Era el momento, sabía que lo era así que Tahuantinsuyo se levantó de su cama casi arrastrándose mientras se apoyaba en un bastón de madera con algo de oro. Había pasado ya tres días desde que tuvo la conversación con España, comenzaba dudar que este cumpliera con lo que le había pedido. Le quedaba poco tiempo y por los sueños que tenía que eran “designio de los dioses” el español debía de acabar con su vida y con eso el periodo de su gobierno.
Comenzó a sonreír un poco ya que sabía que si el moría sus queridos nietos de seguro llorarían bastante, el curaca y su gente de seguro tendrían una rara idea de que seguirlo por el recorrido de la muerte que haría. Pero sonrió más que nada por su propia existencia, no se arrepentía de nada , había tenido una buena vida, vivido lo suficiente para poder estar tan satisfecho que no le importo morir justo en ese preciso momento.
-Como siempre un terco fuera de su cama, los enfermos deben descansar – Le sorprendió la voz de Atahualpa que al igual que él estaba con signos de enfermar.
-Deberías de seguir tu propio consejo- Se miraron un rato para luego comenzar a reír a grandes carcajadas.
-Bien dicho pero sabes que un emperador nunca puede estar tranquilo cuando tiene tantas cosas en la mente, un ejemplo tu.-
-Lo sé y me gustaría seguir charlando pero tengo algo importante por hacer-
-Se lo que harás pero- se cruzó de brazos el emperador- de verdad extrañare este tipo de charlas, sabes que eres un padre para mí y si tú te vas eso significa que yo tampoco me quedare mucho tiempo en este mundo de seres mortales.
-Pero con eso ascenderemos al mundo de los dioses y te prometo que los dos nos encontraremos a la orilla del rio de las estrellas para recorrer todo el camino del zorro y por fin encontrarnos en paz- Aclaro con una agradable sonrisa Tahuantinsuyo .
-Hace tiempo me contaste una historia de tus hermanos que tuvieron el trágico final que tu tendrás para darte lugar a ti, el más fuerte y poderoso de todos pero si eso significa que habrá algo con mayor poder eso significa que ¿Pirú tendrá tú mismo destino?- Cuestiono cerrando levemente los ojos y haciendo sonar las joyas que tenía en su vestimenta.
-De eso no estoy seguro, depende solo de él y de las decisiones que tome cuando no esté aquí-
-Más importante aún ¿Ya le dijistes a tus nietos que pronto no estarás con ellos?-
-Sería muy dramático decirle eso además.. no soy tan valiente para decirle eso a mis queridos nietos-
-Mi querido amigo, padre e imperio –Su voz ahora se oía entusiasta ya que dentro de sus creencias esperaba que la vida después de la muerte se cumpliera como siempre le habían enseñado- Ve y cumple con lo que te designaron los dioses-Puso una de sus manos en el hombro del imperio- Espero de verdad encontrarte desde el otro lado.
Así Atahualpa se fue caminando embozando una sonrisa llena de alegría y melancolía. Y esa fue la última vez que el imperio y el emperador conversaron.