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El juego del despecho por Chiaki28

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Notas del capitulo:

Hola chicos!

Mis masivas 8/13

Andysama el sensual capitulo te lo dedico, muchas gracias por el apoyo y espero que te guste.

Por si hechaban de menos a ese personaje especial, a ese que los hace reir y llorar, a ese que los enfada pero les causa ternura, asi es! Tienen a Erika; okey si aparece pero tengo claro que la descripcion anterior no le va.

Espero que el capitulo sea de su agrado

Takano Pov

“Me gusta despertar contigo” Esos hermosos ojos de tonos esmeralda y jade centrándose en mi cansado rostro mientras aun nos encontramos cubiertos por el manto de la noche y las estrellas, esos sensuales y gruesos labios incitándome a hincharlos al morderlos llenándolos de marcas de propiedad, sus curvas de locura, su suave piel, su aroma a vainilla, su sedoso cabello, la temperatura de su pecho, sus expresiones; todo de Ritsu me enloquece.

“Takano” Con un apenas susurro de mi nombre me tiene convertido en el esclavo de sus caprichosos sediento por amor “Suerte hoy en el trabajo, te esperaré con algo agradable” Esa consideración nunca nadie me la había entregado.

Hace un par de días algo entre nosotros se rompió aunque no se lo dije; cuando regresé y lo encontré con la mirada irritada temblando de coraje en un rincón de nuestra habitación con grandes ojeras supe que algo le había pasado, pude escuchar un par de sollozos del otro lado de la puerta pero no hice más que fingir ignorancia; soy un cobarde.

Desde ese entonces nuestra relación se ha vuelto más empalagosa. El castaño sigue siendo fácil de molestar y provocar con mis acciones destilando fanfarronería, sin embargo, esta vez en lugar de evadirme él trata de establecer una mayor cercanía, supongo que habla  la necesidad de aferrarse a alguien al estarse ahogando en la soledad.

Me gustaría saber qué es lo que le acompleja, conocer a los demonios con los cuales esta batallando para encogerlos de tamaño y encararlos, ingresar en cada rincón de su mente y surcar su cuerpo con mis besos, no obstante, no poseo el valor para hacer eso porque hace mucho ella me lo quito.

Suspiré negando con la cabeza, retirándome el flequillo de la frente para volver a centrar mi atención en los libros que Miyagi se encontraba cargando con la excusa de que me debía instruir al ser el novato en su sección.

“Si después te interesan los trabajos de Sumi-sensei te puedo prestar mi vieja colección” Su mirada se endureció ante mi ida expresión “Debes prestar atención en esos detalles al saber que en un futuro te tocará un autor”

“Perdón” Balbuceé tomando los libros que él me indicaba con la mano “Estoy un poco en las nubes”

“No lo había notado” El sarcasmo resonó por las paredes de mi mente provocando que un escalofrió azotará mi columna “Takano después del trabajo puedes hacer y pensar lo que quieras, pero sí me tomé el tiempo para salir contigo a apoyarte lo mínimo que puedes hacer es prestarme atención” Gruñí ante ese golpe en el orgullo con el que él me pretendía derrumbar.

“Ya comprendo porque sales con Shinobu si son igualitos” Me mofé con satisfacción ante la mueca de vergüenza que me regalo.

“Solo ve a la caja para que los podemos poner en el cargo de la editorial” Suspiró frotándose con las yemas de los dedos la frente; frunciendo los labios hasta que estos perdieran su simetría “Estoy demasiado cansado, tener que vivir con la pareja no es tan sencillo”

“¿Problemas en el paraíso?” Lo interrogue alzando una ceja, poniéndome en la fila de la librería para pagar.

“Supongo que es lo normal” Musito “Para todos los novios les debe ser difícil comenzar a vivir juntos, acostumbrarse a las manías del otro, aceptar que ya no tienes privacidad, uno que otro ataque de celos” Una pequeña sonrisa se trazó sobre su boca “Aunque en el fondo es muy lindo que él haga eso” Ni siquiera mi molesta risita lo despertó.

“En lugar de enfado luces feliz” Me burlé avanzando de lugar.

“Lo estoy”

Me aferré a los textos que me encontraba cargando para darle la espalda al de cabellos negros sintiendo una ligera opresión en el corazón; yo planifiqué meses vivir con Erika, cada paso, cada movimiento, reacción, respiración, cuando fui a su casa y me incline en frente de su padre pidiéndole su consentimiento para compartir un apartamento juntos como si fuera uno de esos aristócratas caballeros; presioné mis pestañas con angustia, yo no lo comprendo ¿Por qué ese recuerdo ahora me sabe a traición?

Convivir con esa mujer no fue el sueño en el que me encerraba, las mañanas se asemejaba a una guerra en donde ella tenía el poder de despedazarme con un insulto, las noches eran frías en lugar de rebalsar pasión, las salidas eran incomodas, era extraño pasar cada minuto de mi existencia con esa perfecta muchacha, no obstante, aun así la amaba, aun con esa clase de comportamientos ante mis ojos era ideal.

Sonreí con nostalgia apoyando los libros en la caja dispuesto a pagar por ellos para irme de ese gigantesco lugar, antes de que Miyagi sacará la tarjeta de la empresa mi atención se centró en uno de los manuscritos que tenían a la venta en una oferta especial de lanzamiento; el texto poseía una portada rígida con una ilustración de única edición que me resultó realmente hermosa; el borde era dorado, el centro celeste, las letras amatista.

“¿Me puede hacer un precio por él?” Le pregunte iluso a la muchacha de la caja quien se ruborizo.

“Seguro” Murmulló envolviendo ese libro con los demás.

“Oye, la editorial no pagará por algo que no fomente tu aprendizaje” Se quejó pasando de mala gana la tarjeta por el lector “No creas que” Él se calló al observar cómo le entregaba el dinero en efectivo.

“Se lo quiero llevar a Ritsu como regalo, lo quiero pagar yo” Una sonrisa amable fue la que me regalo antes de tomar la bolsa y salir de la tienda “Él me había dicho que le gustaba mucho ese autor, vi que tiene en su cuarto los del resto de la saga”

“Te has apegado mucho con Onodera” Se mofó caminando en dirección a su auto “Creo que los envidió un poco” Balbuceó centrando su atención en el cálido paisaje “Tú y él parecen muy cercanos, siempre están riendo, están cómodos con el otro, se apoyan, eso es difícil de conseguir”

“Para eso era el juego del despecho” Inquirí restándole importancia al encogerme de hombros, continuando con aquellos silenciosos pasos en pleno atardecer “Las cosas se deben dar con facilidad entre nosotros”

“¿No te da miedo encariñarte para después despedirte de él?” Esa pregunta retumbo en mi pecho hasta que se despedazó.

Decirle el adiós después de acostumbrarme a su aroma, luego de volverme un dependiente del sabor de sus labios, disfrutar de sus risas, sufrir con sus complejos, convertirme en un héroe para socorrerlo de las cadenas que lo asfixian en ese pasado; dejarlo esfumarse como polvo en mis memorias de cielo mientras me apartó sin dignarme a darle un adiós.

“Claro que no” La mentira más falsa que alguna vez pronuncié; frené mi caminar deteniendo los movimientos del de hebras negras “¿Tú no sabes quien se supone que es su admirador?” El más alto esbozo una pequeña sonrisa infantil que tan solo me provocó.

“Eso mi amado terrorista no se lo dice a nadie” Me relaje ante la amorosa manera en que llamó a ese insoportable rubio “No me cuenta los extraños planes que tiene para ustedes”

“Creo que debo temer” Bromeé intentando aligerar la tensión en vano.

“¿No tienes curiosidad por tu propia cita?” Me pregunto forzándome a que me estrellará con esa realidad “La linda chica que tienes del otro lado”

“No” Farfullé con sinceridad “Lo único que me interesa es regresar con Erika” Miyagi pareció molestarse con mi comentario al tensar sus facciones y forzar una sonrisa cínica; tan hipócrita como todos los demás de esta empresa.

“¿Por qué sigues con esa chica?” Su tono agresivo me molesto.

“Porque es perfecta” Respondí cruzándome los brazos ante la estupidez de esa interrogante “No puedo pedir más de lo que ella me entrega” Las personas a nuestro alrededor nos empujaron al obstruir el pasó, aun así no pude despegar mi mirada de esa fría expresión.

“¿Qué hay de Ritsu?” Me rebatió “¿Él no encaja con ese ideal?”

“No” Proclame sin vacilar “Él tiene muchos defectos; es terco, es demasiado orgulloso, ama llevarme la contraria, se arriesga a cosas innecesarias, tiene una insoportable tendencia altruista, es perfeccionista, no cocina muy bien, es irresponsable con su salud; es demasiado transparente para mi gusto pero” Antes de que me pudiera salvar una tonta sonrisa se encontraba en mis labios y una agradable sensación recorriendo mi estómago “Eso lo hace bastante lindo” Balbuceé al recordar lo revuelto que amanece su cabello por las mañanas “Muy lindo”

“Ni siquiera te has percatado” Se burló antes de darme la espalda.

“¿De qué?” La seriedad en su mirada me fulminó.

“De lo mucho que lo amas” Contestó a la ligera “Si te dieras cuenta de todo lo que dices de él y pudieras ver la forma en que sonríes cuando piensas en llegar a su lado lo sabrías” Sus pasos resonaron grabándose en mi mente “Sí tuvieras el coraje para dejar de ver solo a Erika lo podrías comprender”

“Amarlo” Me reí con sarcasmo “¿Sabes? Ya no quiero que me lleves a mi casa voy a tomar un taxi, me pusiste de malas” El más alto no me miro ni me habló, tan solo me dio la espalda continuando su rumbo sin darme mayor importancia.

Me acaricié el cuello de la camisa tratando de detener algún vehículo para llegar a mi apartamento y robarle a ese chico la respiración; cosas como el amor yo no las quiero, no deseo tener una relación seria con Ritsu porque no la necesito, es solo un desahogo de sexo, un juego en donde ambos pretendemos sentir más que despecho que tiene una fecha de caducidad al reverso de nuestras cínicas caricias.

¿Cómo me podría enamorar de alguien como él? Un hombre tan destrozado, con las manos llenas de sangre por culpa de las heridas, los pies lastimados al haber pisado el mismo infierno, la sonrisa torcida, el cuerpo manchado, la mirada empañada por culpa de los lamentos, un carácter de mierda ¿Quién podría querer a alguien como él? Yo no.

“No tendré más complicaciones en mi vida” Me dije a mi mismo al detener un taxi “No necesito más de ese drama” Me repetí metiéndome en el automóvil.

Apoyé mi espalda en los aterciopelados asientos después de entregarle mi dirección; presioné mis pestañas tratando de lidiar con el mal sabor que se había apoderado de mi garganta en aquel lugar; él solo es una distracción y nada más, parece bastante encantado con ese admirador suyo, con el desconocido que hurta sus emociones y se mantiene como constante alertar en mis tormentos sobre nuestro trágico final.

Ese castaño es el patético reemplazo de Erika no más; me llevé la mano con frustración hasta mi pecho al apreciar como esos potentes latidos me desmentían; yo ya no quiero más de esta guerra, no estoy listo ni me interesa forjar otra relación, lo único que haré será reconstruir las cenizas de nuestro amor para no tener que admitir que lo de nosotros fue en vano, para aceptar que me resigné a un romance infernal sin recompensa.

Una pequeña vibración captó mi atención, llevé mi mano al bolsillo de mis jeans con torpeza ignorando la irritante melodía predeterminada de mi celular.

 El aire se me perdió al leer el nombre de esa muchacha en la pantalla fluorescente “Diablos” Todo mi ser se estremeció; con nervios tomé el teléfono entre mis dos manos agitando mis piernas en contra del asiento sin saber cómo reaccionar ante tan explosiva noticia; con angustia contesté apreciando el ruido de esa armónica respiración “Erika” Aunque no la vi pude escuchar como trago con aflicción.

“Masamune” Las cosas a mi alrededor se empezaron a desmoronar con su embriagador tono “Pensé que ya no me contestarías como ahora estas tan ocupado” Alcé una de mis cejas al no poder comprender la raíz de su enfado.

“¿Por qué me llamaste?” Le pregunte apoyándome en la ventana del taxi “Tú fuiste la que me pidió mantener distancia”

“¿A qué estás jugando?” Me rebatió con cólera, casi pude imaginar cómo sus perfectos labios rojos se torcieron sin razón “No lo comprendo, se supone que tú me amabas y ahora ya estás jugando con alguien más”

“¿Qué?” El aliento se me fue “No entiendo bien a lo que quieres llegar, quizás la lejanía ya te comenzó a poner paranoica” Ella gruño en símbolo de frustración.

“¡No me mientas!” Gritó captando la atención del conductor “Me has traído como loca desde que rompimos y me dejaste plantada esa noche en el restaurant, no sabes todos los tramites que tuve que hacer y a las personas que les tuve que preguntar por tu paradero cuando te mudaste sin decirme nada” Una tonta sonrisa se dibujó en mis facciones; eran tan pocas veces las que ella demostraba esas clase de afecto, eran tan pocas las noches en donde me decía la verdad, no me pude evitar sentir especial.

“Si tanto me echabas de menos no me debiste llamar para gritarme” Reí ante el imaginario rubor que le pinte en las mejillas “Trata de explicarme las cosas con calma, no cometas tantas veces el mismo error” Aunque no estábamos juntos pude percibir como su dulce aliento acaricio mi cuello en un vago intento por tranquilizarse.

“Fui a tu nuevo apartamento” Proclamó como si estuviera dictando alguna sentencia de muerte.

“¿Y?” Solo la enfurecí.

“Conocí a ese chico con el que vives” Esa realidad se quebró entre mis manos “La clase de personas que ahora buscas para acostarte” Aprecié como las mentiras se incrustaban en mi piel profundizando en esas viejas heridas y aun así no pude hacer más que ver.

“Sí, Ritsu es algo así como la persona que está conmigo en estos momentos” Tartamudeé de la manera más ambigua que pude “Aunque tú no me puedes reclamar nada sí se supone que terminaste conmigo”

“¡Pero no comencé otra relación!” Me grito con la voz destrozada “¡Masamune yo no me largué con alguien más!”

“Yo no tengo una relación” Me defendí histérico al escuchar como ella rompía en un tímido sollozo al otro lado de la línea, me desmoroné al no poder abrazarla; ella me estaba consumiendo.

“Pues deberías aclarar esas cosas bien con ese chico” Farfulló hipeando con enfado “Si solo vas a andar jugando con alguien más veo que lo nuestro jamás te importo”

“¡No!” Ignoré la curiosa mirada del conductor para proseguir “Estoy sumamente enamorado de ti ¿Cuándo lo vas a comprender?” Ella guardo silencio “¿No lo hice todo para que te sintieras feliz a mi lado? ¿No traté de hacerte sonreír y sentirte amada cada instante que pasamos juntos?” Tan solo suspiró.

“Sí pero” Una tierna risilla salió ante mi primera victoria.

“¿Ves?” Insistí “Pregúntame las cosas a mí primero antes de andar sacando las conclusiones de manera apresurada tontita” Mi rostro hormigueó al volver a escuchar esa risa; habían pasado tantos años desde que no teníamos una pequeña pelea por algo tonto.

“Te extraño” Susurró de manera seductora “Quiero verte hoy” Mi corazón saltó ante esa petición “Tengamos esa cita que aplazaste sin darme más explicación para arreglar lo que pasa entre nosotros dos”

“Hecho” Ordené cortando la llamada al ser interrumpido por el taxista quien me exigía su paga.

Me bajé con rapidez del vehículo para ingresar en el ascensor del complejo de apartamentos y encarar al castaño al haber sido atrapado en esa red de mentiras; engañar de esa manera a Erika no se lo puedo perdonar, él se supone que es mi apoyo, finge ser mi incondicional, se supone que tenemos confianza; esto no lo puedo perdonar, su traición no quedará impugné como una maldita burla en mi cara, sus pecados se deben pagar.

Ingresé con un portazo hacia nuestro hogar, el castaño asustado por el ruido dio un pequeño salto en el sofá para mirarme atónito; esta vez esa hermosa cara de inocencia que tiene no lo va a salvar “¿Qué carajo le dijiste a Erika?” Le pregunte como un animal rabioso caminando hacia el sofá, mi rostro cosquilló al ver que él solamente llevaba vestida una de mis camisas y su ropa interior “¿Por qué diablos estas así?” Sus mejillas ardieron con pena.

“Yo siempre quise usar la ropa del otro en una relación” Se excusó bajando la cabeza “Y como nunca pude pensé que sería lindo hacerlo hoy” Ese tierno balbuceó me suavizo “Miyagi me escribió diciendo que lo hiciste bien así que ordené la comida para festejar con un pequeño pastel, solo quería pasar la tarde relajado contigo” Apreté mi mandíbula con frustración ante tan tiernos gestos; no me hagas las cosas más difíciles de lo que son.

“¿Por qué te metiste en mi relación?” El más bajo trató de ocultar sus expresiones debajo de su descuidado flequillo en vano ante mi potente agarre “¡Responde!” Esas esmeraldas se llenaron de angustia ante mi repentina agresión.

“Se supone que no debes caer por ella, la tratas de superar” Me refuto dándome un manotazo para que lo liberará “Te doy el apoyo que mereces” Clavé mis uñas en mis palmas ante esa enfermiza terquedad.

“Ella acepto sus errores y está dispuesta a regresar conmigo” Su risa histérica me molesto “Respeta de ahora en adelante mi privacidad”

“¿Realmente piensas que las cosas entre ustedes dos irán bien?” Él se cruzó los brazos arqueando el ceño “Takano despierta, esa mujer no te va a dar el amor que le pides, tan solo se van a hacer daño sí regresan juntos” Cuando su mano me trató de acariciar la mejilla lo aparte en contra del sillón.

“Ella puede cambiar por mí” Lo refuté a la defensiva “Y aunque no lo hiciera tú no eres más que un despecho, no te puedes meter”

“¿No puedo?” Me pregunto alzando una ceja “¡Ja! Pero que bonito” Bramó con sarcasmo “Tú me tratas como se te da la puta gana, me celas, me monopolizas pero ante mi primera muestra de inflexión ya no es mi asunto” Su inocente y tierna mirada parecía estar desprendiendo veneno con esas palabras de dagas “Se un  poquito más coherente en tu desastrosa vida”

“Nada te daba derecho a mentir” Farfullé “No sé qué le dijiste pero no puso contenta” El más bajo tiró de mi corbata acercándome hacia su rostro para que respirará su fresco y empalagoso aliento a canela.

“Le dije que eras mío” Parpadeé atónito ante ese comentario; aunque sus mejillas se encontraban cubiertas por un potente carmín él prosiguió “Que se largará si no te tenía nada más que ofrecer”

“Ritsu esto es solo un juego, no le tomes más importancia de la que tiene” Le pedí más calmado al leer el dolor en sus preciosas orbes “Nosotros no tendremos una relación sí es lo que estas esperando conmigo” Él se rio incomodo tensando su espalda sin apoyarla en el sofá, sus pies juguetearon sobre el suelo como un mísero intento por mantener la cordura.

“No espero nada de ti” Me rebatió sin dignarse a verme “Pero porque me importas no dejaré que regreses con ella”

“¿Realmente estas bien con este juego?” Le pregunte rozando su hombro para captar su atención “¿Ritsu?” Tomé sus mejillas para que nuestras miradas se ahogaran en la del otro y nuestros cuerpos rogaran por el calor ajeno.

“Claro que estoy bien” Me rebatió apretando mi camisa con frustración. Siendo así de transparente no puede evitar exponerse; él es tan vulnerable.

“¿Qué esperas con todo esto?” Insistí intoxicándome con el aroma de su respiración “¿Qué es lo que quieres conmigo?”

“Solo quiero ser tuyo” Susurró subiendo sus manos para acariciar mi cuello, ignorando mi pasmada y agitada expresión “¿Puedo pertenecerte Takano?” Tan solo pude juntar nuestros labios en un necesitado beso.

Mi boca devoró con dominio sus labios impregnados por la inocencia y la satisfacción, mis manos se aferraron a la delgada camisa que cubría su seductor cuerpo para meterse debajo de esta y erizar su blanca y perfecta piel, mi lengua repasó con un instinto animal cada rincón de su cavidad.

Pude percibir como la respiración de ambos se aceleró ante esos mortales besos, como nuestros cuerpos comenzaban a arder deseosos por fundirse y encajar, la manera en que la temperatura nos arrastró al mismo infierno con ese movimiento de labios letal y aun así ninguno fue capaz de detenerse.

“Takano” Él jadeó mi nombre cegado por el éxtasis abrazando mi cuello para profundizar aquel tacto.

Mi traviesa lengua jugueteó con la suya hasta que esa exquisita esencia con la que él me lograba seducir nos ahogó; aspiré el delicioso aroma que desprendía su cuello para después morder su boca enrojeciéndola de un precioso escarlata; sus mejillas se encontraban ardiendo por ese contacto, sus piernas se estremecían ansiosas en contra del suelo; Ritsu es mi obsesión.

Llevé mis manos hasta su trasero para apretarlo; el castaño enredo sus piernas en mi cadera captando mi señal para que con pasos torpes nos llevará a la habitación que compartíamos bañada por las débiles luces del atardecer e impregnada por nuestro aroma a sudor.

Con un brusco movimiento lo dejé en la cama provocando el estruendoso rechinar del colchón, sus hermosos ojos adornados por el deseo y la lujuria se centraron en los míos deteniendo todo a mi alrededor; ¿Cuándo comenzaste a tener el control de mi mundo?

Mis dedos empezaron a delinear las curvas de su vientre consiguiendo que él tiritara por culpa de los nervios y la ansiedad; pronto la camisa que se hallaba sobre su pecho se deslizó por sus hombros dejándolo expuesto ante mis negros deseos; liberando sus labios de los míos, sin despegar mi mirada de esos excitantes gestos descendí a su cuello en donde pude profanar su sabor.

“N…No” Se quejó al percibir como mis labios succionaron su piel hasta que esta ardió; mis dientes tiraron de tan sensible zona hasta que esta de color se tiño “No me dejes marcas tan visibles, en el trabajo lo sabrán” Me reclamó tratando de apoyar sus manos sobre mi pecho en vano.

“¿No querías ser mío?” Le pregunte susurrando en su oreja para después morderla “Confronta la locura que tú mismo has desatado” Musite lamiendo su lóbulo; consiguiendo que hasta esté enrojeciera por la pena.

El castaño se llevó una de sus manos a la boca mientras continuaba marcando con posesión todo su cuerpo; cada uno de sus rincones, cada parte de él, sus expresiones, sus defectos, los quería, deseo fundirme con él para que las marcas y las heridas jamás se puedan borrar.

Llevé mis dedos hasta sus pezones tirando de estos, el más bajo con un pretencioso valor comenzó a quitarme la corbata y la camisa para recorrer de manera celosa mi trabajado pecho; la temperatura entre nosotros nos estaba asfixiando; era tocar el infierno en esa preciosa mirada angelical.

Mis labios apretaron uno de sus botones deleitándose por ese exquisito sabor; mi lengua lo recorrió consiguiendo que las corrientes eléctricas se perdieran en el cuerpo del castaño mientras con mi mano me dedicaba a estimular el otro excitado pezón.

Ritsu con una expresión de puro pudor ingresó su mano en mi pantalón para comenzar a acariciar mi miembro con sus dedos y después agitarlo con toda su mano; pronto una agradable presión recorrió todo mi vientre hasta causar una insoportable explosión de éxtasis en mi interior; él me traía loco; toda cordura desapareció.

Bajé su ropa interior delineando su delicada cadera con las yemas de mis dedos para después masturbar su despierta erección; volví a profanar sus labios en un beso desbordante de pasión mientras la habitación era repleta por eróticos sonidos y lascivas miradas.

El más bajo aumento el vaivén de esta tortura agitando con fuerza mi caliente miembro mientras su propia erección palpitaba y crecía en mi mano, Ritsu presionó sus pestañas rendido permitiendo que mis labios lo intoxicaran y mis manos lo arrastraran hacia los pecados.

Sus piernas temblaron; un gemido fue silenciado cuando mordí su boca con satisfacción, el calor en su cuerpo lo derritió, el sudor comenzó a descender por su frente hasta surcar en sus pómulos, sus uñas se aferraron a mi brazo tratando de encontrar fuerza; estaba cayendo cual esclavo por su amor, me encontraba completamente cegado por ese castaño olvidando todo lo que ocurriría a mi alrededor.

“Para” No lo hice aunque me rogó; tan solo me fundí con sus labios de almíbar permitiendo que un repentino latido de mi corazón se descompasará con esa voz y una agradable estática azotará mis músculos.

Cuando su espalda se arqueó estremecido por el placer entre mis brazos y su ingenua mirada se dilato él acabó en mi mano con una linda expresión de vergüenza hundiéndose en las sabanas como si estas lo pudieran proteger de mi instinto animal; tratando de cubrirse con aquella maltratada almohada para que no leyera esa verdad.

“Tranquilo” Musite separando sus piernas ante su asustada y nerviosa mirada “Ya aprendí como debo hacerlo” Insistí antes de llevarme los dedos a la boca para comenzarlos a lubricar con mi saliva.

Su salado pero dulce sabor continuaba impregnado en mí ser, luego de haber jugueteado un par de minutos al repasar mis dedos con mí lengua los saqué de mi boca para llevar uno de ellos hasta su palpitante entrada; el más bajo tembló esbozando una mueca de desagrado cuando metí el primer dígito.

“Estas siendo muy brusco” Se quejó sin romper el tacto visual; tan solo me pude inclinar para besar los desordenados cabellos de su frente con ternura y conseguir que una apenada expresión se dibujará en sus facciones.

“Perdón” Murmullé nervioso al moverme en su interior; con mis labios acaricié sus mejillas rozando su nariz al ingresar un segundo dedo en su caliente y húmedo interior, Ritsu esta vez en lugar de apartarme alzó las piernas regalándome una erótica vista; este chico es mi perdición.

“Está bien, hazlo” Musitó sin dejar de verme “Después de todo eres tú” Mi corazón se descompasó a una velocidad inhumana al percibir como sus labios eran los que buscaban los míos, un exquisito escalofrío caló en lo más profundo de mi columna para electrizarla. Pude percibir tenues rastros de sudor descendiendo por mi frente ante esos acalorados besos.

Al haber sobrepasado la última gota de mi cordura guie mi necesitada erección a su interior; un gruñido extasiado salió de lo más profundo de mi garganta al ser envuelto por tan deliciosa y agradable presión, la sangre me hirvió ante tan única sensación, los músculos fueron clavados por cientos de agujas de cristal mientras cada centímetro de mi piel que no estaba en contacto con la suya ardía.

Un agitado vaivén comenzó entre nuestros cuerpo junto con el estruendoso sonido del colchón, sus manos se habían aferrado a mi espalda, las mías se hallaban en sus caderas invitándome a surcar en cada uno de sus rincones, mis labios acariciaban con lujuria sus hombros al repasarlos con mi lengua, la estática entre nosotros se había descontrolado.

Las cosquillas no se hicieron de esperar junto con una ensordecedora presión, el calor asfixió el ambiente, nuestros aromas se mezclaron, podía sentir su aliento golpeando mi nuca mientras reprimía sus jadeos al hacer presión con sus labios, el contacto ya no era suficiente, los movimiento no me bastaban para satisfacer estos enfermizos deseos de posesión.

“Ritsu” Lo llamé con seducción antes de voltear las posiciones dejándolo atónito arriba mío “Quiero que tú seas el que me guie” Todo el rostro del castaño ardió mientras se negaba a obedecer.

“Eso es demasiado vergonzoso” Se quejó apoyando sus frías y pequeñas manos sobre mi vientre, destrozando cada vena que se haya allí con una potente explosión “Takano yo” Lo silencié con un rápido beso.

“Quiero ser quien te vea en cada una de sus facetas” El más bajo presionó con frustración sus parpados mordiéndose el labio.

“Maldición” Musito consintiendo que mis manos en su cintura lo ayudaran a equilibrarse; el castaño apoyó sus piernas flexionándolas con dificultad entre mis caderas, él extendió sus brazos subiendo para después dejarse caer con elegancia sobre mi miembro; la sensación que él desató no la puedo describir; la electricidad, las descargas de adrenalina, un sentimiento que se podría etiquetar como amor; todo me excedió, él devastó mi instinto más bajo en ese candoroso encuentro.

Su imagen me hipnotizó; Ritsu se encontraba con las mejillas completamente ruborizaras, el sudor corriendo por su frente con los cabellos saltando, una mirada ardiendo en la lujuria y la pasión, el cuerpo perlado, mis marcas de propiedad reluciendo en la oscuridad de nuestra habitación mientras se mordía el labio, subiendo y bajando con una inocencia única; él era un cuadro erótico del que había caído como esclavo, una adicción de la que ya era dependiente.

“T…Takano” Jadeó ante las estocadas que le daba con las piernas cansadas temblando entre mis brazos, sin poder resistir más de esa locura tomé el dominio de la situación con un acelerado ritmo en donde pude sentir ambos latidos sincronizados.

“Ritsu” Murmullé besando su boca de manera superficial mientras mi mano volvía a masturbar su palpitante erección.

La presión entre nosotros se hizo insoportable de resistir, nuestros alientos se habían fundido en un último beso de condena, su dulce sabor impregnado en cada uno de mis pensamientos, mi piel rogando por su calor mientras surcaba hasta en sus entrañas deseando que él me perteneciera; me embriague en ese castaño.

Ritsu hundió su cabeza en mi hombro presionando sus pestañas antes de acabar, yo tan solo pude agarrar sus caderas para profundizar más en su palpitante, húmedo y caliente interior mientras miles de escalofríos dominaban mis sentidos y la razón se me escapaba del alma.

Una tibia sensación, electrizante, una apasionante tensión fueron las que me cegaron; con un potente ardor bajando por mi vientre terminé derramando mi esencia en su interior; el más bajo se estremeció al percibir mis lascivos movimientos antes de relajarse acurrucándose en busca de mi calor.

El castaño en silencio me observó con un brillo que no soy capaz de describir en su mirada al rebalsar emoción; una pequeña y tímida sonrisa se trazó en sus labios antes de acomodarse en mi pecho deteniendo mi respirar sin razón.

“¿Crees que sea tan malo llevar esto más lejos?” Me pregunto permitiendo que nos acomodará a ambos en el colchón, cubriendo su delgado y sensible cuerpo con una gruesa frazada.

“Creo que será caótico llevarlo más allá” Le respondí con sinceridad tomando su mentón ante esa decepcionada expresión “Sera terriblemente devastador para ambos profundizar esta relación”

“¿Pero?” Me pregunto nervioso sin apartarse, enredando sus dedos con los míos sobre su cintura.

“Quizás si es contigo quiera vivir esa locura” Proclamé acariciando sus enrojecidas mejillas “Ritsu sé que estoy bastante obsesionado con Erika, a veces ni yo comprendo lo que quiero con ella, sin embargo, tú eres especial” Reí con ternura ante su apenada mirada “Me gustas mucho, me traes loco, no vale la pena negarlo” Él se apoyó sobre mí entrelazando nuestras piernas.

“¿Qué es lo que tratas de decir?” Mi mano se ascendió por su espalda para llegar a los cabellos de su nuca y acariciarlos.

“Que no sería tan malo enamorarme de alguien como tú” Una ilusa sonrisa fue compartida “Tal vez sea bueno intentarlo” Preciosas e irresponsables palabras que nos guiarían a los dos al límite.

Notas finales:

Takano más que nada se encuentra aferrado a la idea que tenpia de Erika, a esa relación que él se imagino por años, por eso no es capaz de dejarla ir, cuando esta lejos del castaño se convence de que no siente nada por Ritsu pero....cuando lo ve como que cambia la cosa no?

Es dificil salir de una relacion que estaba tan arraigada, mucho más complicado si la otra persona te busca para regresar a diferencia de lo que pasó con Onodera, sin embargo, las emociones por el castaño ya estan alli; solo es cosa de intentarlo.

Jajaja Ritsu sabe seducirlo; debia decirlo.

Mil gracias a todos por leer y a quienes me dejaron su opinion del admirador secreto, algunos si le acertaron


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