Capítulo cuarto:
Noche interminable.
La luna se alzaba en lo más alto, la noche empezaba a comenzar, y ahí estaba él, sentado en la cama de su habitación, con una mirada de des conformismo e ira, tratando de reflexionar sobre lo sucedido, a pesar de que había decidido olvidarlo, no podía, era la primera vez que el sentía el deseo de proteger a alguien de tal manera que pondría en juego hasta su propia vida, pero, al parecer, amarlo no era suficiente, ¿Por qué no lo escogió a él? Se preguntaba una y otra vez lo mismo, ya no servía de mucho estar dándole vueltas al asunto, pues el ya no podía hacer nada, solo tragarse lo que sentía, y ya.
Tras haber hablado con Angeal, su mente se aclaró un poco, sí, era hora de seguir adelante, seguiría siendo el Sephiroth que todos conocían, frio e indiferente, altivo e imponente, nada más, ya no se tendría que preocupar por Génesis, él deseaba pensar que su nuevo amante lo iba a cuidar como él lo haría.
****Flashback****
Tenía que hablar con Sephiroth, antes de que algo malo pasara, sabía muy bien que no sería fácil convencer al general, pues, estábamos hablando del tan obstinado Sephiroth, aun no sabía lo que le iba a decir, pero en verdad tenía que pensarlo detenidamente antes de decir algo que pudiera hacer enojar al general, verlo enojado da más miedo que la mismísima muerte, aunque… ¡Puede que él cuando esté enojado, sea la mismísima muerte! Al encontrarlo lo único que atinó a decir fue.
-Seph, ¿Te encuentras bien? –Preguntó inseguro de sí mismo.
-No veo el porqué no debería estarlo.
-Bueno, tú sabes, lo de Gén- –Sephiroth lo interrumpió.
-Bien, sé muy bien que Génesis acaba de encontrar a otro amante, bien eso me afectó de manera negativa, pero ya tuve suficiente de lamentarme, espero que él sea feliz con ese, no le daré más vueltas al asunto.
Angeal se acercó al general, posando una de sus manos sobre su frente midiendo la temperatura de este, al confirmar de que no tuviera fiebre, suspiró, extrañamente él se estaba tomando las cosas con demasiada calma, tal vez, fue debido a que se marchó durante los tres días, incluso Sephiroth podía pensar a cabeza fría las cosas ¿Eh?
-Sabes Sephiroth, bien puedes notar que Génesis te aprecia, es decir ¿Quién no lo haría? Puede que los cadetes te tengan miedo, tampoco los culpo por ello; a lo que quiero llegar, es que, bien puedes seguir adelante, pero eso no significa que debas desistir, puede que Génesis no haya tomado la decisión correcta, puede que en lo más profundo de su ser, él también te ame.
-No quiero hacer falsas ilusiones, pero, si eso en verdad sucede, espero que se dé cuenta rápido, no creo ser tan paciente de esperarlo, pero gracias.
Angeal quedó pasmado con la última frase, él le agradeció, de verdad que el peli platinado a veces podía ser una caja de sorpresas, le reconfortó mucho al ver que su amigo había logrado pensar las cosas antes de cometer cualquier locura, en realidad era muy temperamental cuando se lo proponía, más si se trataba de Génesis, Aun no entendía el por qué Génesis nunca se dio cuenta de lo que el altivo peli plata sentía por él, realmente que era lento, pero quien más disfrutó de esta historia fue Angeal, fue como ver una telenovela en la vida real, aunque no terminaron como el suponía.
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-La operación es sencilla, acorralarlo, atacarlo, debilitarlo, y robarlo, tan sencillo que no necesitaran de mi intervención ¿O sí? –Exclamó serio.
-¡No, Señor!
-Vallan, y no me decepcionen, no tolerare que fallen.
-S-sí, Señor.
Al ver que se retiraron sus subordinados, se dio media vuelta y empezó a mover un pequeño bolígrafo que se encontraba entre sus finos y largo dedos, reflejando un poco de nerviosismo, pues, de aquella operación dependía todo su plan; por su amada, el haría lo que fuera, si el planeta quiso arrebatársela, el se la arrebataría al planeta cuantas veces fueran necesarias, no importaba cuántas vidas tenía que sacrificar, no podían importarle menos los humanos.
-Cassie, ve con ellos y vigílalos, no quiero que absolutamente nada salga mal.
-Sí, señor.
Jugando con la foto de Vincent que tenía en las manos, reía disimuladamente, a pesar de estar nervioso también estaba emocionado, pues, puede que esta vez, lograra ver a su amada por fin, no podía esperar.
-Ahora que es hombre, estaría bien llamarla de otra manera, hump, no me gustaría nada alocado, debe ser algo hermoso, al igual que el anterior, S-T-E-P-H. –Pronunciando cada letra lo dijo.
-Steph, ese será tu nombre, mi amado. –Una sonrisa se dibujó en sus labios.
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La noche tenía ganas de llorar nuevamente, hacía frio, suponía mientras miraba la ventana que estaba empañada, acurrucado en el pecho de Vincent jugaba con el cabello del azabache, aun no paraba de pensar en la conversación que tuvo con su compañero, ¿Él en verdad tenía la culpa del cambio drástico de la actitud de Sephiroth? ¿Que había hecho? No dejaba de darle vueltas al asunto, pero ¿Por qué? Sephiroth solo era un amigo, un compañero, nada más, ¿por qué sentía un hueco en el estomago cuando pensaba en que el realmente podría llegar a odiarlo?, eso le aterraba, no quería dejar de platicar con el peli platinado, su voz, su aroma, su mirada, no quería separarse de él, no, no podía perderlo, no ahora, no cuando su vida estaba empezando a florecer, inevitablemente la cara de preocupación que reflejaba el pelirrojo llamó la atención del azabache.
-¿Qué tienes?
-¿Mmm? –Su voz lo sacó de sus grises pensamientos.
-Luces preocupado ¿Algo malo?
-Es solo qué, me intriga la actitud de Sephiroth, tal vez, yo le hice algo malo.
Esa respuesta molestó a Vincent, a pesar de que ya eran pareja, antes no hacía nada más que hablar sobre ellos, tal vez eran celos, el azabache quería a Génesis para él solo, no lo compartiría con nadie más, ni con Angeal, y mucho menos con Sephiroth.
-No creo que sea tu culpa, ese individuo es sumamente extraño, ya verás que se le pasará, no te preocupes. –Dicho esto, le regaló un tierno beso en los labios.
………
La lluvia había cesado, y ellos cometieron el grave error de salir por la noche, deseaban tener un paseo, Génesis era fuerte, tanto física como mentalmente, así que no habría problemas, no obstante, Vincent también llevo su revólver, nunca salía de ningún lado sin sus armas, aunque al tener al indomable Chaos dentro de él, no le harían falta ¿O sí?
Aun hacía frio en los alrededores, así que el pelirrojo se aferraba al brazo de su amante, para así brindarse calor el uno al otro, caminando sin rumbo fijo, empezaron a escuchar ruidos provenientes de sus alrededores, poniendo en alerta al comandante, al ex-turco, no parecía importarle en lo más mínimo.
Algunos soldados empezaron a salir de los arbustos que se encontraban a los costado de donde ellos estaban caminando, dejándolos completamente rodeados, y, apuntándoles con sus armas, una chica salió de entre la multitud, dirigiendo su mirada al azabache, y luego al pelirrojo, alzando una ceja, dirigió nuevamente la mirada hacía Vincent.
-Lo encontré. –dijo susurrando para sí misma.