-Necesito hablar contigo-le dije a Tsunade, una buena amiga mía.
-Sobre qué-
-Sexo-En ese preciso instante su mirada le cambio y parecía que se ponía nerviosa-Solo será un momento-me apresuré a decir.
-Esta bien. De qué se trata-
-Veras... Cuando es tu primera vez como sabes que lo haces por ti mismo y no por... contentar al otro-
-Eso se supone que deberías saberlo. Antes que nada plantéate una cosa. ¿Estas preparado para ello? ¿Quieres hacerlo ya? En mi opinión es una estupidez adelantar los acontecimientos y mas... si se trata de tu primera vez, debes hacerlo cuando veas que es el momento y lugar apropiados ¿Entendido?-
Tras ese pequeño discurso la observe y asentí feliz. No sabía si mi duda había sido aclarada pero algo si que había entendido, debía estar preparado y que aquello ocurriera en el momento y lugar apropiados.
Aquella tarde vi de nuevo a Gaara y pasamos una tarde agradable. Ahora nos encontrábamos en una tetería del centro de la ciudad junto a la catedral.
-Oye, ¿Sabes que mis padres se van este fin de semana de viaje?-me dijo acariciándome el hombro.
-Bueno, pero esta tu hermana-repliqué yo.
-Se va a dormir a casa de una amiga-dijo acercando mi boca a la suya.
-Pero no se, no me termina de convencer es que... es muy arriesgado ¿Y si por cualquier cosa tus padres o tu hermana vuelven?-
-¿Entonces qué hacemos?-dijo algo exasperado.
-¿Acaso piensas en lo que quiero yo? Porque parece que solo piensas en ti ,la verdad. No me has preguntado ni una sola vez si yo quería-
-No digas tonterías. No te lo dije porque lo daba por sentado-dijo levantándose de la silla.
Le cogí del brazo y por primera vez le observe a los ojos con un semblante serio. No hacían falta palabras, el momento ya era lo suficientemente tenso.
-Bah-Se soltó de mi agarre y se fue dejándome allí solo.
Cuando salí de allí pasé por delante de la catedral cabizbajo. Si me había peleado por ¿aquello significaba que nuestra relación tenía futuro o no lo tenía? Mucha gente dice que en las parejas se pelea siempre, es, como decirlo, una prueba de... ¿Amor? Pues después de ello la relación se hace más fuerte o directamente se cortaba.
Durante unos instantes me senté en los escalones de la catedral esperando que apareciera para... hacer algo, aunque fuera acto de presencia pero nada, no aparecía, finalmente me resigne me levanté y seguí mi camino hasta la parada del autobús pero una imagen se aparecía a la vuelta de la esquina.
Una chica, morena y algo frágil por su apariencia se encontraba en los brazos de Gaara y ambos parecían muy complacidos de aquello.
Mi rostro paso de triste a furioso y sin más me aleje de allí. Fui caminando rápidamente hasta la parada hasta que una mano me paro de seco.
-Sasuke-
-Hola Naruto ¿Ya te vas?-
-Pues si. ¿Qué acabad de llegar?-
-Si. Bueno tío, vente y cenamos conozco un lugar que te encantara-
-Bueno, esta bien-Accedí finalmente.
Nos dirigimos a un pequeño restaurante donde disfrutamos de una cena amena y divertida. Ya eran las once de la noche y debía volver a mi casa así que me despedí de Sasuke y me dirigí de nuevo a la parada del autobús.
Cuando llegue me senté en el banco e intente descansar del día. De repente note como alguien se sentaba junto a mi, gire mi cabeza y le observe.
-Gaara qué haces aquí. Vete-
-Tengo que coger este autobús por si no te acuerdas-
-Pues no, no me acordaba de que tenías que coger justamente este. ¿Porqué no te vas un ratito con esa chica tan maja que estabas antes?-
-Qué-Gaara enarco una ceja.
-Si, esta chica morenita que estaba abrazado a ti-
-No eres el mas indicado para hablar. Te vi cenando en el restaurante con otro-
-Solo somos amigos, por si no lo sabías. Esta en el gimnasio al que voy así que déjalo estar ¿vale?-
-¡No! ¡Ya estoy cansado de todo esto! Parece que el estar conmigo no hace más que traerte problemas ¿no? En ese caso deberíamos dejarlo-
-No grites-dije con un tono borde, frío y distante a la vez que me levantaba.
-No me hables así-su mano fue a parar a mi cara, en la cual reposo unos instantes.
-Así lo arreglas todo ¿no? A golpes. ¿Quieres que dejemos las cosas claras? Pues muy bien. Uno, ese con el que me viste cenando no es más que un amigo pues te quiero demasiado como para engañarte, aún después de nuestra pelea pensé que no sería mas que un pequeño bache pero parece que no. Dos, nunca me preguntaste si quería costarme contigo ¿Entendido? Esas cosas no se dan por sentadas. Hay que preguntarlas, el sexo es cosa de dos, no de uno y tres, no vuelvas a acercarte a mi en tu puta vida-En ese preciso instante llego el autobús en el cual me monté.
-Esa chica... con la que me viste era una amiga. El novio la había dejado y... yo también te...-En ese preciso instante el autobús cerro sus puertas y se fue dejando a un Gaara tal vez confundido y... ¿dolido?. ¿Había acabado ya aquella relación?.
A la mañana siguiente me desperté temprano. Salí de mi casa a comprar el pan y una sorpresa, no sabría decir si buena o mala. Gaara se encontraba delante de mi puerta con su moto.
-¿A qué has venido?-
-A verte-
-Vaya, ¿Vas a pegarme otra vez?-
-No-Su tono de voz cambio, ahora era apagado y con una pizca de tristeza-Lo siento. Llevabas razón. Y... ¿Me perdonas?-
Durante unos instantes no supe que decir y tras unos instantes me acerque a él, mire a ambos lados de la calle y le bese. Me separe de nuevo y le mire a los ojos-¿Cómo no iba a poder perdonarte? Y, por cierto, sigue... en pie... lo de... ya sabes, lo de tu casa-
-Si. ¿Estas seguro?-
-Si-dije con una sonrisa en mi cara. Aquel fin de semana lo recordaría toda la vida. Sería el más especial de mi vida.