La mansión era una locura, ya habían pasado dos semanas que no tenían noticia alguna de Severus, los policías iban y venían, abraxas había logrado con sus influencias que un grupo de aurores lo buscaran por cielo y tierra, era la segunda vez que uno de sus hijos desaparecía pero esta vez era diferente ya que Severus no se había marchado sino que se lo habían llevado.
Antuan se encontraba recorriendo las calles junto con John buscando alguna pista del paradero del pequeño denka, pero la suerte no se encontraba de su lado. No importaba donde fueran o con quien hablaran simplemente el pequeño no aparecía
Aurum utilizo todos medios para conseguir que las diferentes organizaciones policiacas se movilizaran, pero no era suficiente, en su interior se culpaba por lo sucedido con su niño si tan solo no se hubiera demorado unos minutos nada de eso estaría sucediendo, esos eran los pensamientos y sentimientos que mortificaban su alma.
Por su parte el más afectado era Lucius quien no comprendía porque alguien se llevaría a su hermanito y por sobre todas las cosas se encontraba muy furioso pero no con su madre o su padre sino con el mismo, la culpa que sentía era mayor a la que sus padres podrían sentir, simplemente se culpaba por no ser un buen hermano, por no haber ido a clases ese día, él solo quería de nuevo a su pequeño, no pedía nada mas
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Quiero ir con mi mamá-decía al adulto en frente de suyo para recibir una fuerte bofetada que lo tendió en el sucio suelo a donde se encontraba encadenado
YO SOY TU MADRE NO ESE FENÓMENO! Por favor comprende Severus eres mi hijo solo mío- decía mientras abrazaba a un asustado Severus- ahora tu padre no nos dejara, se quedara para siempre con migo aun que te tenga que entregar a él lo haré, ¿comprendes Severus? tu realizaras lo que sea que tu padre te ordene callado- explicaba mientras lo tomaba de los hombros y miraba directamente a sus ojos. Para proceder a marcharse de la polvosa habitación
Mamita, papito, luc donde están?- cuestionaba solo al aire mientras nuevas lagrimas caían de sus ónix hacía ya dos semanas que se encontraba en aquel lugar, una cadena amarrada a su tobillo no le permitía moverse más de unos cuantos pasos lo peor era que el grillete le comenzó a lastimar.
Escasamente comía lo que esa loca mujer le daba era repugnante ni siquiera estaba muy seguro de la procedencia de la carne y para completar la situación cada vez que no hacia lo que ella quería lo golpeaba, en los últimos días había tomado el gusto por golpearlo con una varilla de metal la cual también utilizaba para quemarle colocándola en el fuego hasta que se tornara roja
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Tobías había llegado temprano a su casa ese día, la actitud que su esposa en los últimos días había pasado de extraña a siniestra, la mujer estaba cada vez más loca y eso no era una novedad para él desde que la conoció supo que algo andaba mal en la cabeza de la mujer pero por dinero no le importó
Cuando se encontraba en la base de las escaleras un sollozo lo alarmó ya que era de un niño, con gran rapidez subió las escaleras hasta llegar al cuarto de donde provenía el lastimero sonido, al abrir la vieja y estropeada puerta se encontró con el hijo de su hermano menor, el hermoso pequeño lloraba amarrado con una gruesa cadena.
Lentamente se aproximó al niño cuidando de no asustarlo, pero sus intentos fracasaron ya que Severus le reconoció como el hombre que había golpeado a su madre y por ende se aterro aún más de lo que ya se encontraba y comenzó a llorar incluso con más fuerza que antes
Sabiendo quien era el responsable o mejor dicho la responsable de que aquel pequeñuelo se encontrara en su hogar se aproximó a la entrada de la habitación y le grito exigiendo su presencia
Al escuchar los gritos de su esposo llamándola supo de inmediato que éste ya había encontrado su regalo, a toda prisa se encamino al sitio de donde provenían los gritos de su amado, al instante en que cruzo el portal un fuerte golpe en el estómago la hizo doblarse de dolor, sus cabellos fueron jalados con suma brusquedad hasta posesionarla en frete de un aterrado Severus
Dime en que estabas pensando y porque esta esté mocoso en mi casa-decía mientras le soltaba los cabellos
¡Él es nuestro hijo Tobías tu hermano lo compro cuando nació!- trataba de explicar sus actos, con aquella revelación pensó que todo estaría bien, pero vio su error cuando una bofetada le causó una herida en el labio, tomándola del brazo la lanzo al nauseabundo piso tan solo para golpearla hasta que sus fuerzas dijeron basta, por su parte Severus temía a no más poder ese hombre no era menos demente que la loca que se hacía llamar su madre, cuando los golpes comenzaron cubrió sus oídos con ambas manos, cerró fuertemente sus ojitos y se colocó en un rincón junto a la maltrecha cama hecho un ovillo tembloroso, solo suplicaba que sus padres lo encontraran pronto
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Los días de Severus eran inconstantes unos Eileen era amable con el otros los torturaba quemándole y golpeándole o simplemente insultándole, por su lado Tobías era amable con el pero todo el tiempo intenta tocarle las piernas y cuando se oponía lo abofeteaba
Todo el tiempo le repetía que era muy similar a su madre aunque el mayor lo llamaba por su nombre, por momentos escuchaba como la pareja discutía para terminar siempre en golpes, que distintos eran a sus padres era lo único en que pensaba
Constante mente se preguntaba si lo extrañaban, si alguien se preguntaba donde se encontraba y rogaba que lo encontraran, había días en los que desde la ventana del cuarto veía a una pequeña pelirroja jugar junto con otra niña gracias a un hechizo sin varita que le enseño Antuan pudo escuchar que eran hermanas la pelirroja se llamaba Lily y la otra Petunia, pero lo que realmente le llamó la atención era que Lily era un bruja y parecía no saber de ello
Durante el mes que llevaba encerrado se entretenía viendo por la ventana, y practicando hechizos simples sin varita y como le había contado Antuan no se metería en problemas por ello ya que no quedaba registro en el ministerio, pero lo que realmente le ayudaba a sobrellevar esa carga impuesta a sus escasos 6 años era el recuerdo de su familia
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Una fría noche unas cálidas manos lo despertaron se había quedado profundamente dormido luego de que Eileen lo golpeara esta vez por no llamarla mamá y luego Tobías lo golpeo por un acto de magia accidental recalcándole que no era más que un maldito fenómeno, cuando por fin pudo enfocar su vista el llanto brotó, ahí en frente suyo se encontraba su mamá sin pensarlo siquiera se abalanzo a los brazos del pelinegro quien lo recibió con gusto y felicidad de pronto al alzar su negra mirada comprobó que no se encontraban solos ahí en el umbral de la puerta se encontraba de pie ese temible hombre, con toda la fuerza que le quedaba se aferró a su madre
Sevie cielo tranquilo todo estará bien te lo prometo, yo hablare con este señor y tú te iras de aquí sí?- Severus sabía muy bien que su madre le ocultaba algo el dolor en la voz de éste, el temblor casi imperceptible de su cuerpo y las lágrimas amenazando con desbordarse no eran un buen augurio
Bien niño vete de una vez antes que Eileen regrese y tu hermanito cumple tu palabra- decía mientras quitaba el grillete del pequeño y lastimado tobillo
No te preocupes Tobías siempre cumplo con mi palabra a diferencia de tu esposa- dijo mirando seriamente al mayor- Sevie ve a fuera hay un elfo de tu padre esperando él te llevara a casa ve mamita ira más tarde- susurraba mientras abrazaba a su hijo- “no importa lo que tenga que hacer por mis hijos lo haré si con eso ellos están bien”
Una vez Severus se marchó de la habitación Tobías tomo por la cintura el cuerpo de Aurum acortando la distancia que los separaba
Bien hermanito es hora de terminar con esto, te juro que no lo disfrutaras y que jamás podrás volver a ver al marión rubio