Capítulo 2
El día siguiente estaba lejos de mejorar. Danny miraba por la ventana, pero no observaría nada más a unos milímetros tras el cristal, pues la lluvia era tan espesa como una cortina gris volviendo la visibilidad nula. Las nubes negras, que tenían una apariencia hostil, se extendían sobre toda la ciudad: era como una noche bastante oscura a pesar de que el reloj marcaba las diez de la mañana, perfecta hora donde el sol brilla sobre todos, pero no ese mañana, donde las temibles nubes parecían devorar la luz y se arremolinaban en lo alto de forma amenazante: de vez en cuando todo quedaba iluminado por los truenos que rasgaban el cielo.
Mirando el móvil con la esperanza de que la señal hubiese regresado, Danny lo tomo de la cama y en un vistazo rápido lo dejo caer nuevamente: la señal seguía ausente. La preocupación por sus amigos y Dash lo embargo. Camino de un lado a otro de la habitación, con las manos tras la espalda y bastante metido en sus pensamientos. En ocasiones echaba un vistazo a al móvil y luego a la ventana, pero nada cambiaba: el móvil continuaba inútil y la ventana seguía sin mostrar un algo.
La mezcla de tantos factores raros era la señal en cielo para que Danny Phantom apareciera en los alrededores: salió del cuarto y bajo las escaleras hasta la estancia del primer piso. En la cocina los padres de Danny parecían discutir, Jazmín no les prestaba atención alguna. Aprovechando la distracción se escabullo hasta la puerta principal sin ser notado. Atravesó el umbral en su estado intangible. La lluvia fue más espesa de lo que imagino, pues no conseguía ver más allá de su nariz. Una sofocante sensación lo envolvió mientras despegaba del suelo y tomaba altura. Sin importar cuanto se elevaba la cortina gris cubría todo. Volando a ciegas, pues conocía mejor que nadie cada rincón de aquella ciudad, tomo dirección a casa de Sam y después paso a la de Tucker, cuando hubo verificado que ellos dos estaban bien, paso a casa de Dash. Orbito alrededor de las múltiples ventanas en la gran casa Baxter, pero en ninguna puedo ver a Dash. Los padres del mariscal comían en la mesa con toda tranquilidad, como si siempre hubiesen sido solo ellos dos. Al final dejando la moral a un lado, decido entrar al cuarto de Dash, las dudas sobre el seguían apilándose. Para la sorpresa de Danny la habitación parecía haber sido visitada por un tornado: la ropa estaba por todo el suelo y sobre la cama. Los cajones vacíos y completamente abiertos. El armario tenía una puerta rota y no había nada dentro de el. Varias prendas estaban cubiertas por polvo y el olor de la habitación era como si nada hubiera entrado en semanas. ¿Dónde estaba Dash? ¿Por qué los padres parecían tan despreocupados?
Danny salió a toda prisa solo para llevarse otra gran sorpresa. El clima cambio de forma brusca otra vez, la espesa cortina gris ahora era un manato blanco. La nieve caía con pereza y el suelo era como una gigantesca alfombra blanca. Las nubes eran tan pálidas grisáceas como de costumbre y la luz solar había vuelto.
<< ¿Qué demonios ocurre? >> pensó Danny inspeccionado la ciudad mientras la sobrevolaba. Todo aquello era demasiado extraño. La posibilidad de que solo fuesen cambios de clima quedo descartada.
Danny recapitulo lo hechos: desde la onda caliente hasta la ventisca que ahora azotaba a Amity Parck no hubo ningún ataque fantasma o alguna aparición, salvo la del día anterior (No eran demasiados hechos). Ahora con toda seguridad tomo las palabras de Sam en verdadera cuanta.
Depuse de haber entrado a la habitación por la ventana, tomo una gruesa chaqueta y un gorro con franjas rojas y azules.
Bajo hasta el primer piso: sus padres seguirán discutiendo y Jazmín seguía ignorándolos. En un instante las miradas fueron a parar a él.
-¿Cariño?- Dijo Maddie -¿Por qué estas vestido de esa manera?-
Danny ahogo la expresión de asombro, ellos no solo no habían notado su ausencia, tampoco se percataron del nuevo clima.
Jazmín corrió hasta la ventana y abrió las cortinas, mientras la familia Fenton contemplaba con asombro Danny aprovecho para salir de la casa antes de cualquier interrogatorio familiar.
Caminar no era tarea fácil. La nieve le llega hasta las rodillas y avanzaba levantando muy en altos las piernas. No sabía muy bien a donde se dirija, solo camino en línea recta, pensando en lo que había visto en la casa Baxter. Un fuerte golpe lo estremeció y para cuando se dio cuenta estaba hundido en la nieve. Había chocado con alguien más. Desde la posición en el suelo Danny contemplo el cielo gris, el vapor escapo de su boca a causa del frio.
De un fuerte tirón Danny fue sacado de la nieve.
-Gracias- Respondió Danny aturdido.
-¿Fenton? ¿Qué demonios haces por aquí?- Pregunto Dash quien lo miraba de mala gana.
-¿¡Dash!?- Observándolo un poco noto que solo traía pues la chaqueta Jersey del equipo de americano que lo declaraba Quarterback, la cual no era muy abrigadora.
-¡Dash pescaras un resfriado!-
-Y que más dan mis problemas ¿No me has causado ya suficientes?- Lo miro y luego se echó a caminar entre la blanca nieve
-¡Tu solo te lo buscaste y no es como si tu no me los hubieses causado antes!-
Dash se detuvo en seco, apretó los puños y luego continuo avanzando.
Danny chasqueo la lengua y camino tras él. Dash tenso los hombros y apretó los dientes. Danny no entendía la actitud tan hosca de Dash; ahora era diferente sin duda lo estaba evitando- Caminaron en línea recta, Danny a 6 pasos detrás de Dash hasta que por fin lo entendió: La mala actitud de Dash. La apariencia tan descuidada. La actitud tan despreocupada por parte de sus padres. El desastre en su casa y la poca ropa que llevaba ese día: lo habían echado de casa. No supo cómo reaccionar en el momento, por lo que siguió detrás de el con la cabeza agachada y una mirada da triste. Dash lo miro y se detuvo en medio de una calle. Aunque por la nieve que no dejaba de caer, no había ningún auto o persona además de ellos.
-¿Por qué diablos tienes esa estúpida mirada de lastima?-
Danny no respondió nada.
-¡No sé qué es lo que averiguaste sobre mí, pero no necesito que me compadezcas¡-
Dash lo miro y un profundo enojo lo consumía. Danny se acercó con lentitud y se sacó el gorro para ponerlo en la cabeza de Dash.
-Si en algún momento sientes que ya no puedes más, no dudes en ir conmigo- Dijo Danny, en voz baja sin mirarlo a la cara. Luego se dio media vuelta y lo dejo ahí.
Los días pasaron hasta el lunes y la nieve no había cedido ni un poco. En la clase del señor Lancer, del cuarto periodo estaba por concluir; todos lleven ropas bastante abrigadas. Dash traía consigo el gorro de franjas rojas con azul. Dejándoles una tarea de último minuto, concluyo la clase todos se dirigieron a la cafetería.
Los rumores sobre Dash ya rondaban la escuela, tanto que a andie le importo el echo de que nevara en pleno agosto, pero no era nada acerca de que fue echado de casa, si no del castigo impuesto por el señor Falluca por su resiente mal comportamiento.
-Escuche que Dash intento golpearte- Dijo Tucker jugando con pequeña consola de videojuegos portátil- y que el enloqueció causando un desastre en el aula, también que amenazo al señor Falluca- Tucker rio bastante alto por la sarta de mentiras, pues el sabia la verdad.
-¡Si eso te parece graciosos deberías escuchar lo que dicen ene baño de chicas!- Dijo Sam intentando controlarse por no reír- Cuentan que Dash le propuso noviazgo a Danny y que él lo rechazo y por eso actuó tan salvajemente-
Sam y Tucker estallaron en risas mientras tomaba lugar en unas de las largas mesas para cuatro personas en la cafetería.
-No es nada graciosos- Dijo Danny mordiendo un emparedado- no es como si tal cosa hubiese pasado-
Los murmullos llenaban el gran salón, en el aire el trio de amigos lograba escuadra retazos de conversaciones.
“¿En verdad él lo rechazo “
“¡No puedo creer que intentar golpear al profesor Falluca!”
“Alguien debería ponerle un alto”
“¡Debería ser expulsado!”
Danny busco por todo el comedor al instante el silencio lo tomo por sorpresa.
-¡Danny mira hacia halla!- Dijo Sam indicándole con el dedo
Los miembros del equipo de americano de la escuela se había reunido frente a la mesa donde Dash comía solo esa mañana: Kwan se paró frente a Dash.
-¿Es verdad que abandonaras el equipo?- Pregunto Kwan, con su ronca voz
-¿Algún problema?- Pregunto Dash, sin mirarlos como si no estuviesen realmente ahí. Varios de equipo dirigieron miradas furiosas. La tensión en el comedor aumento. Incluso las cocineras se asomaban por detrás del mostrador con mucho interés.
-Escucha, Dash- Kwan golpeo la meza con el puño cerrado: Dash no se inmuto- No me interesa tus tontos problemas, pero no permitiremos que dejen es el equipo ¿comprendes?
-Claro que lo entiendo- Dash conecto un fuerte golpe en la barbilla de Kwan derribándolo, de inmediato todo el equipo tacleo a Dash sometiéndolo y sujetándolo por ambos brazos. Kwan se puso en pie y se acercó a Dash que forcejaba por zafarse del agarre.
-Entonces esto será así- Dijo Limpiándose la sangre del labio con el dorso de la mano
Kwan comenzó a golpear repetidamente a Dash en el abdomen sin que pudiese hacer algo.
-¡Esto es demasiado, incluso para esos idiotas!- Dijo Sam, mirando la escena con el ceño fruncido
-A quien le interesa-Bufo Tucker- Por fin alguien le da su merecido a ese brabucón-
Sam y Danny lo miraron con desaprobación.
-¿Qué?- Tucker mordió su emparedado sin prestarles más atención
Danny echo una mirada alrededor no podía cree que en la mirada de todos relucía un terrible brillo de satisfacción y morbo. Dash escupió algo de sangre ensuciando su Jersey, pero Kwan no estaba dispuesto a parar.
-¡Esto es algo bárbaro!- Dijo Sam alambrada saltando del asiento.
Danny no se quedaría cursado de brazos, a gran velocidad a travesó el comedor y con el impulso dio un golpe directo y limpio en la mejilla de Kwan, quien salió proyectado contra las mesas y se arrastró un par de centímetros.
-¡Duro Danny!- Grito Tucker, poniendo en pie por la emoción
-¡Tucker!- Dijo Sam exasperada.
Dash y el equipo de americano miraron a Danny sin creer lo que acababa de hacer: lanzo por el aire con un golpe a un tipo que le duplicaba en tamaño y peso. Intentaron someter a Danny de igual forma, pero era inútil uno a uno los fue eludiendo al mimos tiempo que con un golpe en el abonen los dejaba fuera de combate. Finalmente el piso crecía como un jardín de jugadores de americano alrededor de Danny, quien ayudo a ponerse de pie a Dash colocando la mano detrás de su espalda, como si el ex-capitán no pesara nada, este lo miraba con ojos incrédulos y una gran sonrisa, pero no podía carcajease por el dolor: escupió un poco de sangre manchando la playera blanca de Danny.
-Lo lamento- Dijo Dash limpiándose la boca no la manga.
-No importa-
-Salgamos de aquí- dijo Sam que llego a su lado con Tucker por detrás comiendo un budín. Los cuatro salieron de la cafetería y se fueron directo a la enfermería.
La enfermera Torin atendió las heridas de Dash. El profesor Lancer entro, con el gesto arrugado y anudándose la corbata.
-Señor Baxter, creo que esto solo amerita un aumento en su castigo- Dijo el señor Lancer con las manos tras la espalda.
Dash aparto la vista y miro hacia la ventana recostado desde una camilla.
-¡Es injusto!- Dijo Danny poniendo en pie -¡Dash no inicio la pelea, fue Kwan!-
-Escuche una graciosa historia por parte del equipo de americano sobre como tú los sometiste, lo que me parece meramente ridículo. Con respecto a los sucedió todo el alboroto fue obra del el señor Baxter-
Lancer miro a Dash quien no dijo nada.
-¿Acaso eso le dijeron eso jugadores de pacotilla?- dijo Sam enarcando una ceja.
-No solo ellos, señorita Manson- Respondió de mala gana ante el cometario despectivo, mirándola con ojos entornados - también la gran mayoría de los estudiantes corroboro lo hechos-
-¡Es Mentira!- Dijo Danny exasperado- ¿Y que pasara con ellos?-
-Ellos tienen un gran partido esta semana- Dijo Lancer sonriendo con sorna.
-Así que los dejara libres- Dijo Danny bajando el tono de voz y apretando los puños con furia
-Baya, Dash en problemas, quien lo diría. Esos poderes de mariscal sí que se han ido- Dijo Tucker, sin importarle que Dash lo escuchara.
-¡Podrías callarte de una buena vez!- Grito Sam, tomando su budín y arrojándolo al cesto de la basura.
-¡Mi budín, aun no lo terminaba!-
-¡El siguiente serás tu si no guardas silencio!- Sentencio Sam. Tucker se sentó con el entrecejo fruncido.
-Señor Baxter, acompañe por favor a la Dirección- Dijo Lancer.
Antes de que Danny o Sam pudiera decir algo, la enfermera Torin cerro con fuerte golpe uno de los cajones del escritorio en el que estaba sentada, luego se levantó de su silla y camino hasta el profesor Lancer y lo miro con desaprobación por encima de sus gafas cuadradas.
-¡Ya escuchados suficientes tonterías, Lancer!- Dijo la enfermera con indignación- No me interesa quien inicio el problema, pero si te atreves a hacer trabajar a este chico en ese estado te reportare con las autoridades correspondientes y yo misma me encargare de que seas expulsado de esta escuela. ¿Entendiste?-
Ambos se dedicaron miradas asesinas, luego Lancer se dirijo a la puerta y dándoles la espalda dijo:
-Cuando el señor Baxter se recupere por completo le espera un duro y largo castigo- Dijo con voz fría y calmada, luego dio un portazo cerrando tras él.
-Niños- Dijo ahora con voz muy dulce- Yo cuidare del señor Baxter, así que por favor regresen a sus clases-
Sam y Tucker salieron. Danny se acercó a Dash que solo miraba los muros.
-Mi oferta sigue en pie- Dijo Danny Dándole unas palmadas en el hombro, luego salió.
Tienes uno excelentes amigos- Dijo la enfermera, sentándose frente a su escritorio y continuando con el papeleo.
-Ellos no son mis amigos- Dijo Dash, con vox apagada- Son los chicos que a los que solía hacer la vida miserable con los tipos que creí que eran mis amigos y que ahora me han dejado así-
La Tarde trascurrió hasta su fin. Danny llego en el momento exacto en el que Dash salía de la escuela con aquel hombre raro y de traje que había visto antes. Él sabía que ese hombre no le traería nada bueno así que tendría que intervenir ya sea que Dash lo odiara por el resto de su vida.