Estoy estresado, llevo un mes desde que estoy en Los Ángeles. En el colegio voy bien, no tengo problemas con las materias, de hecho el culpable de mi estrés es el tomate de Carlos. No ha parado ni un día en molestarme, se la pasa diciéndome "pequeño gatito", como el no cumplió su promesa yo menos lo hice, así que sigo diciéndole tomate. En el colegio piensan que yo tengo algo con él, y eso es totalmente falso, y lo que me enoja es que él no lo desmiente aunque tampoco lo confirma, y eso es algo bueno.
Hoy es viernes por la noche, en estos momentos estoy sentado en mi cama hablando con mi prima por skype, contándole todo lo que me ha pasado, pero ella en vez de apoyarme se burla de mí.
-Sabes hay un dicho bastante popular, que es "del odio al amor, sólo hay un paso". Mi instinto de mujer me dice que tu caerás en las garras del sexy león tomate- me mira de forma burlesca.
-En mi caso no hay amor, sólo odio.
-Si claro, ya quiero conocer a la persona que tiene a mi primito babeando de amor jajaja
-¡Que no es amor!, yo no vine a este país en busca de una pareja y eso tú lo sabes.
-Si lo sé, pero tarde o temprano te enamorarás y no podrás escapar de amor~. No entiendo el porque te niegas a querer a otra persona.
-Creo que eso ya lo sabes Mary.
-Si lo dices por Joseph, déjame decirte que lo que tú sentías por él era admiración, no era amor. Además las cosas pasan por algo, y gracias a eso tengo otra vez a mi primo de vuelta.
-En eso tienes razón. Cambiando de tema ¿cómo está mi padre?-vi a Mary desviar la mirada y sentirse incómoda- ¿qué ocurre?
-N-nada
-Mary te conozco, así que habla ahora.
Suelta un suspiro y decide hablar- Ah, está bien, tarde o temprano te ibas a enterar.
-¿De qué cosa?
-Em... bueno, verás...
-Dilo de una vez
-Alicia está embarazada.
-.... estas de broma.
-Haber tienes que calmarte.
-Cómo quieres que me calme si esa maldita zorra al fin consiguió lo que quería, que clase de amiga es de mi madre, una que se mete con mi padre y espera un hijo de él. Si antes no quedaba embarazada era porque mi padre ya no quería más hijos, esa maldita consiguió convencerlo.
-Ya no se puede hacer nada, ahora ella tiene su herencia más que asegurada.
-No sólo eso, ahora tendrá más motivo para eliminarme. ¿Mi padre está feliz con la noticia?- no recibí respuesta sólo agachó la cabeza, con eso me confirma ese ese señor se olvidó de mi madre y no me ve como su hijo. Me despedí de mi prima y me dispuse a dormir.
Sueño.
Estaba caminando por un pasillo oscuro, al frente hay una puerta que estaba abierta, entró en ella y escucho sollozos en el armario, camino hacia él y antes de abrirla escucho el resonar de unos tacos.
-Pequeño~ ¿en dónde estás?- "esa voz me es familiar". De un momento a otro la habitación es parecida a mi cuarto. "Esto me está dando mala espina" los sollozos del armario se callan, sólo se escucha los zapatos de esa persona, hasta que se abre la puerta. "No puede ser, tenía que ser Alicia"
-Sé que estas aquí, no crees que es mejor salir de una vez- esta va al armario "no, no, no lo abras maldita" y lo abre.
-No te dije Demian que igual te encontraría- "esta no es una pesadilla, es lo que siempre me hacía esa mujer". Empieza a golpear y decirle aún pequeño de tan sólo 8 años que se muera, que nadie lo quería, ni su madre que lo quiso.
-Si le dices a tu padre de esto, te irá peor- Sale del cuarto dejando al pequeño Demian llorando en la cama en posición fetal.
Siento que alguien me mueve, despertándome y encontrándome a Dylan con una mirada de preocupación
-Al fin despertarte, estabas teniendo una pesadilla, gritabas y llorabas. Me tenías preocupado
-Lo...siento, soñé con algo que no debería.
-Se puede saber que fue
-Enserio eres muy curioso.
-Lo sé jajaja, cuéntame soy todo oído.
Y así fue como le conté de mi vida, que mi madre murió cuando tenía 5 años por leucemia, su supuesta mejor amiga Alicia no perdió el tiempo en conquistar a mi padre, casándose a los 2 años después de que mi madre se fuera de nuestras vidas.
-Desde ese momento mi vida fue un infierno, la arpía me golpeaba y me decía cosas hirientes, para que nadie sintiera lástima por mí cambie mi forma de vestir, escondiendo mi dolor en esos lentes.
-Esa mujer no tiene corazón- yo sólo asentí y termine de contarle por lo de Joseph y ahora el embarazo de Alicia.
-Acepté el traslado para poder escapar y rehacer mi vida.
-Tengo una pregunta. Quedan cinco meses para terminar el año escolar, ¿qué harás cuando termines? A lo que me refiero es ¿qué te quedarás a estudiar una carrera aquí o regresaras a tu país?
-Tengo planeado quedarme aquí, conseguir una beca y valerme por mi mismo. Si regresó sé que estaré en peligro. Esa mujer puede hacer cualquier cosa para conseguir lo que quiere.
-Dejarás la herencia que te corresponde ¿cierto?
-Sí
-No deberías, lo digo porque dejarás que tu madrastra gane, no le des esa satisfacción. Ese dinero te pertenece por derecho, después tú ves que harás con él.
-Nunca lo vi por ese lado, das buenos consejos
-Debería dedicarme a ser consejero jajaja.
Yo sólo reí y me levanté al igual que el peli castaño. Me fui a bañar y al salir Dylan me miraba con una sonrisa traviesa.
-Lo he decidido, Demian hoy saldremos a una fiesta.
-¿Eh?
-Como lo escuchaste, hoy nos vamos de parranda con Valeria e Ignacio.
-No creo que ellos quieran salir con nosotros, sé que son nuestros amigos pero no crees que estaríamos incomodándoles.
-Que sean pareja no significa que siempre deben de estar juntos. Esta fiesta es para distraernos y pasarla bien. No aceptaré un no por respuesta es sí o sí.
No muy convencido termine por aceptar, aunque presiento que algo pasará en esa fiesta.
Ya era hora de irnos a la disco ya que hay se hará la fiesta que ni siquiera sé de qué se tratará. Valeria, Dylan y yo nos subimos al auto de Ignacio a dirección a la discoteca.
Al llegar la música era tan fuerte, había gente por doquier, nos adentramos. Por una parte Vale e Ignacio estaban es su mundo de besos y por otro Dylan y yo bailábamos. Todo iba bien hasta que al peli castaño y a mí nos rodearon un par de brazos por la cintura, nos dimos la media vuelta y nos encontramos con Carlos y el amigo de este llamado Mateo.
-Mira a quien tenemos aquí Mateo.
-A dos preciosuras- dijo
-Serias tan amable de soltarme- le dije al pelirrojo
-Mmm no- me afirma con más fuerza mi cintura pegándome mi espalda a su formado pecho.
Empecé a forcejear para que me liberará sin poder lograrlo, mire al lado mío donde estaba Dylan y me dijo cuenta que ya no estaba.
-¿Y Dylan?
-Tu amigo se fue con Mateo, al igual que yo me iré contigo- sin darme tiempo a responderle, me saco de la pista de baile y me llevó a un lugar apartado.
-Pero a ti ¡¿qué te pasa?!
-Lo quieres saber
-Pues claro, por eso te lo pregunto.
Me tomo de la barbilla y me acercó a su cara-Me tomo un mes en darme cuenta de lo que sentía, y hoy lo confirme cuando bailabas alrededor de esa gente que te miraba de forma lujuriosa.
Me sonroja y desvíe la mirada- N-no te estoy entendiendo Carlos.
-Mi pequeño gatito a esto me refiero- me da un beso en los labios, dejándome sorprendido y con mi rápido palpitar de corazón. Al terminar el beso se acerca a mi oído susurrando-Ahora lo entiendes o...tengo que decírtelo de otra forma.
No salía de la sorpresa en la cual estaba. Carlos me abraza posesivamente, dejándome escuchar su rápido palpitar, esto si que no me lo esperaba-¿No tienes nada que decir? O los ratones te comieron la lengua
-E-eh b-bueno em y-yo... no sé si siento lo mismo.
-Eso lo sé, es por eso que haré que sientas lo mismo que yo.- me vuelve a besar, pero esta vez de una forma más demandante pidiéndome permiso para poder entrar, a lo que mí me costó darle, cuando se lo di metió su lengua degustando mi boca e incitando a jugar mi lengua con la suya, trate de seguirle pero me era difícil ya que no sabía cómo se daban. Al terminar el pelirrojo aún me abrazaba.
-Estas temblando pequeño.
-C-como quieres que este, si me besas sin consultarme.
-Ni que fuera tu primer beso- en ese momento me sonroja hasta las orejas- oh~ así que si lo era, eso me encanta y te diré esto ahora para que te quedé bien claro, tu eres mío y de nadie más ¿entendiste?
Si antes estaba nervioso, sonrojado y con mi rápido latir de corazón, ahora estoy furioso.
-Acaso soy un juguete tuyo- lo alejo de mí y lo miro con mi ceño fruncido-eso sí que no, yo me pertenezco a mí mismo.
-Eso lo veremos
Me aleje de él y busque a los chicos por todo el lugar hasta al fin encontrarlos y ver a un Dylan soñador, no quise preguntar sólo quería irme de aquí, así que les pedí si nos podíamos ir, a lo que ellos accedieron.