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Un Amanecer junto a ti por Sheshire

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Notas del capitulo:

Lo actualicé un poco más rápido de lo que pensaba, tuve unas cuantas ideas mientras estaba estudiando y me inspiré un montón  :v  En este fic, meteré algunos personajes propios para darle un toque :’3 espero que les guste, sin más

 

¡A leer!

Capitulo Segundo:

 

Declaración inesperada

 

 

 

Tras acabar victoriosa y fácilmente la misión que le habían asignado hace unas horas atrás, dispuesto a volver a casa subió al helicóptero Shin-ra, a pesar de que había sido una de esas misiones fáciles que él muy bien podría haberla acabado solo, estaba agotado, después de todo correr de un lado a otro persiguiendo a esas bestias exigían un buen físico, pero, no obstante el desgaste que sometían su cuerpo, se debía al agotamiento mental que tenía, tras lo que había ocurrido en la mañana con Sephiroth, y el descubrir la clase de pensamientos que tenia hacia esa persona, le habían vuelto mierda la cabeza, y al no poder discernir con seguridad lo que debía hacer, decidió pedir ayuda al la única persona en la que podía confiar con este tipo de cosas, Angeal.

 Al llegar a su hogar, completamente decidido le pregunto a su compañero y amigo, no hubo rodeos, tampoco mentiras, fue directo y preciso:

-Angeal, tengo algo que hablar contigo. –Inició serio y  determinado.

-¿Sucede algo? –Preguntó preocupado.

-Hay… hay alguien que me llama mucho la atención.

-Ajá, y, ¿Me necesitas para…? –respondió esta vez intrigado.

-Deseo que me des un consejo, creo que yo también le gusto, no es por ser pretensioso, ni mas faltaba tal deshonra, es solo que, tengo mis razones para sospecharlo.

-… – ¿¡De quien estaba hablando era…!?

-El caso es que, quiero saber si yo me le declaro o espero que él lo haga.

-… Bueno, dado el caso, no veo porque tendrías que esperar que él de el primer paso, pues, si estas tan seguro de lo  que él siente por ti, ¿Por qué perder más tiempo?

-Gracias Angeal, tu sabiduría y serenidad son dignas de un guerrero.

-¿Puedo preguntar de quien se trata?

-…

 

 

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El atardecer anaranjado y rojizo, con el color del iris abarcaba el horizonte, la cálida luz naranja se posaba a sus pies, caminando por el sector cinco, divagaba, pensando en las palabras a utilizar para declarar los profundos sentimientos que abarcaban con tan solo mirar al pelirrojo, caminando con un nerviosismo inexpresivo, de un lado a otro, y al pasar por casualidad a un parque del sector en que se encontraba, vio a dos hombres, y sintió que iba a suceder algo, que posiblemente lo desgarrarían.

Génesis estaba de espalda, con el rostro hacia un lado e inclinado un poco hacia el suelo, haciendo ver que estaba avergonzado, frente a él, estaba un hombre esbelto, de cabellos negro azabache, ojos color fuego y piel blanca, llevaba puesto una capa roja que cubría la mitad de su rostro de color rojo, en su frente tenía una banda de color igual rojo, solo que un poco más oscura, sus pantalones de color negro, con cinturones alrededor de sus caderas, y en la pierna derecha llevaba un revolver agarrado con cinturones, tenia botas puntiagudas doradas, llevaba un guantelete dorado, y en la mano derecha un guante de cuero negro. El peli platinado sintió el ambiente, y en el instante se percato de lo que sucedía, indignado y decepcionado, se sintió estúpido, estaba intentando declararse a una persona que solo lo veía como una compañero más, jamás iba a corresponderlo, no importara lo que hiciera, solo sería su amigo y nada más. Dio media vuelta, y se dispuso a marcharse y  con cara de dolor e ira, les dedico una última mirada, contemplando una escena que lo deshizo, todas sus esperanzas se desvanecieron, ver como aquel hombre le arrebataba a su amado con un pasional beso frente a sus ojos; el general se contuvo, pese a que su corazón le dictara que le pusiera fin a la existencia de ese hombre, su cabeza lo detuvo, pues, no quería tener tal humillación de que Génesis se enterara de que él lo amaba, con esto, claramente lo había rechazado por completo, y prefería morir, antes que dejar ver debilidad.

 

 

 

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Una brisa fuerte azotaba los arboles del jardín, sentado en su sillón cruzando una de sus piernas y con una copa en la mano, se encontraba un joven alto y apuesto, de piel blanca y tenía sus ojos de distinto color, uno hermoso color dorado y el otro violeta, haciendo una hermosa combinación, su cabello negro y desordenado, llevaba un pequeño pero hermoso collar en su muñeca, éste parecía de mujer delicado y pequeño, tal vez por eso lo usaba en su muñeca; él miraba hacia el horizonte que podía apreciar por la ventana, dio un pequeño sorbo a su copa, y la deposito en la mesa que se encontraba a su lado, cerró sus ojos y frunció el seño.

-¿Qué? –habló mirando ligeramente hacia atrás con los ojos y sin mover su cabeza.

-Señor Lyon, tengo una pregunta que hacerle. –una mujer de estatura promedio y cabellos dorados, se acercó al joven.

-¿Cuál? –contestó frio e indiferente.

-¿Cuantas más debemos recolectar? –Murmuró insegura.

-Las que hagan falta, pero si tanto te molesta te puedes retirar de la operación.

-¡No lo decía por eso! Es solo que… yo creía que usted… la deseaba ver lo antes posible. –Al decir ese comentario, su voz se torno triste y su mirada se fijó en el suelo.

-Por supuesto que quiero verla pronto, pero si me apresuro puede que algo malo suceda, por otra parte, tienes razón que el procedimiento está tardando demasiado, tal vez… si recolectamos un alma fuerte, que no titubee al igual que ella, puede que se acelere el proceso.

-Entonces, ¿Nuestra nueva misión es esa?

-Así es, les ordeno buscar al portador de esa digna alma que mi amada Elizabeth, merece.

-Pero, ¿Está consciente de que el cuerpo que le estamos fabricando a la señorita no es el de ella…?

-Por supuesto, aunque su cuerpo sea el de otra persona, si su conciencia sigue viva estaré dispuesto a aceptarlo.

-Bien, con su permiso.

Obviamente le molestaba que el cuerpo de su amada y hermosa Elizabeth pasara a ser el de un hombre, no obstante si podía volver a ver su sonrisa, el estaría dispuesto a hacer añicos el mismísimo mundo.

-Hmph… es un riesgo que debo correr… -rió suave y despreocupadamente.

 

 

 

 

        ****

 

 

 

Nervioso por su próximo encuentro, caminaba de un lado a otro por el parque del sector cinco, donde habían quedado encontrarse, pensando y meditando lo que iba a hacer, se iba a confesar, usualmente esto nunca lo haría, el era quien recibía confesiones no quien las daba.

-Que la diosa me de la fuerza para afrontar esta prueba. –sonrió mirando al cielo.

Al sentir unos pasos aproximándose hacia él, se congelo y los nervios nuevamente invadieron su cuerpo, le temblaban las piernas, su nerviosismo subía cada vez que escuchaba los pasos que se acercaban a él, de antemano sabia de quien se trataba, pues, él fue quien lo citó a ese lugar.

-¿Sucedió algo malo Gen? –Su voz grave y áspera le provoco un escalofrío que le recorrió toda la columna.

-Tengo que decirte algo Vincent. –Se armó de valor para dirigirle la mirada al azabache.

-¿Y bien?

-No se hace cuanto pasó realmente, hemos pasado muchas cosas juntos, al principio pensé que te apreciaba como un compañero de batalla más, pero pasado el tiempo me di cuento que no era así, yo realmente… tú… m-me… -no pudo terminar la frase, ya que los labios del más alto se chocaron contra los suyos, fundiéndose en un pasional beso, la mano de Vincent subía lentamente por la espalda del pelirrojo, mientras que sus lenguas chocaban en una explosión de placer, jugueteando suavemente con los dientes del azabache, lo oía suspirar entre sus labios, mientras que sus manos recorrían desde el abdomen hasta el pecho de Vincent, acariciando su mejilla para después tocar el suave cabello del azabache; fue el segundo beso más hermoso que había tenido… ¿Segundo? Pese a la necesidad con la que los labios grandes y suaves del pelinegro con la que los besaba, la falta de aire se hizo presente, haciéndoles romper el vinculo que tenían, al instante los dos sintieron la ausencia de la boca de otro, pero a cambio, se abrazaron fuerte y dulcemente, mientras que Vincent le susurraba al oído.

-Yo también estoy enamorado de ti, Génesis. –añadió el azabache.

-Gracias Vincent. –dijo mientras correspondía al abrazo de su amado.

 

 

                         **** 

 

 

Al pasar una día tan hermoso, estaba emocionado como un niño pequeño, moría de ganas por contarle a sus compañeros y amigos  sobre su nuevo amante, después de todo, el quería que lo conocieran, y llegando a su casa, se encontró directamente con Sephiroth quien parecía que iba a salir, y, antes de que este saliera de su campo visual le afirmó.

-Sephiroth, tengo algo que decirte. –comentó emocionado.

El general paso a su lado, mirándolo de reojo por encima del hombro, pasó de largo, dejando al pelirrojo hablando solo, quien al ver tal acto frunció el ceño y se quejó, entrando directamente a la casa, el peli platinado estaba muy destrozado como para encarar a la persona que más amaba, quien sin saber lo había humillado y rechazado, y aun así no quería escuchar lo que iba a decir, él bien sabía lo que este quería decirle, y por esto mismo lo ignoró, ya no  importaba que lo odiara, ya no importaba nada, su objetivo no podía ser cumplido, no importaba ya.

Mientras que su piel descansaba a la calidez del lugar, su mente lo traicionaba con querer hacerlo llorar, mordiendo fuertemente su labio inferior pensaba en lo que había ocurrido hace unos segundos, en la mañana se sentía por primera vez, cercano a Sephiroth, y ahora llegaba y lo ignoraba como si nada, como si no pudiera ver que lo que le iba a decir era sumamente importante para él, era realmente egoísta, pero ¿Por qué? ¿Por qué Sephiroth lo había ignorado de tal manera? Bien estuviera enojado con algo que había hecho, pero ¿Por qué no se lo dijo directamente? ¿Fue tan malo?

-¿Por qué tenía que arruinarme la felicidad que sentía? Un momento… ¿arruinarme? ¿Por qué me preocupo por él? – Una opresión en el pecho y dolor en la garganta estaban anunciando su tristeza, tal sentimiento nunca lo había experimentado con nadie, y unas pequeñas cosquillas en su estomago lo hacían sentir peor, el había perdido a Sephiroth…

-¿Perderlo? ¿Alguna vez lo tuve? Ya no importa,  amo a Vincent y él me ama, eso es lo que importa, ¿Verdad? –Decía mientras componía una mueca de desesperación en su rostro, agarrando firmemente su pecho, como si su corazón fuera a saltar por su boca.

Notas finales:

Bueno, ¿y bien? como les parece :v Vincent se el counter se Sephi :3 ¿Génesis tomó la decisión correcta? Lo sabrán en el próximo capítulo :v creo que estaré actualizando el Domingo o Lunes no lo sé con seguridad, ¡espero que hayan disfrutado el capitulo! Gracias por leer, nos vemos después.

 

¡Saludos!


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