Sabo se encontraba más que nervioso, pero ¿Cómo no iba a sentirse así? Si había leído en muchos libros que el mar podía llegar a ser traicionero y peligroso, incluso un tanto caprichoso, pues cuando decidía llevarse la vida de alguien, no había nada que pudiera hacerle cambiar de opinión.
— No me digas que sigues pensando en eso —interrumpió Ace posando una de sus manos en el hombro del rubio— Anoche te lo dije, ¡Es solo el East Blue!
~~~ Flashback ~~~
Luego de que Ace hiciera que Sabo pagara no solo su propia comida sino también la de él, salieron al restaurante y volvieron a la costa, donde pasaron un buen rato charlando antes de que el rubio finalmente decidiera entrar a la casa y hurgar en las cosas de Dragon...
Sabo siempre había sentido curiosidad por el trabajo de Dragon y en más de una ocasión estuvo tentado a leer los documentos que justo ahora tenía entre sus manos pero, por alguna razón la culpa siempre terminaba por ganarle y decidía no hacerlo, pues sabía que había una razón por la que Dragon jamás le contaba sobre eso.
— Dragon-san... Hago esto por tu propio bien
Dicho esto, comenzó a sacar los documentos uno a uno, mirándolos con detenimiento y ciertamente, su contenido era terrible. Islas destruidas y personas que habían sido asesinadas por el mismísimo gobierno mundial, compra-venta no solo de humanos, también de hombres-pez y gigantes, para ser usados como esclavos y sirenas que terminaban simplemente como decoración en la mansión de algún noble mundial. Represión, tráfico de armas y demás cosas horribles.
Era tan diferente a la realidad que los libros mostraban e incluso a las historias que había crecido escuchando... Pero de alguna forma, no le desanimaba en lo absoluto, de hecho, descubrir eso solo hizo que deseos de salir y conocer el mundo fueran aún mayores, quería descubrir por si mismo lo que era verdad y lo que no... quería descubrirlo todo y entonces... ¡Y entonces él mismo se encargaría de que el resto del mundo lo supiera! Le contaría a todos sobre las cosas bellas y fantásticas que hay en el mundo pero también sobre todas aquellas terribles cosas que muchas personas aún ignoran por completo...
— ¿Necesitas ayuda? —interrumpió Ace, observándole desde el marco de la puerta.
— No... Ya he terminado
— ¿Y?
— Según los registros, el último lugar en el que estuvo fue en el Archipiélago Polestar...
— Si estuvo allí es probable que haya ido a Loguetown, es la ciudad más famosa del Archipiélago.
— Loguetown... He leído sobre ella, también es llamada "La Ciudad del Principio y el Fin"
Ace no contestó, de hecho ignoró por completo aquel comentario que Sabo acababa de hacer y simplemente entró a la habitación y se dejó caer con pereza sobre la cama.
— Parece que nos tomará mucho tiempo llegar hasta allá...
Ace volvió a ignorarle, lo cual hizo que Sabo se molestara un poco y, sin pensarlo demasiado tomó una de las almohadas que estaban tiradas en el suelo y se la arrojó directo al rostro.
— ¡¿Estás escuchándome al menos?!
— ¡Estoy escuchándote! —contestó Ace, lanzándole la almohada de regreso.
Esta vez fue Sabo quien no contestó, comenzó a guardar todos los documentos de Dragon y fue a dejarlos hasta la habitación de este, asegurándose de que todo quedara tal y como estaba antes: Guardado bajo llave en un enorme cofre donde se encontraban el resto de sus pertenencias.
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Habían pasado aproximadamente dos horas en completo silencio, ambos estaban perdidos en sus pensamientos, Sabo por un lado, pensaba en todas las cosas que descubriría durante los próximos días, pensaba si Dragon estaría bien cuando lo encontrara o si al menos sería capaz de encontrarlo, las cosas que había leído en los registros también aparecían constantemente en sus pensamientos. Por otro lado, Ace simplemente se preguntaba porqué demonios tenía que ir justamente a esa ciudad, donde todo le hacía pensar en su desgraciado padre y en lo abominable que era su propia existencia.
— ¿Es verdad lo que dicen sobre el mar? —preguntó Sabo de pronto, rompiendo con aquel silencio.
— ¿Ah? ¿Que es lo que dicen sobre el mar?
— Que es traicionero y peligroso...
— ¿Como podría el mar ser traicionero? Solamente es agua
Sabo permaneció en silencio nuevamente, ahora se sentía realmente torpe por haber preguntado algo como eso. Pero Ace, al ver la reacción del rubio se sintió un poco culpable, así que decidió terminar con ese silencio de una vez por todas.
— Podría decirse —añadió luego de una pequeña pausa— que esta parte del mar es solamente agua, no por nada es considerado el más débil de los mares. Pero hay lugares mucho más peligrosos que el East Blue.
— ¿La Grand Line?
Ace asintió antes de continuar: — Si, la Grand Line es peligrosa, pero el Nuevo Mundo lo es aún más.
— ¿Has estado en el Nuevo Mundo?
— Por supuesto que si, fue allí donde conocí a Oyaji
— Entonces, ¿Que haces en el East Blue?
— Yo crecí en Monte Corvo, esta a un par de días de aquí, en una isla que llaman Villa Foosha. Solo quería ver como iba todo por allá, por eso estoy aquí.
— Ya veo...
— ¿Acaso tienes miedo de salir al mar? —preguntó el pecoso de pronto con una ligera sonrisa burlona en su rostro
— ¡No! Yo no siento miedo
— No deberías sentirlo, por lo menos no mientras estemos en el East Blue.
— ¿"Mientras estemos"? —preguntó bastante extrañado— ¿Crees que debamos cruzar a la Grand Line?
Lo único que Sabo recibió por respuesta fue algo similar a un ronquido.
~~~~ Fin del Flashback ~~~~
Para cuando el sol había alcanzado su punto más alto, se encontraban tan lejos de Goa que ya ni siquiera era posible verla, todo a su al rededor era agua y no había señal aún de que llegarían a tierra pronto.
— A todo esto... aún no me has dicho tu nombre —comentó Sabo mientras le ofrecía al pecoso un poco de comida que recién había sacado de la bolsa de provisiones— Yo soy Sabo.
— Ace —se limitó a contestar el otro con la boca llena de comida, realmente estaba hambriento.
— Sabes, Ace... —continuó el rubio— anoche mencionaste que habías estado en el Nuevo Mundo
Ace asintió.
— ¿Como llegaste al East Blue desde allí? Creí que era imposible cruzar el Calm Belt.
— Mucha gente lo cree, pero no es del todo cierto —contestó Ace hurgando en la bolsa de provisiones para después ofrecerle más comida al rubio, el cual la aceptó gustoso— ¿Como crees que los marines cruzan de la Grand Line hacia los cuatro océanos?
— No lo se, ¿Como lo hacen?
— Recubren sus buques con Kairoseki, una especie de sustancia que emite el mismo tipo de energía que el mar
— ¿Es así como evitan ser atacados por los Reyes Marinos que viven allí?
— Si... Pero no siempre funciona.
Pasaron un buen rato charlando y, a decir verdad Sabo estaba más que fascinado con todo lo que Ace le contaba, claramente había tenido una vida mucho más interesante que la suya. Gigantes, sirenas, hombres-pez y muchas otras criaturas de las que nunca había escuchado formaban parte de la historia. Incluso hablaron sobre Shirohige y las incontables veces en las que Ace intentó tomar su cabeza y la manera tan vergonzosa en la que había fallado en todas y cada una de ellas.
A pesar de que Sabo no supiera mucho del mundo como Ace, conocía muchas historias fantásticas que había leído en diversos libros. "Noland el Mentiroso" era una de sus favoritas cuando era niño, aunque ahora que era mayor prefería leer otro tipo de cosas que consideraba más interesantes, como el misterio de los barcos desaparecidos en el Florian Triangle, Little Garden y su extraña flora y fauna, la Isla Gyojin y por supuesto la Isla del Cielo. Incluso disfrutaba de leer algunas cosas curiosas sobre ciertos lugares famosos, por lo que cierto tema que el pecoso temía volver a tocar salió nuevamente a la conversación.
— Loguetown... ¿Sabes por que la llaman "La Ciudad del Principio y el Fin"? —preguntó Sabo de pronto, tras recordar el paradero de Dragon
— ¿Tú lo sabes? —preguntó Ace, negándose a ser él quien hablara de cierto hombre.
— Claro que si, porque fue allí donde nació y donde fue ejecutado el Rey de los Piratas
Ace no contestó
— Hay quienes creen que tuvo un hijo —añadió Sabo— Poco antes de morir
— Debe ser un verdadero monstruo —contestó Ace
— ¿Por qué crees eso?
— Es el hijo de un demonio después de todo
— Creo que nadie debería juzgarlo por eso
— ¿Que quieres decir?
— Quiero decir que es injusto hacerlo, quizá sea hijo del Rey de los Piratas pero eso no significa que sea como él
Quizá Sabo tenía razón, quizá había quienes eran completamente distintos a sus padres, pero ese no era su caso. De hecho, Ace y Roger eran bastante parecidos y eso era lo que Ace mas odiaba de si mismo. Parecerse tanto a ese bastardo al que no le debía absolutamente nada...
— Nosotros no somos lo que nuestros padres hicieron —interrumpió Sabo, sacando a Ace de sus pensamientos.
Si tan solo todos fueran así... si todos pensaran de la misma manera que Sabo, Ace seguro sería completamente distinto. No habría crecido escuchando a todas esas personas que creían que el hijo de Roger no merecía vivir, no habría crecido odiándose a si mismo... No habría cuestionado nunca el propósito de su existencia.
En cualquier caso, Ace estaba feliz de que existiera alguien que pensara de esa manera. Le hacía sentir un poco menos miserable. De hecho, comenzaba a agradarle la compañía de Sabo. No era que antes le desagradara, desde el inicio le había parecido una persona sumamente amable, pero ahora realmente disfrutaba su compañía. Sabo se sentía de la misma manera, de alguna forma Ace le recordaba un poco a Dragon. Al igual que Dragon, Ace tenía muchas historias curiosas que contarle y de igual manera, Ace le escuchaba con la misma atención que Dragon cuando hablaba sobre sus libros. Incluso tenían en común el hecho de que ambos le ocultaban algo, aunque Sabo no tenía la más mínima atención de averiguar de que se trataba y por supuesto, Ace no se lo diría. Entre menos personas supieran que era el hijo de Roger sería mejor para él.
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Pasaron unas horas más antes de que finalmente se acercaran a tierra, y Ace informó a Sabo que pronto llegarían a su próximo destino: Las Islas Organ.
— ¿No iremos a Loguetown aún? —preguntó Sabo un tanto extrañado.
— Iremos después —contestó Ace— Hay algo que necesitamos hacer antes
Sabo le miró, aún más extrañado que antes.
— No creerás que iremos en este pequeño bote hasta allá, ¿O si?
— ¿Compraremos un barco? —preguntó Sabo, y entonces Ace soltó una fuerte carcajada y negó con la cabeza.
— No vamos a comprarlo, vamos a robarlo.