Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El juego del despecho por Chiaki28

[Reviews - 173]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos!!

Aviso general:

Bien ya es definitivo, he estado loca este día porque me voy mañana a un aburrido viaje </3 de verdad no pude hacer nada y esta semana tendre una hora de internet por mi telefono que sera la que usare para subir las continuaciones </3

Bueno termine relaciones toxicas pero me falto la revision que son dos horas que no tenia se las subo mañana y deje a medias el capitulo de bandeja de plata...eso pasa cuando tengo que ordenar por mi hermano.

Sobre el capitulo en sí; púes creo que se comprendera mejor lo que la relacion significa para Ritsu, lo que piensa con los toques de Takano y esa cercania que nace.

Mi linda Jake Wang espero que te guste porque te lo hice con mucho amor <3

Espero que les guste <3 <3

Ritsu Pov

Un reemplazo para un corazón pulverizado; un consuelo para un chico cuya esperanza arrojó a lo más profundo de su subconsciente, un paño de lágrimas, un desahogo, un desquite; eso es todo lo que Takano representa para mí.

Que se haya atrevido a besarme de esa manera paralizó cada uno de mis músculos mientras la respiración se me disparaba, era la primera vez que un hombre osaba hacer eso sin mi consentimiento, a atravesar mis muros sin impórtale mis insoportables reclamos; ese idiota es un bruto que no tiene remedio alguno.

Me extraña e incómoda ser tocado con tanta confianza, sin embargo, ese azabache tiene razón con lo que dice, estoy más que asqueado de llorar tantas noches por la falta de Usami, lo debo superar ¡Maldición! Se supone que somos incondicionales, debo sonreír porque él haya sido correspondido en lugar de ahogarme en la tristeza.

Él y yo nos apoyamos mutuamente, somos almas absolutas; cuando él sacó sus primeros trabajos yo lo sostuve, cuando la presión se me hizo muy grande y comenzó a aplastar mis rodillas destrozándolas él se encargó de arreglar mis alas para que me pudiera mover y continuar, le debo muchas cosas a ese petulante peli plata, es hora de separar las emociones, de avanzar.

Arrojé un quejido al ser abrazado con fuerza de la cintura por esas grandes y desconocidas manos; ni si quiera me pude quedar dormido sobre su pecho como él quería, estaba tan nervioso que no logré cerrar los ojos en ningún instante.

Es raro pero cuando estamos en silencio, relajados con el latir del corazón ajeno, compartiendo y limpiando una herida simultánea, es lindo; es tranquilizante poder hacer esto a su lado, supongo que sí le debo bastante a Shinobu por habernos juntados aunque ya vea el inminente choque de esta relación.

Repasé con la mirada las facciones de mi acompañante sin poder liberarme de sus garras; él tenía los pómulos muy fuertes y marcados, rasgos masculinos, pestañas largas, su piel era bastante blanca resaltando con esos cabellos ridículamente oscuros; no lo podía negar, era bastante atractivo aunque jamás sería como Akihiko.

Al estar perdido en mis pensamientos no reaccioné a tiempo cuando sus parpados se alzaron enseñándome esos intensos ojos miel los que me repasaron con un indescriptible  miedo; el rostro me ardió de vergüenza ante su socarrona sonrisa, lo único que pude hacer fue tratar de retroceder en la cama en un torpe intento por ocultarme.

“Al parecer le gusto a alguien” Se mofó rodeando con más fuerza mi cintura “Tienes curvas bastante marcadas para ser un chico”

“¡¿Te vas a seguir burlando de mí?!” Le grité colérico frunciendo el ceño, temblando al apreciar como él se posesionaba arriba mío sujetando mis muñecas, hundiéndolas en el colchón para que no hubiera escape de sus labios.

“No despiertes de mal humor, amor” Esas palabras llenas de sarcasmo me enfurecían, con rabia di vuelta la nuca para no someterme bajo su juego.

“Takano no arruines nuestra apenas tolerable convivencia” Le pedí cerrando los ojos en busca de una mísera gota de paciencia.

“Solo bromeaba” Murmulló en mi oreja “Ritsu” Una mueca de desagrado se formó en mi boca al escuchar como me llamaba por mi nombre “¿Cómo dormiste anoche?”

“De maravilla” Ironice quedándome sin aire al percibir como sus labios se encontraban sobre los míos y sus manos sujetaban con fuerza mis mejillas liberando mis brazos.

¿Por qué la boca de él se tiene que sentir tan bien? ¿Por qué mi cuerpo es incapaz de apartarlo? Eran las tontas preguntas que me hacía mientras movía mis labios al compás de los suyos probando ese sabor a menta y tabaco, embelesándome con las explosiones que recorrían todo mi vientre ante sus tactos.

“Es una linda manera de despertar” Rio separándose de mí para acariciar mis labios “Besas bastante bien”

“No digas esa clase de cosas” Le pedí con una repentina timidez relajado entre las sabanas; el más alto con curiosidad repaso mi habitación sin cambiar de posición para fruncir las cejas con disgusto y apretar los puños con frustración.

“Dime mi travieso Ritsu ¿Cómo se supone que olvidaras al idiota de Usami sí tu cuarto está lleno de sus fotografías?” Pude percibir una gran molestia hacer erupción en sus palabras mientras esas penetrantes orbes se opacaban por emociones que me aterraron leer.

“Ayer ya saqué uno, es un avance” Me queje con terquedad; el azabache ignorando mis palabras se levantó de la cama para acercarse a todos los cuadros que tenía colgados y sacarlos sin mi permiso; arrasando en mi mundo como si fuera un poderoso huracán hambriento.

“Este sujeto está prohibido en nuestra casa” Más que una suave sugerencia aquello sonaba como una imponente orden “No lo vueltas a ver ni en pinturas”

“Pero de esa manera mi pieza se va a ver bastante deprimente sin si quiera un adorno” Sabia que eran palabras para aferrarme a su recuerdo y mantener esta enfermiza obsesión con ese hombre, sin embargo, habían veces en que no podía controlar mis pasiones por esos hermosos ojos violetas y los acababa buscando entre la multitud de mis memorias; arrastrándome por la sed de su amor.

“Si ese es el problema apenas te pongas ropa iremos a recorrer un par de tiendas”  Liberé un cansado suspiro maldiciendo esa altanera actitud que había adquirido.

“No es necesario que hagas esas cosas, está bien si no hay nada que las adornen” El más alto me miro con satisfacción apretando con desagrado los cuadros entre sus manos.

“Esta ahora también es mi habitación, tenemos que decorarla como ambos queramos” Me eludió con seguridad sin romper el tacto visual “Además es una excusa para que salgamos a un primera cita, se supone que nos debemos divertir”

“Pero” El más alto me calló con un fugaz beso consiguiendo que mi rostro hormiguera y él liberara una traviesa risa.

“Recuerda, no es nada enserio, úsame para divertirte y reponerte en lugar de ser tan terco” Me pidió con suavidad revolviendo mis cabellos, encaminándose a la salida de la habitación con todos los cuadros entre sus manos “Me iré a vestir, espero que estés listo en un par de minutos” Con cansancio me arroje sobre la cama ante su terquedad.

Cubrí mi rostro con mis manos intentando disimular la vergüenza ¿Cómo puedo convivir con alguien con ese insoportable carácter? No comprendo a Takano; no entiendo su actitud, él es desesperante, es altanero, petulante, me pasa a llevar como se le da la gana y lo peor de esta sentencia es que me atrevo a seguirle el juego.

“Ya puedo ver como esto acabara” Balbuceé para mí mismo liberando un cansado respiro “Al menos es una distracción” Me animé en voz alta como si buscara convencerme para continuar con estos demente planes.

Apagando mi razón me limite a pararme de las sabanas y tomar las primeras prendas que encontraba para vestirme, con torpeza me puse un pantalón de mezclilla un tanto gastado con un gigantesco suéter blanco para soportar el repentino frío que cubría la capital; mire de reojo mi atuendo liberando mis pensamientos.

“Quizás me falta gracia, si tan solo fuera más atractivo él me podría haber escogido” Negué con la cabeza silenciando la culpa de un olvido para caminar a la sala de estar.

“Sí te apuraste” La burlona voz del azabache me forzó a darme vueltas por impulso para verlo apoyado sobre el marco del cuarto de Shinobu; él vestía una camisa negra que marcaba su formado pecho con un par de pantalones de tela gris; se veía atractivo, era un buen papel que cubría sus niveles de hipocresía.

“Después de todos tus reclamos ¿Cómo no hacerlo?” Me mofé cruzándome los brazos y cerrando los ojos con calma.

“Cuando llegué a tu edifico me fije que a un par de cuadras hay una galería artesanal; quizás allá podamos encontrar algo” Murmullo en voz alta tomándome del brazo.

“Pero sería más rápido ir a alguna tiendo o algo” El mayor me sonrió con una ternura que nunca antes había visto para agarrar mi mano.

“Lo sé, pero quiero que esta cita dure bastante” Me confeso guiando mi pasmado cuerpo hacia la salida.

EL azabache enredó nuestros dedos de manera traviesa mientras caminábamos por las concurridas calles hacia los locales de la dichosa galería, sin importar lo mucho que lo intentara no le pude ordenar a mi corazón que dejara de latir con fuerza ni a mi rostro de arder.

Esa era la primera vez que caminaba de la mano con alguien; con Akihiko como siempre disimulábamos y para él yo no era una pareja estable jamás anduvimos de esta manera; tragué con dificultad al escuchar una burlona risa seguida de una pequeño apretón en nuestro agarre, con vergüenza alcé mi mirada hacia Takano.

“No tienes por qué estar tan nervioso” Musito con la atención perdida en las calles.

“No es como si lo pudiera evitar” Gimotee con angustia “Es la primera vez que hago esta clase de cosas” Mi comentario logro que esos intensos ojos miel se abrieran con sorpresa y se clavaran en mí dejándome expuesto, desnudando mi alma.

“Todo lo que él no fue” Murmullo llevando nuestros agarres a sus labios para depositar un pequeño beso “Lo seré yo”

“Gracias” No supe porque dije esas incoherencias, no obstante, tenía la latente necesidad de hacerlo y aferrarme con más fuerza a él.

El más alto y yo recorrimos en un agradable ambiente los pequeños negocios locales; vimos las distintas artesanías sin llevarnos nada, nos burlamos de algunas cosas extrañas que encontrábamos, nos quedamos pasmados con los precios que nos ofrecían, mientras la cercanía entre nosotros se veía como algo más natural.

En ningún momento le quise soltar la mano ante el calor que le trasmitía a mi cuerpo; ya no me importaba ni la mirada curiosa de los vendedores ni como nos volvíamos el foco de la hipocresía ante el estruendoso carácter del azabache.

Supongo que cuando Takano se relaja no tiene una personalidad tan insoportable; supongo que en el fondo solo usaba las palabras crueles como un repelente de protección; quizás perderme en este juego ignorando el desastre que encarnaremos no sea tan mala idea.

El mayor se detuvo en uno de los puestos de ropas para comenzar a analizar las prendas que habían colgadas debajo de la amable mirada de la señora que atendía el local; con curiosidad recorrí con la vista las prendas al azar hasta centrarme en una pequeña bufanda de color celeste.

“Se parece tanto” Musite en un delicado hilo de voz con una tonta sonrisa “Akihiko no te debes enfermar, no me gusta que te atrases tanto con las continuaciones, por eso le acabé pidiendo a mi madre que te tejiera esto” Pero que tonto me veo ahora en mis memorias con esa clase de atenciones, que idiota fui.

“Jovencito” La voz de la mujer me sacó de mi trance “¿Quieres verla?” Me pregunto con amabilidad acercándome la prenda.

“Gracias” Murmullé apretando la suave textura cálida; fue tan torpe darle algo así; ¿Cómo no lo iba a asustar con esa clase de patéticas acciones? ¿Cómo diablos pretendía mantener a Usami entre mis brazos si lo estaba atosigando con detalles idiotas?, realmente soy un tonto.

“¿Le gusta?” Ante su ilusionada voz solo me limite a asentir “Pues se la dejo a mitad de precio mi niño” La mujer de hebras platinadas le extendió su mano a Takano dejándonos a ambos sorprendidos.

“¿Por qué me está cobrando a mí?” Farfulló con molestia el azabache.

“El joven se ve muy deseoso de esa bufanda, no sea terco y mime un poco a su novio” Pude percibir como mi rostro ardía por esa clase de comentarios mientras liberaba con pena su mano.

“Bien” Masculló sacando un billete para extendérselo a la mujer “Espero que estés feliz noviecito” Se mofo enrollando la bufanda alrededor de mi cuello, quedándose quieto con cautela ante mi expresión “Ritsu ¿Estas bien?” Musito con preocupación acariciando mis mejillas “De repente te ves más angustiado”

“Estoy bien” Le respondí con una embustera sonrisa.

“Pero te has puesto un poco más pálido” Me contradijo acortando la distancia entre nuestros rostros “Y esa mirada depresiva no te da mucha credibilidad” Esas palabras intentaron sonar como una burla para romper la tensión en vano.

“Takano estoy bien, solo me sentí un poco mareado de repente” Mentí sabiendo que la venda de su arrogancia le impediría vislumbrar los engaños con los que escupía esas frases; no quiero que vea lo débil que soy y se burlé, no necesito más compasión ni regaños.

“Ve joven, debería ser más atento con su pareja o sino acabaran rompiendo por una tontera, el pobrecito se siente mal y usted él muy bruto ni cuenta se dio” El azabache miro con molestia a la mujer mientras yo asentía con vergüenza para apartarnos e ingresar con rapidez a una biblioteca al azar en busca de refugio por la repentina brisa helada.

“Es incomodo que nos digan que parecemos pareja” Murmullé saltando al sentir un descarado agarre en mi cintura.

“Un poco, pero supongo que eso nos dice que lo estamos haciendo bien” Divago en voz alta centrando su atención en la mesa de los libros más vendidos; en uno de los nuevos trabajos de Sumi-sensei.

“¿Te gusta ese escritor?” Le pregunte divertido por su repentina actitud de niño al acoger el manuscrito entre sus manos y suspirar repasando las páginas, aspirando el aroma de las letras, acariciando con la mirada aquel valioso tesoro.

“Me encanta” Musito con tranquilidad.

“Deberías comprarlo; no quedan mucho ejemplares y conociendo a sensei puede negarse a que haya una reimpresión con esa extraña aprensión a que le gusta que sean limitados” El más alto acaricio con sus grandes manos el libro sin borrar esa tonta expresión de sus labios; parecía encantado con ese manuscrito.

“Debería pero” Su atención se centró en el precio de la etiqueta “Ya ni si quiera sé si conservo mi trabajo, no puedo gastarlo en algo como un libro tan caro” La desilusión con la que pronunciaba esas frases me estremeció cada uno de mis músculos.

“Pero Takano” El nombrado dejó con decepción el libro en el estante para mirarme con pesadez.

“Podrían vender alguna ilustración de un libro para adornar la habitación, iré a preguntarle a los empleados para que podamos regresar a casa” Farfulló con una rabia mal disimulada al chocar con brusquedad en contra de mi hombro.

Con curiosidad acune aquel manuscrito liberando un grito silencioso por el precio de este; por inercia metí mis manos a mis bolsillos encontrando un par de viejos ahorros que jamás gasté ante la depresión que atravesé.

“Debo estar mal de la cabeza” Me dije mientras caminaba sin control de mi razón hacia la caja para pagar el ostentoso libro de un sobrevalorado autor.

Recuerdo que junte ese dinero para costear una cena romántica, pero al ser tan malo en la cocina me acabe acobardando y guardando los billetes como una salvación para casos difíciles, supongo que uno sí comete locuras cuando está enfermo de amor; cegado por el pecado, embriagado por el aroma del diablo.

Ahora que lo pienso quizás yo también haya botado mi carrera a la basura por toda esta mierda que atravesé, ¿Cómo me he permitido ser tan descuidado? No puedo continuar escondiéndome como un aterrado niño y evitar esas hermosas orbes por el resto de mi martirio, no puedo ser tan cobarde; no puedo ser tan débil; necesito salir de esta fosa o me acabaré deshaciendo como el polvo de lo que alguna vez fue mi reflejo.

Cuando me entregaron la bolsa con el libro mi mirada por apatía busco esas arrogantes orbes miel como un excusa para olvidar “Ritsu” Su voz capto mi atención, entre la multitud lo encontré en una de las cajas a la derecha sosteniendo un empaque de papel café “Tenían una pequeña ilustración que ya pagué”

“Grandioso” Musite arrepentido por lo irónico que se escucharon esas palabras.

El mayor y yo nos regresamos al apartamento sumidos en nuestros propios pensamientos, mirando con aburriendo como el nublado día nos ocultaba el sol, como las personas ocupadas con sus aparatos trataban de no chocar en las concurridas calles.

Después de incómodos minutos en un insufrible silencio llegamos hasta el apartamento que alguna vez compartí con el tramposo terrorista; quien ahora es el causante de mis tontos pensamientos desesperados por una salvación de esta condena.

Al ingresar a la sala el azabache dejo la ilustración envuelta sobre la mesa de madera en una de las esquinas “Takano” Lo llamé sin atreverme a verlo a la cara, extendiéndole la bolsa “Es para ti” Solo pude sentir como él más alto tomaba el paquete con fuerza.

“¿Por qué me lo compraste?” Tentado por la curiosidad alcé mi mirada encontrándome con una resplandeciente sonrisa ingenua que estremeció mi ser.

“Te veías tan feliz por el” Balbuceé nervioso “Se supone que yo debo ser todo lo que ella no fue” El mayor sin darme explicación arrojo el libro sobre el sofá para acercarse a mi cuerpo y respirar sobre mi rostro.

“Pero no tenías por qué comprármelo cuando tú también estas con problemas en tu empresa, he escuchado que tampoco te has presentado a trabajar por culpa de tu ruptura” Encogí mis hombros con una pretenciosa tranquilidad intentando que mis mascaras se mantuvieran firmes en frente de a quién debía someter.

“Tenía un par de ahorros y no había nada que quería” Confesé con un ligero tartamudeo “Además se supone que ahora solo debes pensar en mí, necesito cooperar para que logres olvidarte de Erika” El azabache sonrió satisfecho ante mis palabras anulando toda la distancia que tenían nuestros cuerpo.

“Esa es la actitud” Murmullo acunando mis mejillas para comenzar a mover sus labios con intensidad sobre los míos.

Su venenosa lengua toxica ya se encontraba posesionando cada uno de los rincones de mi boca, sus dientes me mordían con recelo, mi sangre me había comenzado a arder sin motivo mientras mis músculos se calentaban por su cercanía; mis piernas temblaban sin responderme, ambos acabamos sobre el suelo apoyando mi espalda en contra de los pies del sillón.

Takano enredo sus dedos en mis cabellos aumentando la temperatura entre nosotros, lo único que hice fue aferrarme con fuerza a su espalda disfrutando de ese momento, consintiendo que fuera su sabor el que ahora me llenara y su esencia la que se impregnara.

El más alto se apartó con lentitud tirando con sus dientes mi labios superior “Ritsu muéstrame como te debo tocar” Esas roncas palabras estremecieron todo mi ser “Dime lo que te gusta para que lo pueda hacer”

Con el aliento robado por la seriedad de ese tono y decidido a no rebajarme ante la pena me atreví a mover con lentitud mi mano hacia su pantalón; el más alto me miraba de manera expectante mientras se lamia el labio ansioso; asechándome como si fuera un pequeño animal indefenso.

“No tengas vergüenza” Me pidió impaciente; trague saliva con dificultad atreviéndome a meter la mano debajo de su bóxer para comenzar a acariciar su miembro, despertando su excitación con mis caricias.

Él gruño ante mis toques llevando su mano hasta mi entrepierna para rozarla sobre mi pantalón “Así que te gusta acá” Murmullo mordiéndome la oreja “Pues seré quien satisfaga tus más perversos deseos”

Takano sin previo aviso metió su mano en mi pantalón recostándome en contra del sofá para que no huyera, acariciando con una tortuosa lentitud mi erección mientras yo masturbaba torpemente la suya.

Nuestros labios nuevamente se encontraban batallando entre ellos; las emociones me hacían enloquecer al tocar el éxtasis, sus toques me hacían delirar al percibir su experta mano sobre mi piel; todo esto parecía tan irreal.

Su caliente miembro comenzó a crecer con mis toques; la electricidad era la que poseía el ambiente, la sala se había llenado de gemidos ahogados; mi corazón latía sin razón alguna por ese chico, mis piernas temblaban mientras mis nervios eran poseídos por un par de agradables espasmos; este hombre me hará enloquecer.

La presión se hizo insoportable en mi entrepierna; sin poder reprimir liberé un jadeo extasiado captando toda la atención del azabache quien parecía divertido con mi estado, mi acompañante aumento los movimientos de su mano para hacerme descender al infierno; el calor me había hecho comenzar a sudar en ese gigante suéter.

“B…Basta” Le pedí siendo ignorado; cuando Takano mordió mi cuello no resistí liberando un último suspiro para correrme por culpa de sus caricias.

Sin detener mis torpes movimientos en su palpitante erección conseguí que un ronco jadeo saliera de su garganta, me ruboricé intensamente al escuchar mi nombre en ese tono tan lujurioso; el más alto acabo en mi mano solo para después devorar mis labios una vez más.

“Ritsu” Murmullo lamiendo mi boca “¿Cómo debo continuar?” Apoyé mis manos sobre su pecho con nervios desviando la nuca.

“Eso” Balbuceé siendo consumido por la pena de tenerle que explicar esas cosas a ese petulante hombre.

“No te vayas a acobardar ahora Onodera” Me regaño con las facciones tensas paralizando mis movimientos con sus manos.

“Es que es demasiado vergonzoso explicarlo” Me excuse presionando mis parpados; profesándome sin barreras ante esa mirada.

“¿Sabes? Para ser un hombre eres bastante sensual Ritsu, yo no pensé que quisiera llegar tan lejos con un chico pero” Abrí mis ojos ante ese seductor aroma respirando sobre mis labios “Tú eres la excepción”

“¿Esto no te incomoda?” El azabache rio relajándose; mirándome con un afecto irracional que no tenía explicación.

“Debería, sin embargo, nunca he sido muy prejuicioso con mi sexualidad, no me importa mucho con quien estar” Proclamo con irresponsabilidad intentando volver a acomodarse el pantalón “Supongo que me quedare con las ganas”

“Lo lamento” Murmullé imitando sus acciones para irnos a asear al baño y bajar la temperatura con un poco de agua congelada.

“Quedamos en que la pena y esas mierdas complicadas de pareja quedarían atrás Ritsu, sal conmigo para olvidar, úsame como desahogo, no tengamos vergüenza entre nosotros, creo que es la única manera en que superaremos esos amores tóxicos” Me indico lavándose las manos para después revolverse los cabellos dejándolos húmedos sobre su frente; dándole un aspecto de soberbia y vanidad.

“Takano ¿No te causa angustia tener sexo con un hombre?” Lo interrogue sin inhibiciones cruzándome los brazos sobre el pecho.

“Shinobu fue inteligente” Musito para el mismo “Mientras más sensaciones extrañas experimenté más llena estará mi mente de otras cosas, es increíble lo poco que he pensado en Erika desde que iniciamos esto, por eso no me causa repulsión hacerlo” El azabache se acercó a mi cuello abrazando mi vientre “Además eres muy lindo”

“Contigo no se puede razonar” Me queje con la piel hormigueando por sus tactos, apreciando en el espejo como mis mejillas se habían encendido.

“Guarda esas energías para otra cosa mi lindo noviecito” Murmullo recorriendo mi cuerpo sobre el gigante suéter blanco.

“Por favor no te pongas arrogante” Le pedí cansado de ese indestructible y pretencioso semblante con el que a veces se camuflaba; con el que ansiaba que sus heridas de batalla pasaran desapercibidas por mi radar, con las barreras que nos intentaban separar para no crear nuevas cicatrices sobre su piel.

“Lo siento pero no logró disimular la emoción que esto me causa” Susurro besando mi cuello superficialmente “Me gusta tanto no tener un amorío con compromisos en el que me puedo divertir” Confirmo “Me agrada mucho este juego Ritsu”

Sin permitirme responder él más alto me robo el aliento con sus adictivos labios de menta mientras sus manos se aferraban a mis caderas; mi mente como advertencia me gritaba que me apartara, que lo empujara, que me fuera, sin embargo, mi corazón me rogaba por más de ese único sabor a perdición.

Nuevamente caí en su trampa aferrándome con desesperación a él, moviendo mi boca sin camuflar la alegría que me causaba haber dejado de pensar el Akihiko para perderme en quien era Takano, rozar con electricidad nuestras pieles.

El mayor se apartó entregándome una tonta sonrisa para salir del baño; con nervios desvíe mi mirada a mi reflejo el cual se encontraba completamente rojo por la pena, el cuerpo relajado, la respiración agitada y una extraña mirada que no me quise atrever a reconocer.

“No otra vez” Murmure con pánico ante esos ingenuos ojos verdes “Esto va a acabar muy mal” Me dije a mis mismo echando para atrás mi cuello, revolviendo mis cabellos en busca de una inexistente tranquilidad.

Notas finales:

Bien chicos ajaja lo siento pero Ritsu se murio de verguenza al tener que explicarle eso..aunque eventualmente lo va a tener que hacer.

Y creo que los malos presentimientos no faltan en este juego.

Espero que les haya gustado; ojala comenten y mil gracias por leer <3 <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).