Llevaba una semana fuera de casa, había ido de viaje por culpa de una campaña publicitaria en alguna playa de Japón, la verdad solo esperaba el llegar a casa y descansar, había adelantado su regreso un día, para poder relajarse más tiempo. Estos últimos meses habían sido muy pesados; promociones fotografías, campamentos de entrenamiento del club, lo que solo quería Ryota en estos momentos era llegar a su departamento y abrazar a su novio y que este le abrase como siempre lo hacía cuando salía de viaje por algunos días.
Y sí, era raro, pero Kise llevaba una relación de casi dos años con Aomine, aunque era en secreto obviamente por ser Kise una figura pública, su entorno más allegado lo sabía, él era feliz con ello, aun no podía creer que llevara tanto tiempo con la persona que le cambio el mundo y lo apoyo, más, aun cuando dejo de jugar al básquet por una lesión que tuvo en su pierna, pensó que el mundo se derrumbaría para él, pero Aomine fue quien le dio fuerzas otra vez, y sin darse cuenta entraron juntos en un círculo peligroso y los gestos de admiración pasaron a ser cada vez más insinuantes y provocativos hasta que llegaron el punto de tener intimidad.
Kise aun recordaba ese evento.
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Dos años antes
Seirin había vencido a rakuzan, pero en vez de caras largas y miradas de odio no las había, Akashi había vuelto a su antiguo yo, Midorima , con su usual gesto de chupar limones, estaba más relajado conversando con un Akashi, ante la mirada de takao, Momoi abrazaba a kuroko ahogándolo con sus pechos, Murasikabara comia dulces sin parar pero con un gesto no de molestia sino de gusto mientras himuro le alcanzaba una cola, Aomine conversaba alegremente con kagami felicitándole y sobándole los cabellos como lo hacía en el antaño con Kuroko y Kise por haber entrado en esa etapa de la zona, la imagen era muy relajante, Akashi había tenido la idea de invitar a toda la generación milagrosa a un reencuentro y de alguna forma pedir disculpas por su forma anterior de actuar, aunque al principio la invitación solo fue para los miembros de la antigua generación, Takao se pegó a midorima y no quería dejarlo ir, Akashi le sonrió cordialmente, aunque eso hizo temblar a la generación, pero le dijo que si querían venir más personas estaban gentilmente invitados a su mansión, nadie quiso desaprovechar la oportunidad de conocer la mansión Akashi, y los integrantes de los equipos de Seirin, Rakuzan, Too, Kaijo, shutoko y Yosen se apuntaron. Aunque la reunión que luego paso a fiestón no fue exactamente en la casa central Akashi sino en una de las minis mansiones que había en todo ese ancho jardín (para ser exacto Akashi tenía una pequeña mansión que era como su estudio personal donde se relajaba entrenaba y practicaba sus clases de violín, un poco alejado de la mansión principal donde el patriarca Akashi tenía sus conferencias con sus accionistas.
¡No se puede ser tan asquerosamente rico!, mencionaba con una muestra de ironía en sus palabras. Respondidas por un: -la envidia es mala capitán- de un Kuroko salido de la nada. Aomine reía y estaba emocionado, Kise suspiro cuanto había sido que no veía esa sonrisa sincera del moreno, kuroko había logrado reunirlos nuevamente y no escapo como él con el rabo entre las piernas al no poder ayudar al equipo. De entre todos el único omega el pequeño kuroko los había ayudado, y ¡si!, admiraba cada vez más a ese peli celeste, y sonrió con pena, cuando en la época de Teiko tenía celos de él por su cercanía con Aomine, era normal después de todo siendo el único omega del equipo era visto en ocasiones de forma diferente por los miembros, pero el peliceleste había practicado tan bien su técnica de desaparición tanto con su persona como su fragancia de omega, que no había contratiempos en el equipo, solo con Aomine se sentía a veces esa fragancia, sobre todo cuando chocaban los puños y esas miradas que hacían arder en celos a Kise, pero él no podía hacer nada, era un alfa, si un alfa enamorado de otro alfa ¡claro que no! ¡Imposible!, lo que sentía por Aomine solo era admiración y agradecimiento nada más que eso, si, eso era, o al menos pensaba.
La envidia llego a un grado que llegó a increpar a los otros miembro del equipo del porque Kuroko era un miembro seleccionado, si él era mucho mejor que kuroko, tuvo que tragarse esas palabras viendo la fuerza y convicción de la sombra y su juego y complemento con Aomine. Un día en que era tarde y se quedaron los dos solos entrenando le pregunto:
Kuroko, porque te sobre esfuerzas tanto con el básquet, vamos entre nos. tu cuerpo no es tan resistente que digamos, y paras desmayándote y vomitando a cada rato siente pena por momochi que limpia a cada rato tu desastre (aunque en el fondo le gustaba, que rara era esa chica).
Kise kun-amo es básquet-respondió sin inmutarse y esa mirada firme dejo impresionado al rubio-, además -prosiguió y fue la primera y tal vez última vez que vio esos ojos soñadores, ese rubor en sus pomulos-hize una promesa con alguien y pienso cumplirla.
Kise por intuición solo pregunto ¿y se ve que ese alguien es especial?, ¿acaso un alfa que conoces?
Las mejillas de Kuroko se sonrojaron más y Kise puedo sentir el aroma a omega que desprendía, había bajado su guardia, y para Kise fue la primera vez que sintió el aroma de un omega tan dulce y atrayente, su cuerpo se impulsó solo abrazándolo hasta casi ahogarlo.
-Kurokochi ¡te ves tan tierno!!!
-Kise kun -intentaba el pequeño zafarse después de todo el rubio también era un alfa y no quería causar malos entendidos.
-Eres adorable Kurokochi-, abrazo más fuerte al peliceleste sentándolo en el piso dejando al peli celeste de espalda y acomodado entre las piernas del rubio que lo tenía abrazado , y dime a quien le prometiste esa promesa, la mente del rubio pensó rápido tenía que sacarse esa espina del corazón, ¿será acaso a aominechi?
Kuroko se zafó un poco del agarre para mirar hacia arriba buscando la mirada del rubio, estaba un poco confuso, cualquier otro alfa ya hubiera intentado tomarlo en ese momento, pero no, el rubio solo lo mantenía abrazado y aunque la cercanía era mucha y podía sentir el también el aroma a alfa que Kise sin querer soltaba, se sorprendía que el rubio no hiciera nada más, pero ese aroma que desprendía Kise le hizo sentir bien y seguro, así que se dejó llevar respondiendo un secreto que solo era para él, tal era la fuerza que ejercía un alfa sobre un omega, seria por ¿su fragancia?.
Es un amigo de la infancia, se llama Ogiwara kun, le prometí ser fuerte y bueno, lo que él ama es el básquet, y cuando nos volvamos a ver… el pequeño peli celeste se sonrojo más, su aroma hubiera enloquecido a cualquier alfa, y hubiera sido un desafío para un omega, quien quisiera aniquilarlo allí mismo, pero, no con Kise, el solo tenía ganas de protegerlo de mimarlo.
-Me gustas kurokochi
El pelicesleste tembló
Jejeje sonrió Ryota con una sonrisa que maravillo a kuroko, me gustas como compañero y amigo no pienso comerte, ¿es por eso que eres tan serio con los alfas del equipo?, es porque tú ya tienes un alfa en el corazón.
Kuroko se sonrojo
Mencionaste a Aomine kun, dijo el omega ya mas sereno.
¡Ah!!! Respondió el rubio algo nervioso, es que siempre están juntos y es el más cercano a ti, que pensé...
-Solo veo a Aomine kun con respeto, amistad y gratitud, gracias a el permanecí en el equipo de básquet y por eso me convertí en su sombra.
Kise miro los ojos de kuroko y vio su firmeza si esos hermosos ojos celeste tan claros como el cielo, no había mentiras en ellos, suspiro, poso su quijada en la cabeza de kuroko pensando que era lo mismo que el sentía por Aomine ¿no es así? y solo dijo algo que le salió del corazón.
-Kurokochi yo no pienso comerte, así que no seas tan rudo conmigo seamos amigos de ahora en adelante confía en mi ok. Termino esta frase ahora posando la frente en la cabeza de más bajo.
Kuroko solo respondió con un seco ok. No dijo nada más, fue la última vez que conversamos así con kurokochi la última vez que lo vi así.
Fue así que el peli celeste se volvió un amigo y sobre todo una persona muy querida para el rubio, le pareció una tontería lo de estar celoso con él por culpa de Aomine y empezó a apegarse más al más bajo, abrazándolo en cada ocasión y olvidando sus pensamientos por el moreno.
Porque, eso, era lo correcto…
Y ahora estaba en la fiesta de reconciliación con los amigos de ayer hoy y futuro como lo había puesto Takao, se preguntó si kurokochi se habría reencontrado con ese alfa que fue su primer amor y habría cumplido la promesa que le hizo, tal vez ahora que se habían reunido nuevamente le preguntaría más tarde.
Las horas pasaron y terminaron demasiado ¿borrachos? Takao está abrazado a la espalda de un Midorima que esta que se dormía en un sillón, los otros por el suelo hablando incoherencias, él también estaba un poco bebido pero al menos no daba ese espectáculo, que pasó¿ akaschichi?
Ohm, por lo visto el ponche que hicieron con cosas que encontraron por allí, está hecho con whisky vodka y otros licores.
-Que!!!!
Respondieron los que aún estaban despiertos.
-Solo era un jugo de naranjita decía un takao con la cara roja.
-Pero quién demonios hizo este jugo- decía ahora un midorima tratándose de levantarse pero cayendo nuevamente en el mueble.
-Creo que fueron los de too.
-Lo siento, lo siento, lo siento, repetía sin para el hongo disculpon.
-Pero si solo encontré botellas de bonitos colores en una bodega que esta mas allá, estaba cerrada pero como soy muy listo lo abrí, -decía un capitán de Too ya muy ebrio.
-Estaba claro que sabía que hacías respondió un kasamatsu rojo
-¿Porque no los detuvisteis Akashi?
-Pensé que sería divertidas las consecuencias.
¿En serio has vuelto a tu antiguo yo?
Todo hubiera pasado a ser solo una anécdota divertida más, sino fuera que también había omegas en la reunión.
-shin chan me siento raro, y comenzó. Takao siendo un omega estaba entrado en celo y al estar borracho y no poderlo controlar se estaba dejando llevar por obtener la atención de Midorima, eso despertó la reacción de otros omegas que al sentir un omega con sus feromonas sueltas y estando borracho lo sintieron como una ofensa dejándose llevar por su instinto animal ellos también empezaron a soltar su fragancia.
Los alfas despertaron su espíritu animal al unísono, esto ya se veía en un gran problema los alfas lucharían entre ellos por conseguir ese grupo de omegas, aunque hubo variadas reacciones.
- ponte detrás de mí murochin- decía un tambaleante gigante peli lila y si, borracho daba más terror.
Kagamichi lo imito y puso a kurokochi detrás de él, el primer alfa en comenzar el enfrentamiento fue Aominechi contra kagamichi mientras que un sakurai muy sonrojado y soltando feromonas se acercaba al moreno, esto sería un gran desastre pensó Kise muy preocupado y angustiado. El único omega que ahí temblaba y no sabía que hacer era furihata pero sintió que alguien lo tomaba del brazo y lo sacaba del salón, a duras penas pudo ver una espalda y cabellera peliroja-¿Akashi san? Pregunto y antes de cerrar la puerta Akashi dijo, será mejor que ya nos retiremos, pensé que esto pasaría tengo ayuda preparada iremos por ella y cerró la puerta.
Las peleas estaban por comenzar hasta el muy correcto midorimachi está furioso pero como el alcohol le choco tanto apenas podía levantarse del sillón.
La pelea comenzó, todos los alfas peleaban entre ellos y momoi iba a salir herida, Kise fue quien se acercó a ella protegiéndola, como omega y la única chica era un blanco muy tentador, busco con la mirada a Aomine para que lo ayudara a protegerla pero él seguía peleándose ahora a muerte con kagami por ¿kurokochi? sacudió la cabeza no era el momento de pensar en ello o ¿sí? Y si, ¿se dejara llevar por su instinto animal? No, qué diablos tenía que proteger a momoichi y evitar una desgracia, los otros alfas pensaron que la quería para él y le mostraron garras, colmillos y , el instinto de asesinarlo. Kise empezó a desprender su aroma de alfa por la presión y stress y por un momento ambos alfas y omegas se detuvieron en seco como en trance, momento que aprovecho Akashi y entro con su personal de seguridad vestido como bomberos y le hecho agua fría y una que otra sustancia mezclada en ella a todos…
-Gracias por todo menciono un kasamatsu y con una reverencia ahora algo rojo por la vergüenza, lo repitieron los capitanes del shutoko y yosen luego estos miraron al capitán de too que había comenzado todo esto, con su sonrisa de zorro, se acomodó los lentes ,se inclinó e hizo lo mismo.
Todos salían aun aturdidos del salón, la mayoría con sus respectivos equipos al final solo quedaron una momoi que lloraba muy asustada aun agarrada al chaleco de Kise, un Aomine preocupado siendo tratado por las heridas que se hizo en su lucha con kagami, un kuroko preocupado por momoi (o al menos eso parecía), un kagami que igual estaba siendo tratado. Y un emperador mirando seriamente la escena estando un kouki muy cerca de él.
-Kise dijo Akashi acercándose al rubio.
Kise se sobresaltó -que sucede akashichi-.
-¿Tu?… mejor déjame pensarlo bien, después te lo dire.
-¿Eh? Respondió el rubio extrañado.
Kuroko, kagami y furihata salieron juntos para reunirse con los demás miembros de su equipo.
Los de kaijo ya se habían ido, Kise les dijo que se adelantaran que él no estaba tan borracho y que momoichi aún estaba asustada y no lo soltaba, no podía dejarla así, su capitán lo miro y asintió, solo cuídate, le dijo.
-Eso hare sempai no te preocupes- respondió Kise con su brillante sonrisa
-Bien nos vemos entonces kasamatsu se despidió; ahora, pensaba Kise si se hubiera ido con su capitán tal como se lo pidió, no estaría pasando por esto, no se habría ido con Aomine acompañando a momoi a su casa y luego de dejar a momoichi , juntos y por lo borracho y caliente que aún estaba Aomine se dejaron llevar y se acostaron, ¡sí!, solo borracho y caliente Aomine habría podido estar con él, con un alfa, y luego de muchos altibajos empezaron una relación, que fue la época más feliz del rubio.
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Pero ahora en este presente entrando a hurtadillas y en silencio a su departamento (departamento que le pertenecía al modelo) para darle una sorpresa a su moreno novio, sintió una aroma que hace tiempo no olía, aunque no era igual a la otra vez, era conocida, junto con el aroma de su aominechi.
Se dirigió aun en silencio a su recamara más por miedo que por otra cosa y lo que vio lo dejo perplejo.
Allí en su propia cama que tantas veces había compartido con aominechi estaba kurokochi debajo de él siendo penetrado por un Aomine desesperado y hambriento.