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Salí sin pensarlo dos veces ¿Qué había pensado? ¿Qué iba a llegar y podríamos conversar como si fuéramos los mejores amigos? ¡Claro que no!, pero… Aun así quería hacerle compañía, ‘’de seguro ha de estar enfadado porque pensé que no querría estar solo’’ me dije a mi mismo. Luego de tan incómoda situación volví al trabajo, hice mis rondas habituales dejando a Kanda para el último puesto que otra vez trataba de evitarlo, como ya era costumbre le pedí a una compañera si podía sustituirme, ella accedió amablemente así que en vez de hacer mi ronda con Kanda fui a atender a otro paciente.
Volví a mi casa, me sentía agotado y no solo porque tuviera un arduo trabajo o algo por el estilo, creo que haber pasado a la habitación de Kanda me agoto psicológicamente, mientras estaba ahí no podía dejar de pensar en que decirle y para mi mala suerte mi mente estaba completamente en blanco. Quise despejarme así que tome un baño antes de irme a dormir, pero para mí mala suerte todos aquellos pensamientos que no me venían a la cabeza cuando estaba con Kanda llegaron para no dejarme conciliar el sueño, Salí al balcón para despejar mi mente y ahí pasé casi toda la noche, al menos no podía quejarme de la vista, la luna llena acompañada de las estrellas me ayudaron a calmar mis pensamientos con su esplendor.
Al día siguiente me sentía terrible, tenía sueño, estaba resfriado por mi noche en el balcón y para colmo creo que tenía fiebre… bueno más bien estaba completamente seguro de que mi temperatura superaba los 40 grados sin siquiera habérmela tomado, a pesar todo quise ir al trabajo, así que tome un par de medicamentos para bajar mi temperatura y me puse un paño frio en la frente ya que tenía la cara como si fuese un tomate. Al llegar una de las enfermeras me miró extrañada.
Allen-kun… ¿te encuentras bien?- preguntó
Claro ¿qué te hace pensar lo contrario?- tenia curiosidad por lo fácil que había notado mi malestar
Es solo que tú cara se encuentra muy roja, déjame ver si tienes fiebre- dijo acercando su mano a mi frente, pero yo rápidamente la detuve.
No es nada, es solo que pensé que llegaría tarde y me vine corriendo- tomé sus manos entre las mías y sonreí - gracias por preocuparte- dije, en eso la chica se puso completamente roja y salió casi huyendo de mí, yo solo me quede ahí pasmado.
Al comenzar mis rondas me sentía mareado, tanto como para olvidar que estaba tratando de evitar a Kanda y sin notarlo llegue a su habitación, abrí con cuidado esperando que estuviese dormido pero para mí mala suerte no fue así, por lo cual no tuve más opción que entrar a realizar mi trabajo.
Creí oír que Kanda me decía algo, pero no lograba entenderlo, poco a poco mi vista se fue nublando así que trate de salir lo más rápido que pude pero al llegar a la puerta perdí el conocimiento.
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Trate de llamar a Allen, pero éste no respondía, algo estaba mal en el parecía distraído y su cara estaba demasiado roja, seguí llamándolo para saber que le sucedía pero el solo fue camino a la puerta, luego de eso trato de abrirla y cayó desplomándose en el suelo, por mi parte no podía hacer nada por el así que comencé a pedir ayuda.
En eso llego una enfermera, al parecer eran bastante cercanos ya que ella lo llamaba por su nombre, tras ella llegaron dos enfermeros más para cargarlo, yo solo podía observar la escena, uno de los chicos tocó la frente de Allen dándose cuenta de que se encontraba con bastante fiebre, no pude saber a dónde lo habían llevado ni como se encontraba así que pase el resto del día bastante nervioso, al anochecer la enfermera que había auxiliado a Allen llego a cubrir su turno, aquella sería mi oportunidad para preguntar por el albino y no la desaprovecharía.
Disculpa… ¿podrías decirme que sucedió con el otro enfermero?-
Lo siento, no puedo dar información a los pacientes-
Es solo que Allen es mi amigo… y quiero saber cómo se encuentra-
mmm… está bien, pero solo puedo decirte que se encuentra mejor y ya está en su casa, tal vez entre mañana y el día siguiente este de vuelta
Gracias...- dije al ver que la chica se retiraba, ella solo me miro extrañada ya que todo el hospital me conocía como el ‘’mal humorado’’ o ‘’gruñón’’
Pasaron los días, pero no fue como la enfermera dijo, pasaron tres días sin que el Moyashi pasara por el hospital, al cuarto día logre volver a verlo, le pregunte como se encontraba y el solo respondió diciendo que mucho mejor.
Ya habían pasado casi dos meses desde que Allen se había convertido en mi enfermero, ahora parecía más tranquilo, había notado que en un principio él siempre se encontraba tenso al entrar a mi habitación, pero todo aquello había cambiado incluso había logrado que aquel chico que todos conocían como ‘’adorable y gentil’’ sacara algunas maldiciones, era bastante divertido molestarlo, al perecer aun no podía superar el hecho de que no lo llamase por su nombre y por ello siempre comenzaba a insultarme, ahora yo había pasado a ser ‘’Bakanda’’ no era que me molestase el ser llamado de tal forma, más bien me parecía divertido.
Oye Moyashi ya quita esa maldita sonrisa de tu cara, me asqueas-
Si te molesta puedes simplemente voltearte Bakanda-
Tsk… ¿y que te trae tan feliz hoy? ¿Acaso… ya conseguiste una linda novia?- dije en tono de burla
No seas idiota…-
Si no es una novia entonces ¿por qué esa maldita cara? – en realidad no era molesto ni nada por el estilo, solamente quería hacerlo enfadar un rato.
¿Acaso no puedo simplemente sonreír sin motivo? -
Pues no, pareces un perro moviendo su cola-
Prefiero eso a parecer un amargado como tú-
Entonces hazme el favor de ir a menear tu cola a otra parte, ya dije que me asqueas-
Pues no me apetece quedarme para ver tu gruñona cara-
Sí, sí como digas, mejor ve a coquetear con las enfermeras -
Definitivamente pasar el tiempo con ellas es mucho mejor que soportar tu mal carácter Bakanda-
Allen salió de mi habitación sacando la lengua como un niño pequeño, aquello me pareció realmente adorable ¿acaso tenía 5 años? ‘’ de seguro que sí’’ pensé. El día continuo tranquilo y sin inconvenientes, al anochecer Allen volvió, nos molestamos mutuamente como de costumbre y luego se despidió para volver a su casa.
Allen entró a mi habitación con un balde de agua, lo cual me pareció sumamente extraño yo solo asumí que era la hora del baño, pero comúnmente venia una enfermera a hacer tal acción, por lo cual descarte la idea.
Oye Moyashi… ¿¡Qué crees que haces!?- el chico me había destapado por completo dejándome solamente con mi bata puesta.
¿Acaso no lo ves? – Pregunto como si fuese lo más normal del mundo- Escúchame, la enfermera encargada de ‘’la hora del baño’’ se encuentra enferma, así que me tocó hacer su trabajo-Luego de eso prosiguió con su misión de desvestirme, soltó las amarras de mi camisón y lo bajó hasta la altura de la cintura– si no te gusta puedes llamar a otra enfermera para que lo haga-
Tsk… ya me tienes casi desnudo, ¿no es muy tarde para decir eso?-
Jaja, seguro- comentó
Podía ver lo incomodo que se sentía, se notaba que estaba forzándose a sí mismo al hacer aquello, sus manos temblaban sin parar, a pesar de no haber cambiado la expresión de su rostro, Allen comenzó a tallar mi cuerpo con suma delicadeza, la esponja casi acariciaba mi piel.
Sabes… no voy a romperme- al decir eso llamé la atención del chico ya que estaba completamente concentrado en su actuar
Eso no es lo que dicen los médicos ¿Haz estado comiendo bien?- dijo a lo cual yo solo bufe
Tsk… la comida de este lugar apesta, preferiría comer mi propio vomito-
¡Kanda! Deberías se más consiente de tu salud, tu cuerpo necesita nutrición-
Tal vez si tú me dieras de comer soportaría el horrible sabor- comenté tratando de molestarlo
¿Acaso eres un bebe?… ¿debería traer también un chupón para ti? –
Ja já muy gracioso Moyashi- comenté ofendido, al parecer me habían devuelto la broma.
Allen continuó su trabajo, ya había terminado con mi torso y piernas, sin pasar a mi entre pierna la cual no había destapado.
Hazte cargo del resto- dijo dejando una esponja sobre mi. Al parecer se disponía a salir pero lo detuve.
¿No sería más fácil esperar a que termine para llevarte las cosas?
Está bien, solo apresúrate-
Por mi parte trate de tardarme la mayor cantidad de tiempo solo para exasperarlo, era bastante divertido verlo enojarse.
Kanda… ¿podrías apresurarte?-
Si, si ya casi- dije, pero aun así seguía tardándome
¡Cómo puedes tardarte tanto! ¿Acaso eres una chica?- se volteó ya bastante exasperado y sin querer termino viéndome desnudo, en ese mismo instante su cara se volvió como la de un tomate.
¿Qué te sucede? Tú eres quien se comporta como una chica ¿acaso nunca has visto la hombría de un chico?-
¡Claro que sí! Pero es diferente….- de seguro ya le habría tocado bañar a otro enfermos o habría tenido alguna pareja en todos estos años… la segunda opción me molesto un poco, pero no quise admitirlo puesto que Allen no parecía ser del tipo que se acuesta con cualquiera.
¿Por qué tiene que ser diferente?
¡Porque eres tú!-
En ese momento ambos nos quedamos en un silencio bastante incómodo, Él solo se despidió y salió sin decir más, luego de eso no pude verlo hasta el día siguiente.