Quería asegurarme de que Kanda se encontraba bien, no soportaba verlo de aquella forma, acaricie su pálido rostro y murmure una disculpa mientras juntaba nuestros labios, aquello estaba mal, lo sabía pero a pesar de mis esfuerzos por hacer a un lado mis sentimientos estos seguían ahí, ’’soy un tonto’’ me dije a mi mismo. Luego de hablar con Cross sentí como si me hubiera quitado un peso de encima, seguía teniendo miedo de salir herido pero ya era hora de dejar de comportarme como un cobarde.
Al día siguiente al entrar en la habitación de Kanda lo encontré despierto, pero a diferencia de otras veces ahora tenía aún más aparatos conectados a su cuerpo, comencé a hablarle sin mucho interés
Mientras estabas dormido hablé con Komui… quería saber que había sucedido y no pude negarme a contarle - hizo una mueca de disgusto- solo dije que tuvimos una discusión
Todo lo que dije fue cierto- soltó observando mi expresión – sé que puede que no creas nada y te entiendo, fui un tonto, pero si aún queda algo de lo que alguna vez sentiste por mí, te pido que creas en mis palabras.
Yo… realmente no te entiendo, dices que me amaste desde siempre pero aun así demostrabas lo contrario, y no sé si pueda aguantar otra desilusión- me miraba cabizbajo –tengo miedo de confiar en ti…
Allen, dame una oportunidad para demostrarte cuanto te amo- dijo acariciando mi mejilla y otorgándome un dulce beso en los labios y una pequeña lagrima escapo de mis ojos
Yo también te amo…- pude ver una sonrisa sincera dibujada en sus labios mientras juntaba nuestras frentes- pero necesito tiempo… No sabes cuánto sufrí por tus palabras y me cuesta asimilar mis propios sentimientos.
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Poco a poco fue separándose de mí, entendía por completo sus palabras y su sentir, pero aun así sentía mi pecho más cálido de lo normal, él también me amaba y eso me llenaba de alegría a pesar de que me pedía darle tiempo ya que eso significaba que no todo estaba perdido.
Lo siento, pero desde hoy dejaré de ser tu enfermero, Komui dijo que sería lo mejor para ambos, en especial por tu condición.
Lo entiendo, ¿vendrás a verme?- pregunte esperanzado
No lo sé, necesito despejar mi mente y creo que sería lo mejor permanecer algunos días lejos.
Está bien, pero solo quiero pedirte que por hoy permanezcas aquí-
Sabes que tengo más pacientes que atender-
No será mucho tiempo, solo quédate- lo vi asentir y tome su mano para acercarlo a mi cuerpo, mi movilidad estaba totalmente reducida entre tantos aparatos, Allen me obligo a utilizar una mascarilla, la que me había quitado antes de que entrara ya que la encontraba realmente incomoda, además me hacía ver aún más lamentable de lo que ya estaba.
Durante el transcurso del tiempo, hablamos sobre un par de cosas irrelevantes, el clima nunca me había parecido tan interesante como para entablar una conversación sobre él, pero ahí estaba comentando lo horrible que eran los días soleados. Fue una conversación tranquila como si fuésemos amigos hablando de lo que nos pasó el día anterior, a ratos podía ver la hermosa sonrisa de la cual me había enamorado.
El paso de los días era lento y tedioso, a veces lograba ver pasar una cabellera blanca tras la ventanilla de la puerta pero nunca entraba, como era de esperarse Leenalie tomo el puesto del Moyashi, al menos la chica sabía hacer su trabajo a pesar de ser una chismosa, ya me había preguntado cinco veces que le había hecho a Allen durante el transcurso de la semana, pero yo me negaba a responderle, no tenía por qué darle explicaciones, además no sentía que las cosas entre nosotros estuvieran mal.
Ayer invite a salir a Allen ya que ha estado algo decaído últimamente- me comentó Leenalie
No entiendo para que me cuentas eso, no somos amigos ni nada- respondí cortante
No lo dije para que fuéramos amigos, al contrario, pero ya que Allen es tu enfermero a cargo prefiero mantenerlos separados- dijo como si nada
Puedes intentar lo que quieras con tal de seducirlo, pero eso no cambiará la forma en que él te ve-
Pareces estar muy seguro- comentó arrogante- No me importa lo que pienses, yo seré la que se quede con él al final- su comentario me había molestado bastante, quería demostrarle que todo lo que decía era una estupidez, que Allen me amaba y jamás se fijaría en ella, pero lamentablemente en mi estado no había mucho que pudiera hacer.
Esa tarde recibí una visita de mi padre, claramente no se encontraba bien, después de todo él era quién llevaba la carga emocional de tener un hijo que enfermo que ni siquiera parecía mejorar, pero hacía lo mejor posible por aparentar que estaba bien, se notaba cansado y eso me hacía sentir mal.
Al día siguiente Allen paso a visitarme, eso me hizo realmente feliz, me pregunto cómo me sentía e incluso reviso los avances de mi tratamiento, se notaba que no podía dejar de lado su papel de enfermero, quise hablar con él, pero me era imposible mantenerme despierto, todo el tiempo me sentía cansado y Allen pareció notarlo ya que se acomodó junto a mi dejando un suave beso en mi frente para hacerme dormir luego de murmurar ‘’buenas noches bello durmiente’’ de haber estado un poco más despierto le habría replicado por llamarme de aquella forma pero ya ni fuerzas para eso tenía, no supe cuánto tiempo estuvo conmigo pero al despertar ya no estaba. Durante la noche podía oír discusiones en el pasillo no lograba entender que pasaba hasta que logré escuchar la voz de Leenalie discutiendo con Komui de forma muy alterada, al parecer había sucedido un accidente y todos en el hospital estaban conmocionados, los enfermeros corrían de un lado a otro, logré divisar la cabellera blanca que tanto me gustaba pero parecía demasiado ocupado.
Aquella noche recibí la noticia de que había encontrado un donante que era compatible conmigo, estaba realmente emocionado, me explicaron que en ese mismo momento debía someterme a la cirugía pero yo quería hablar con Allen, necesitaba que me diera fuerzas pero no me lo permitieron, al cabo de unos minutos ya se habían contactado con mi familia y yo estaba listo para entrar a pabellón, cuando me sacaron de mi habitación vi mucha gente por los pasillos, de seguro serían los familiares de las personas accidentadas pensé, luego me di cuenta de que tal vez alguna de aquellas personas que veía ahí lloraba por haber perdido a un ser querido, aquel que me daría otra oportunidad a mí, no sabía si en verdad lo merecía, pero quería intentar ser feliz junto a la persona que amaba pero estando en mi estado no podría lograrlo, agradecí infinitamente a aquella persona que sin saberlo me otorgaba su vida…
Al abrir mis ojos me sentía cansado, vi a Komui entrar y revisar mis signos vitales, no entendía que sucedía pero todos ahí parecían decaídos y distantes, traté de poner atención a lo que Komui me preguntaba pero me fue imposible y caí dormido nuevamente.
Sentí las manos de Alguien acariciar mi rostro, era un tacto demasiado suave, abrí mis ojos con pesadez y observé mi alrededor y pude ver a Allen junto a mí, ya no estaba en el hospital y podía sentir la ligera brisa que se colaba por la ventana, él me sonrió dulcemente mientras no dejaba de acariciar mi rostro, luego comenzó a depositar dulces besos en mis mejillas, mi corazón latía con fuerza y no sabía que decir, ambos estábamos en silencio, no un silencio incomodo sino todo lo contrario, era como si a pesar de no usar palabras nos dijéramos todo tan solo con juntar nuestras miradas, luego de eso nuevamente me dormí, pero al abrir mis ojos noté que seguía en el hospital, había sido un bello sueño, pero anhelaba ver a Allen, miré el reloj frente a mi cama y marcaba las 4pm, Leenalie entro para hacerme un chequeo, se notaba que había estado llorando, sus ojos estaban rojos al igual que sus mejillas, en ningún momento posó su vista en mí, al contrario parecía evitar mi mirada, reviso que mis signos vitales estuvieran estables, antes de que saliera pude notar que tenía las manos fuertemente apretadas, sus nudillos parecían estar blancos por la fuerza con la que apretaba sus puños, al cabo de unos minutos entró Komui, él me contó que llevaba 3 días durmiendo, eso me sorprendió mucho ya que no había disminuido para nada nada mi cansancio, quise preguntarle por Allen, pero al final desistí de aquella idea ya que él fue quien dijo que era mejor mantenernos separado.
Los días pasaban lento, Allen no venía y yo lo extrañaba más y más a cada minuto que pasaba, la operación había sido un éxito y ya no tenía que estar conectado a un montón de aparatos, me dijeron que si respondía bien al tratamiento podría volver a casa dentro de un mes.
Fue el mes más largo de toda mi vida, no sabía nada de mi Moyashi y eso me deprimía a cada instante, cuando por fin logré salir del hospital todo se sentía diferente, esperaba ver a mi albino pasar por alguno de los pasillos, pero no logré encontrarlo con la mirada, mi padre me llevo en la silla de ruedas hasta el auto y de ahí a mi antiguo departamento, él se quedó para cuidar de mi mientras estaba en reposo, estaba ansioso y demasiado nervioso, solo necesitaba ver a Allen, algo en mi pecho me decía que solo fue una ilusión y que él había huido nuevamente de mí y eso me dolía, conocía a Allen lo suficiente como para saber que él no me abandonaría y mucho menos luego de aquella operación.
Cuando por fin me dieron de alta recorrí aquel hospital que me había albergado por tanto tiempo hasta encontrar a Komui, él debía saber algo sobre mi Moyashi y no iba a permitir que me lo ocultara.
Kanda? Qué te trae por mi oficina-
Necesito que me digas donde puedo encontrar a Allen- me miro por un par de segundos en los cuales pareció dudar
Él ya no está aquí-
Eso ya lo sé, maldición! Pero necesito encontrarlo-
Lo siento Kanda, pero no puedo ayudarte-
Komui… no suelo pedir las cosas por favor… pero te ruego que me ayudes, necesito verlo, saber algo de él- lo vi teclear algo en su computadora y luego traspasarlo a un papel
Toma, no puedo ayudarte más, espero que te sirva- dijo cabizbajo
Tome aquel papel y salí corriendo, lo miré una y otra vez, subí a un taxi y pregunte por la dirección que ahí estaba escrita, me costó bastante encontrar el lugar, pero no me iba a rendir.
Miré la dirección una y otra vez tratando de compararla con la casa que tenía frente a mí, cuando toque el timbre y vi a un hombre salir de ahí mi mundo se derrumbó… Pensé que Allen se había ido otra vez, pero aun así pregunte por él.
¿Esta es la casa de Allen Walker?-
Él ya no está aquí-
Sabe dónde podría encontrarlo?
¿Eres amigo suyo?-
No exactamente-
¿Cuál es tu nombre?
Yuu Kanda- respondí
Yuu Kanda- repitió – me suena conocido, pero lamento decirte que Allen ya no esta
Eso ya lo sé, pero necesito encontrarlo- el hombre frente a mi tomo largo un trago del licor que traía en la mano y miro el cielo, estaba a punto de irme, no me servía de nada hablar con un borracho, cuando me dispuse a dar la vuelta el continuo hablando-
Allen falleció hace más de un mes – tras oír esas palabras me voltee rápidamente esperando que fuese algún tipo de broma de mal gusto, pero aquel hombre lloraba mientras miraba al cielo… mi mundo se desplomo en un par de segundos, mis piernas flaquearon y caí al suelo mientras las lágrimas rodaban por mis mejillas, no lo podía creer.
Volví al hospital totalmente derrumbado, entre a la oficina de Komui, lo encontré tecleando algo, se sorprendió al verme, lo tomé por el cuello y lo estrelle contra la pared.
¿¡Por qué no me lo dijiste!?- grité
No sabía cómo hacerlo-
Eres un maldito, sabías lo que pasaba entre nosotros ¿Por qué me lo ocultaste?- dije ejerciendo más fuerza en aquel agarre, sentí la puerta abrirse abruptamente
¡Hermano!... ¡suéltalo! No tienes derecho a hacerle daño-
¡Tú también lo sabías, todos en este maldito lugar sabían que Allen había muerto y nadie me lo dijo!-
Aun así, mi hermano salvo tu vida, deberías agradecerle-
¿¡A que costo!? ¡Hubiera preferido perder la vida!- luego de decir eso mi mente comenzó a atar cabos… eso me dolió aún más- ¿de quién… es el corazón que tengo?- ambos callaron- ¡DIGANME MALDITA SEA!
Es lo que él hubiera querido- esas simples palabras terminaron de derrumbar mi mundo…Allen me había dado una nueva oportunidad…
Volví a mi departamento devastado, miré mi teléfono y tenía un mensaje de un número desconocido, pude notar que se trataba de Leenalie, en el mensaje salía una dirección.
Luego de un mes aquella indicación me llevo al cementerio, miré la lápida de mi Moyashi y me incliné ante él, deje mis lágrimas resbalar por mis mejillas sin intención de detenerlas.
Lamento haber llegado tarde… traje un ramo de rosas blancas, no tuve el tiempo para preguntar cuáles eran tus flores favoritas, espero que sean de tu agrado… Cross me conto lo que sucedió, no puedo parar mis lágrimas cada vez que pienso en ti, realmente nunca fui merecedor de tu amor, pero aun así me diste una oportunidad… y cada vez que mi corazón late anhelo que lo haga desde tu pecho, no sabes lo difícil que es vivir sabiendo que no estas, Cross me pregunto qué clase de relación teníamos, no supe que responder… al fin y al cabo nunca fuimos nada… hoy tomé el valor para venir a visitarte, espero que no te sintieras solo todo este tiempo. Extraño tu presencia, tus regaños e incluso nuestras peleas, cada día espero despertar a tu lado, acariciar tu rostro y besar tus labios tal y como sucede en mis sueños, pero sé que no es posible y mi pecho duele cada vez que pienso en ello. Vine a contarte que la próxima semana retomaré mi carrera, quiero que te sientas orgulloso de mí. Antes de irme quiero que sepas que nunca te olvidaré, ni por un segundo y prometo venir cada vez que tus rosas se marchiten…Quiero decirte que aun te amo y que lo seguiré haciendo por el resto de mi vida, mi amor por ti es tan fuerte que ni siquiera la muerte puede opacarlo.
Adiós Bello Durmiente…
Fin