-¿Dónde estarán esos dos?- Stan, los chicos y las chicas se encontraban sentados sobre el pasto. Esperaban los fuegos artificiales.
-No te preocupes amor. Estoy segura de que están bien- Dijo Sara para animarle.
-Además, después de lo que nos dijo Alexander estoy seguro que deben estar pasándola bien- Dijo Cris quien tenía acurrucado a Jeff. El pelirrojo se estaba cansado de esperar los fuegos artificiales.
-Es todo un drama- Dijo Mary con una sonrisa traviesa. –Realmente emocionante.
Stan seguía preocupado. Alexander les contó de la pelea. Dan nunca actuaba así, nunca los dejaría solos con el trabajo, ni desaparecería así como así. Sara y los chicos trataban de calmarlo, de hecho tenían razón, no podía preocuparse tanto por él, después de todo Dan no era un irresponsable. Pase lo que pase, tenía que estar bien, aun con la mala compañía del arlequín.
El Ángel y el Arlequín corrían escaleras arriba. Los dormitorios estaban completamente desiertos, todo mundo estaba en el festival. La oportunidad perfecta para el pequeño rubio malvado.
Vincent abrió la puerta, entró junto con Dante y la cerró de golpe. La poca luz del atardecer se colaba por la ventana. Ambos estaban agitados de tanto correr, pero eso no detuvo al arlequín. En cosa de nada ya tenía a Dante sobre la cama. Se posiciono sobré el azabache, quien lo miraba nervioso.
Vincent comenzó quitándose la camiseta frente a Dan de una manera provocadora. Dan se sonrojaba de la pena, pero miraba aquello con cierto interés.
-Ahora tu Dani- Dijo en un tono travieso.
-¿Yo? N-no… Es muy vergonzoso para mí.
-Anda Dani, quiero verte.
-No…yo…
- ¡Agh! Como sea. Lo haré yo mismo- Comenzó a desvestirlo lentamente. Quitó su chaleco, desabotonó su camisa negra de nuevo y deshizo el nudo de su corbata purpura, incluso desató el listón de su cabello, pues le gustaba más verlo suelto. Olfateo su cuello antes de comenzar a llenarlo de besos.
- ¡Ahh! Vin-cent…- Al olfatearlo sentía su nariz rozando su cuello, sus cálidos besos se sentían tan bien. Vincent continuo bajando, besaba de su cuello a su pecho.
-Espera…n-no…
-¿No qué? ¿No te gusta?- Pregunto algo molesto.
-No...No es eso.
-¿Entonces?
-Es…vergonzoso… verte hacer eso es vergonzoso… y aún no está lo suficientemente obscuro… Me avergüenza que veas mi rostro así.
Vincent sabía que Dan era tímido, pero arruinaba el momento. No podría continuar así. Luego, una idea perversa cruzó su mente.
-Dime Dani. Si logró hacer que no me veas hacerte esto y que yo no vea tu rostro avergonzado ¿Me dejarías seguir hasta que yo quiera?- Obviamente era un plan con maña.
-Bueno- Dan lo consideró. –Si no veo lo que haces…tal vez sea menos vergonzoso.
-¿Entonces aceptas? ¿Harías un trato con El Arlequín del Diablo?- Vincent extendió su mano asía Dan.
El azabache estaba asustado, pero confiaba en Vincent, sabía que no le haría daño. Sin embargo… las palabras ¨trato¨ y ¨diablo¨ hacían a cualquiera desconfiar.
-¿Y bien?
-Yo- Dante extendió su mano y la estrechó con Vincent. –Acepto el trato.
Y así Dante vendió su alma al Arlequín.
Vincent estrechó su mano con una sonrisa lujuriosa. Tomó la corbata de Dante y la besó mientras miraba como su ángel arqueaba una ceja. Se acercó a él y con la corbata cubrió sus ojos.
-¿QUÉ HACES?- Preguntó asustado.
-Confía en mí, esta es la única forma de hacerlo menos vergonzoso para ti. Tomando en cuenta que apenas estoy comenzando.
-¿Comenzar qué?- Dante estaba empezando a arrepentirse.
-Lo siento Dani. Cerramos un trato, ahora me perteneces, en alma… -Lo tomo de la nuca y lo acercó a sus labios. -…y en cuerpo- Lo beso apasionadamente.
Dante no sabía en lo que se había metido, pero Vincent se encargaría de que no se arrepintiera de ello.
Le quitó su camisa y chaleco mientras besaba su cuerpo. Su cuello, su pecho, sus brazos, su abdomen, bajó hasta el punto donde estaban sus pantalones.
-Todo esto estorba- Decía a la vez que desabotonaba su pantalón y bajaba la cremallera.
- ¡Espera!- No le dio tiempo de hablar. Vincent ya había bajado sus pantalones junto con la ropa interior. -¡VI-VI-VINCENT!
-Linda vista~ -Dijo pícaramente el rubio. –No te pongas nervioso, esto te gustará. Solo quédate quieto.
Dante no podía ver nada, solo escuchar la voz de Vincent y sentir sus traviesas manos y lengua tocándolo en lugares que nunca nadie había tocado.
Una sensación tan placentera recorrió su cuerpo, la lengua del arlequín se sentía realmente bien. Comenzó a soltar pequeños gemidos que enloquecían a Vincent, haciéndolo lamer más rápido.
-Mmm… Nhg… ¡AHH!
-Fack… si gimes así…- Vincent lamió más rápido hasta hacer que Dante se corriera.
-¡AHHHHH! ¡NHG! ¡Ahhhhh!~- Dante se sonrojo completamente tanto que su rostro ardía. Agradecía no ver nada, porque si lo hubiera hecho probablemente se hubiera escondido en el baño.
-Mmm, dulce~- Decía Vincent mientras se relamía los dedos.
-¿Yo…? ¿Eso fue..?
-Así es. Y haré que me des un poco más de eso- Vincent lamió sus dedos y los acercó a Dan. –Amor, abre tus piernas.
- ¡¿QUÉ?!
-Hazlo por mí.
-Oh no, eso es…
-¿Vergonzoso? ¿Acaso no recuerdas el trato? Se supone que podré hacerte de todo hasta que me canse. Así que abre tus lindas piernas.
Aun apenado abrió sus piernas despacio. Pudo sentir como los dedos de Vincent lo tocaban en un sitio extraño.
-¿Qué tan lejos piensas llegar?-Preguntó asustado.
-Hasta el punto en que estés rogando por más- Dijo a la vez que introdujo un dedo. Dan soltó un fuerte gemido, si hubiera alguien más en los dormitorios los habrían escuchado fácilmente. –Tranquilo, respira despacio.
-¡Duele! ¡Sácalo!
-Perdona, no tardará en sentirse mejor- E introdujo un segundo dedo. Dante volvió a gemir, Vincent lo besó para distraerlo mientras movía sus dedos dentro de él.
-Mmm…se siente raro…
-Lo sé, aguanta, tengo que encontrar el…
-¡Ahhhh!~
-Juju… ¿Es aquí?- Vincent tocó donde lo había hecho haciendo gemir a Dante de placer. -¿Se siente rico aquí?
-¡Ahhh! Vincent…-Era tan… raro. Antes le dolía, pero ahora se sentía realmente bien que lo tocaran allí.
-¿Verdad que se siente bien?- Vincent besó la frente de Dante mientras metía el tercer dedo.
Masajeó lo suficiente para que no le doliese. Sacó sus dedos y se desabrochó el colorido shorts.
-Dani, estoy a punto de hacerlo, gírate.
-¿Girarme? ¡AH!- Dante solo sintió como Vincent lo volteaba y lo acomodaba a su gusto en una posición vergonzosa. Parecía que gatease en la cama. –Vincent… ¿Estas intentando…¨hacerlo¨?
-No lo intento ¡Lo hago!- Sostuvo las caderas de Dan y lo penetro de una estocada.
- ¡Ahhhhh! ¡Vincent!- Esa era su primera vez. Nunca antes había sentido algo como eso. Vincent comenzó a moverse dentro de él, rápido y fuerte, tocándole donde antes, haciéndole sentir un placer indescriptible.
-¡Joder! Se siente bien dentro de ti- Para Vincent no era exactamente la primer vez, pero si la primera en que se sentía tan bien. El cuerpo de Dan era tan suave, dentro le apretaba placenteramente. Los gemidos de Dan se escuchaban claramente, tan suplicantes.
-Da-da-ni, hehe, si alguien viene te escuchará.
Sin embargo Dan no podía parar de gemir, todo era tan nuevo, las sensaciones eran únicas, su corazón latía tanto que casi explotaba. Su cuerpo entero temblaba, se sentía quemar.
Vincent tampoco podía contenerse, tenía a Dante vendado, y a cuatro, era una fantasía hecho verdad.
Tomó a al azabache de ambos brazos y tiraba de ellos a la vez que lo embestía con más fuerza.
-Amm…Ahhh…ahhh…Vincent… ¡Vin-cent!- El arlequín lo penetraba más profundo, lo volvía loco. –Vincent… tú… ¿Me quieres?
A Vincent le causo ternura su pregunta en un momento así. Dan era realmente un ángel ¨Su Ángel¨ y solo él podía robarle aquella inocencia de esa forma.
-Te quiero Dani, por eso hago esto contigo. Prométeme que solo lo harás conmigo, con nadie más. Este será nuestro pequeño juego, nuestro secreto ¿Lo prometes Dani?- En eso Vincent lo embestía lo más rápido que pudo.
-¡Ahhh! L-lo…lo pro-me…Ahh…t-to… Te lo prometo… !Vincent!- Dan estaba llegando a su límite.
Con solo unas estocadas más Vincent se corrió dentro de Dante y este lo hizo igual al sentir el cálido líquido llenar su interior.
-¡AHHHHH!- Dante calló en la cama exhausto, llevándose a Vincent.
Ambos chicos respiraron agitados, un escalofrió de placer aun recorría sus cuerpos. Vincent giró a Dan para descubrir sus ojos y verlo. Lo que encontró a poca luz fue el rostro lloroso de Dan, con la vista nublosa y un hilo de saliva en la comisura de sus labios. Para terminar, Vincent besó los labios de Dan dulcemente.
Fuera de la habitación se escucharon los fuegos artificiales, hace rato habían empezado, pero ninguno de los dos los había oído.
-Ese es el final del festival. Es una pena que te lo perdieras- Dijo el rubio mientras acariciaba el rostro de su ángel.
-No lo es- Dante le sonrió dulcemente. –Te quiero Vincent.
El arlequín le devolvió una sonrisa traviesa, se acomodó en su pecho y descansaron juntos.
-El festival terminó, es una pena. Debemos volver al instituto- Sara y sus amigas tenían que salir junto con todas las demás personas.
-Fue un gusto verte My Lady- Stan le dio un beso a su novia y la acompañó a la salida. Pero aun pensaba en Dante.
-Estará bien amor. Si es como me has contado seguro tuvo que pasar algo muy importante para desaparecer así.
-Lo sé.
-Lo más seguro es que esté en su habitación. Fue el único lugar donde no buscamos- Dijo Cris quien aún cargaba con Jeff.
-Lamento tanto lo de hoy, fui una tonta- Se disculpó Lily.
-No te preocupes, Jeff te perdona ¿Verdad Jeff?- No hace falta decir que el pelirrojo no dio respuesta alguna, sostenía los cables de unos pequeños auriculares verdes, nada que ver con los suyos.
Los chicos se despidieron de sus nuevas amigas y así terminó para ellos el festival de verano.
-Uff, fue un día agotador. Hay que buscar a Dan e ir a la cama.
-Eso iba a decir, Cris ¡Vamos!
Los tres chicos fueron a los dormitorios donde se encontraron con su profesor de ética.
-Hola chicos ¿Disfrutaron el festival?
-Por supuesto- Respondió Cris. -Conocí muchas chicas y… ¡JEFF!- De nuevo se perdió su pequeño pelirrojo. Corrió dentro del edificio de los dormitorios para buscarlo.
-¿Y tú Stan? ¿Te divertiste?
-Bastante, aunque… no deja de preocuparme…
-¿Dan?
-Si… ¿Usted sabe dónde está?
-Vi correr a esos dos hace más de una hora a los dormitorios.
-¿Dijo ¨esos dos¨?
El gran instinto deductor de Stan ya se imaginaba todo lo que había pasado. Ahora todo tenía sentido.
-Disculpe profesor, es tarde y…
-Lo sé. Descansa- Dio unos pasos y luego dijo. –Cuida a Dan de mi parte- Entonces se fue.
Stan solo esperó a que desapareciera para correr directo y sin escalas a la habitación de Dan para comprobar si sus sospechas eran ciertas.
-Mmm… ¿Vincent?- Dan despertaba lentamente al sentir como el rubio lamia sus pezones.
-Estas soñando, vuelve a dormir.
-Vincent… ¿Qué hora…?-Entonces se dio cuenta que estaba desnudo, en la cama, con Vincent sobre él… ¡Y él también estaba desnudo!. -¡Ahh!- Cubrió de manera rápida sus ojos.
-No exageres Dan. Sí ya vi ¨Tooodo¨ lo que tenía que ver.
- ¡¿TODO?!
Justo en eso un fuerte ¨TOC TOC¨ sacó a ambos de su nube.
-¡Dan! ¿Estas allí?- era Stan.
-Oh no, nos descubrió- Susurró Dante asustado.
-Tu tranquilo. Cúbrete todo con la cobija- Dante lo obedeció. Mientras Vincent se ponía sus boxers y una camisa cualquiera de su montón de ropa. –Sígueme el juego y finge que duermes.
Vincent hizo como que bostezaba y abrió la puerta.
-¿Quién demonios es?
-Busco a Dan ¿Está aquí?- Preguntó de forma sería el chico de gorro verde.
-Pues si, pero no puedes hablar con él porque está dormido.
-¿Tan temprano?-Preguntó sarcásticamente.
-Bueno, tú no lo viste. Tuvimos un pequeño problema con Alexander. Dan se enojó tanto que la cabeza casi le explota. Le dolió tanto que se tomó unas pastillas y se echó a dormir.
-¿En serio?- Pregunto de nuevo sarcásticamente.
-Oye echa un vistazo. Puedes despertarlo si quieres pero no te lo recomiendo.
Stan miró por la habitación, Dan realmente parecía dormir plácidamente en su cama.
-¿Y tú que haces así?- Dijo señalando su ropa interior de arcoíris.
-Bueno, yo soy un flojo natural. Ver dormir a Dani me dio sueño, así que me acosté también.
-Mmm…- Stan no estaba convencido, pero ya mañana sería otro día… y Dan no sabe mentir. De él obtendría toda la verdad. –Como sea. Dile a Dan que vine y que mañana desayunaremos juntos como siempre.
-Lo que diga capitán Stan- Vincent sonrió sínicamente y al ver que Stan se iba cerró la puerta.
-¿Lo ves? ¡Todo bajo control!
-¿Tú crees?- Dan se asomó de entre las cobijas. –No parecía convencido.
-Tendrá que estarlo. Ya olvídalo. Vamos a dormir- Vincent se metió entre las cobijas y se acurrucó sobre el pecho de Dan.
El azabache aún estaba preocupado, pero al tener el cálido cuerpo de su amado arlequín solo podía dejarse llevar y dormir a su lado plácidamente. Olfateando el aroma de su cabello, lentamente, Dante quedó profundamente dormido. Vincent lo hizo igual al saber que tenía para el solo el alma de Dante.