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El juego del despecho por Chiaki28

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Notas del capitulo:

Hola chicos!

Primero un par de anuncios generales; las personas que me han escrito por interno mis amores les respondere mañana, ha sido una semana demoledora, tengo un par de conflictos personales fuertes, me disculpo por eso.

Las masivas ya quedaron confirmadas para el 1 de abril *-* 

Es posible que no sepan casi nada de mi por esta semana porque tengo muchas obligaciones pero sin falta me tendran el viernes y quizas el miercoles con otro trabajo.

Bueno sin más les presento el capitulo.

Espero que les guste <3 <3

Ritsu Pov

Mis manos estaban sudando al convertirme en presa de la ansiedad y los nervios, el corazón me latía a una extraordinaria velocidad por culpa de esa felina mirada animal sobre mis movimientos, mis pies golpeaban el suelo sin cesar como un intento por disminuir la intolerante tensión, el varonil aroma de su perfume me estaba ahogando; ese insoportable me trataba de guiar hacia la locura con aquella exquisita cercanía, pronto me devastaría.

Cada uno de mis poros se electrizó cuando sus grandes y cálidas manos recorrieron mis piernas ascendiendo hacia mis muslos sobre el pantalón para quemar mi piel, su aliento a menta y tabaco acaricio mi cuello, su arrogante sonrisa de satisfacción tan solo se ensancho antes mis inocentes expresiones de vergüenza y frustración.

“Anda Ritsu” Musito en mi oreja consiguiendo que me estremeciera al embriagarme con su respiración “Sígueme enseñando” Murmulló antes de morderme el lóbulo sin pudor en aquella concurrida oficina “Continua provocándome con esos gestos”

“Si no eres capaz de controlarte para desempeñar bien tu empleo le diré a Miyagi que reconsideré tu inserción en mi equipo” Me queje con el ceño fruncido, apoyándome en la pared sobre la cual se encontraba recargado mi escritorio con el único deseo de huir de sus despiadadas garras.

“No seas amargado bonito” Su risa egocéntrica tan solo me provocó “Aunque lo niegue me siento feliz de trabajar contigo, esto me hacía falta”

“Entonces deberías poner más esfuerzo de tu parte” Reclame sin relajar mis facciones, tomando entre mis brazos las estadísticas de ventas y los materiales necesarios para poder costear un manuscrito.

Tragué saliva con dificultad para remarcar y escribir un par de organizadas notas en las esquinas de los documentos con el único anhelo de instruirlo en su nueva misión y entablar distancia para que me dejará de embelesar y atrapar con sus descarados toques; caer por alguien como él no me lo perdonaría.

Con el marcador destaqué aquellos misteriosos  títulos que sobrepasaron nuestras expectativas de venta junto con el tiempo de edición que cada uno llevo y las correcciones que el autor estuvo dispuesto a realizar en su elaboración, algo en mi interior golpeteó con fuerza al percibir como su cabeza se apoyaba encima de mi hombro cual niño travieso.

“¿Ya me vas a explicar?” Un escalofrío azotó toda mi columna vertebral ante el ronco tono de voz que utilizó.

“Ten” Proclame extendiéndole el folio de hojas con satisfacción “Quiero que a base de esos datos me hagas un informe sobre la relación que tienen las ventas de los libros con el proceso de edición, antes de asignarte alguna tarea más pesada con un autor conocido debo saber que tanto comprendes de este periodo” Pensé que su ceño se arquearía con fastidio ante las tediosas tareas que le estaba imponiendo como si mi ego representará una poderosa autoridad, creía que él me reclamaría por ahogarlo con números sin sentidos y títulos de desconocidos soñadores, sin embargo, Takano rompió todas mis expectativas al responder.

“Con gusto lo haré” Una cálida sonrisa se grabó en sus labios “Esta clase de trabajos me gustan mucho, echaba de menos hacerlos” Mis hombros cayeron al encontrarme embobado en esa única expresión impregnada por el orgullo y el goce.

Como sus ojos se iluminaron siendo contrastados por las radiantes luces del amanecer, como repasaba hambriento las líneas para después esbozar un par de seguros trazos en un manchado papel, esa faceta tan aniñada jamás la había visto, él debió disfrutar mucho de su antiguo empleo antes de que lo perdiera todo por una chica cuyo nombre no vale la pena pronunciar.

El sonido de la fricción me devolvió a la realidad, muy tarde me di cuenta de que me encontraba apretando con frustración un par de viejos reportes con la mandíbula tensa y las cejas arqueadas al imaginarme a esa embustera disfrazada de ángel.

 Esta situación me enferma de cólera. Esa chica lo devasto con su cobardía, el haberlo llevado hasta el extremo de la tristeza para que renunciará a sus otras pasiones, el destrozarlo, dejarlo vacío para que se pudriera con las latas de cerveza entre las manos y los sueños rotos siendo destilados en un par de lágrimas de sangre; yo no la puedo perdonar, esa falsa mujer de bonitas palabras me asquea; yo no dejaré que se le vuelva a acercar.

“Tú realmente amabas lo que hacías ¿Cierto?” Solté de improviso sin esperar respuesta  “Aunque por culpa de ella tuviste que renunciar a tu trabajo no le guardas rencor, a veces no te entiendo Takano” No me atreví a entrelazar miradas al saber que mis emociones estaban escritas con el escarlata de mis heridas; esto era tan patético, es acá donde siempre me equivoco.

“Oye” Sus manos acunaron mi mentón con cariño “No te pongas así solo por Erika” Musito rozando su nariz con la mía, electrizando mi piel sin siquiera percatarse.

“Perdón, no es mi intención ponerte en esta clase de aprietos pero nunca te había visto tan emocionado por hacer algo” Nuestros alientos se mezclaron “Luces tan entusiasmado al hacer esto” Mi rostro ardió cuando sus labios acariciaron mi frente; mis barreras se cayeron sin que las pudiera atrapar con mis lastimadas palmas.

“Tienes razón en eso” Él se reclino relajado en la silla de su escritorio “Aunque tuve que dejar todo lo que conocía por esa ruptura yo no la podría detestar a pesar de que pisó mi corazón, yo no soy capaz de odiarla después de todo lo que pasamos, nosotros nos pertenecemos”  Una puñalada que se clavó en mis venas quemándome por dentro “Ella es la mujer de la que estoy enamorado” ¿Eres tan idiota como para no ver mi dolor o solo pretendes ser ciego?

“Lo comprendo” Mentía.

Esa chica a la que no conozco me atormenta entre sus sueños, ella es quien le roba el aliento al azabache, la mujer que ha desgarrado su amor con sus perfectas uñas esmaltadas y privado de sus sonrisas con ese patético temor a una verdadera relación; ella es la causante de que yo me encuentre atrapado en este enfermizo dilema moral, porque aunque mi orgullo me impida decirlo al atarse en mi  garganta yo quiero mucho a Takano.

No ambicionaba que él se transformará en alguien tan importante porque esta clase de relaciones tan solo conllevan a la amargura y un sinfín de dolor, ya sé que las gotas teñidas por el carmín  continuarán siendo derramadas ante su indiferencia mientras estas nuevas pasiones que me están turbando consumen mis esperanzas; no me debo ilusionar, podría sacrificarme al cortar mis alas por las suyas y él aun así no me vería.

Debo comprender que no soy su verdadero amor, él no me cargará entre sus fuertes brazos  mientras monta un hermoso corcel blanco hacia algún castillo construido por el azúcar de la inocencia e ingenuidad, él jamás me pertenecerá; ya despierta ¿Cuantos golpes son necesarios para que lo comprendas? ¿Qué tanto te debe doler un amor para que lo dejes escapar?

“Ritsu” No me digne a mirarlo “De repente te pusiste como extraño ¿Está mal lo que estoy haciendo?” ¿Cómo fui tan imbécil para caer por alguien tan idiota como él? Yo ya surque la miseria con Usami, no lo haré otra vez.

“¿Extraño?” Mi risa histérica lo asustó “Solo limítate a hacer tu trabajo, cuando te corrija sabrás si estabas en lo correcto o no, no te daré un trato especial”

“No me intentes de engañar” Se quejó acunando mis dos mejillas entre sus cálidas y protectoras manos “Sí algo te pasó me lo puedes confiar” Su risilla aplasto el orgullo con el que me había encerrado para liberarme “Eres tan transparente cuando se trata de mí” Tan solo enrojecí.

“Esa arrogancia tuya no la toleró” Farfulle colérico permitiendo que la rabia se disipará ante esa tentadora sonrisa.

“¿Te he dicho que te ves muy tierno cuando te enfadas?” Toda mi cara hormigueo por culpa de ese comentario “Eso es” Susurró calmado “Esas son las expresiones que me gusta ver en ti, tan solo de enfado, vergüenza y felicidad” Mi nuca trató de descender en vano ante su poderoso agarre “Las lujuriosas solo muéstramelas a mí en privado” Susurro mordiese el labio divertido por mis gestos.

“¡Eres un idiota!” Farfullé para recibir otro sutil beso en la frente.

“Tal vez, pero soy tú idiota” Una hermosa mentira que desearía que fuera verdad. Antes de que lo pudiera rebatir con otro flojo y penoso argumento la estruendosa risa de Miyagi me devolvió a mi realidad al irrumpir en el pacifico silencio que caracterizaba el departamento de literatura.

“Shinobu tiene razón, se ven perfectos juntos” Todos mis músculos se paralizaron ante la socarrona sonrisa que nos dirigieron los demás miembros de mi equipo “Cuando me dijiste que se llevaban bien no pensé que se llevarían tan bien, parecen una antigua pareja de casados” La risa de todos me irrito “Son tan lindos”

“¿Casados?” Bramé por instinto “Compadezco a la desdichada persona que tenga que pasar tantos años con alguien como él” Gruñí cruzando mis brazos sobre mi pecho, estremeciéndome ante el posesivo y repentino agarre con el que me acaparaba.

“Deberías tratar con más respeto al hombre que debes cuidar” Musito cerca de mi cuello erizando hasta el último de mis poros.

“Acá yo soy tu jefe Takano” Proclame con orgullo tomando sus mejillas entre mis manos como señal de superioridad y vanidad “Cuando entras en mi oficina eres tú quien debe obedecer, no me trates de manipular” Él rodó los ojos divertido por la repentina actitud segura que había adquirido; siempre sales ganando ¿Cierto?

“Ritsu sino te molesta me gustaría que me prestaras al novato para llevarlo a las reuniones que tengo en la tarde” El hombre de preciosa mirada miel arqueo las cejas sin aflojar su agarre ante esa proposición “Creo que puede ser útil que se vaya metiendo en estas cosas”

“Yo ya trabaje en una editorial” Farfulló con orgullo “Sé cómo las cosas funcionan, fui editor en jefe por dos prósperos años”

“Pero acá no eres más que un novato” El ambiente se tensó cuando uno de mis subordinados liberó esa frase “Sí solo vas a venir para joder a Onodera no debiste postular” Ambos hombres convirtieron el aire en concreto para que nos costara respirar con la tensión.

“Aunque hayas tenido ese puesto en tu otra empresa” Intervine por la suplicante mirada de Miyagi “Me parece correcto que comprendas el sistema acá” Sus brazos dejaron mis hombros para apartarse en su propio espacio.

“Tienes razón, lo lamento si fui infantil” Su tono no me convenció “No tengo problema en ayudar a tu anciano amigo en una de sus exposiciones” Reí ante el frustrado gesto que se tatuó en el nombrado por ese insolente; jamás mide sus palabras.

Todo el departamento retomó sus quehaceres tratando de instaurar el pulcro reinado de silencio y productividad que caracterizaba a la empresa, me limite a corregir el libro que mi cómplice había depositado entre mis manos al arreglarle y cambiarle la redacción sin alterar la misma esencia del autor.

Mis manos ansiosas marcaron la puntuación y los adjetivos que se caracterizaban como cliché para anotar alguna penosa sugerencia al costado de este, mis ojos hambrientos saltaron entre las líneas de la trama para perderse en medio de esa adicción, no me había percatado del paso del tiempo o la expectación hasta que los primeros matices del atardecer bañando nuestra sección se hicieron presentes en la habitación; realmente amaba lo que hacía.

“Ya me lo llevo” Ni siquiera por el divertido y burlón tono que él utilizo alcé mi vista del manuscrito que yacía cual tesoro entre mis manos.

“Espérame para irnos a casa juntos” Una agradable presión en mi cuello, un ensordecedor aroma a veneno, unas deliciosas cosquillas en mi vientre fueron convocadas con tan solo un par de palabras sin sentido, cuando quise detenerlo para darle ánimos mi orgullo me lo impidió al saber que eso sería exponerme moribundo ante el chico apuntándome con una lustrosa arma negra; no puedo dejar que él lo sepa.

Tan solo retomé mi manuscrito para llamar al autor y agendar alguna reunión en donde pudiera compartir los cambios y llegar a un digno consenso de tan hermosa obra de arte, me sentía satisfecho al poder ser parte de la creación de un mundo, al tener la capacidad de derrumbar o construir la realidad de alguien más con un par de líneas goteando emociones con la tinta sobre el papel.

Al haber acabado con los cambios, revisado los documentos tres veces e instruido a los demás ante la ausencia de Miyagi me decidí marchar a casa para poder reposar antes de que el fax de mi autor llegará con el prólogo que le deseaba agregar como un ingenioso enganche hacia una creativa trilogía.

Después de despedirme rápidamente de los demás salí hacia las frías calles con clima invernal para perderme en aquella apresurada multitud y ahogarme con los intolerantes gritos e insultos que los conductores se arrojaban entre sí a esa hora llena de estrés.

Mis pies se encontraban agotados cuando llegué a mi departamento, los ojos me pesaban al estar ingresando a la parte más pesada del ciclo, me arrepentía por haberme ausentado a causa de una tonta ruptura; debí mediar mejor las consecuencias, estuve a punto de perder mi único talento por culpa de un hombre que no hace más que pagarme por mi silencio, que vaciarme cada noche con sus preciosas mentiras para desaparecer dejándome desnudo con esas viejas camisas; él no valía la pena.

Al meterme en mi hogar mis ojos se estrellaron con un pequeño envoltorio de regalo celeste de elegantes diseños verdes en los bordes y una llamativa cinta amarilla en la parte superior; sonreí al recordar la frustrada expresión del azabache cuando lo recibí de improvisto esta mañana.

“Ya nada sacó con aplazarlo” Me dije a mí mismo tomando el paquete que se hallaba sobre la mesa de la sala de estar, rasgando con cuidado la suave textura para encontrarme con una caja de chocolates y una carta escrita en imprenta y tinta índigo.

“Mi querido Ritsu:

Un cobarde quien te lastima cuando te ve llorando, un hombre cuyas palabras pierden todo sentido al verse poseído por el temor no es alguien digno de tus lágrimas y de tu preocupación.

Sé que estás pasando por momentos amargos, que seguramente te encuentras reprochándote los errores una y otra vez en esa preciosas cabecita tuya porque Shinobu me advirtió que eras terco hasta de corazón; por eso a pesar de que no tienes preferencia por este sabor te he enviado una caja de los chocolates más exquisitos que he podido pagar, para que ese dolor se convierta en goce y las preocupaciones se esfumen con tan solo un roce.

Dulces, suaves, sabrosos, adictivos, fuertes al tener un toque de licor, así me imagino que deben saber tus labios; cuando compré esta caja de dulces y los probé para asegurarme de que fueran de tu agrado no pude evitar pensar en eso.

Daría lo que fuera por ser yo quien te robará el aliento y surcará cada rincón de tu cuerpo pero nuestro encuentro todavía no está destinado por ese infantil chico, por mientras me conformaré con embriagarme con esos chocolates como si fuera tu amor e intoxicarme con su relleno como si fuera tu esencia.

Te deseo fervientemente mi hermoso castaño; cuento los instantes para que nuestro encuentro se lleve a cabo y mis labios sean catadores de tan delicioso sabor.

 Alguien piensa en ti más de lo que crees mi sensual muchacho, ansió memorizar cada una de tus curvas con mis manos, me tienes embelesado.

Tu admirador secreto”

Mis mejillas ardieron ante esas palabras soltando la carta encima del suelo, tuve la fuerte necesidad de cubrirme el rostro con las manos aunque nadie me estaba viendo y liberar una nerviosa risilla por esas cursis palabras, ese sujeto desconocido desde que me envió las rosas me ha hostigado con extraños y lindos obsequios tratando de entablar alguna cercanía antes de nuestro encuentro.

Él es muy galante, siempre me entrega palabras de ánimo para enseñarme el poco valor que tenía esa relación, parece preocuparse genuinamente por alguien como yo, me murmura secretos a través de las letras, él es atento, lindo, me atrevería a decir que es incluso perfecto, una irónica sonrisa se tatuó sobre mi boca; entonces ¿Por qué no me siento feliz con alguien como él?  

Suspiré tomando la gigantesca caja de chocolates belga entre mis manos; mi cara hormigueó al sacar una de las piezas para llevármela a la boca y sentir como esa agradable y deliciosa textura se derretía en mi garganta; tan solo faltan un par de semanas para que este juego se acabé y se esfumé con este dulzor; yo sabía que encariñarme era mala idea.

Antes de que pudiera coger otro trozo un tímido y armónico golpetear en la puerta captó mi atención; una ingenua risilla se reflejó en mis facciones al saber que él aun olvidaba las llaves de lo que se había convertido en el refugio de nuestro despecho, aunque suene estúpido y vaya en contra de toda mi terquedad Takano me atrapa cuando tiene esos gestos de dependencia conmigo, me hace guardar esperanzas de que puedo ser quien acuné ese quebrajado corazón y lo sané con tiernos besos de amor.

Me arrastré emocionado por las ásperas alfombras del lugar; presioné mis pestañas en frente del portón en busca de darme valor, mi corazón se estremeció con intensidad al imaginarme el brillo de esas orbes de oro. Cuando mi mano tomó la perilla para girarla y mis labios pronunciaron de improviso su nombre siendo víctima de las cosquillas, cuando la puerta dejo ver lo que yacía al otro extremo y mis inseguridades me estaban consumiendo; me rompí.

No pude evitar que el aliento me fuera robado y las emociones aplastadas al encontrarme con un par de preciosos ojos azules analizando con incertidumbre la situación, un delicioso aroma a almíbar me llenó cuando esa frágil figura se acercó con un resonar de tacón; mis piernas temblaron el instante en que su perfecta sonrisa bermellón se hizo presente invocando aquellas palabras por las que tanto temí.

“Perdón por la repentina intromisión” Se excusó con una voz digna de una estrella “Pero me dijeron que acá se encuentra Masamune” Sus perfectos cabellos rizados resbalaron por sus hombros para chocar con la espalda de ese lindo vestido informal azul, sus hermosas y femeninas facciones parecieron brillar al pronunciar su nombre; esto no podía estar pasando.

“¿Quién lo busca?” Balbuceé sin necesidad de una respuesta, torturándome con la repulsión que se había depositado en mi estómago y el dolor de amar algo ajeno.

“Soy Erika Ichinose” Murmulló nerviosa al leer el pánico en mi reacción “Soy su novia” Esto no puede estar pasando.

“Ese nombre no me es familiar” Mentí mirándola a los ojos sin sentir el remordimiento de las cadenas de cristal “Seguramente se equivocó señorita”

“No me trates de engañar, sino lo conocieras me habrías echado apenas lo mencione” Se quejó con indignación “Comprendo si él no me quiere ver pero hay un asunto que aun debemos arreglar” No; por favor no me lo quites.

“Lo siento, se equivocó de dirección” La volví a embaucar de manera descarada tratando de cerrar con rapidez la puerta de entrada en busca de ignorar esa realidad, intentando sellar con mis propias manos un destino ya escrito. Aunque solo sea un despecho, a pesar de que entre nosotros solo afloren las falsas promesas y las miradas hipócritas, yo quiero a Takano; lo necesito.

“Te lo ruego” Musito sosteniendo con su mano el portón, forzando esa pulcra manicura “Sí eres uno de sus amigos y él te pidió que reaccionaras de esa manera te imploró que no lo escuches, sé que es muy terco cuando se plantea una idea, sin embargo, en verdad debo hablar con él” Ella se mordió el labio destilando angustia genuina, enseñándome lo sucio que me encontraba al detestarla.

“¿Por qué lo sigues buscando?” Finalmente me aventuré a preguntar “Pensé que las cosas habían quedado claras entre ustedes dos” Sus exóticos ojos se perdieron con confianza en los míos, un tímido agarre en mi hombro me electrizó.

“Él y yo pasamos por muchas cosas juntos” Su nuca descendió con vergüenza  “Él es mi primer y gran amor, cuando le pedí que nos pusiéramos en pausa no pensé que él me haría tanta falta” Su tono se redujo a un miserable hilo de voz “No sabía que sin él me sentiría tan sola” Y aun así no me compadecí.

“¿Sola?” Eso fue lo que gatilló de toda mi frustración.

“Él me acostumbro tanto a su compañía, con sus regalías, con sus caricias, Masamune se convirtió en un hombre indispensable” Un revoltijo en mi estómago me lleno la garganta de un asqueroso sabor “Él me debe una conversación para arreglar lo nuestro” Mi histérica risa silencio sus venenosas mentiras y la paralizó.

“Lindo discurso egocéntrico” Me mofé aplaudiendo con sarcasmo “El hacerte la victima ahora, tratar de verme la cara de idiota para que te facilite las cosas con él” Escupí colérico cegado por la competencia.

“No trato de que” Con un descuidado gesto de mi mano le pedí que se abstuviera a más de esa actuación.

 “¿Estas consciente de todo el daño que le hiciste a Takano cuando rompiste con él? ¿Tienes idea de cuánto él sufrió ante tu rechazo?” Le pregunte furioso acercándome a ella para encararla en el pasillo, ella tan solo negó con frustración “Por tu culpa él dejo todo lo que le importaba, porque no fuiste capaz de entregarle la confianza que él merecía  se descuidó” Bramé con la mandíbula tensa “Él se volvió un idiota insoportable que no sabía hacer otra cosa además de beber repulsivas cervezas vencidas y arrojar malos insultos porque te acobardaste en la relación” Mi aliento rozó su nariz “Por tu culpa el sufrió” Ella retrocedió apoyándose en la pared con la espalda “Y eso yo no te lo voy a perdonar jamás”

“Que conveniente es que te tragues esa versión” Farfulló con las cejas fruncidas cruzando sus delgados brazos sobre su delicada cintura “Yo comprendo que estés cegado por las palabras que él te dijo porque luces como un amigo muy cercano, sin embargo, me parece muy injusto que me juzgues sin conocerme” Mi boca se deformó ante la astucia de la chica.

“Entonces habla y enséñame mi error” Le indique sin relajar mis músculos, tensándome ante los despreocupados movimientos de la mujer de cabellera castaña.

“Gracias” Suspiró retirándose un rebelde mechón de la frente para volverme a prestar atención “Supongo que él me hizo quedar como la bruja mala de la historia al decirte algo así como que le rompí el corazón al acobardarme cuando él quiso dar otro paso con toda su idea de formar una familia” No baje la guardia por el melancólico tono que ella había adquirido ni empaticé.

“Él te hizo quedar bastante mejor de lo que mereces” Farfullé celoso apretando los puños con frustración “Pero eso no importa, sigue”

“No vale la pena mentirte en esto porque hasta ahora eres el único contacto que poseo para encontrarlo” Suspiro con aflicción escondiendo esas joyas azules con sus gruesas y rizadas pestañas “Yo sí le pedí que nos tomáramos un tiempo porque esas cosas como pasar el resto de tu vida con alguien no son de mi interés personal, formar una familia con él me parecía una decisión demasiado precipitada, él conocía mi pánico sobre el compromiso” Su espalda se apoyó en contra de la pared sin perder ese aire de elegancia que le atribuía su vestimenta; ¿Cómo diablos puede estar tan calmada al darme esas baratas excusas?

“Sí era tanto tu temor no le debiste dar esperanzas” No vacile a pesar de estar temblando por el coraje “No deberías estar aquí sino pretendes nada serio” Su ceño se arqueo.

“Podemos tratar de llegar a un mutuo acuerdo en donde ambos estemos feliz con esa relación, no veo el motivo para ser tan extremistas al planificar los siguientes veinte años” Volteé mi nuca con desdén rechazándola como un leproso en mi perfecta comunidad.

“Quien tuerce las versiones a su conveniencia no es él” No fue necesario observarla para apreciar su mueca de ira “Si no le vas a ofrecer seguridad lárgate” Erika clavó sus uñas en mi brazo deteniendo mi inminente huida.

“Masamune sabía de mis miedos cuando recién comenzamos a salir, yo le advertí que la relación no pasaría a más que un amor de secundaría pero él insisto, él me continuó presionando sin que le importaran mis emociones al tratar de atarme en un compromiso que no soy capaz de llevar” No escuche más al perderme en ese gastado discurso de cinismo.

Presioné mis pestañas siendo dominado por un repentino ardor “Yo te advertí que nuestro amorío no pasaría a ser más, te dije que esto solo iba a ser una noche y ya” Esas excusas de mentiras, esas muecas nerviosas, ese aroma a nostalgia “Tú fuiste quien se quiso arriesgar conmigo al tener esto, no tienes derecho alguno a reclamarme” Su imponente figura alejándose, el aroma de su piel perdiéndose con el aire, su calor desapareciendo de mis memorias, su manos quemando mi sangre, él atormentando mis pesadillas.

“Tú me presionaste para que llegáramos a esto, sabias que no me podía quedar” Ya lo había vivido con él.

Sé lo mucho que se sufre cuando el otro se esconde en plena guerra y usa tus emociones como escudo y tu cuerpo como un pañuelo de reserva, encarné hasta que mis músculos se destrozaron un amor apache en donde la venda yo me la ponía para creer en esas falsedades, retuve el cariño de quien no me correspondía para convertirme en un mártir del dolor; no dejaré que él haga lo mismo.

Este despecho lo manejo yo.

“Además él muy injusto ni siquiera se dignó a venir a nuestra junta” Su chillona voz me regresó a la realidad; decidido a no tragarme más de sus excusas la confronte.

“Erika lo mejor será que te largues de acá lo antes posible” Su boca se abrió por mi grosero comentario.

“¿Qué?” Un pequeño tartamudeo se le escapó “Pero pensé que estábamos teniendo un avance entre nosotros dos” Rio nerviosa.

“Esas personas como tú, quienes en lugar de confrontar los problemas solo huyen de ellos y después regresan con la cola entre las piernas” Me acerque a su cara para que aspirará mi aliento “Son basura” Su cara enrojeció por la ira.

“¡¿Quién diablos te crees para tratarme así?!” Gruño jalando mi brazo como un patético intento de confrontación.

“Su novio” Proclame sabiendo que era un hermoso engaño; la chica congeló sus movimientos y sus expresiones al instante ante esa frase.

“¿Su novio?” Repitió en un trance con la mirada perdida “Es mentira, Masamune no me reemplazaría de repente” Ni su negación con la cabeza la despertó “Mucho menos lo haría con un hombre, él no es gay”

“Sí lo crees o no ya no es mi problema” Farfullé alzando una ceja en señal de superioridad “Takano ahora está conmigo porque yo le puedo ofrecer las cosas que tú le negaste, ambos vivimos una bonita relación de la que te pediría que te mantuvieras al marguen” Erika se mordió el labio con cólera tratando de disimular su frustración.

“¡Mientes!” Grito sin importarle los reclamos de los vecinos “Sí estás con él lo más seguro es que seas un reemplazo y ya” No deje que ella se percatará del dolor que me provocaban esas seguras verdades.

“¿Un reemplazo?” Le rebatí divertido “Por favor, ten un poquito de orgullo por ambos y acepta que lo has perdido” No baje la mirada con mi característica sumisión “Ya no lo llames, no lo busques, ni siquiera le trates de hablar porque él ya tiene a alguien que lo ama y lo cuida, él no necesita volver a esa mediocre relación” Mi rostro ardió al haber admitido esa clase de pasiones en voz alta; ¿Qué es lo que él me está haciendo? Estoy cayendo.

“No será la última vez que sabrás de mí” Bramó con altanería subiendo el mentón con en señal de vanidad “Ya veremos quien usa el lugar de quien niño bonito” Cerré con un estruendoso portazo mi apartamento dejándome caer en una de las paredes junto a la entrada con la respiración completamente agitada.

“¡Maldición!” Grite histérico tirándome de los cabellos, apoyé mi rostro sobre mis piernas deseando que las lágrimas fluyeran por mis mejillas para disipar el dolor y quitarme los grilletes de vidrio, sin embargo, al estar seco no pude hacer más que retorcerme en el suelo.

Amor; como odio esa emoción, lo único que me ha traído es problemas al entregarle mi corazón a hombres  que lo sueltan, al darle mi cuerpo a personas que lo muerden para huir, estoy tan cansado de esto, estoy agotado de sentir que me rechazan porque no soy suficiente, porque no puedo ser alguien como Misaki o Erika, no quiero tener que morir por adentro solo para respirar, no me deseo seguir ahogando en esta soledad.

“Mierda me gusta Takano” Admití una vez más en voz alta escondiéndome entre mis rodillas “Me gusta mucho” Repetí aferrándome a mí mismo, permitiendo que el pecho se me retorciera de manera dolorosa al ser nuevamente un mártir del desamor.

Ese chico tiene ojos solamente para ella, Erika tiene razón, soy un reemplazo y nada más, no valgo, estoy destrozado, tengo un carácter insoportable, soy competitivo, soy amargado, egoísta, celoso, soy una mala persona ¿Quién me va a querer? Una cálida lágrima descendió por mi mejilla; ni siquiera yo me tolero “Cálmate” Musite siendo mi único consuelo.

Presioné mis pestañas tomando aire para alivianar mis pensamientos, con seguridad me levanté del suelo, me limpie aquel rastro de tristeza y cambié el discurso con decisión; esta vez no.

Aunque yo sea todo eso y haya sufrido más de un rechazo en mi vida, aunque yo este acostumbrado a dejar ir lo que me importa por una nobleza que no existe y una amistad que a la larga se termina derrumbando esta vez no; no dejaré que las cosas sean así, yo voy a luchar por él con cicatrices y heridas.

No le seguiré temiendo a lo que tenemos ni huiré como lo hicieron conmigo, me ganaré el corazón que alguien más rompió y lo arreglaré con trozos del mío, yo me encargaré de cuidar y amar a Takano porque lo merezco.

El ruido de la puerta abriéndose captó mi atención, como si lo hubiera convocado su galante figura no se hizo de esperar al adentrarse en medio del salón.

“¿Otro regalo?” Se quejó al ver la caja de chocolates abierta sobre la mesa “¿Qué tengo que hacer para que ese tipo deje de enviar cosas?” Su sonrisa desapareció cuando se encontró con mi imagen en un desolado rincón de la habitación “¿Pasó algo?” Me pregunto caminando con preocupación hacia mi lado.

“Nada” Musite con sinceridad deleitándome por esa cercanía.

“Te ves alterado y” Sus palabras murieron cuando me alcé en la punta de mis pies y le regale un superficial beso en la comisura de los labios “Creo que me echaste de menos en las reuniones” Bromeó atontado por aquella iniciativa.

“Solo tengo muchas ganas de estar contigo” Le expresé guiado por la honestidad, dejando al orgullo de lado, tomando sus manos entre las mías.

“Después te quejas de que te duele el cuerpo al caminar cuando tú eres quien me provoca” Proclamo sin vergüenza consiguiendo que todo mi rostro ardiera al sentir como su mano descendía por mi cadera “No le voy a negar algún capricho a mi lindo despecho” Murmulló con orgullo aferrándose a mi cintura con recelo; apoyando su nuca en mi hombro de manera melosa “Después de todo tú sí me hiciste mucha falta en el resto de la tarde”

“Takano” Suspiré correspondiendo a ese agradable abrazo, omitiendo que el perfume de esa mujer había amenazado con impregnarse en su piel.

“Pero es enserio, esos chocolates los vamos a tirar, espero que no hayas sacado ninguno o te tendré que limpiar” Trate de empujarlo al apoyar mis manos en su pecho en vano “No dejaré que ese tonto admirador tuyo me lleve más ventaja, solo yo puedo conocerlo todo de ti” Tan solo pude reír ante su posesivo e infantil comportamiento permitiendo que ambas respiraciones se sincronizaran, sabiendo que este era el comienzo de una extensa batalla que estaba dispuesto a ganar.

Notas finales:

La verdad es que es complicado lo que pasa Ritsu, piensen que al castaño ya lo rechazaron más o menos una vez, ya vivio un amor no correspondido y  se requiere mucho valor para arriesgarse que en el amor una vez más sabiendo que tampoco es lo ideal con Takano.

El amor duele, tiene muchos ratos amargos y dicen que es lo más dificil de encontrar, pero a veces se puede tener al frente sin si quiera saberlo; bueno eso es lo que Ritsu escogio cambiar, sabe que lo tiene al frente y va a luchar.

Una preguntita por mera curiosidad ¿Quien creen que es el de las cartas? Por cierto, ese admirador a Shinobu se le salio de las manos, asi que sabran de él.

Espero que les haya gustado <3 <3


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