Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El juego del despecho por Chiaki28

[Reviews - 173]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos!! *-*

Les traje la actualizacion de la noche un poco más temprano, espero que les sea de su agrado!

Tori regañona es para ti

 

Takano Pov

Me he vuelto un posesivo obsesivo con ese castaño, un demente quien codicia que sus pensamientos solo se centren en mis ojos, un ególatra que ansía convertirse en las manchas de  su cielo roto y en el fuego vivo de ese candente infierno, un vil cobarde quien huye cuando el arma ya ha sido disparada por sus propias manos ensangrentadas.

Este despecho que llevamos está subiendo a una insoportable intensidad con las feroces miradas que entrelazamos y los húmedos besos en los que nos ahogamos, esa mísera relación sin importancia es la que está tomando el dominio de mis palabras y apropiándose de mis sentimientos, puedo sentir el dolor de la caída que tendrá nuestra utopía y el ardor de las lágrimas que ambos derramaremos, puedo contemplar el trágico final al que estamos destinados; soy quien toca la puerta a ese umbral.

No quiero que ese chico se torne más importante de lo que ya es, no puedo permitir que Ritsu utilice un rol protagónico en mi obra de falsedades; debo ser capaz de manejar esto antes de que mi irracional corazón me condené con una silenciosa traición.

Suspiré presionando mis pestañas con angustia, apoyando ambos codos en la rustica mesa de madera que tenía al frente para recorrer ansioso el local de café en el que me encontraba sin poder hallar a la persona que había citado; deseando que su presencia detuviera estos pensamientos.

Si no fuera por él las cosas con Erika se habrían arreglado, esa preciosa chica de carnosos labios y despampanante figura habría caído a los pies de este encantador farsante para propiciarle la seguridad por la que tanto suplicaba, si Ritsu me hubiera permitido irme con ella quizás estaría sobre su regazo consintiendo que sus finas y pequeñas manos revolvieran mi cabello electrizando hasta el último poro de mi piel y robándome el aliento hasta enloquecer.

“¿Sabes cuantas horas te estuve esperando Masamune?” Si tan solo hubiera actuado de otra manera con ellos dos.

“Hasta el mesero se rio porque mi cita jamás llego, ¿Cómo puedes ser tan inconsciente? ¿Cómo te atreves a llamarme ahora? ¡Desconsiderado!”  Sí lo hubiera rechazado a él me habría evitado este trágico final y en lugar del villano sería el héroe de esta polvorienta historia.

Sí tuviste algo más interesante me pudiste haber cancelado, ya no te puedo tomar enserio, ¿Cómo quieres que volvamos a estar juntos si sigues siendo un niño?”  Sí hubiera sido capaz de frenar a ese castaño con sus temblorosos y cálidos brazos la habría recuperado a ella y ese cínico amor; pero ya no sé si es lo que ansió.

Esa noche desbordante de pasión, sexo, sudor, cuando pude escuchar sus jadeos con su lasciva voz y ver como su cuerpo se retorcía en mi nombre no la he podido olvidar y unas enfermizas ganas de poseerlo se han apoderado de mí, él es realmente lindo, me seduce sin percatarse, me enloquece, está derrumbando todo lo que soy y eso es lo que me aterra.

“Masamune” Ya no soy tan fuerte como para soportar dos veces la misma caída, por eso prefiero huir del amor.

“Shinobu” Mi vista se alzó al escuchar la aniñada y divertida voz del más bajo, una tonta sonrisa desbordante de confianza fue intercambiada en ese pequeño local antes de que él tomara asiento al frente mío en la butaca contraria.

“Fue una sorpresa que me buscaras para tomar café” Bromeo alzando una ceja, llamando al mesero con un torpe gesto de manos “Solo hablamos en estos lugares cuando se tratan de temas serios, me pusiste un poco nervioso con la invitación” Yo también estaba siendo carcomido por la aflicción, porque mis manos aun sostenían el arma con la que podía devastar este frágil y destrozado corazón.

“¿Qué les puedo ofrecer para servir?” El de hebras rubias le sonrió con galantería a la tímida chica con la libreta tiritando entre las manos consiguiendo que un pequeño sonrojo se formara en sus mejillas.

“Dos capuchinos cargados” No objete, él conocía mis gustos “Eso es todo lo que queremos” La muchacha se inclinó antes de regresar a la cocina para pasar el pedido “Ahora sí Masamune ¿Qué quieres?” Mi piel se erizo por la seriedad que había adquirido su tono.

“Necesito preguntarte sobre esas parejas post-despecho que nos has conseguido” Sus ojos brillaron con intensidad, una irónica mueca se posó sobre sus labios; él me absorbió con esa expresión como un animal hambriento y yo no corrí “No es que me interese pero ya es un fastidio”

“No te diré quienes son sí es a lo que tratas de llegar” Me advirtió con una impropia angustia sin romper ese denso tacto visual.

“Sí tú dijiste que no los conoceríamos” Baje la cabeza y apreté mis pantalones sobre las rodillas con la cólera en las venas y el asco impregnado en la garganta “Que cuando los fuéramos a conocer ellos seguirían siendo extraños para nosotros ¿Porque diablos ese estúpido admirador le sigue mandando cartas a Ritsu?” El más bajo ladeó la cabeza y parpadeó confundido abriendo y cerrando los labios sin responderme permitiendo que la incertidumbre me carcomiera.

“No sé de qué hablas” Se defendió tensando su postura, buscando con su aguda mirada alguna verdad escrita en mis orbes con escarlata “Masamune fue una carta y ya, el chico me rogó conocer a Ritsu, supéralo” Pero no había sido una carta y ya.

Desde que ese sujeto se hizo presente en la vida de mi despecho le ha mandado un ostentoso regalo a diario robándome las emociones que me corresponden por derecho, llenándolo de una vida que yo codiciaba succionar con un toxico amor en el que la dependencia se convertiría en nuestro Dios.

Desde esa primera carta he tenido que aceptar que no soy nadie especial en su historia; ese fino y delicado cuerpo no me pertenece, esos labios de adicción y vicio me han sido usurpados, esas lindas y tontas expresiones a las que me he vuelto drogadicto están siendo quemadas para alguien más, me cuesta aceptar esto porque pretendo que él es mío; desde la primera mirada que entablamos Ritsu me perteneció.

“Sigue fastidiando” Gruñí con recelo.

“¿Qué?” La sorpresa se grabó en sus infantiles rasgos, ni siquiera la chica trayendo el café nerviosa lo pudo regresar a la realidad “¿Sigue enviando cosas?”

“Sí” Brame con hastío tomando la taza de porcelana blanca entre mis manos para beber el contenido “Ese maldito se manifiesta cada vez que puede” La estruendosa risa del rubio me enfureció encendiendo hasta mi último nervio como una potente bomba de tiempo.

“Yo no tengo nada que ver en eso, lo lamento” Se excusó relajando sus hombros “Es cierto, ese hombre me pidió que le entregará la primera carta pero de ahí no hice más, supongo que él consiguió su dirección por otro medio” La melancolía desbordo mientras él sostenían la taza sumido en un mar de confusión del que no lo podía rescatar “No me extrañaría, él tiene muchos contactos”

“¿Y porque mi despecho no se ha hecho presente?” Farfullé cruzando mis brazos sobre mi pecho “Estas teniendo una clara preferencia por ese terco” Pude percibir como mi rostro hormigueo por culpa de esa insinuativa mirada.

“¿Estas celoso?” Me pregunto divertido alzando una ceja.

“Claro que no” Aunque mis palabras deseaban sonar como una imponente queja tan solo escaparon de mi boca como un débil murmullo.

“Sí estas celoso” Confirmo satisfecho tomando un sorbo del caliente y amargo café “Aunque no comprendo sí es porque también quieres atención de tu futura novia o le has tomado cariño a Ritsu y te acabo gustando”

“Él no me gusta” Le rebatí con la terquedad siendo vestida como armadura y las defensas rodeándome cual espina “Por su culpa perdí una cita con Erika” Lamente esas frases cuando el tierno ambiente falleció entre mis dedos y sus cejas se fruncieron.

“¿Una cita con quién?” Me pregunto incrédulo deteniendo cada uno de sus movimientos para humillarme con esa decepción ardiendo “¿Con Erika?” Se respondió a sí mismo con nauseas.

“Ella quería arreglar las cosas, estaba ansiosa porque nos juntaríamos en nuestro lugar para volver a ser un perfecto noviazgo” El más bajo apretó sus puños con impotencia, se mordió el labio con una frustración que no comprendí, y golpeo el suelo con sus gastadas zapatillas deportivas como un patético intento por disipar la tensión; lo había enfadado.

“Ella es una chica venenosa Masamune ¿Cuántas veces te lo tengo que decir para que entré en esa cabezota tuya?” Como si leyera las respuestas que se habían grabado en mi mente me contradijo “No me vengas con esas cursis frases que usas para protegerla, ella es una mala persona, te utilizo como se le dio la gana sabiendo lo enamorado que estabas, tú cumpliste cada uno de sus caprichos y ella jamás los valoró” Su aliento me golpeo “Cuando más apoyo necesitaste ella huyó” Cada una de esas palabras era como una daga en mi expuesto pecho.

“No cuentes la historia a tu conveniencia” Sus manos tomando las mías sobre la mesa me desarmaron.

“Le has dado mucho alguien que nunca lo va a valorar” Ya detén esto “¿Por qué no en vez de hacerte daño al buscarla le entregas ese amor a alguien más?” Ya para con esta demencia antes de que me destroce.

“¿A quién Shinobu?” Farfullé con un llanto reprimido “¿En quién mierda puedo desahogar todas estas emociones?”

“En tu lindo despecho idiota” Apenas esa verdad fue pronunciada el castaño inundo mi mente con cada una de sus acciones y sus absurdas mentiras “Si están jugando esto es para evitar este tipo de situaciones”

“Pero Ritsu es” Especial, es mi nueva obsesión, una adicción, una manía, con quien me encanta despertar abrazado, al chico que deseo robar para que nunca nadie más le haga daño, un deseo obsesivo del que mártir me he transformado “Él no tiene importancia” Conteste en su lugar sin desear que lo nuestro se volviera real.

“Síguetelo repitiendo a ver si te lo tragas” Sus aniñadas facciones parecieron envejecer al igual que su iluminada mirada gris “¿Qué ganas con engañarte de esa manera?”

“¿Engañarme?” Si acepto en voz alta las pasiones que están aflorando por ese chico lo nuestro se convertirá en algo sólido, en un nuevo romance tortuoso sin red, en un vicioso más allá de una noche, si me permito decir esas palabras estaré perdido por Onodera como ese idiota de falsas letras doradas “Ritsu no tiene ninguna importancia, solo me causa lastima con lo pegado que esta con Usami”

“Bien, si tú lo dices no me queda más opción que rendirme” Él pasó la saliva con fuerza “No te conozco tan bien como creía”

Ya no pudimos intercambiar otra frase, tan solo nos limitamos a beber ese amargo líquido que yacía en las tazas y a toser incómodos expresando lo desesperados que nos encontrábamos en esos momentos, con cada sorbo de esa bebida el estómago me golpeaba con asco y la cabeza me azotaba con remordimiento.

El abrazarlo en la ducha, ansiar marcar su piel con mis dientes para que nadie se le acercará, pensar en esas esmeraldas todo el maldito día, buscar un empleo a sus espaldas para que se pueda sentir orgulloso, sé lo que es, tengo el conocimiento para llamar a esa emoción con solidas palabras aterrizadas, sin embargo, mientras me siga repitiendo a mí mismo que lo que nace entre nosotros no es amor no pasara más allá del sexo; lamento estarlo lastimando pero ya no me volveré exponer.

“Me debería devolver a mi casa tengo mucha tarea de la universidad” El incómodo balbucear del rubio capto mi atención, pude apreciar como sus ojos me esquivaban con timidez y sus labios eran presionados entre sí; era tan transparente esa mentira, tan solo deseaba correr de este monstruo impregnado de hipocresía.

“Deberías” Escogí seguirle ese tonto juego “De seguro Miyagi está muy preocupado” Esperé que sus mejillas se ruborizaran con fuerza y sus cejas se arquearan con su típica terquedad para recibir una traviesa sonrisa divertida y una mirada desbordante de poder.

“Lo había olvidado” Él se levantó de la silla “Hable con mi novio sobre tu penosa y patética situación laboral” Mis músculos se tensaron con ira ante esa traición “Él al ser el jefe de su departamento se puede permitir recomendarle al director los subordinados que le gustaría tener y aprobaron la solicitud que yo hice para ti”

“No necesito de tu compasión” Me queje levantándome a la defensiva en plena explosión “No eres mi madre para andarme vigilando todo el día Shinobu, no te metas con quien salgo ni lo que hago, es un falta de respeto que escojas por mí” Aunque su rostro no cambio ni su postura flagelo el ritmo de su respiración descendió enseñándome la cólera que se esmeraba en maquillar.

“A veces eres tan malagradecido” Me rebatió con un nudo en la garganta frenando sus impulsos “No puedo creer que me digas esto después de lo que hice por ti”

“Mantente al margue de mi despecho, de mi enamoramiento con Erika y mi vida laboral, yo no soy como Miyagi, no tenemos las mismas aspiraciones ni me vas a manipular” Él sacó del bolsillo de su pantalón un par de billetes que arrojo con desdén sobre la mesa “Ni necesito de tu puta caridad”

“Si me meto es porque no eres capaz de cuidarte solo” Me rebatió con la frustración goteando en su voz “Aun sigues siendo el niño llorón que conocí, no eres capaz de tomar una decisión y luego afrontarla, no eres tan hombre como para arriesgarte y luego le hechas la culpa a los demás de tus problemas” Me mordí el labio callando mis iracundos insultos por las curiosas miradas de los demás en el café.

“Ni siquiera sabes de lo que estas” Él me silencio con su imponente tono y gélida mirada.

“Deberías considerar ese puesto aunque sea para no morirte de hambre” Mi piel se erizo “Quizás te guste” Su histérica risa no ayudo “Después de todo es la misma empresa en donde trabaja Ritsu,  el chico que no tiene una mínima importancia en tu vida pero con quien igual te diviertes” El aire se me fue de los pulmones ante los pecaminosos pensamientos que él provoco “Que bueno que no sientes nada hipócrita” Gruño con sarcasmo antes de darme la espalda y desaparecer.

Tan solo me pude encoger con vergüenza delante de los demás clientes y salir corriendo en dirección a mi apartamento considerando por culpa del orgullo esa pretenciosa propuesta; trabajar con Ritsu, verlo todo el día, protegerlo de su anterior pareja, ser quien lo llené en sus mañanas, ganarme su admiración en otras áreas.

Mis pies frenaron su trotar para que me llevara la mano hacia mis labios “¿Cuando?” Me pregunte nervioso “¿Comencé a sonreír por él?” Un intenso golpetear en mi pecho se hizo presente ante este pensamiento sabiendo que ni siquiera por esa perfecta muchacha de cabello ondulado me había profesado tan atontado y extasiado.

Negué con la cabeza antes de continuar con mi camino, permití que el frío aire azotara mis cabellos hasta despeinarlos y las demás personas me empujaran en los costados de la vereda al correr a prisa hacia sus trabajos; sí permito que él se torne más importante, sí Ritsu usa un papel protagónico y me absorbe, sí él me hipnotiza perderé, seré un patético perdedor cuyas lágrimas fueron derramadas en vano, esto es solo atracción, necesito frenarlo; estoy solo experimentando con un hombre, desahogándome en el placer y ya.

“Buenos días” Ignoré el amable saludo de la recepcionista al llegar a ese elegante edificio en donde me he acostumbrado a vivir, con el alma pesada con las cadenas de plomo ingresé al elevador, marque mi piso para golpearme las mejillas con frustración, porque en esas transparentes paredes brillantes podía apreciar esa tonta expresión.

Al salir del ascensor mi mundo se devasto; cada una de mis venas ardió con cólera, las manos se me convirtieron en puño, las cejas arqueadas, los músculos clavándome como si fueran diminutas agujas, todo a mí alrededor de desmoronó por culpa de sus ojos violetas.

“¿Qué quieres acá?” Le pregunte con los brazos cruzados impidiéndole el paso a nuestro apartamento “No eres muy bienvenido”

“Ver a Ritsu” Contesto aburrido apoyándose en la pared al frente de nuestro hogar “Como me ha evitado en el trabajo no me quedo más remedio que venir a hablar con él”

“¿Cómo puedes ser tan bruto?” Lo rete con rabia captando su atención “Deja de buscarlo, le estás haciendo daño”

“Nosotros hemos sido amigos por años, no lo puedo dejar, necesito tenerlo de regreso, los tres podemos pretender y ya” ¿Cómo diablos alguien puede ser tan egoísta? ¿Cómo tiene la consciencia para pronunciar esas frases tan despreocupadamente? Él lo lastimo, sus lágrimas, sus miedos, sus sueños rotos, él los provoco, él lo hirió y yo jamás se lo perdonaré.

“Te daré tres segundos para que te largues” Antes de que él pudiera reaccionar tenía el cuello de su camisa sujeto en contra de la pared gruñendo sobre su cara “Si fuiste un cobarde para huir de sus emociones no lo sigas buscando ahora” Nuestras miradas se fundieron “¡Ególatra!” Sus cejas se arquearon, sus manos tomaron mis hombros apartándome.

“¿Quién te crees para hablarme de esa manera?” Me rebatió con su asqueroso aliento a tabaco golpeando mi nariz “Escucha niño bonito no me interesa que seas de Ritsu ahora, no interferirás con esto, él es mi amigo”

“Soy la persona que lo cuido cuando tú lo botaste como si fuera desechable, soy el hombre que lo levanto cuando tú lo abandonaste para irte con ese amorcito tuyo” Mis uñas se incrustaron en mi palma de la rabia “Sí tanto te importa lárgate y nunca regreses”

“Él solo necesitaba tiempo para comprender que eso no funcionaría” Farfullo intentando empujarme en vano “A diferencia tuya él si es un adulto, es capaz de comprender las razones que tuve para actuar”

“Que ridículo” Mi sarcástica risa lo irrito “Sí te comportaras como un adulto tú sabrías ponerte en su lugar”

“Me puedo poner en su posición” Gruño “Por eso sé que también necesita de mi apoyo, jamás nos habíamos separado tanto tiempo y Misaki ya sospecha algo”

“¿Akihiko?” Me paralice ante su dulce tono de voz, mi mirada con pánico busco a la suya para encontrar a esos hermosos ojos inundados por la melancolía y la desesperanza.

“Así que sigues viviendo acá” Se mofó el más alto ignorándome para caminar hacia las afueras del ascensor en donde el castaño se negaba a salir “Ha sido un largo tiempo”

“Sí” Presione mi mandíbula hasta que la cabeza me crujió al ver como su nuca se agachaba hacia el piso y se limitaba a seguir ordenes caminando hacia su sentencia con la venda.

“Vine a arreglar lo que pasó entre nosotros” La mirada de mi castaño se elevó temerosa “Supongo que deberíamos haber tenido esa conversación hace varias semanas”

“Necesitaba tiempo para comprenderlo” Pude percibir como mi pecho se desgarro cuando esas toxicas y asquerosas manos se posaron sobre su hombro consiguiendo que ese lindo sonrojo se hiciera presente en sus mejillas.

“¡No lo toques!” Grite a la defensiva escondiendo al más bajo detrás de mi espalda, construyendo un impenetrable muro en donde ese petulante no podía cruzar “No te atrevas a volverlo a tocar”

“Takano” Mi piel se erizo ante la dulzura en sus frases “¿Qué estas tratando de hacer al interferir? Él y yo necesitamos hablar, también me gustaría retomar amistad” Tan solo lo ignore como si pretendiera ser el príncipe en mi cuento de hadas.

“Ya me tienes aburrido” Protesto el de cabellos plateados forzando la mandíbula “Ve a montar tu actuación de celos a otro lugar nosotros dos de verdad tenemos cosas importantes de las que hablar” Me paré con determinación al frente de Usami con las manos apoyada en las cadera y una expresión desbordante de odio e indiferencia escurriendo en mi mirada.

“¿Acaso se te acabaron otra vez las camisas?” Lo interrogue recordando su primera intromisión “¿Qué excusa de mierda vas a utilizar esta ves para hacerle daño? ¿Qué mentiras le vas a decir para  mantenerlo a tu lado?” Sus ojos se oscurecieron, sus labios se deformaron, su postura descendió por culpa de las cadenas en sus manos.

“Sabía que te conocía” Refunfuño con orgullo “Eres el metiche que estaba en la casa de Ritsu cuando trate de hablar con él por primera vez” Su irónica risa heló mi sangre “¿Qué quieres con él? ¿También buscas una relación con ventaja?” Me  volteé para estrellarme con la dolida mirada del castaño quien tenía el valor destrozado junto con sus descalzos pies sosteniendo ese quebrajado corazón entre sus manos.

“No” No vacile caminando hacia el más bajo “Este chico es mi lindo despecho” El más alto rodó los ojos con fastidio.

“Lo que sean” Farfullo centrando su atención en lo que es mío “¿Podemos portarnos acorde a nuestra edad ahora?”

“Ya para esto” No supe a quien le hablo.

“Lo siento pero de verdad necesito arreglar esto, te echo de menos, Misaki nota tu ausencia, extraño nuestras tonteras y tus regaños, me haces mucha falta, necesito tenerte a mi lado” Sus hermosas orbes verdes se encendieron rebosantes de esperanza “Esa relación que teníamos jamás fue correcta, lamento el daño que te hice, pero por favor no me cortes así, podemos intentar ser amigos de la manera correcta” Él se trató de acercar para ser detenido por mi palma en su pecho.

“¿Qué no escuchaste idiota?” Le pregunte con un sonido casi animal “Él me pertenece, cada una de sus expresiones, sus emociones, sus pensamientos, son míos” Gruñí “Te prohíbo acercártele para hacerlo caer”

“¿Qué rayos?” Ante el tonto semblante confundido de Usami decidí proseguir.

Con pasos destilando determinación y dominio me pare al frente del castaño, tome su mentón y me robe sus labios en un tímido y torpe tacto, pude percibir como él tembló con nervios ante mi locura, como su corazón se estrellaba con rapidez con contra de su pecho, el calor subiendo por su rostro por culpa de los nervios, pude percibir el miedo y aun así no me detuve.

Mordí esos labios, los lamí, los hinche, los hice descender hasta el infierno para que la presencia de ese imbécil se esfumará, cuando mi esencia se encontraba marcada en cada rincón de su piel y esa expresión de satisfacción que solo yo puedo tatuar en su rostro fue esbozaba me separé con complacencia.

“Solo mío” Repetí con orgullo tomando de la muñeca a mi despecho para encerrarnos en la sala de estar ignorando los reclamos de Usami al dejarlo fuera del apartamento.

“Takano” El más bajo aún continuaba con el rostro ardiendo, los ojos entrecerrados y la respiración agitada “¿Por qué me sigues haciendo esto?”

“Tú me perteneces” Le repetí con seguridad caminando hasta una muerte dolorosa, aumentando los años en ese juicio “No permitiré que ese imbécil te haga daño nunca más” Su espalda se apoyó en contra de la puerta, mis manos acunaron sus mejillas para que ambos alientos se fundieran con sensualidad.

“¡Maldición!” Se escuchó afuera del apartamento; mi rostro no se relajó ni con sus tiernos toques ni con sus dulces mentiras.

“Yo debería ir a hablar con él” Alcé su mentón para someterlo “Akihiko tiene razón, nosotros tuvimos una relación muy importante como para echarla a perder por esa aventura, también extraño tenerlo a mi lado” Esas palabras, esa clase de miradas, esa torpe sonrisa; las odiaba.

“¿Entonces solo permanecerás a su lado pretendiendo que tus emociones no existen?” Insistí apoyando ambos brazos a sus costados para impedirle huir “¿Es eso?”

“Prefiero tenerlo de amigo antes que perderlo” Su rostro se agacho con sumisión “¿No es peor sacarlo de mi vida por siempre después de esa dependencia que creé? ¿No sería mucho peor salir de su historia por cobardía?”

“Te harás daño” Más que un imponente grito aquello salió como un suave ruego “Te vas a hacer daño con esa relación”

“Tal vez” Él rio “Es inevitable salir herido” Nuestras miradas detuvieron todo a nuestro alrededor reflejando la pasión e intensidad con la que nos deseábamos, el ruido nervioso de ambos latidos era lo que resonaba por el lugar, nuestros labios acechándose con timidez, mis manos acariciando su cintura con descaro; era demasiado.

“Sí en esta vida tienes que sufrir” Susurré observando como él presionaba sus pestañas deseoso “Sí no es una opción el dolor” Me embriague por el exquisito aroma que desprendía su blanco y fino cuello “Quiero que sufras por mi” Musite rozando con mi nariz la suya “Convierte a este despecho en lo único que te provoque”

“Ya lo hace” Sus parpados se alzaron exterminando mi voluntad con esas gemas “Desde el primer beso lo haces Takano” No lo pude resistir, no fui tan fuerte como para apartarme de esas descaradas insinuaciones y me sometí.

Sus labios bañados en la inocencia estaban siendo corrompidos por el pecado y la locura, su hermosa silueta desgarrada por mis garras, sus melodiosos sonidos poseídos por este ególatra, estaba cayendo por Ritsu, estaba perdido en ese mar de eterna confusión y no hacía nada por salir.

Mis manos se dirigieron a su camisa mientras nuestros labios se seguían devorando con pasión, mis dedos deshicieron el agarre de los botones para dejar expuesto su sensual vientre, mis manos ansiosas recorrieron su piel consiguiendo que él se estremeciera y se estrellara en contra de la pared.

Ambas lenguas se intoxicaban en ese juego, mis dientes marcaron como suyos cada centímetro de él, su aroma a vicio me inundo, sus tactos alrededor de mis hombros me quemaban, el sabor de su respiración, su saliva, sus roces, esos eróticos sonidos reprimidos, todo lo que él hacía me quemaba; estaba perdiendo.

“¿Dónde él te ensucio?” Le pregunte descendiendo hacia su hombro para lamerlo “¿Dónde más te debo limpiar?” Sus mejillas ardieron con vergüenza, su boca tembló sin saber que responder, sus piernas tiritando me confirmaban sus nervios.

“Ya basta” Musito apoyando sus manos sobre mi pecho para frenarme “No tienes que ponerte de esta manera cuando lo nuestro no es nada serio, no le subas la intensidad a este juego” Era cierto, no tenía motivos para ponerme de esta manera con algo que era ajeno, sin embargo, por estos segundos él era mío.

“Cuando salgamos de este despecho harás lo que quieras” Bramé con dominio deslizando la camisa por sus hombros, dejando completamente desnudo su pecho y su vientre “Pero mientras sigamos en esto me encargare de que los demás no existan” Mis labios delinearon su hombro como si pudieran quitar esos toques con los que otro me lo robo; mis manos recorrieron con ansias su cintura consiguiendo que la tensión acrecentara en el ambiente.

Succioné y bese con hambre ese cuerpo hasta que su piel se tiño de un hermoso granate, me perdí en cada curva de él, me intoxique con su sabor, llegue al éxtasis con sus expresiones de pena, sin que me pudiera contener él me había atrapado, mi mano traviesa trato de meterse en su pantalón acariciando la tela sobre este.

“No” Proclamo con las cejas arqueadas tratando de apartarse “Ya detente, tengo que ir a hacer muchas cosas, no todos somos vagos como tú”

“Pero sí tenías tiempo para que Usami te hablará” Le recordé, él más bajo al no poder sostener el peso de nuestros cuerpo acabo arrastrándonos  hacia el suelo.

“Takano ya” Sus manos acunaron mis mejillas frenando mis movimientos “Has estado actuando muy extraño desde que llegue ¿Qué fue lo que ocurrió?” Esquive su mirada sin levantarme de encima.

“Solo” Sus manos acariciándome con gentileza me desmoronaron “Me da miedo lo que estamos viviendo” Confesé con un tímido temblor “Puedo ver que te sientes de la misma manera Ritsu, te acobardas porque esto esta llegando muy lejos”

“Sí” Murmullo con una divergente expresión “Sí temo por lo que estamos pasando” Nuestros dedos se entrelazaron en un meloso agarre “Pero no lo quiero frenar” Sonreí con satisfacción al escuchar esas maravillosas palabras.

“Eres realmente lindo” Musite besando de forma superficial sus labios “Pero enserio, no te le sigas acercando a Usami, aunque quieras ser su amigo aun no estás listo, ni siquiera fuiste capaz de verlo a los ojos” El más bajo trato de esquivar e ignorar mis verdades al voltear su nuca con terquedad, sin embargo, mi agarre en su mentón se lo impidió.

“Trata de ser coherente y enséñame con el ejemplo” Sabia que mi relación con Erika lo lastimaba, no obstante, frenar ya no era una opción.

“Lo prometo” Una bella mentira que valió esa perfecta y hermosa sonrisa.

“Entonces yo me puedo mantener al marguen de Akihiko hasta estar listo” Suspiro permitiendo que lo abrazara “Tienes razón, aun no soy capaz de verlo a los ojos, no seré tan fuerte como para enfrentarlo cuando me quiera rogar que lo olvide todo”

“Y para asegurarme de que cumplas me pondré a trabajar contigo” Proclame logrando que él riera pensando que bromeaba con estas dementes tácticas; pero que egoísta me he vuelto.

Notas finales:

Takano ya tomó consciencia de las emociones que tiene por su castaño, pero no quiere acabar recayendo en los mismo errores que ha cometido, en el fondo lo que él busca es mantener el ideal de Erika pero ella en si misma no...bueno se entendera más adelante.

Y bueno para Usami, Onodera es una persona muy importante por eso la quiere recuperar en su vida, pero como vera Ritsu aun no esta listo para confrontarlo.

Mil gracias por leer


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).