Matices
Severus observo caer la luz de la tarde por la ventana de su sala de estar, después de la charla con Harry se había quedado pensativo teniendo la esperanza de que el muchacho llegara a tocar su puerta con un montón de verduras para hacer una cena deliciosa, hace mucho que no como algo casero pensó el mayor pasándose la mano por el negro cabello.
En el departamento que estaba frente al de Snape se encontraba Harry Potter acomodando los comestibles que había comprado en el mercadillo, después de hacer eso tomaría un baño y se arreglaría para la comida que tendría con Hermione y Ron.
La pareja estaba esperando al muchacho de ojos verdes, cuando tocaron la puerta Ron la abrió inmediatamente con una sonrisa.
—Hola Harry, pasa —dijo efusivamente el pelirrojo.
—Gracias —contesto el moreno.
Hermione salió de la cocina con platones llenos de puré de papa y pastel de carne.
—Ronald ayúdame con los paltos, hola Harry —expresó la castaña.
—Hola.
Una vez sentados a la mesa empezaron a platicar animadamente como lo hacían siempre que se veían.
—Tal vez vengamos a visitarte cuando termine el ciclo escolar —prepuso Hermione.
—Eso estaría bien, también me gustaría visitarlos allá —contesto el moreno.
—Claro, puedes quedarte en nuestro departamento o podríamos ver a mi madre, ella siempre está feliz de recibir visitas —dijo Ron.
Cuando terminaron de comer la castaña le pidió a su novio que trajera la copia del trabajo de historia moderna.
—¿Estas bien Harry?
—Si ¿Por qué?
—Te noto algo distraído y…molesto.
—En el trabajo ¿dice algo sobre Severus Snape? —pregunto el moreno.
La castaña sonrió.
—Así que se trata de eso —comento suspicaz.
Harry la miro interrogante.
—Severus se hizo pasar por un miembro de la orden del fénix ganándose la confianza de Lily Potter por ser amigos en el pasado, sin embargo resulto ser un espía de los mortífagos y traiciono a los Potter ocasionando el asesinato de la familia Potter y el término de la guerra entre los dos bandos.
—Eso lo sé, Severus me lo conto porque yo se lo pedí ¿hay algo más? —cuestiono Harry meditabundo.
—Bueno el trabajo esta estructurado con hechos, hay muchos de ellos pero lo que tú me preguntas es por cuestiones personales ¿verdad?
—Sí
Ronald se detuvo en el marco de la puerta con el trabajo en la mano, parecía que su novia y su amigo estaban teniendo una conversación profunda así que espero a que el ambiente volviera a ser el de antes.
—¿Es por tus padres o por Severus?
—Por los dos creo.
—Se ve desde lejos que te gusta mucho Severus y supongo que estas decepcionado de él por lo que hizo.
Harry centro sus orbes verdes en el rostro de Hermione, esa muchacha era muy perceptiva.
—No es eso, estoy más bien molesto conmigo mismo porque no puedo odiarlo a pesar de sus acciones, mi madre confiaba en él y los traicionó a todos, por su culpa los mataron y aun así…no lo odio, es ridículo.
—Las personas comenten errores, no estoy justificando nada pero no todo es blanco o negro, a veces tienes que ver los matices, nadie puede ser un santo —dijo la castaña tomando la mano de Harry que estaba sobre la mesa.
El pelirrojo salió de su escondite para interrumpir la íntima escena, sentir celos era normal ¿verdad? Aunque Harry fuera gay eso no quitaba el hecho de que su novia estaba tomando de la mano al moreno.
—Aquí esta —anuncio Ron y puso un folder en la mesa.
Harry tomo el folder soltando la mano de Hermione, miro a la pareja extraña que había conocido en el tren de Londres y les dedico una sonrisa.
—Gracias, espero verlos pronto —dijo levantándose de su asiento.
—Y nosotros a ti, en la última página anote nuestros números de teléfono, e-mail y todo eso —dijo Ron.
El moreno se despidió de ellos con un abrazo y regreso a su habitación, esa noche la pareja se iría, Harry los extrañaría mucho eso era seguro. El muchacho se tiró en la cama y empezó a leer el trabajo.
A las doce de la noche una nota escrita en papel amarillento fue arrojada por debajo de la puerta de Severus y de Harry respectivamente anunciando la próxima reunión de los mortífagos.