso de darse media vuelta, correr a su cuarto y esconderse allí un rato. O irse. Lo que sea con tal de no estar en aquella situación. Raven siquiera lo miró, y siguió caminando con paso firme y seguro. Erik miró el pasillo frente a él, y se le antojó demasiado corto para pensar una respuesta, y demasiado largo para recorrerlo junto a quien le había hecho semejante pregunta. Se mantuvo quieto en su lugar unos segundos, hasta que Raven también se detuvo.

-Hey, vamos. No me gusta la idea de que Charles esté solo en su cuarto cuando aún está en miniatura.-dijo volteándose para ver a Erik, mientras le hacía un gesto con la mano indicándole que se acercase.

 Erik dudó un momento, pero Raven tenía razón. Quién sabía qué cosas podía tratar de hacer Charles si se aburría y tenía ese tamaño. Seguro se metería en problemas, como había hecho todo el día. Caminó rápidamente hasta donde estaba la muchacha y siguió caminando sin aflojar el paso, mostrándose seguro. Raven suspiró.

-No hace falta que respondas mi pregunta.-aclaró, y Erik sintió que su corazón volvía a su lugar.- Pero quiero que seas consciente de lo que significa que hoy hayas cuidado de Charles todo el día, y que ahora él pida que sigas haciéndolo.

 Erik la miró intrigado, pero conteniéndose de preguntar a qué se refería. Raven estaba seria, mirando hacia delante. Aun así, estaba más relajada que antes. Parecía incluso resignada.

-Lo que pasa es que…Bueno, Charles es una persona un poco difícil. Él es demasiado bueno, y protector con los demás. Yo soy el claro ejemplo de ello-y sonrió con dulzura, pues amaba a su hermano.- Es muy inteligente, muy independiente, y su mutación le permite tener todo bajo control, o al menos aparentarlo. Es por eso que él no está acostumbrado a ser quien debe ser protegido o cuidado. Puede ponerse muy terco con ello.-revoleó los ojos con cierta diversión. Incluso Erik sonrió un poco. Luego Raven volvió a su anterior seriedad, pareciendo un poco taciturna.- Aun así, él permitió que lo cuidases todo el día.  Cuando lo vi pequeño, pensé que no iba a querer que nadie se encargase de él. Ya estaba preparándome para darle un buen sermón, y de golpe me di cuenta que tú ya sabías que estaba empequeñecido, porque él mismo te había llamado. Creo que debe haber sido la primera vez que Charles supo a quién llamar cuando necesitaba alguien a quien pedirle algo tan importante como su propio cuidado. No voy a mentirte. Me da algo de envidia.-y era doble, porque también envidiaba que Erik acudiese al llamado de su hermano, cuando a ella también le hubiera gustado tener al magnético a sus pies. Pero sabía que aquello no podía ser.-Porque como soy su hermana, siempre pensé que yo sería quien cumpliría ese papel. Aunque creo que, de a poco, lo entiendo. Como sea-hizo un gesto con la mano, dando a entender que no importaba.- La cuestión es que quiero que entiendas lo importante que debe haber sido este día para Charles. Quizás te lo diga él mismo, o no. Es muy orgulloso y no le gusta sentirse vulnerable. Bueno, en eso ambos se parecen-y rió divertida.

 Erik escuchaba atentamente las palabras de la metamorfa, sintiendo cómo su corazón latía cada vez más apresuradamente con cada palabra que pronunciaba. Lo que minutos antes le parecía una posibilidad, ahora se esfumaba: al parecer, Charles tampoco se olvidaría de ese día. Y, por lo menos algo, había significado para él también.

-Yo…-comenzó, sin saber muy bien cómo continuar.- Lo entiendo. No te preocupes.

 Ambos se detuvieron, pues habían llegado a la puerta de la habitación del telépata. Erik esperó que Raven tocase o abriese la puerta, mas la muchacha se quedó allí, parada, mirándolo fijamente. Él tampoco se atrevió a moverse, pues no quería romper la armonía que se había establecido entre ellos en los últimos minutos. Sonrió levemente.

-Muchas gracias por decírmelo.-dijo con amabilidad.

-Debías saberlo.-contestó ella, sonriendo a su vez.- Charles puede ser muy terco, y a veces olvida que los demás no podemos meternos en las mentes de los otros. Eso tiende a alejarlo porque cree que los demás sabemos que piensa y qué siente, cuando no es así. Te digo todo esto porque…noto que le importas.-las últimas palabras las dijo un poco más bajo, casi en un susurro.

-A Charles le importan todos los seres vivos. Casi apostaría que los no vivos también.-contestó sonriendo socarronamente.

-Eso es cierto.-respondió riendo levemente.- Pero algunos le importan más que otros. Tú, creo, entras en esta categoría. Quiero que lo sepas porque sé que no eres una persona fácil, Erik.-ahora tomó una postura un poco más seria. Erik la contempló en silencio.- Sin embargo, hoy has demostrado que tienes un lado bueno aún.

-Bueno, Charles me necesitaba….-trató de excusarse.

Raven alzó un dedo en señal de que hiciera silencio, y le guiñó un ojo con complicidad.

-Pues yo creo que en verdad eres muy dulce. Al menos cuando se trata de Charles. Eso ya es algo. Y él aún te necesita. Así que, cuídalo, ¿si?-y fue un pedido.

-Claro.-respondió rápidamente, sin poder evitar sonrojarse.

-Cualquier cosa, llámame.

 Antes de que el polaco pudiese responder, la muchacha se marchó. Erik suspiró frente a la puerta. Una sonrisa boba se expandió en su rostro sin que pudiese contenerla. Se sentía un poco tonto, pero muy, muy feliz. Un sentimiento de alegría y ternura le inundó el corazón, haciéndole sentir un leve pero placentero cosquilleo dentro. Si Raven decía que a Charles le importaba más que otros, así debía ser. Si no, ¿para qué contárselo? Él ni siquiera le había preguntado al respecto. Y Raven parecía ser muy protectora con su hermano. Así que si se lo había comentado, era porque para ella era lo mejor para el telépata. Sí, Charles era muy orgulloso y terco, pero él también. Podía entenderlo. Pero saber que, quizás, el ojiazul lo veía un poco como él lo veía, era tan…tan…maravilloso. Respiró, tratando de calmarse. Era un poco difícil, con toda la emoción que tenía dentro. Tenía ganas de entrar, y abrazar a Charles, y decirle lo bien que lo había pasado ese día a pesar de la preocupación y el miedo, comentarle que se sentía bien ayudando a alguien, sobre todo si ese alguien era él, confesarle que tenía razón y que había bondad en él mismo…

 Tocó la puerta con mucho ímpetu. Charles no respondió, pero a Erik no le importó: estaba demasiado concentrado en sus propias emociones. Abrió la puerta con ahínco.

-¿Charles?-preguntó con una gran sonrisa y con un tono emocionado.

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Charles miró el techo, acostado como estaba en su (gran) cama. Seguía pensando en lo que Raven le había dicho, acerca de hallar a una persona especial, que cuidase de él, que lo apoyase. Que lo quisiera de otra manera. Una y otra vez volvía a él un nombre y un rostro, y no terminaba de decidirse si eso era correcto o no. Por Raven, por Erik mismo, por todo. ¿Por qué no podía simplemente no necesitar a nadie y listo? Él ya era inteligente e independiente. No es como si fuese débil, aunque tampoco consideraba eso como algo malo. Pero siempre había sido él quien cuidaba a los demás. Hasta que, bueno, empequeñeció y necesitó que alguien más pudiese hacerse cargo. Y ahí había aparecido Erik. Lo cierto es que le debía muchísimo. Todo ese día, con lo bien que lo había pasado, había sido gracias al polaco. Debería agradecérselo. Sabía, además, que a Erik realmente le gustaría que alguien le agradeciese por hacer algo por otra persona. Con sólo pensar en el polaco poniendo una sonrisa brillante y alegre en ese usualmente sombrío rostro….

 Su corazón se sintió pesado de golpe. Nervioso, se sentó en la cama, y miró fijamente la puerta. No podía oír nada con sus oídos, pero su telepatía le indicaba que había dos personas detrás de ella. Y también de quiénes se trataban: nada más y nada menos que Erik y Raven. Bueno, era lógico; él le había pedido a su hermana que buscase al polaco para que lo cuidase. Y, ahora que se daba cuenta, había tardado bastante. Él se había quedado colgado de sus pensamientos, pero ¿y ella? ¿y Erik? No, se estaba persiguiendo. Entonces, ¿qué era eso que sentía? Esa…armonía, que había entre ellos dos, en ese mismo momento, frente a la puerta de su cuarto. Realmente tenía que resistir el impulso de indagar más en esa conversación. Pero no, eso iba contra sus principios. Aunque, si sólo pudiese captar algo, algo que lo tranquilizara, que evaporase esa piedra que se había posado en su inseguro corazón….sólo se acercó un poco mentalmente, lo suficiente para sentir lo tranquilos que estaban ambos allí afuera, lo…felices que estaban. Incluso Erik, normalmente hermético, le dejaba ver que destilaba una alegría que quizás jamás le había percibido. Y bueno, era cierto que entre la metamorfa y el polaco muchas veces se instalaba ese sentimiento de complicidad y cofradía que Charles había detectado cuando ella fue a su cuarto esa mañana, o cuando fue al laboratorio de Hank antes de saber que él había empequeñecido. Charles ya lo intuía, pero, ahora, lo confirmaba. Algo ocurría entre Erik y Raven. Y él quedaría allí, del otro lado de la puerta.

 

Notas finales:

¿Muy corto? quizás u3u ¿Muy malo? ttambién puede ser, le falta su otra parte </3 disfruten porque el próximo cap es el último de Mi pequeño Charles, e instantáneamente comienza Mi pequeño Erik <3 Les juro que el próximo cap es mejor, con más diálogos, confesiones, y celos <3 Esperoq ue les guste y los invito a que me deejen un review para sabber que opinan n.n Besos!

Nos leemos~!


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