Capitulo Sexto:
Huracán de emociones.
Los segundos pasaban, convirtiéndose en minutos, el sonido del segundero del reloj de pared que se encontraba en el salón, hacían evidencia de esto, intrigado por el repentino interés de su discípulo al caso de Sephiroth, desconcertándolo un poco, estaban sentados en los sillones del salón, se encontraban mirándose seriamente, frente a frente, la tensión iba aumentando.
-¿Por qué el repentino interés? –Preguntó Angeal.
-¡¿Cómo que “Por qué”?! ¡Sephiroth nos acaba de traicionar! ¡Sé muy bien que ustedes son cercanos! ¡Pero, por esto mismo! ¡Deben ir a buscarlo! ¡¿El héroe de Shin-ra, de Midgar, de todo el mundo, acaba de traicionarnos?! ¡¿Por qué?! –Afirmó casi a gritos el menor.
- Shh cálmate Zack, vas a despertar a Génesis. –Indicó Angeal con el dedo índice rosando sus labios.
-L-lo siento.
-Créeme, nosotros somos los más afectados por esto, que Sephiroth se fuera es imperdonable, pero, si llegamos a abandonarlo, jamás me lo perdonaría.
-¿Abandonarlo? Él fue quien lo hiso, no ustedes.
-Sephiroth debe tener sus razones, y aunque sea verdad todo lo que dijo, deseamos que nos lo diga en la cara.
-¿Por qué llegar tan lejos por él? –Preguntó Zack, frunciendo el ceño y mirando hacia el suelo.
-Porque, lo amo. –Apareció otra voz; instantáneamente, los dos miraron de donde provenía esta voz.
Bajando las escaleras con cierto desanimo, se encontraba el pelirrojo con una leve sonrisa en sus labios, la tristeza se reflejaba en su rostro, y, las ojeras en su rostro eran fácilmente visibles, apenas y había logrado cerrar los ojos, y, debido a los pequeños gritos de Zack, su intento por dormir había sido destrozado.
-Dime, tienes a alguien que amas ¿no?, ¿no harías eso por él? ¿Sacrificarte? Yo lo haría, sin pensarlo. –Afirmó el pelirrojo.
-Yo lo haría, moriría por él (Al agregar esto instantáneamente pienso en la verdadera muerte de Zack, sniff) Yo tomaría mi cuerpo como su escudo, pero, Sephiroth es diferente, nunca lo he visto decir o si quiera mirar a alguien con aprecio, así que me cuesta pensar que el nos haya traicionado por “amor”
-Bueno, hasta el más frio de todos puede amar, cachorro. –agregó Angeal.
-Así es. –Lo apoyó Génesis.
-Si ustedes están tan seguros, no me queda de otra más que creerles. –Rió levemente.
>>Bueno, si no es más, yo me retiro.
Tras decir eso, se despidió de su maestro y de Génesis, y salió por la puerta principal, sus ánimos seguían de igual forma que cuando había entrado a la casa, no podía creer, que el general los traicionaría por “amor” es decir, ni siquiera hay una razón válida para eso, si, obviamente él traicionaría a quien sea por Cloud, pero, ¿Acaso Sephiroth también tenía a esa persona? No estaba muy seguro, pero si así fuera, le costaría mucho creérselo.
Llegando a unos apartamentos en conjunto, con las paredes de grises, ventanas opacas debido a tanto mugre, se detuvo, y los miró, claramente estos estaban en un fatal estado, se podían ver grietas en estos, no estaban habitados, se veían tan tétricos como una ciudad abandonada, casi cayéndose a pedazos, tanto que parecía que con tan solo tocarlos, estos colapsarían por completo; mientras su mirada se perdía en los apartamentos, una frase invadió su cabeza.
>Yo también te amo, Zack.
En ese lugar, donde se le declaró por primera vez a Cloud, donde fue rechazado descaradamente, y también fue donde sus sentimientos fueron correspondidos al declararse por segunda vez, ese lugar, que ahora parecía tétrico, era el lugar de sus más preciados recuerdos, donde habló con Cloud, donde lo hizo por primera vez suyo, y muchas veces más, donde le dio incontables besos, donde abrazó sus angustias, dolores y tristezas; donde sintió que su mundo se derrumbaba al pensar que este podría dejarlo, donde rió eufóricamente con su amado, donde la angustia recorrió su cuerpo cuando al pequeño rubio le dio un fuerte resfriado, donde celebró uno de sus mejores cumpleaños…. Donde había pasado tantos momentos con él, si, le daba un poco de tristeza ver que el lugar se encontrara en estos momentos en ese estado, aun así, su sonrisa no se borró, le regalo una última mirada a estos, suspiró, y siguió con su rumbo.
Al llegar otros apartamentos, obviamente con mejor estado, subió las escaleras y se detuvo frente a una puerta, y hurgando en sus bolsillos para buscar la llave, la puerta se abrió de golpe y un rubio se abalanzó contra el moreno, dándole un apasionado beso a este, los ojos del mayor se abrieron de par en par, mientras que correspondía al beso; bien no le desagradaba la acción de su amante, pero era inesperada, alguien tan tímido y reservado como Cloud, haciendo ese tipo de cosas… bien puede ser porque en la anterior misión que estuvo, se había demorado cuatro días, si, nunca había estado tanto tiempo fuera de casa, y el rubio parecía extrañarle; rio internamente, y, mirando a su amante nuevamente, le regaló un tierno beso en la frente.
-Estoy de vuelta. –con su voz casi ronca, le susurró al oído.
-Te extrañe mucho. –dijo de igual forma, mirando hacia abajo, intentando ocultar el sonrojo que tenia.
-Ha pasado mucho ¿Eh? –Dijo mientras levantaba la cabeza mirando hacia al techo y con una gran sonrisa.
-¿Mmm? –Aun estando en los brazos de su amante, giró la cabeza Cloud, en signo de confusión.
-Vamos, ¿Qué aun no lo captas? –Tras decir eso, lo cargo como princesa y le dio un beso en los labios; mostrando una gran sonrisa, le mostró una mirada picara, y, entre lamiéndose los labios afirmó.
-Ha pasado mucho tiempo desde que te hice mío Cloudy. –Ronroneó en su oído.
-¡¿Q-que?! ¡Espera, Zack!
Riendo a carcajadas llevó a su amante al interior del apartamento, mientras que este se quejaba y forcejeaba, él muy bien sabía que Cloud lo deseaba al igual o más que él; lo último que se supo de este par, fue un pequeño portazo que dio Zack con uno de sus pies, para así estar cómodos en su intimidad.
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El silencio reinaba en la habitación, pese a los pequeños sonidos que hacía el monitor de signos vitales, que estaba al lado de la cama con sabanas blancas, de estas salía una larga cabellera negra, y un pálido rostro estaba recostado en las almohadas, mirándolo con dolor, un peli-platinado estaba recostado a un costado de la cama, agarrándole la mano, la acariciaba lentamente, mientras que parecía estar conversando con el hombre que estaba en cama.
-¿Dime, este fue el resultado de haberte dejado marchar con ese hombre? –Afirmó con dolor el chico que estaba ahí.
>>Bien sé que me equivoqué, pero, en verdad, estoy tan arrepentido de haberte dicho todo eso.
>>Si yo hubiese sabido, que esto iba a pasar, yo…
>>Yo, realmente te amo, Vincent, tanto que haría lo que fuera por ti, pero… por favor… vuelve conmigo, no me importa si estas con otro, despierta, abre los ojos, dime que ya es muy tarde para retractarme, dime al menos que me odias, pero… ¡Pero déjame escuchar tu voz por última vez! –casi al borde de las lagrimas, el joven apoyo su cabeza encima de sus manos, quienes envolvían las de él azabache.
….
El cielo estaba gris, las gotas caían a enormes pasos, una tormenta estaba comenzando, el día estaba igual de gris como sus ánimos en ese momento, él realmente amaba a Vincent, pero, ya estaba un poco aburrido, deseaba tomar un respiro, lo menos que quería era cogerle fastidio al hombre que posiblemente fuera el de sus sueños, no, el no quería eso.
-Vincent, tengo que decirte algo.
-¿Qué sucede Kadaj? –Ronroneó en el oído de su amante mientras que pegaba su cuerpo más al de él.
-Yo… -Se separó instantáneamente se él, causando confusión en el azabache.
-¿Qué pasa? –agregó serio.
-Sucede que… yo, yo realmente te quiero demasiado, pero, actualmente… y-yo, no estoy de ánimos para estar en una relación. –diciendo esto con sus ojos fuertemente cerrados, sintió una mano posarse en su mejilla.
-Está bien.
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>>De verdad… que soy un tonto… Vincent….
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-¿Quién era él? –Preguntó irritado.
-¿Eso te importa? Tu mismo fuiste el que decidió terminar, yo puedo hacer lo que quiera con mi vida. –Afirmó sereno.
-¡Me interesa! Que te estés besando con un chico pelirrojo en frente de todo el mundo…
-¿Qué? ¿Qué pasa con que haga eso? Tú y yo ya no somos nada.
Esas palabras clavaron fuertemente en el pecho del peli-platinado, y una punzada en el estomago empezaba a aparecer, viendo como su ex-novio se alejaba, sus ojos empezaban a arder, él… había tomado la decisión incorrecta.
>>Por favor… háblame….
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Génesis había vuelto a la habitación para intentar dormir un poco, mientras que Angeal, seguía sentado en el salón, su vista se perdía en un cuadro que estaba en este, seguía dándole vueltas al asunto, decidió ir a visitar a la única persona que lo hacía alegre, que podía hacerle olvidar sus problemas; tras salir de su casa, se dirigió directamente hacia un apartamento en los suburbios del sector 6, para así encontrarse con su lindo y alegre pelirrojo.