Era un hermoso día para el país de Konoha, una mañana tranquila, un rubio se despertaba por la luz que penetraba por las cortinas de su alcoba, moviéndose debajo de las sabanas encontró calor de otro cuerpo, vio que era cabellos oscuros los de la persona a su lado y rápidamente se le vino a la mente el nombre de... su mejor amigo, haciendo que su corazón lata de la emoción, pero siguió observando de arriba hacia abajo el otro cuerpo a lado suyo, encontrándose el cuerpo de una mujer...el de su esposa. Su interior se remeció; desde que se casó cada mañana era lo mismo y con el sueño que tuvo la noche anterior, como las tantas noches anteriores, hacía que su interior se sacudiera, confundiera y llenaba de un sentimiento extraño y que le hacía doler el pecho, sintiendo presión y no tenía ninguna idea de lo qué pasaba dentro suyo-ya no entiendo nada...-susurró para sí mismo, mientras que de manera sigilosa salía de la cama, con la pijama puesta, yendo al baño-¿por qué no siento nada cuando estoy con Hinata? me siento vacío, y...¿por qué para soñando con Sasuke?-ya duchándose bajo el agua fría, que recorría su delgado cuerpo, rememoraba unas cuantas aventuras de cuando era niño-me pregunto si esos tiempos algún día volverán...compitiendo con el teme y recibiendo los golpes de sakura...-con una pequeña sonrisa, pero llena de cansancio salió de la ducha viéndose en el espejo de cuerpo completo apreciando su figura
El rubio es alto, de cuerpo delgado, pero no tan delicado como el de otros varones, tenía facciones finas, pero no eran tan notorias, había escuchado casos de hombres que se podían embarazar, pero eran casos excepcionales y muy dentro suyo soñaba el estar...embarazado(?). sin darse cuenta sus manos estaban posadas en su plano vientre-que pasaría si estuviese en cinta...- fue su pensamiento en voz alta, y de golpe se le vino la imagen de cierto azabache, haciéndolo reaccionar por lo que estaba haciendo y hablando- de seguro ya estoy con delirios por estar con tantos problemas por la seguridad en las fronteras del país, aunque...-agitó su cabeza para los lados con fuerzas-no, ya tengo una familia, y tengo dos hermosos hijos...no sé qué tengo...-con rapidez se puso sus ropas para llegar al edificio de control, donde trabajaba en conjunto con muchas personas que veían la seguridad del país y él era el jefe-más tarde que llevar a Himawari al centro...bien Naruto hoy es un buen día para ti ¡ttebayo! –dejando a su aún dormida esposa yéndose a su centro de trabajo...
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La casa Uchiha, era un santuario del silencio, ni la mosca se asomaba y sí quería vivir sus cortas 24 o 48 de vida feliz, era mejor el no acercarse a esa casa; Sarada Uchiha, heredera de apellido tan respetable comía en silencio su saludable desayuno a lado de su padre y...su madre, la cual apenas tomo un vaso de jugo y se fue al hospital a seguir con sus labores como médico en jefe de medicina general...-papá ¿hoy iremos a ver a Himawari y Boruto?
-te dije que sería un paseo al centro de la ciudad, hoy no iremos al territorio de los Uzumaki, Sarada ellos tienen cosas qué hacer y yo también tengo que ir rápido a la oficina de policía para ver unos cuantos papeleos y luego vuelvo para salir-Sasuke terminaba de comer su última rodaja de tomate mientras que su hija le miraba con los ojos penetrantes, con muchas dudas
-no tienes que estar fingiendo ser un témpano de hielo, cuando sufres tanto-a sus cortos casi 8 años la primogénita Uchiha era todo un genio como su fallecido tío-siempre he escuchado tus llantos por las noches, diciendo el nombre de... Naruto-san, y sé que no eres feliz con mamá-ese par de azabaches irises infantiles miraban a los de su padre que en su asombro casi se atora con su saludable extracto de quien sabe qué sería por tener la consistencia de un verde pantanoso-no soy tonta, seré niña pero no despistada...papá eres tan obvio y no entiendo qué haces con mamá cuando debes luchar por estar con Naruto-san, haciéndonos sufrir de esta manera a nosotras...¡no es justo!
-Sarada, yo...
-papá...yo quiero verte feliz porque siempre te veo triste-con pequeñas lágrimas queriendo salir de sus espejos oscuros la niña se acercó a su padre rodeando la mesa del comedor-quiero verte reír, que estés conmigo, que seas feliz y con alguien que quieres...por favor, te lo pido...-rodeó con sus pequeños brazos a su padre quien la cogió y la cargo
-lo siento tanto Sarada, por hacerte daño...-el azabache, sentía la humedad en su ropa, sentía su pecho mojarse y escuchaba pequeños e infantiles sollozos que provenían de su pequeña hija-te prometo que ya no dejaré pasar más tiempo-separando a su hija de su pecho la miró con una pequeña sonrisa-ya no lo dejaré pasar...lucharé
-¿de verdad?-limpiándose con las mangas de su ropa miró a su progenitor con cierta alegría- duele el ver que mi familia no este junta, pero... me conformo que seas feliz papá
-Sarada... gracias, nunca imagine que serías tan madura para tu edad-abrazó a su hija con un poco de fuerza y escuchándola llorar más fuerte como todo infante de su edad la dejó estar así por largo tiempo hasta que la niña se durmió en sus brazos-lo siento tanto el hacerte sufrir pequeña-llevándola a su habitación y recostándola en su cama- te prometo luchar por Naruto...-rozando su mano con los cabellos azabaches de su pequeña-seremos felices todos, aunque tomemos caminos separados en muchas ocasiones, por las decisiones que tomamos...
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En los límites de Konoha se encontraba Naruto con un grupo de personas haciendo coordinaciones sobre equipos, división de estos, patrullajes, entre otros-hola Naruto-kun-con una sonrisa fingida apareció cierto azabache el cual con una de sus típicas e insípidos saludos se acercaba al equipo de personas que rodeaban al rubio
-eso sería todo chicos, retírense
-¡si señor! –se dispersó la gente
-hola Sai, que tal-era la seca y formal respuesta por parte del rubio hizo que le apareciera un tic en la cara sonriente del azabache-¿se te ofrece algo? Tengo que salir con MI hija
-solo venía a hacerte acordar de mi propuesta y vengo por tu respuesta...
-ya que dije que ¡NO! ¡Entiende no quiero nada contigo!...¡aléjate de mi familia y de mí!
-hasta que me digas que sí...-acercándose demasiado cerca para ser verdad al blondo lo miró con sus vacíos ojos-estaré persiguiéndote...o quieres que tu linda esposa e hijos desaparezcan por arte de magia...
-¿me estas amenazando?-el rubio con un tono frío miró a la persona frente suyo-si es así no me contendré contigo y si les llega a pasar algo a mis hijos te juro...-con la voz llena de ira –te juro que te haré sufrir y desearás que te mate-en un susurro lo dijo aquello el blondo-aléjate de nosotros maldito acosador...-alzando la voz el rubio movió su brazo derecho lado a lado con mucha fuerza-ahora ¡lárgate!-el rubio con una velocidad que heredó de su padre mandó a volar a Sai quien apenas pudo frenar un poco el impacto que tuvo contra unas rocas-maldito...jala que te salga una maldita verruga en tu pene...-escupió el rubio con resentimiento, emprendiendo su camino retorno a su casa...
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-Sarada, ¡baja rápido!
-ya voy papá-la niña rápidamente bajaba las escaleras mientras que su progenitor la esperaba en la entrada de su casa
-¿a dónde quieres que te lleve?
-al parque de diversiones...-con toda la emoción propia de un niño de su edad, fue la alegre respuesta de la pequeña Uchiha
-entonces iremos al parque de diversiones –con una ligera sonrisa agarraba la pequeña mano de su aun frágil vástago, yéndose por la ruta que los conduciría al parque de diversiones que tanta ilusión le daba a la niña
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-mamá, ¿aún no llega papá?-una pequeña peli negra hacía berrinche frente a su madre quien con un suspiro la miraba y dirigía su vista donde estaba su primogénito mirando la televisión, ignorando la situación que tenían ambas, hasta que escuchó la puerta de la casa abriéndose-¡papá!-la niña corriendo se fue a recibir a su progenitor quien la recibió en sus brazos
-¿a donde iremos el día de hoy? ¿ya has pensado a dónde quieres ir?-el padre de la niña iba con ella en los brazos-hola Hinata-fue la escueta respuesta del rubio quien vio a su hijo mayor sentado viendo la televisión
-hola, Naruto-kun-con una pequeña sonrisa su esposa le saludaba, pero ambos no se daban cuenta que su primogénito los observaba con duda y cierta curiosidad, ante la seca y escueta respuesta por parte de su padre, cuando saludó a su mamá, ya eran más seguidas ese tipo de saludo por parte de ambos, aunque seguían en plan de quererse en público, pero ahora sentía una sensación rara al ver a sus padres de esa forma
-papá quiero ir al parque de diversiones...con Boruto también –con gestos y movimientos en sus manos la pequeña de la familia se movía inquieta en los brazos de su padre
-entonces vamos... Boruto, alístate-Naruto se fue con su hija a la entrada de su casa hasta que sintió la presencia de su esposa tras él-no es necesario que vayas, yo cuidaré bien de los niños, puedes invitar a tus amigas para que puedan tomar el té o conversar sus cosas...-no esperó respuesta por parte de Hinata quien con las palabras aun en su boca veía a su esposo yéndose con sus hijos
-tk! Ya estoy harta de esta farsa de matrimonio...-fue lo último que dijo la señora de Uzumaki mientras que de un portazo cerró la puerta de su casa, dirigiéndose a su habitación a cambiarse de ropa y con una sola idea en su mente se fue con un vestido que deja mucho que ver del cuerpo de una mujer-debo de ver al estúpido de Sai...