Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

El juego del despecho por Chiaki28

[Reviews - 173]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola chicos!!

Y con esto finalizo mi amoroso acoso de Odita 13/13

misa-chan13 El capitulo te lo dedico con mucho amor, espero que sea de tu agrado y mil gracias por ser tan dulce y apoyarme en tantos proyectos.

Espero que les guste <3 <3

Ritsu Pov

Mire perplejo a Takano quien apenas rozaba mi mano como si vacilara en tocarla o dejarla ir ante las imprudentes palabras de mi amigo; me mordí el labio percibiendo como el sabor del azabache aún se encontraba impregnado en mi piel, mi garganta estaba hormigueando con un leve ardor ante los efectos del alcohol, mi mente era un caos y mi estómago una zona de guerra.

“¿Pero qué clase de reacción es esa?” Bromeó haciéndonos un gesto con ambas manos para que nos relajáramos.

“Solo nos tomaste por sorpresa” Se excusó el más alto robándome las palabras de la garganta; haciéndome una seña con la mano para que nos acomodáramos junto a nuestro amigo “No es muy normal interrumpir en una casa ajena” Rio para aligerar el ambiente.

“Les recuerdo que este antes era mi apartamento” No reaccioné ante esas frases “¿Ritsu?” Me llamó al aun observarme estático parado en la habitación.

Por esto comenzaste con el despecho; por esa razón te has entregado a Takano, ese hombre no es especial, es solo un petulante que sufre por un cínica quien se acobardó, es uno más de los idiotas sin rostro que has conocido; un aprovechado que busca vaciar sus problemas en ti, no es especial, me repetía en la mente, entonces ¿Por qué cada una de esas palabra me sabían a mentira?

Solo debo mantener mi mente enfocada en esta locura y no perderé, solamente estoy emocionado porque él hace todo lo que Usami me privó en plena oscuridad, porque se atreve a tomar mi mano en público; por esos pequeños gestos como aferrarse a mi cintura en la noche, por esas repentinas atenciones que esbozan una tonta sonrisa sobre mi rostro, solo es un juego.

“¿Estas bien?” Me repitió el rubio con preocupación; poniéndome la mejor máscara embustera que encontré en mis memorias me senté a su lado con una gentil sonrisa, odiaba que me viera con compasión, que se lamentara por mi culpa, ya no soy un molesto mocoso que solo llora, no dejaré que los demás sigan tomando los hilos del desastre que llamó vida.

“Tan solo ando medio confundido por haber bebido de más” Me excusé cerrando los ojos; colocando la misma cara con la que le mentía a esas orbes violetas restándole importancia a mi estado de soledad, grabando una letra más en mi tumba.

“Eso te pasa por recibir tragos de otro hombre” Farfulló Takano con recelo consiguiendo que la sonrisa de Shinobu se ensanchará.

“Interesante” Musito para sí mismo apoyándose con satisfacción en el espalda del sillón “Bueno ¿No quieren saber con más detalle cómo son esas personas?”

Esas resplandecientes orbes miel buscaron a las mías en la habitación, su mano aun dudaba si debía acariciarme, sus piernas se removían con inquietud, parecía estarme pidiendo permiso para poder indagar esas cosas; una autoridad que no me correspondía.

“Sí, nos encantaría saber” Respondí por ambos logrando que él arqueara el ceño.

“Ritsu, mi querido y despistado amigo” Me presento con un ligero tono de arrogancia “El hombre perfecto para ti es todo lo que necesitas y con lo que has soñado, es un chico dispuesto a complacerte en lo que gustes” Reí divertido por ese semblante que había adquirido el rubio con orgullo.

“Pareciera que me lo tratas de vender” Musite con confianza intercambiando una sonrisa sincera con él.

“Es que ustedes encajan a la perfección, ese hombre es atento, es dulce, es tierno, es protector, es un poco complicado pero te lo compensa con valor, jamás se apenara de quien es y es capaz de transmitirte la seguridad que a veces te falta, es un incondicional” Un ingenuo suspiro escapo de mis labios ante esa descripción.

“Suena sospechosamente bueno para ser verdad” Le rebatí provocando que él me golpeara la espalda como reproche.

“No seas terco; te va a gustar cuando lo conozcas, además es muy dedicado en lo que hace, tu amas esa clase de pasión por el trabajo” Me recordó con una inmensa nostalgia siendo arrastrada en sus palabras.

“Es cierto” Murmullé “Eso era lo que más amaba de Akihiko, como era capaz de darlo todo por los libros que escribía, la emoción con la que impregnaba el ambiente, la mirada que ponía sobre su” Un golpe más fuerte en mi cabeza me forzó a arquear las cejas.

“Nunca más lo nombres” Me ordenó el azabache con molestia acariciando mis cabellos con la misma mano que me reprimió “Tú ahora me perteneces, no quiero oír más de él” Un espasmo recorrió toda mi piel como si esas frases hubieran sido absorbidas por mis sentidos.

“Ahora tú Masamune”  El nombrado permaneció expectante ante el silencio de suspenso con el que el terrorista nos torturo.

“Shinobu” Su tono de reproche aumento la asfixia en el ambiente.

“La chica que conseguí para ti es muy ingenua, es sensible, es dulce, tiene pequeños detalles con las personas que ama, es un poco tímida, compasiva, es inteligente, muy competente, cuidado ahí porque te puede llegar a desafiar más de una vez pero es la chica más pura y entregada que he conocido, ella nunca se echará para atrás en la relación” La estúpida sonrisa sobre el cara de mi despecho me enfado.

Con unos celos irracionales volteé mi rostro hacia la alfombra del suelo como si esta tuviera algo de interesante; solo deben ser besos superficiales, es solo sexo, una compañía por lastima, eso es Takano, no es importante; él puede tener a esa linda chica cuando nuestro dolor haya sido arrastrado hacia en infierno, él puede ligarse a quien quiere como paso en el bar, para él soy un maldito chiste pintado con lágrimas.

 Pero… ¿Por qué siempre debe quedar un pero? Me dolió cuando lo vi con alguien más, porque en el fondo soy posesivo y ya renuncié a lo mío, estoy consciente de que ese azabache solo esta jugando conmigo para que le enseñe un par de experiencias que añadir a su lista, que soy un irritante a quien debe tolerar; creo que estar consciente de esto es lo que más duele.

Está experimentando, en un par de años cuando tenga una linda familia con esa chica cubierta por el antifaz de las palabras de los labios de Shinobu él me recordará como su aventura, como el idiota al que consoló, el imbécil de destrozado corazón; me aseguraré de ser solamente eso para él.

“¿No te gustó la descripción que te di?” Pregunto el chico de mirada grisácea confundido por la repentina reacción de Takano.

“Estoy un poco ansioso, Erika para mí era perfecta pero ella tampoco se escucha tan mal, quizás las cosas podría resultar con ella” Esas palabras se enterraron como una daga silenciosa en lo más profundo de mi corazón, aunque no comprendía el porqué, después de todo esto entre nosotros no era amor.

“Masamune tengo mucha sed” Se quejó el más bajo “¿Podrías ir a hacerme un café?”  Mi despecho chasqueó la lengua con fastidio parándose con pereza del sofá.

“Esta aun es tu casa ¿No te lo puedes hacer tú?” Sus palabras se escuchaban agobiadas y frustradas.

“Aun me debes un favor por tolerar todos esos insoportables quejidos con los que llamabas a Erika, me debes mucho ingrato” Bramó con enfado el menor provocando que el azabache rodará sus ojos y nos dejará a solas.

“Así que ya tienes las fechas” Reí con incomodidad y nervios intentando disimular la angustia forjada como cadena en mi pecho.

“Sí” Proclamo “En tan solo un par de semanas los van a conocer, así que disfruta tu despecho con Masamune mientras puedes, después tendrás tu relación estable” Tragué con dificultad sintiendo asco por el revoltijo que era mi estómago sin saber si era por la resaca o por esa extraña idea.

“¿Disfrutarlo?” Le pregunte percibiendo el sudor descender por mi frente “Yo lo único que he hecho ha sido tolerar a ese imbécil”

“Es curioso” Se burló apoyando su rostro sobre su mano “Ustedes se veían muy cómodos antes de que interrumpiera” Un poderoso sonrojo atacó mis mejillas junto a un ligero temblor y estremecimiento de mis músculos.

“¡Estaba ebrio!” Me excuse consiguiendo que una risa resonara por todo el apartamento.

“Pues se te pasaron rápido los efectos” Dijo sin vergüenza alguna acariciando mi hombro “Ya enserio Ritsu; ¿Cuándo lo vas a admitir?” Ladeé mi cabeza expresando la confusión que me provocaba mi amigo.

“¿Admitir?” Repetí.

“Que te gusta Masamune” Antes de poder responder a la defensiva mis palabras se ahogaron en mi boca con la saliva consiguiendo que tosiera con sorpresa y enfado “Que lindo, hasta nervioso te pones”

“¿Acaso eres idiota?” Lo interrogué con los puños cerrados “A mi jamás me podría gustar alguien como él”

“¿Desde cuándo hemos sido amigos?” Me callé ante su pregunta “Yo te conozco Ritsu, conozco esa mirada que pones cuando te comienzas a encariñar” Un movimiento de negación con la cabeza fue lo que convoco mi  terquedad ante esas frases embusteras.

“Él es como un niño, no me puedo encariñar con alguien así” El rubio liberó el aire de sus pulmones como si se hubiera cansado de llevar esta vaga conversación con un complicado de turbulentas pasiones.

“No te molestes en negarlo conmigo, puedo ver que te gusta, eres demasiado trasparente en esas cosas y eso fue lo que aprovechó Akihiko, es lo que siempre te acaba fastidiando” Con ese nombre mi piel se erizo, baje la mirada con sumisión y apreté la tela sobre la rodilla de mis pantalones con nostálgica.

“Supongo que es verdad” Reí con un aire irónico “¿Sabes? Yo recuerdo que a él yo no le gustaba, que él no quería salir conmigo pero yo seguí insistiendo; Shinobu insistí hasta que me destrozó, lo hizo porque sintió lastima de este idiota que no puede disimular su enamoramiento” El más bajo suavizo sus facciones apoyando una de sus manos sobre la mía.

“No quise tocar ese tema” Musito con suavidad “Pero no es malo sentir esas cosas por una persona como Masamune, él es bueno aunque solo sea para sanar tus heridas”

“Es un despecho y ya, no tiene importancia” Pregone con terquedad “¿Sabes? Estoy ansioso por conocer a ese hombre perfecto y olvidarme de todo esto, por fin me pasa algo bueno” Esas mentiras toxicas no lo lograron convencer a él ni tampoco a mí.

“Esta frío porque abrí el hervidor antes de que terminará” Se excusó el tema de conversación ingresando con firmes pasos en la habitación.

“No importa, la verdad no quería café” El ceño del azabache se frunció con rabia; era extraño verlo en esa faceta tan animada; era extrañamente encantador “Tan solo quería tener una excusa para hablar con Ritsu a solas y como tú eres un metiche celoso te tuve que mentir para sacarte a la fuerza.

“Mocoso” Gruño entre dientes apretando la pequeña taza entre sus manos; caminando con furia hacia la mesa de la sala de estar para dejarla.

 “Ahora que ya les avisé que tienen las citas de sus vidas en un par de semanas y me  pude asegurar de que jugaran mi juego me tengo que ir” Agarré a mi amigo del brazo antes de que se levantará del sofá y se marchará de nuestro hogar.

“Si quieres te quedas en la noche” Le ofrecí con sinceridad intercambiando una cálida sonrisa.

“No gracias” Susurro liberándose de mi agarré para caminar hacia la puerta “Miyagi lleva un par de horas esperándome en el auto, el pobre debe tener mucho frío” Rio con malicia mirándonos divertido “Además no quiero escuchar como ustedes dos lo hacen” Mi rostro ardió ante esas palabras, Takano me observo con lujuria mordiéndose el labio con deseo; el ruido de la puerta fue lo que rompió nuestro ambiente.

“Se fue” Musite viendo con decepción la puerta.

“Mañana iremos a comprar una nueva cerradura” Farfullo él más alto caminando hacia mi lado en el sillón, apoyando su rostro cerca del mío.

“Es muy tarde, creo que me iré a dormir” Los nervios en mi voz no eran disimulados por mi segura mirada; me levanté con pasos endebles en el suelo siendo jalado por la cintura hacia el sillón una vez más.

“¿No crees que deberíamos terminar lo que comenzamos?” Susurró con una voz aterciopelada repasando con sus dedos mis labios “Sé que me quieres como yo a ti Ritsu; sé que me deseas tener en este despecho” Volteé mi cabeza en el sofá intentando esquivar esa intensa mirada de enigmáticos tonos dorados.

“Yo no” Un superficial beso sobre mis labios me silencio.

“Ni si quiera pienses en negarlo” Musito lamiendo mi cuello, tocando mi cuerpo como si fuera de su propiedad “Dime que me quieres y me tendrás; pídeme que te haga mío Ritsu, ruégame porque te marque con mis tóxicos besos; anda, arroja la vergüenza, cuéntame tus más oscuras fantasías y me encargaré de satisfacer esa perversa mente tuya”  

Por un constante golpeteo en mi pecho me limite a cerrar mis ojos y en lugar de darle una enfadada esquiva como él esperaba enrollé mis manos en sus cabellos para comenzar con un torpe e inocente beso.

Pude sentir como un tonta risa arrogante salía de sus labios; él me recostó en los recios cojines del sofá apoyando sus piernas entre las mías, aplastándome con su imponente y formado pecho mientras su experta lengua me repasaba con un pretencioso derecho.

Mi estómago comenzó a cosquillear; mi rostro a quemar, mis labios se volvían cada caricia más adictivos a los suyos, es tan diferente a todo lo que conocí; una viciosa mezcla entre tabaco, cerveza, menta y almíbar, un sabor al que ya no me puedo resistir, del que ya soy un condenado dependiente y prisionero.

Sus manos descendieron por mi espalda aferrándose a mi cintura hasta llegar a mis caderas en donde apretó mi trasero sin vergüenza; el ruido de nuestros labios era opacado por mis incesantes jadeos y un molesto golpeteó que comenzó a nacer en mi interior.

Cuando quise llegar más lejos metiendo mis manos debajo de su camisa para fundirnos en el infierno mi estómago me azotó con una dolorosa punzada y un repentino mareo en la cabeza; golpeé al azabache en el pecho tratando de separarnos obteniendo una negativa, mordí su lengua como reclamo consiguiendo que me soltará.

“No te resistas a mis encantos Ritsu, enséñame la clase de indecencias que quieres hacer conmigo, muéstrame un salvaje lado tuyo” Me susurro cambiando su seductora expresión a una preocupada ante mis gestos “¿Qué te pasó?”

“Me siento muy mal” Balbuceé llevando mi mano hacia mi estómago “Creo que sí tomé más de lo que podía”

“No debiste aceptar los tragos de ese sujeto; le pudo meter algo a tu vaso” Me reprocho levantándose del sofá para tomar mis piernas entre sus manos y cargarme como si fuera alguna clase de damisela en apuros en necesidad de un príncipe.

“¿Qué rayos?” Le pregunte apenado intentando esconderme en su pecho en vano; ignorando ese insoportable golpeteo en mi corazón.

“Sí estas enfermo la responsabilidad recae en mi” Proclamo llevándome hasta la habitación; dejándome en la desordenada cama con una dulzura desconocida “Si te sientes mal no tengo más remedio que cuidarte” Un poderoso sonrojo se hizo presente sobre mis mejillas; por favor no hagas esto.

“¿Cuidarme?” Respondí nervioso removiéndome con ansiedad sobre las frazadas “Nunca antes lo han hecho” Él se rio con cariño revolviéndome los cabellos.

“Pues es una primera vez que esperó ganarme” Murmulló besando mi frente con afecto, electrizándome con un simple choque con su aliento “Iré a tratar de calentarte una sopa para que te sientas mejor” Asentí con nervios sin poder despegarle la mirada de encima hasta que salió de mi habitación.

“¿Qué pasa conmigo?” Me pregunte llevando mi mano hasta mis labios los cuales continuaban hormigueando por aquel beso.

“Es solo un despecho” Me dije a mi mismo “Es solo un juego” Me repetí “Es algo que no debo tomar enserio” Pero mi corazón no quería dejar de latir ante sus miradas y esas repentinas sonrisa que ahora me entregaba.

Es aquí donde siempre me equivoco; me ilusión, imagino cosas que jamás pasaran, creo expectativas, me entregó, subo alto y después caigo, aterrizo en contra de la gélida realidad, me golpeó y me despedazan, no viviré lo mismo, no puedo pasar por lo mismo una vez más, con Akihiko fue suficiente.

Aunque los métodos de Shinobu son infantiles él tiene razón, esto tiene que ser un desahogo, que solo haya un polvoriento afecto de por medio; unas mentiras que sean dichas, que las lágrimas de éxtasis sean las que corran por este machito cuerpo, que el dolor sea compensado con la misma moneda que a mí me cobraron.

Apreté las sabanas ingresando en estas sin zapatos, quitándome la camisa para ponerme el viejo pijama que guardaba debajo de las almohadas; debo ser muy patético para que alguien como Takano deba cuidar de mí.

“No creo que haya quedado muy deliciosa” Me interrumpió el azabache con un tazón de tonos verdes y una cuchara metálica acercándose a la cama “Yo no sé mucho de cocina y pues las sopas instantáneas también las arruino” Ante sus nervios no pude evitar sonreír; porque lo que hacía por mí era muy lindo, era un engaño para que me profesara como su especial.

“Estamos a mano por los horribles desayunos que te forcé a comer”  Me excuse levantado mis hombros, extendiéndole las manos para que depositara el pocillo sobre mis palmas.

“¿En verdad creíste que se lo entregaría a un debilucho como tú?” Me interrogo alzando una ceja “Si estas enfermo te debo proteger no dar más carga, además no confió en que te la comas toda con lo terco que eres”

“¿Entonces qué?” Sin poder acabar mi discurso él hundió la cuchara en el espeso líquido para presionarla en contra de mi boca.

“Abre mi lindo Ritsu” Musito provocando mi furia y vergüenza; negué con la cabeza sin relajar las facciones, ofreciéndole la mano para que me dejará tomar el utensilio “No seas porfiado, no estoy para tolerar tus berrinches esta noche”

“No soy un inútil para no poder alimentarme” Me defendí apartando la nuca como gesto de orgullo.

“Bien, no te la tomes” Me respondió agarrando el plato para comenzar a beber de el, aprovechando mi curiosa mirada y la guardia baja él me tomó del mentón para darme otro beso en el cual me forzó a tomar ese caliente líquido.

Sus labios aligeraron mi dolor, mis manos me traicionaron acariciando sus hombros, mi mente me obligo a tragar aquel amargo liquido solo para continuar degustando los labios de un hombre que no me pertenecía, de un chico quien no pensaba en mi cuando me besaba; perdido en un simple reemplazo.

“Sabe deliciosa” Murmulló como burla erizando mi piel “Te ves tan ansioso atrayéndome de esa manera hacia ti, eres muy travieso”

“Solo es costumbre” Me excusé arrebatándole la cuchara para continuar con el escaso alimento que quedaba en el recipiente.

“También te traje un remedio que encontré en uno de los estantes de la cocina” Tome la pequeña pastilla blanca entre mis manos para tragarla con algo de sopa y esbozar un mueca de disgusto “Aun no me adapto a este apartamento”

“¿Te sientes incomodo aquí?” Él parecía sorprendido con mi pregunta; esquivo mi mirada para dejar que un suspiro angustiado escapará.

“Es extraño pero no incomodo, sé que en mi hogar estaría peor porque mi pieza esta empapelada con fotos de Erika y yo, sería muy venenoso ir a ese lugar; supongo que un cambio de ambiente me acabó favoreciendo” Apoyé una de mis manos sobre su rodilla con angustia.

“Si necesitas algo más para sentirte cómodo me lo puedes pedir” Susurre con sinceridad “Si necesitas algo de tu apartamento yo puedo ir a buscártelo si no quiere volver a ese lugar” Una cálida y protectora mano me revolvió los cabellos de la frente.

“Demasiado lindo aunque seas hombre” Murmullo besando mi enrojecida nariz “Creo que estoy bien por ahora, aunque es difícil decírtelo si he mantenido mi teléfono apagado  toda la semana por miedo”

“No deberías dejar que esto te gané” Le reproche entablando distancia “Deberías ser valiente y contestar tus llamadas, podría ser algo importante como el trabajo; para mí tampoco es sencillo, además yo trabajo en la misma empresa que Akihiko y Misaki pero aun así regresaré en un par de días con ellos” Sus ojos se abrieron con sorpresa, sus labios se deformaron, sus facciones se endurecieron y él se apartó.

“¿Tienes que volver a verlos?” Me limite a asentir con melancolía “¿No sería más sencillo conseguir otro trabajo?”

“Eso sería huir” Respondí intentando disimular mi tristeza debajo de una máscara ofendida “Y yo no soy un cobarde” Una mirada desafiante fue sostenida en esa habitación.

“Supongo que si tú puedes hacer eso yo puedo prender el celular y averiguar si ella me ha buscado” Murmullo con inseguridad extendiendo su brazo hacia la cómoda al lado de nuestra cama; abriendo con unos nervios mal disimulados el cajón para sacar un pequeño aparato negro con la mano sudorosa.

“Adelante” Le pedí con impaciencia apreciando como la pantalla del celular se encendía y el rostro de mi despecho se transformaba en un fantasmas lleno de preocupación y angustia.

Presionarlo para que ambos avancemos, sumirlo en mis intenciones egoístas, ordenarle como si mi palabra tuviera peso alguno en esta mentira; es erróneo y yo lo sé, está mal tomar el control sobre un hombre que no me pertenece pero la única manera de avanzar en esto es confrontándolos de a poco, pisando el endeble terreno y asegurándonos un gran futuro.

Lo comprendo porque la simple idea de tener que volver a ver esos radiantes ojos violetas, apreciar como juguetea con otra persona, como debe besar esos labios con una tonta sonrisa me enferma más que esta nauseabunda resaca, me da asco y duele, quema como si fuera fuego vivo en la piel, sin embargo, es la proeza que debo afrontar con valentía.

“Tengo un mensaje de voz” Su voz proclamando eso me sacó de mis pensamientos “¿Debería ponerlo?” Me pregunto como un niño aterrado con las manos temblorosas y la mirada ansiosa pegada en el número uno en su celular.

“Si no lo haces no sabrás sí es ella” Dije en contra de todo mi orgullo.

El azabache presionó la tecla con su dedo índice apretando el altavoz, con cada uno de los pitidos del buzón más nervioso se veían con un intranquilo pisar en el suelo y un par de ahogados carraspeos; ella debió ser muy importante.

“Hola Masamune” La voz de la muchacha erizo mi piel.

“Es Erika” Me indico dándome la mano en busca de soporte, convirtiéndome en esa piedra angular que tanto necesitaba.

“Sé que te dije que ya no me buscaras pero escuche que te despidieron del trabajo y me preocupe, yo no quiero que te descuides por esta pausa que nos estamos tomando, siento mucho que las cosas se hayan salido de las manos, quizás podamos tratar de hablar y encontramos en algún lugar esta semana, tu avísame si estas libre el Martes en la noche” Después de esa desvergonzada invitación la grabadora corto la llamada.

“¿Quiere verme?” Se preguntó a si mismo con una ingenua sonrisa, por un misterioso motivo que me negaba descifrar eso me dolía “Quiere verme” Afirmo efusivo.

“¿Crees que sea buena idea ir?” Le pregunte arrepentido por mi estupidez, por seguir metiéndome más profundo en esos ojos sabiendo que solamente me despedazaran, por ser un jodido masoquista que ama que lo maltraten al impregnarse en esa susurrante voz.

“Quiero saber qué es lo que quiere conmigo, quizás esto sea una maravillosa solución, tal vez deseé que regresemos” Ante ese simple pensamiento un golpe en el pecho impidió mi respirar y una desagradable sensación fue todo lo que pude percibir.

“¿Regresarías con una cobarde como ella?” Le rebatí furioso y lastimado “Ella se asustó cuando más la necesitabas y tú quieres regresar con ella” Repetí frustrado.

“Tranquilo Ritsu” Él dejo el tazón sobre la cajonera ante los endebles movimientos de mis piernas debajo de la frazada “No tienes porque alterarte, no eres mi mamá o algo así, esto no te incumbe” Apoyé mis manos sobre su pecho con indignación.

“¡Soy la persona que ha tenido que tolerarte todos estos días!” Grite presionando mis parpados percibiendo como él apresaba mis muñecas entre sus firmes manos como un intento por evitar mis frustraciones reprimidas “¡No me vengas a decir que no tengo porque alterarme!”

“¿Por qué mierda esto te afecta tanto?” Gruño molesto.

“Porque de esa manera jamás saldrás adelante” Mi voz se quebró con esas palabras; con vergüenza alcé mis parpados al darme cuenta del espectáculo que había creado “No quiero que recaigas ante esa clase de mujer”

“Pero tú no eres quien toma la decisión de ir” La determinación encendida en sus ojos con ese rechazo en su tocar me aclaro la situación; fue como un gélido balde de agua en plena pesadilla, era hora de despertar.

“Tienes razón” Le respondí con amargura “¿Sabes? Estoy cansado, quiero dormir y apreciaría que te quitaras de encima para poder hacerlo” Él se veía tan desorientado con mis cambios, llevo su mano hacia mi mejilla acercándome a su rostro, perdiéndome en sus ojos, tocando ambas frentes con cariño.

“Si no me lo dices no lo entenderé” Musito con suavidad entrelazando nuestros dedos.

“Por favor no vayas con ella” Me doy risa de lo penoso y rastrero que salió mi lastimado tono de voz, debo verme como un idiota desesperado.

“¿Qué quieres que haga entonces?” Me pregunto golpeando mi cuello con su embriagadora respiración.

“Quédate conmigo” Una socarrona sonrisa se dibujó sobre sus labios; el más alto levanto las sabanas para acomodarse a mi lado y abrazarme la espalda, acariciar mi pecho con sus electrizantes tactos para que me perdiera con su esencia.

“Mañana podemos hablar con más calma de esto” Me susurro besando mi nuca, aferrándose a mi vientre de manera protectora.

No me dejes en las noches como ya lo hizo alguien más, no quiebres las ilusiones con las que sueño con poder amar; fue lo que quise decir pero no tuve el valor al saber que ese abrazo no era para mí, esa sonrisa eran robada y ese cariño ya tenía dueño; ¿A dónde me va a llevar este juego?

Notas finales:

A Shinobu lo enorgullecieron con eso! Okey no tan asi; pero si le sorprendio verlos tan comodo con el otro.

Superar a los ex es dificil, en especial si estos te buscan y bueno mi Takano se ilusiono con eso, pero cierto castaño se esta volviendo más importante que esa mujer asi que.....Hay que ver a donde va el juego.

Espero que les haya gustado, ojala comenten y mil gracias por leer <3 <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).