Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El juego del despecho por Chiaki28

[Reviews - 173]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos!! *-*

Bueno si cumpli, reviví hoy y como niña pequeña hice un calendario de actualizaciones para jamas atrasarme (Hagan sus apuestas de cuantos días dura)

Les explico un detalle más abajo.

Takano90 mi sensei, el capitulo te lo dedico a ti <3

Espero que les guste <3 <3

Takano Pov

Su aroma me resulta embriagador, sus besos tienen un toxico sabor a vicio, sus movimientos activan cada uno de mis sentidos, su voz se ha convertido en lo que acelera mi respiración; estoy perdido en este despecho.

Ritsu es un hombre encantador, me tiene actuando como un loco por satisfacerlo, por ser capaz de conseguir un poco más de ese cautivador cariño y así llenar el vacío con el que Erika me solía tratar y reparar las grietas de un polvoriento amor con el reemplazo que ese terrorista me impuso.

Este experimento que estoy haciendo con el castaño me tiene atrapado, una repentina curiosidad por saber más de él es lo que me azota, su compañía me agrada, poder cuidarlo, poder sentirlo como si fuera mío aunque sea una mentira no tiene precio; quizás después de esta demencia, cuando ambos seamos capaces de salir adelante adquiramos la madures para continuar siendo amigos.

Suspiré con esa clase de pensamientos acariciando las sedosas hebras de mi pareja temporal quien reposaba sobre las desordenadas sabanas con los labios entreabiertos y el flequillo revuelto; mi mano ascendió hacia su frente calmando mis miedos al apreciar que ya no tenía fiebre.

Desde ese incidente en el bar él cayó enfermo y se pidió libre un par de días en el trabajo para poder reposar. Yo como buen novio he atendido cada uno de sus caprichos, he velado por él en las noches con trapos húmedos adornando su piel, lo he ayudado a bañarse por precaución, no me he separado de esa vieja cama ni he permitido que se levante; hace tiempo no temía tanto por lo que le ocurría a alguien más.

“¿Takano?” Sus rizadas pestañas se alzaron mostrándome esos cálidos ojos a los que ya me he acostumbrado “¿Qué estás haciendo?” Sus mejillas se encendieron al apreciar mi mano tocando con descaro su rostro.

“Vigilo que la fiebre te haya bajado” Contesté con una sonrisa pícara sabiendo que lo pondría nervioso “Ya mañana podrás regresar a tu empleo”

“Pude haber regresado hacer un par de días” Se quejó sentándose con las cejas arqueadas y los mechones revueltos encima del colchón “Pero alguien no me dejaba salir como si fuera un niño pequeño” El sarcasmo estaba impregnado en cada una de sus frases.

“Es que eres como un niño” Me burle golpeando su nariz con mi dedo índice “No te supiste cuidar de un desconocido en el bar ¿Cómo se supone que confié en ti?” Él rodó los ojos cansado de mi discurso celoso.

“¿Me vas a sacar en cara el resto de mi vida eso?” Con una ingenua risa revolví sus cabellos encantado por la suave textura de estos.

“Posiblemente” Mi comentario solo lo enfureció más.

“Mejor vete de la habitación, me quiero ir a duchar” Me relamí los labios por inercia ante esos pecaminosos pensamientos provocando una esquiva reacción escrita en sus facciones ¿Cuándo te comencé desear de esta manera?

“Podemos ver una película cuando acabes, ya sabes como un descanso antes de que regreses a los trabajos de oficina y todo eso” Intercambiamos una sonrisa en un cómodo ambiente mientras mis manos se negaba a liberarlo, mientras mi cuerpo me rogaba por permanecer más tiempo al lado de mi reemplazo.

“Eso suena bien” Me levante de las sabanas dispuesto a marcharme para hacer un par de tramites personales hasta que fui detenido por un infantil agarré en mi camisa “Takano” Con curiosidad me di vueltas ante el penoso tono con el que me llamó “Gracias por todo esto que has hecho por mí, fue muy lindo”

“Me halagas con tus palabras de gratitud” Me mofé tomando su mentón con una de mis manos; pasando mi lengua sobre esos seductores labios de miel “Pero un beso estaría mucho mejor para mí” Él apoyo sus manos en mi pecho intentando apartarme sin éxito alguno, antes de que pudiera reclamar le mordí el labio inferior saboreando con ansias su boca, tirando ligeramente de este como si fuera mi pertenencia.

“Eres un idiota” Se quejó con el rostro ardiendo, parándose de la cama para encerrarse en la otra habitación.

“La terquedad no tiene remedio” Musite con una imborrable sonrisa adentrándome en la sala de estar, ubicándome en el sofá con un aire lleno de ilusión.

Ritsu es increíble, en poco tiempo he podido sentirme mejor con esas adictivas caricias que me ofrece y re-encantarme con la vida gracias a sus cuidados, cuando se derriban esos impenetrables muros y el rencor se desvanece es sencillo sentir empatía por ese chico y dejarse llevar.

Su carencia de afecto sigue siendo evidente; él como me ha aceptado, la manera en que pretende que soy alguien especial solo para auto-complacerse, a veces me da pena que haga eso, que se lastime de esa forma fingiendo que somos algo más que dos extraños en un insano juego de amor, sin embargo, no tengo el coraje como para decírselo ni la hipocresía para regañarlo.

Porque aunque pretenda ser fuerte sigo sufriendo por Erika, cuando el castaño no está a mi lado ella regresa para atormentarme con ese labial que nunca probaré y esa silueta de Diosa a la que me solía permitir aferrarme en las noches; yo aún la extraño.

Llevé mi mano hacia el bolsillo de mi pantalón de tela para sacar mi celular, me mordí el labio al abrirlo moviendo mis manos sobre la pantalla táctil una y otra vez; vacilando en marcar un número que se había grabado como fuego en mis memorias.

Después de quitarme el nudo que se había atorado en mi garganta y soportando los agitados latidos de mi corazón me atreví a apretar las teclas para llamarla y aclarar todo este enredo como una traición a Ritsu. Cada pitido fue una eterna espera en la que mi razón me rogaba por cortar, no obstante, mi cuerpo ya no me obedecía, ahora era un esclavo más del miedo.

“Masamune” No pude contestar de la emoción cuando la escuché llamarme con esa tierna y femenina voz “¿Hay alguien del otro lado?”

“Erika” Pude distinguir como un suspiro de satisfacción se escapó de sus carnosos labios escarlatas.

“Así que me llamaste” Musito con una angustia impropia de ella “¿Vas a venir conmigo esta noche Masamune?”

“¿Qué es exactamente de lo que quieres hablar?” Le rebatí con otra interrogante negándome a enseñarle mi lado más patético y débil, mi lado despechado, del que Ritsu ha sido espectador y tratado de actuar como cura.

“Yo lo lamento” Pude percibir como el aire se me escapaba de los pulmones “Siento mucho que mis miedos afectaran de esa manera tu trabajo, tú eras la cabeza de la empresa y ahora por mi culpa te quedaste sin nada” Siempre tan dulce, atenta, tierna, perceptiva, ella es la encarnación de la perfección.

“No fue tu culpa, yo fui quien se dejó llevar por la ruptura” Casi me podía imaginar como una sonrisa se dibujaba en su boca.

“Quiero que esta noche nos juntemos para ver en que situación estamos y quizás volver a ser pareja” Mi corazón golpeo con fuerza mi pecho, un escalofrió recorrió todo mi cuerpo mientras reprimía un grito de felicidad.

“Pensé que le tenías pánico al compromiso” Ella rio con calma consintiendo que la nostalgia nos rodeara.

“Lo tengo, yo no estoy lista para casarme contigo o algo así, ahora que mi carrera está en la cima no quiero tener una familia con hijos y espero que lo entiendas, pero tal vez más adelante podamos llegar a más” Su aliento golpeo la bocina del teléfono “No creas que esta ruptura solo te ha dolido a ti, yo también te he extrañado mucho”

“Erika” Musite embobado por sus palabras, suspirando con alivio por este repentino rescate.

“Encuéntrame en el restaurant que solíamos frecuentar cuando celebrábamos nuestros aniversarios, te estaré esperando donde siempre” Levante mi puño en señal de victoria echando mi cabeza para atrás en el sofá.

“¡Sí!” Ni si quiera pude contener mi emoción al sostener con la mano temblorosa el aparato “Nos vemos en un par de horas” Después de colgar tomé el teléfono para configurar una alarma antes de las seis y llegar a tiempo a mi cita con el pasado.

Sé que es una hipocresía inmensa el decirle a Ritsu que avancé sin Usami mientras yo aún continuo persiguiendo a Erika al rogarle por migajas de un viejo amor en cuya salvación tengo puesta cada una de mis esperanzas, que él se decepcionaría y con ese terco carácter me insultaría como lo hicimos los primeros días pero las cosas no son iguales.

Su romance con el hombre de cabellos plateados estaba destinado a fracasar, él se ofreció sin ningún seguro como el reemplazo de un sujeto cuyo corazón estaba ocupado, aunque suene cruel es Onodera quien estaba equivocado en esa relación, el chico quien escogió ponerse el arma en el corazón para recibir el disparo, quien besaba de muerte a un muñeco vacío, en cambio lo mío es reciproco; Erika y yo nos amamos, solo hubo un pequeño malentendido que se puede solucionar.

Esta es mi oportunidad para tomar el destino y torcerlo, correr hacia esas esmaltadas uñas azules y poner un anillo de manera paciente en sus largos y finos dedos, intoxicarla con mi amor hasta que sea dependiente de mi cariño y atraparla.

“Sueno desesperado” Me reproche en voz alta por las falencias que tenía mi plan tirando el aparato a un borde del sillón, despejando los cabellos que caían por mi frente para intentar respirar sin un peso en mi corazón.

“Te ves muy mal” La burlona voz del castaño llamó mi atención, con curiosidad centré mi vista en el marco de la puerta de nuestra habitación en donde él estaba apoyado con una de mis camisas blancas y un corto bóxer negro que dejaba a la vista sus tentadores muslos.

“¿Pero qué?” Un extraño hormigueo domino mi rostro, unos repentinos nervios lograron que las palabras se ahogaran en mi garganta.

“Dijiste que podíamos ver una película y me gusta estar cómodo para eso” Musito con el rostro encendido de carmín caminando hacia mi lado en el sillón “Toda mi ropa es de trabajo, además somos dos hombre, no tengo nada que no hayas visto, tú lo dijiste” Se quejó con el ceño arqueado a la defensiva.

“Supongo que tienes razón” Un pequeño tartamudeo salió con esas frases ¿Pero diablos me ha hecho este chico?

“¿Qué es lo que quieres ver Takano?” Una maliciosa sonrisa se dibujó en mis labios.

“Una de terror” Proclame sin vacilar esperando que se aterrará y me dejará solo en la sala de estar para poder escabullirme a mi cita.

“Bien, puedes poner la que gustes” Fue la relajada respuesta que me dio apoyando su espalda en mi hombro, subiendo esas delgadas y blancas piernas al sofá.

“¿No te va a dar miedo y saltaras a mis brazos como una chica asustada?” Ritsu liberó una pesada risa empujándome con una falsa molestia mal disimulada; tan transparente, no puede evitar enseñarle a todo el mundo lo que piensa y ese es su mayor defecto.

“Tú serás el único que salte como una chica asustada, la mitad de las novelas que escribe Akihiko son de terror” La sangre me ardió con cólera al escuchar el nombre de ese sujeto, presioné mi mandíbula tensando mis músculos por la rabia; fue como sí una viscosa mano me abofeteara en el rostro dejando su marca; frustrante y asqueroso al mismo tiempo.

“Este es nuestro momento de pareja” Bramé con poderío levantándome para cerrar las cortinas del departamento y sumergirnos en la oscuridad “Tienes ese nombre vetado en tu lenguaje” Bufé apretando el control remoto para poner la película más aterradora que había en la lista del canal.

“Pero tú sí puedes mencionarla a ella” Se quejó tratando de apartarse en el diminuto sofá.

“Yo no la he mencionado” Tomé con poderío su cintura para abrazarlo sin comprender el motivo de mi enfado “Ahora eres mío Ritsu, ni si quiera te atrevas a pensar en alguien que no sea yo” Acerque mi rostro al suyo para perderme en esas hermosas orbes verdes cuyas expresiones y temores no he podido dejar de leer.

“Posesivo” Bramó permitiendo que lo acomodara sobre mi pecho.

“Solo para ti cariño” Mordí su oreja provocando que se estremeciera entre mis manos y se acurrucara en mi pecho.

Aunque yo escogí la película no le preste atención al tenerlo entre mis brazos; me gustaba estar de esta manera, sin nada más que nosotros dos bañados por una densa oscuridad y el sonido de su respiración opacando los subtítulos de la televisión.

Cada una de sus expresiones las absorbí e hice mía; como abría los labios cuando estaba expectante en el film, la poco sutil manera en que cerraba los ojos cuando las cosas le daban miedo, la repentina dependencia con la que me abrazaba y la manera calmada en que se llevaba la mano hacia pecho al saber que el protagonista estaba bien; no pensé que un hombre me pudiera gustar de esta forma.

No puedo evitar enfurecerme cuando menciona a Usami porque Ritsu es mi juego, es mi pareja de despecho, su dulzura solamente la debo profanar yo, sus enfados, sus gruñidos, su recio carácter y su timidez repentina a la hora de las caricias, esas cosas de las que exijo ser el único espectador, las mentiras que sé que se tendrán que romper en un par de semanas cuando nos presenten a los demás; codicio que esta sentencia sea solo mía.

Una chica tierna, linda y amable, eso me parece el contrario de lo que es Onodera y es lo que me llama la atención, porque aunque las cosas fracasen con Erika me siento ansioso por conocer a una mujer así para que mi novia reaccioné y vea que me puede perder.

“Allí viene” Musito el castaño absorto en la cinta, cubriéndose con fuerza los ojos.

“No hay nada más que un cuarto oscuro, no seas miedoso” Me burlé con una sonrisa socarrona prestándole atención al film.

“El ambiente te lo dice todo” Después de que el castaño dijera eso la protagonista comenzó a buscar a sus amigos en una habitación a oscuras, la música se hizo más fuerte y rápida, un intenso latir se escuchaba de fondo, cuando ella se dio vueltas tragué con dificultad para observar que no había nada.

“¿Ves? Eres un” No pude terminar ante el satánico grito que se auscultó en la película y la desgarradora muerte de la chica, tanto el castaño como yo arrojamos quejidos incoherentes y buscamos los brazos del otro con pavor como sí así nos pudiéramos proteger.

“¡Te lo dije!” Me reclamo hundiéndose en mi pecho, consintiendo que aspirará el sensual aroma de su cuello y tocara sus hombros desnudos tratando de ser cubiertos por mi gigantesca camisa.

“Te concedo la razón” Proclame relajándome al tenerlo cerca, apreciando como un intenso golpeteo resonaba dentro de mi pecho.

“Al final tú acabaste siendo el único” Él silencio sus palabras al percatarse de nuestra comprometedora posición “¿Takano?” Me incline lentamente sobre él ignorando los gritos que se escuchaban de fondo en la película.

Pronto Ritsu se encontraba recostado sobre los cojines del sillón haciéndome un espacio entre sus piernas al apoyarlas alrededor de mi cadera, nuestras bocas se estaban devorando como sí separarse implicara una dolorosa agonía; mi corazón se comprimió de extrañas maneras que me negué a comprender.

Mis labios probaban con ansias los suyos, sus manos se encontraban aferradas en mi espalda con fuerza, las mías recorrían con lujuria esas piernas que lucía con descaro al frente de este tentado esclavo; ambas respiraciones chocaban creando una deliciosa esencia.

El castaño electrizaba cada uno de mis músculos con sus dedos, mi mente codiciaba robarle hasta el último aliento con mis agitados movimientos de lengua, mi saliva se había impregnado en su cavidad mientras lo desafiaba en un intenso baile.

“Takano” Jadeó con los ojos aun cerrados, llevé mi boca a su cuello rozando su piel de manera superficial, deleitándome con esas sensuales expresiones.

“Ritsu yo” No pude acabar con mis palabras ante el estruendoso sonido de mi alarma advirtiéndome que iba tarde a mi cita, el castaño alzó los parpados con curiosidad apoyando sus codos sobre el brazo del sofá.

“¿Quién es?” Me pregunto con ingenuidad reflejando en sus muecas molestia por la interrupción.

“Tengo que irme” Balbuceé regresando a mí mismo para pararme con poderío y dirigirme hacia la puerta “Tengo un compromiso”

“¿El compromiso tiene que ver con Erika?” Me di vuelta sorprendido por el ingenio en sus frases para encontrarlo parado con una rígida posición de desaprobación “¡Te estas yendo con ella!” Gritó con frustración cerrando los puños.

“No” Mentí mirándolo a los ojos sin sentir remordimiento alguno “Voy a tratar de solucionar las cosas en el trabajo”

“No me creas imbécil” Bramó acercándose hasta la puerta para darme un débil golpe en el pecho “¿Crees que no te escuche por teléfono?” Su agresivo tono se rebajó a un dolido quejido con una expresión que estremeció mi alma “Sí te vas a ir al menos dime la verdad” Su nuca descendió al igual que mi orgullo.

“Me voy a ir con Erika para que arreglemos las cosas y volvamos” Aunque no me miro pude apreciar como sus dientes deformaban su expresión.

“¿No se supone que la tratas de olvidar?” Me recriminó con furia “¿Cómo puedes pensar en volver con alguien así? Ella no te va a dar lo que necesitas”

“Eso lo voy a decidir yo” El castaño no me permitió darme vueltas al agarrar la manga de mi camisa con sus temblorosas manos.

“¿Y qué hay de mí Takano?” Quede sin aire ante la hermosa manera en que sus ojos se cristalizaban “¿Qué hay de mí?”

“Eres un despecho” No valía la pena adornar mis emociones con mentiras “Eres el reemplazo que tengo de Erika” El más bajo desbordo aflicción en un silencioso tacto de culpa que se daban nuestros ojos “Lo siento si pensaste que era algo más”

“¿Solo un juego?” Me pregunto apretando con más fuerza su agarre “¿Estás seguro de eso?”

“Sí, solo una diversión” No vacile al responder pero no me atreví a confrontarlo al saber que en mi cara estaban tatuadas mis emociones con escarlata.

“Entonces juega bien” Me desafío alzándose en la punta de sus pies para devorar una vez más mis labios.

Con sorpresa al no poder soportar su peso golpeé la puerta de la salida con mi espalda, traté de separarme para dejar esta idiotez del despecho al apoyar mis manos en sus hombros, sin embargo, mis labios comenzando a responder ese beso me escogieron traicionar para enloquecer con él.

Mis ojos se cerraron, con dominio empecé a manejar las caricias eléctricas entre ambos; mis manos descendieron hasta su trasero para apretarlo “Sube las piernas” Le pedí con la estática asfixiándonos, el castaño obedeció enrollando sus piernas en mi cintura.

Sin separarnos lo guié hasta la cama de nuestra habitación en donde lo deposité provocando que el colchón rechinará; sus dedos se habían aferrado a mis cabellos, los míos recorrían cada curva de ese masculino cuerpo, no pude evitar mi caída, desde el primer beso que intercambiamos ya estaba condenado por esos dulces labios de tentación.

“¿Tanto quieres que me quede a tu lado Ritsu?” Le pregunte cuando nos separamos y pude apreciar un hermoso brillo en esos jades “¿Tan desesperado estas porque me quede?”

“Sí” Mis músculos vibraron ante esa inesperada respuesta “Te pedí que no me abandonaras Takano, no lo hagas”

“Entonces atente a las consecuencias de quedarte conmigo” Susurré en su oreja provocando que se estremeciera para robarme la inocencia de ese chico.

Sus cálidos y húmedos labios fueron mi refugio, su suave y blanco cuerpo el pecado al que me deseaba someter con un par de eléctricos tactos, mi respiración se comenzó a agitar con la cercanía que teníamos Ritsu y yo, el calor se hizo presente en cada uno de mis músculos mientras robaba el sabor de su boca.

Sus manos comenzaron a desabrochar mi camisa enseñándome la realidad de esto, la sangre me calcinaba la piel mientras me deleitaba con ese vicioso sabor dulce que él me ofrecía; con la pólvora de mis deseos encendida ingresé mi lengua en su cavidad repasando con esta sus dientes, envolviéndome en su deliciosa saliva, fundiéndonos en el infierno.

Un pequeño gemido murió en su garganta, el sonido de nuestro frenético vaivén acompañado del caer de mi ropa era lo único que se escuchaba en aquella habitación; Ritsu con nervios trataba de responder al beso jugando con mi lengua en un lascivo encuentro.

Con una dolorosa presión en el pecho me comencé a separar del castaño para grabar esa expresión en mis memorias; sus ojos se encontraban entreabiertos por culpa del placer resaltando la ingenuidad en su mirada y sus labios estaban hinchados por esos posesivos besos; era una imagen perfecta.

“¿Dónde quieres que te toque?” Le pregunte con malicia esperando que cooperara.

“¿Vas a seguir con eso Takano?” Me mordí la boca reprimiendo una risilla para descender hasta su cuello y lamerlo de forma necesitada.

Mi lengua se paseó por esa piel provocando que el castaño temblará ligeramente y su pecho se levantará con intensidad; con mis dientes roce esa tentadora zona electrizando el ambiente entre nosotros para morderlo, con mi boca me dedique a succionar su carne y saborearla con una lujuria que desconocía, con un lado salvaje que había estado reprimido.

Usualmente me consideraba como una persona recatada y respetuosa, sin embargo, quería corroer a ese castaño, marcarlo, hacerlo enloquecer hasta que no supiera más que mi nombre, deseaba poseerlo y encerrarlo en esta perdición.

Tiré de su piel hasta que esta se tiño de granate, sus manos habían descendido hacia mi pantalón intentando con torpeza quitarme la hebilla del cinturón; sus ojos se habían cerrado con potencia por culpa de la vergüenza mientras sus orejas enrojecían.

Continúe con un camino de húmedos besos por todo su abdomen abriendo los molestos botones de mi camisa robada, me detuve al apreciar sus pezones sin estar seguro de como continuar, el más bajo alzó los parpados para contemplarme nublado por el placer con las manos aferradas a las sabanas esperando mi siguiente movimiento.

Con mis dedos comencé a estimular sus pezones escuchando un lascivo jadeo de su garganta; un gemido que me excitó y provocó que una poderosa presión naciera en mi entrepierna, cegado por el vicio empecé retorcer con mis dedos esos botones memorizando las reacciones de mi pareja con expectación.

Mordí cada uno de sus pezones provocando que frunciera el ceño, con mi lengua descendí por todo su abdomen deteniéndome en su bóxer el cual parecía bastante necesitado, Ritsu suspiro tragando con dificultad para meter su mano en mi pantalón logrando que un escalofrió recorriera mis sentidos.

Sus dedos masajearon la punta de mi miembro hasta la base, su mano masturbándome enardecía mi piel y absorbía cada una de mis emociones; arrojando la vergüenza fuera de mí metí mi mano a su ropa interior para comenzar a estimular su hombría con rápidos movimientos.

“T…Takano” Ese gemido solo me incito a aumentar la velocidad del vaivén, podía apreciar como su excitada hombría crecía en mi mano mientras sus dedos calcinaban todo lo que conocía.

El calor domino el ambiente, un poco de sudor se hizo presente en mi frente, el éxtasis estaba al límite, nuevamente devoré esos adictivos labios para perdernos en una lenta y satisfactoria muerte de gozo.

Una corriente eléctrica azotó mis sentidos ante los rápidos movimientos del más bajo; el castaño clavó la mano que tenía libre en mi hombro antes de soltar mis labios, echar el cuello para atrás y jadear con fuerza para correrse en mi mano.

“Yo” Musito con el rostro ardiendo y la respiración agitada.

“Quiero tenerte hasta el final” Le ordené mordiendo su oreja “Dime que es lo que tengo que hacer ahora Ritsu”

“¡Maldición!” Masculló entre dientes nervioso “Solo trata de no mirarme porque me da pena” Fue lo que me dijo antes de apartarse con la cama y cortar el contacto entre nuestros cuerpo dejándome con una notoria erección.

El castaño debajo de mi atenta mirada se recostó en una de las orillas de la cama con las piernas separadas; presionó con fuerza sus parpados para llevarse una de sus manos hasta sus labios y comenzar a lamer sus dedos.

“¿Pero qué?” No pude terminar de hablar al haber quedado hipnotizado con esos eróticos movimientos.

El rostro de Ritsu se había encendido de un potente carmín, su respiración se notaba acelerada, una capa de sudor adornaba su piel mientras continuaba jugando con sus dedos en su boca; después de un tortuoso momento eterno en el infierno él libero su mano para llevar uno de sus dígitos hasta su entrada y meterlo.

“Duele” Suspiro con cautivador tono de voz; sus piernas habían comenzado a temblar, su cuerpo se retorcía en el placer, se había mordido su hinchado labio para callar esos cautivadores gemidos que escapaban de su garganta.

Un potente dolor en mi hombría me hizo percatarme de lo excitado que me tenía esa imagen, el castaño continuo metiendo un par de dedos en su interior sin dignarse a devolverme la mirada, consintiendo que el sudor descendiera por toda esa fina piel que me pertenecía; él era el cuadro más sensual que había visto.

“Basta” Gruñí antes de arrojarme arriba de Ritsu y detener sus movimientos, el más bajo me miro confundido robándome el aliento con esas exóticas orbes “Quiero ser el único que te cause esa clase de expresiones” Mis frases solo consiguieron que su embriagante aliento chocará con mi cuello incitándome a poseerlo.

Separé sus piernas mordiendo sus muslos para apreciar su palpitante y dilatada entrada; con dominio apoyé mi erecto miembro en esta para ingresar con lentitud, no pude evitar dejar escapar un suspiro ante la exquisita y embriagadora presión que él me ofrecía.

“M…Muy estrecho” Jadeé como un animal para volver a devorar ese cuello y comenzar con ese acalorado vaivén entre nuestros cuerpos.

El más bajo enterró sus uñas en mi espalda mientras las estocadas comenzaban a provocar que el colchón se moviera, sus jadeos eran lo que llenaba la habitación, mi lengua hambrienta recorría cada parte de él para marcarlo como mío.

La electricidad había consumido el acto con un infernal calor; su aliento acariciaba mi rostro, mi vientre hormigueaba, mi cara me quemaba, mis manos presionaban sus caderas en busca de más, ansiando fundirse con él y borrar rastro de lo demás, mi corazón golpeaba con fuerza mi pecho ante las codicias.

“Más despacio” Musito incrustando con poderío sus uñas; me separé de su cuello para apreciar su rostro y detener mis movimientos.

Él tenía los cabellos completamente revueltos pegados en su frente, sus ojos abiertos adornados por un par de lágrimas; sus labios temblorosos, algo en mi interior se estremeció con esa imagen, lo único que pude hacer fue besar sus mejillas, su frente, su nariz en busca de que se relajara.

Con movimientos más lentos y delicados continúe con las embestidas robándome el aire de esos labios, esta vez el castaño ansioso respondió a mis acciones enrollando en mis caderas sus piernas para lograr más profundidad.

Rasgúñame, porque lo quiero todo de ti, bésame para que la sincronía de nuestros cuerpos nos sentencié, di mi nombre y hazme enloquecer, hazme saber lo que es sentirse amado en este desenfrenado vaivén; fue lo que mis labios intentaron trasmitir con sus hambrientos movimientos posesivos.

La electricidad nos consumió, con mi otra mano había empezado a masturbar el erecto miembro de Ritsu recorriendo esa caliente y palpitante piel con malicia, los poros se me habían erizado con la rapidez de mis movimientos, la presión en mi hombría era cada vez más insoportable e irónicamente adictiva.

El castaño tomó mis pómulos con sus suaves palmas antes de derramar agotado su esencia en mi mano, aumente la velocidad de mis estocadas al percibir esa ensordecedora presión torturarme; pronto una tibia, electrizante y deliciosa sensación llenó mis sentidos embriagándome de una pasión que no comprendía.

Finalmente el calor, la tensión y el excitante retrato de mi acompañante fueron mucho para mi razón y acabé por derramar mi esencia en su interior para después reposar en su hombro, ambos teníamos las respiraciones agitadas y mi corazón parecía amenazar con escapar de mi alma.

Para mi sorpresa el más bajo me abrazó acunándome en su pecho, pude escuchar la increíble velocidad de su latir antes de que él nos recostara a ambos agotados en las sabanas; con lentitud y de mala gana salí de su interior para apoyar mis brazos en su vientre lleno de marcas que miré con orgullo y entablar tacto visual.

“¿Cómo estuvo?” No pude evitar preguntarle ante las ansias por ser el único en sus pensamientos.

“Fue” Sus palabras se detuvieron para observarme con una calidez que electrizo cada uno de mis sentidos “Diferente a lo que pensé”

“¿Eso qué significa?” Él se inclinó para depositar un infantil beso sobre mi frente y consentir que apoyará mi cabeza en su pecho como el amante ansioso que era.

“Fue inolvidable” Musito cubriendo un pequeño bostezo con su mano; cerrando con lentitud sus largas pestañas para descansar sobre la almohada.

Arrojé un suspiro iluso despegando esos cabellos de su frente para besar de manera superficial sus labios, temiendo que este despecho se convirtiera en codicia.

Notas finales:

Muchos querian saber que pasaba con Erika y me imagino que tambien quedaron confundidos por el cambio.

Erika si quiere a Takano pero rompio porque se asfixio en esa relacion, ahora esta pensando que deben volver porque le entro la culpa, sabe que Takano perdio su trabajo por la ruptura, que se ha descuidado, anda de desaparecido y piensa que esa es la manera de arreglarlo.

Bueno saliendo de eso ya lo hicieron! Jaja perdón si no quedo bien, juro que fue la cosa más complicada hacer un seme inexperto y me mate de verguenza escribiendo a Ritsu de esa manera, pero para el castaño fue especial.

Espero que les haya gustado, ojala comenten y mil gracias por leer <3 <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).