No toda la vida puede ser color de rosa. Uno por huir de sus temores cree que ya está en paz, pero no es así. Tarde o temprano hay que enfrentarse a sus miedos y luchar por lo que quiere en la vida...
Un joven azabache se hallaba pensado en todo lo que había vivido en todos últimos meses. Desde que regreso su prima a Italia, el tiempo paso demasiado rápido que en un abrir y cerrar de ojos se encontraba por terminar el año escolar, tan sólo faltaba cinco días.
El problema con el grupo de mujeres que les rodearon, está prácticamente resuelto. Eva, la acosadora de Carlos, seguía mirándole con odio puro en el casino al de ojos color cielo, el azabache ya no le tomaba en cuenta sus miradas; en cambio las otras chicas por temor a que el castaño les muestre las fotos a todo el colegio, dejaron de molestarlos…
-¿Qué haces holgazán acostado en un día tan hermoso como este?- dice un castaño recién entrando a la habitación.
-¿Enserio crees que es hermoso este horrible clima? Está lloviendo cada vez más fuerte- dice el azabache sentándose en el respaldar de la cama.
-A mí me encanta la lluvia- se dirige a la ventana, observando fascinado el clima.
-Como sea. Veo que hoy te despertaste mejor- le miró preocupado- hasta te volvió tu color de piel. Ayer estabas como un papel, y además de que no te despegabas de inodoro vomitando, sinceramente me tenías preocupado.
-Debió ser una bacteria por comer tanta comida chatarra, lo bueno es que se me quito ese malestar- dijo restándole importancia; mientras se dirigía a sentarse a su propia cama.
-Deberías de ir al doctor, puede que tengas algo grave y tú no lo sabes; si no quieres te puedo acompañar.
-No creo que sea necesario ahora me encuentro bien, igual gracias por preocuparte por mí.
-Eres mi amigo y me preocupas, pero si veo que mañana te vuelven los síntomas se lo informaré a Mateo-le dijo serio.
-Está bien mamá gallina- dice burlón
-Lo digo enserio- le miro con el ceño fruncido.
-Ya no te enojes, sólo era una bromita- le sonríe- Cambiando de tema... ¿a quién invitaras a tu graduación? Acuérdate que solo puedes invitar a tres personas.
-Serán mi tía y prima- dice el azabache mirando hacia el techo.
- ¿Y tu padre?
-Ayer le llame preguntándole si iba a venir, pero no creo que lo haga, ya que se tiene que hacer cargo de la empresa.
- ¿Ni siquiera se preocupa por su propio hijo?- dice molesto el castaño
-Mi padre ya no es el mismo que solía ser antes. Sabes hay algunas veces pienso que mi madre no solo me dejó y murió, sino que se llevó a mi padre con ella, dejando a un señor frio y calculador. Es por eso que prefiero que no venga; pero si lo hace, vendría acompañado con Alicia y con solo verla me arruinaría mi día.
-Es mejor que no venga, podría contaminar la ciudad con sólo su presencia- dice de manera exagerada, haciendo reír al azabache
Los dos amigos se la pasaron toda la tarde conversando y riendo de cada idiotez que se les ocurría, que ni siquiera se percataron de que ya había anochecido. Se dispusieron a cambiarse de ropa por una de dormir para luego acostarse sin siquiera ir a cenar, ya que los dos no tenían hambre. Una vez en la cama se quedaron dormidos rápidamente dejándose llevar por el común sonido de la lluvia caer.
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En un parque se encontraba dos jóvenes disfrutando de la tranquilidad que les proporcionaba dicho lugar. El azabache de ojos azul cielo se hallaba sentado en el césped apoyando su espalda en un árbol, mientras que un pelirrojo de ojos azul oscuros estaba acostado dejando su cabeza en el regazo de su acompañante.
-Paso demasiado rápido el tiempo, ¿no crees Carlos?- pregunta el azabache al momento que le empieza acariciar el cabello rojizo de su pareja.
-Así es. Cada día que pasa me enamoro más de ti- dice mirando directamente a los ojos, provocando que se sonrojara su pareja.
-Te amo, no me quiero separar de ti ya eres importante para mí- dice sinceramente el azabache.
-Tu igual lo eres. Además nunca te alejaras de mi lado, pequeño- acaricia la mejilla sonrojada de Demian- te seguiría hasta el fin del mundo, así que te será imposible separarte de mí- le guiña el ojo coqueto
-Dios, ciento que en un futuro me encerraras en una jaula para que nadie me vea- dice divertido.
-No lo sé…puede que lo haga- sonríe de medio lado mientras se levanta y se sienta al lado del azabache mirándole directamente- Eres tan hermoso, que no me gusta que otros te observen con esos ojos lujuriosos- le da un corto beso.
Demian le mira a los ojos, para luego abrazar por el cuello y dejar su cabeza apoyada en el hombro del pelirrojo aspirando su olor corporal.
-Hueles a caoba con mescla de canela… ¿qué perfume es?- pregunta extasiado el azabache
-Ninguno, hoy no me dio tiempo de colocarme alguna fragancia- dice el pelirrojo mientras que abraza por la cintura a su pareja pegándolo más a su cuerpo- ¿te gusta mi esencia personal?
-Sí, me encanta- dice con voz sensual
-Creo que es mejor irnos ¿no crees?- sugiere con voz ronca el pelirrojo.
Demian asiente con un movimiento de cabeza levantándose del césped al igual que Carlos. Se disponen a caminar a dirección al departamento del pelirrojo, cuando de repente un sonido de celular llama la atención de los dos amantes.
-Es el mío- dice el azabache sacando su celular del bolsillo, dándose cuenta la persona que lo llamaba -Es mi padre, capas que me llama para decirme si vendrá a mi graduación- le dice al pelirrojo- Espérame un momento.
-Claro, te estaré esperando aquí, pero no tardes porque tenemos algo pendiente- dice travieso.
El peli-negro se ríe- no te preocupes terminare rápido- se aleja del pelirrojo para contestar la llamada- Hola padre, ¿cómo has estado?
-Bien...Demian seré breve; el motivo del porque me comunico contigo es para que regreses a Italia.
-¿Qué? ¿Y eso por qué padre?
-No te puedo decir la razón por una llamada, solo te diré que es urgente que regreses
-Sabes que no podré ir a hora, en cuatro días me gradúo
-Lo sé, y una vez que lo hagas tienes que regresar.
-Está bien. Antes de que cuelgues padre me gustaría hacerte una pregunta
-¿Qué es lo que quieres preguntar?
- ¿Vas asistir a mi graduación?
-No podre ir; tengo contratos que firmar ese día, les pagaré el pasaje a tu tía y prima para que asistan. Si eso es todo lo que querías saber adiós tengo una junta de negocios- corta la llamada.
-Ni siquiera me dejo decirle adiós- suspira a la vez que guarda el celular. Se encamina a donde esta Carlos esperándole. Cuando el azabache llega al lado del pelirrojo este le pregunta.
-¿Qué quería tu padre?
-Una vez que me gradúe tengo que regresar a Italia- dice con la vista hacia el césped.
-¿Y eso por qué?- pregunta alzando una ceja
-No lo sé. Solo me dijo que quería informarme de algo importante, capas que sea por mi hermanito que viene el camino- dice fastidiado.
-En ese caso, me iré a visitar a mis padres a Italia- sonríe arrogante.
-¿Ha?- le mira directamente a la cara.
-Lo que quiero decir… es que iré contigo.
-Pero me puedes esperar hasta que regrese, no me demorare la nada misma.
-Si tú te vas yo iré contigo y ya lo he decidido así que ríndete, ya deberías de saber que siempre consigo lo que quiero- el azabache suspira resignado dándose por vencido. Él ya sabía que no podía ganarle en una discusión al pelirrojo, porque desde que estaban saliendo como pareja el mafioso siempre que se proponía alguna cosa lo cumplía sin importarle las consecuencias.
-Mejor vámonos a tu departamento
Y así se fueron al hogar del pelirrojo compartiendo risas y afectos de cariño que se demostraban mutuamente.
Cinco días después.
El azabache se hallaba ordenando sus pertenencias en las maletas preparándose para regresar a su país. Su mejor amigo hacia lo mismo, pero con sus propias pertenencias, ya que al terminar el año escolar tenían que desalojar el internado e irse a arrendar algún departamento disponible que haya en la ciudad, para así poder vivir en él y entrar a una universidad.
-¿Entonces te iras a vivir con Mateo en su departamento?- pregunta el azabache una vez que termino de empacar todo en las maletas.
-Así es, pero como cierta persona se ira del país con su novio acosador, él como es su mano derecha tiene que ir con su jefe, así que para que no me dejara solo me invito a ir con él- dice mirando fijamente a su ex compañero de cuarto.
-No me recrimines, no es mi culpa que mi padre quiera hablar conmigo y que Carlos quiera acompañarme.
-No te estoy recriminando. Al menos conoceré el lugar de origen de mi novio aunque no sepa hablar italiano.
-Si quieres te enseño hablar italiano, es muy fácil
-¿Enserio lo harías?- dice ilusionado
-Cuentas conmigo. Pero me sorprende que tus padres te dejen ir así como así a un país que es desconocido para ti.
-No tengo padres, los míos se murieron en un accidente automovilístico. Las personas que conociste ayer eran mis tíos; ellos no se preocupan por lo que me pueda pasar, solo cumplen con los deberes de tutores nada más que eso.
-Lo siento, no sabía que habías perdido a tus padres- dice bajando la mirada arrepentido.
-Oh! No te preocupes no me afecta, además eso paso cuando tenía solo 2 años, a esa edad uno de le olvida todo.
-Igual lo siento.
-Ya deja de sentirte mal, mejor salgamos de aquí cuanto antes ya termine de empacar así que vamos para afuera que creo que los chicos deben de haber llegados y ahora nos estarán esperando aburridos.
Salieron con las maletas del internado llegando a la puerta principal de Stanford; y efectivamente Carlos y Mateo los esperaban en la puerta. Los dos se acercaron a sus parejas dándoles un corto beso a los labios y quitándoles sus equipajes para meterlos al maletero. Ya cuando todo estuvo guardado se adentraron al automóvil del pelirrojo hiendo al aeropuerto para tomar el vuelo a destino a Italia.
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Los cuatro jóvenes más los guardaespaldas del pelirrojo llegaron al aeropuerto de Venecia sin tener inconvenientes en el viaje. Afuera del aeropuerto se hallaba cinco autos color negro que pertenecían a la familia Babussi, ya que servirían como transporte para los recién llegados.
-Estamos en tierra, no me gusta andar en avión- decía el azabache
-Wow Italia es hermosa, quiero conocer más lugares- comenta fascinado el castaño.
-Y lo harás, yo seré tu guía- dice Mateo al lado del castaño- pero por ahora ¿qué vamos hacer Carlos?
-Por el momento… Ustedes se irán a mi residencia que tengo en Venecia, mientras tanto yo iré a dejar a Demian a su casa.
-¿Tienes una residencia aquí?- pregunta sorprendido el azabache.
-Pues sí, es un regalo que me dieron mis padres el mes pasado. Como sea vámonos.- Todos se subieron a los automóviles dirigiéndose a sus destinos.
En el coche que solo estaba Carlos y Demian iban sumergidos en un silencio incomodo, hasta que el primero decide romperlo.
-¿Estas nervioso?
-No… solo que siento que algo malo pasara- le dijo sincero
-Si quieres puedo esperarte a fuera de tu casa por si sucede algún inconveniente.
-Te lo agradecería- suspira dándose cuenta que estaban llegando a su residencia- ya llegamos… dejare mi equipaje contigo, espérame.
-Anda tranquilo, si algo sucede llámame- le besa en los labios siendo correspondido inmediatamente. Cuando se separan, el azabache sale del auto y camina al intercomunicador que había en la puerta principal.
-Hola, soy Demian ¿me pueden dejar entrar, por favor?
-Joven Demian que gusto es volver a verle, enseguida se le abre la puerta.
Solo pasaron unos segundos para que se abrieran las puertas de acero. El azabache entra a la residencia para llegar a la gran puerta de madera con vidrios, ingresa a la mansión siendo recibido por los sirvientes.
-Joven Demian cuanto a crecido desde la última vez que estuvo aquí- dice el Emilio, mayordomo
-No seas mentiroso Emilio, no he crecido ni siquiera un centímetro- me rio
-Pronto crecerá- dice en modo de aliento
-Emilio, ¿dónde está mi padre?
-En su despacho Joven.
-Tengo que hablar con él, si me disculpas me retiro- dice el azabache para enseguida dirigirse al despacho de su padre.
Al llegar a él, toca la puerta escuchando un “adelante” el azabache ingresa enseguida al lugar. Su padre levanta la vista dejando de inmediato todo lo que hacía.
-Llegaste, creí que te demorarías- dice un hombre de 40 años de edad con apariencia muy distinta a la de su hijo, ya que este era de piel morena, ojos verdes y cabello café. A simple vista era un hombre imponente e intimidante.
-Dijiste que era importante.
-Siéntate si quieres.
-Estoy bien aquí
-Bien… la razón del porque te cite hasta aquí son por dos razones: la primera es que vas a tener un hermano.
-Eso ya lo sabía, mi prima me lo dijo. ¿Cuál es la segunda razón?
-La segunda es que te casaras en dos meses con Antonio Giordano- dice el padre del azabache.
-¡¿QUÉ?!