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Rainbow VS Monochrome por Alphonse Zero

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Notas del capitulo:

Ya les debía un capítulo dedicado a estos dos. 

Espero les guste ;)

Stan seguía sorprendido de que Dante hubiera huido con Vincent. Entendía que eran pareja y que podían salir a pasear si querían pero no por ello debían hacerlo a escondidas como criminales. Además, lo habían dejado solo con el plan de reconciliación de Jeff y Cris.

Ya no tenía caso quejarse. Fue a la habitación de los chicos para comenzar el plan. Tocó a la puerta y esperó a que le abrieran.

-Buenos días, Stan- respondió Cris al ver al castaño de gorro verde frente a él.

-Cris, tenemos una emergencia. Dante no está en su habitación- le dice Stan mientras entra a la habitación.

-Vincent tampoco, aunque no me sorprende- le responde Cris. –Deben estar juntos.

-¡Exacto! Tenemos que encontrarlos- dice Stan, quien va y se sienta en la cama de Vincent.

-¿Por qué? Seguramente están en una cita o algo de sus cosas de novios- dice sintiéndose incómodo. Cris recordó lo que ocurrió el día anterior.

-Pues justamente por eso. Vamos, ayúdame a encontrarlos- le pide Stan, aunque más bien era una orden.

-Bien, pero que harás con “eso”- dice señalando a Jeff.

El pelirrojo estaba profundamente dormido. Tenía la cara llena de chocolate y su consola de videojuegos estaba en el suelo. Parecía haberse desvelado jugando.

-Lo llevaremos también. Ve a vestirte, yo me encargo de Jeff.

-Como quieras- Cris va al baño para alistarse.

Stan aprovecha y busca bajo la cama de Vincent. Allí había una bolsa de papel con una nota: “Esto es todo lo que necesitas”. Stan sacó el contenido de la bolsa y después de ver lo que era lo ocultó en el bolsillo interno de su chaqueta.

Se levantó y fue para despertar a Jeff.

-¡Oye! Despierta, pequeño flojo- le decía Stan intentando incorporarlo en el sofá.

Jeff seguía medio dormido. Al sentir que alguien lo levantaba inmediatamente se aferró a él.

-…Cris…- dijo aún adormilado, pero al abrir los ojos vio que era Stan quien lo sostenía.

-No, soy Stan. Levántate, saldremos- le decía aunque sabía que Jeff no lo escuchaba.

Jeff se separó de Stan e intentó acostarse de nuevo, pero el castaño no lo dejó y con una nota escrita en el teléfono celular le dijo: “Iremos a la plaza. Arréglate y te compraré dulces”.

El pelirrojo no desaprovecharía aquella oportunidad. Se levantó como rayo y tan pronto Cris salió del baño entró él.

-¿Cómo hiciste para que se levantara?- pregunta Cris mientras limpia sus gafas.

-Chantaje- le responde Stan.

 

Una vez todos estuvieron listos, los chicos subieron a un autobús para ir a la plaza. Stan tuvo que sentarse en el medio de ambos ya que Cris y Jeff no querían ni verse, solo viajaban juntos porque Stan se los había pedido.

-¿Cuándo dejarán de ser tan inmaduros?- preguntó Stan pero ninguno le respondió.

Pronto llegaron a la plaza. Los tres chicos bajaron y fueron a la fuente, en el centro.

-¿Seguro que estarán por aquí? Es muy temprano para estar en la plaza, ni siquiera hay tanta gente- decía Cris.

-¿A dónde más pudieron haber ido? Seguro están por aquí- responde Stan a quien Jeff tiraba del brazo para que lo llevara por los dulces que le prometió. –Tranquilízate, Jeff.

-¿Verdad que no es fácil cargar con él?- reclamaba Cris.

-No se trata de si es fácil o difícil. Es nuestro amigo- le dice Stan con mucha seriedad.

Cris no le responde, se queda pensando en lo que le dijo. En eso Stan aprovecha y saca de su bolsillo lo que Vincent le dejó. Toma la mano de Jeff y la atrapa, luego la de Cris, quien tan pronto siente que algo afelpado rodea su muñeca se gira para ver que ahora estaba esposado a Jeff.

-¡Qué mierda! ¿Qué es esto?- se queja mientras tira de las esposas.

-Admito que no me gusta del todo el plan pero no nos dejaron alternativa. Se quedarán así hasta que ambos hablen y arreglen las cosas- Stan le mostró la llave. –Solo hay una copia, no me hagas arrojarla a la fuente. Los dejaré para que charlen.

-¿En serio crees que me quedaré de brazos cruzados? Puedo romper la cadena con unas pinzas. Solo debemos volver al instituto- Cris busca su cartera en su bolsillo y se da cuenta que no la tiene.

-¿Buscas esto?- Stan le muestra su cartera y la de Jeff. También sus teléfonos celulares.

-¿Cuándo los tomaste?

-En el autobús.

-¿Piensas dejarnos aquí sin dinero y sin comida?

-No exactamente- se acerca a Jeff y le entrega un par de tarjetas y cupones. –Vincent les regala esto. Son cupones para un par de desayunos en la cafetería de siempre y tarjetas de regalo para la dulcería y para la zona de juegos.

-¿Vincent está detrás de esto también? ¡Maldición, debí imaginarlo! Por eso nos trajiste a buscarlos ¡Nos mentiste!- le gritaba Cris.

-Relájate, no es tan malo. Solo tienen que hacer las paces y entonces los liberare.

-¿Pero por qué en la plaza donde todos nos están viendo? Además… estas esposas tienen peluche púrpura, ¿sabes qué clase de juguete son?- Cris se sonroja.

-No te preocupes, voy a regañar a Vincent por comprar algo como eso. Pero será más tarde.

-¡Eso no es lo que me preocupa! ¡Libérame!- Gritaba Cris desesperado mientras intentaba alcanzar a Stan.

-Será mejor que guardes la calma si no quieres que todos los vean con esas cosas en las muñecas- dice Stan señalando como unas chicas los estaban viendo mientras reían.

-Maldición…- Cris se calma.

Jeff parecía muy tranquilo con la situación, incluso estaba feliz. Tenía la tarjeta de regalo para la dulcería, definitivamente la gastaría completa.

-Los dejo. Vendré a buscarlos en un par de horas aquí en la fuente. Espero que para entonces ya se hayan reconciliado- dice Stan mientras se aleja.

 

Cris se queda solo con Jeff. No sabía qué hacer, parecía que no tenía opción más que charlar con él. Había pasado mucho tiempo, quizá ya era momento de arreglar las cosas. Iba a intentar hablarle pero de pronto el pelirrojo comenzó a correr jalando a Cris.

-¿A dónde vas? ¡Oye!

Pronto Cris supo a dónde lo llevaba. Jeff entró a la cafetería y fue directo a la caja para mostrar su cupón. Cris intentaba disimular las esposas ocultándolas bajo la manga de su chaqueta, pero Jeff tiraba de su mano a cada rato.

-¡Quédate quieto un minuto!- le exigía al pelirrojo pero éste solo quería desayunar.

La cajera les hizo válido el cupón y les pidió que se sentaran en una de las mesas para más tarde entregarles su comida. Se sentaron juntos en una mesa alejada del resto de la gente.

-Esto apesta. Y a ti no parece molestarte ¿eh? Pero bueno, a ti nada te molesta- hablaba Cris, sabiendo que Jeff no lo escuchaba.

Lo miró de reojo un rato. El pelirrojo seguía emocionado viendo las tarjetas de regalo. Parecía fantasear con todo lo que compraría en la dulcería. Pero no solo eso, lo estaba ignorando por completo. En otra ocasión estaría fastidiándolo, mostrando las tarjetas muy cerca de su rostro o tirando de su mano para llamar su atención, pero ahora solo lo trataba como a una carga que llevaba atada a su mano. Sin saber muy bien el por qué, Cris se molestó por ello.

-Aquí están sus desayunos- dijo la mesera llenando la mesa con un par de platos de huevos con tocino, panqueques, dos malteadas y dos trozos de pastel como postre.

-¿Todo esto?- preguntaba Cris, sorprendido de que un cupón les haya pagado todo eso.

Jeff se emocionó tanto por la comida que alzó ambas manos para comenzar a comer, dejando ver que ambos chicos estaban esposados. La mesera los vio y quedó sorprendida.

-Ahhh, esto es… ¡Es una apuesta! ¡Perdimos una apuesta!- Cris moría de la pena.

-N-no se preocupe. Si necesita algo más avíseme- dice la mesera mientras se aleja.

Cris ocultó su rostro tras la mano que tenía libre. No sabía cómo pasaría así dos horas. Peor aún, si no hacía las paces con Jeff no se liberaría nunca. Pero el pelirrojo lejos de querer hablar comenzó a comer.

No podía hacer mucho, así que por el momento comió también. Mientras Jeff comió sin problemas su parte, el quedó tan lleno que no pudo comerse el trozo de pastel. Jeff iba a tomarlo por costumbre, pero tan pronto sintió la mirada de Cris bajó ambas manos y desvió la vista. El chico de gafas vio aquí una oportunidad.

-¿Lo quieres? Yo ya estoy muy lleno- decía mientras le acercaba el plato.

Jeff no podía con la tentación de tomar el pastel, pero fue fuerte. Volteó insistente a la ventana para no ver el delicioso postre.

-Anda, tómalo. Yo no lo quiero- insistía Cris en vano. –Nunca has actuado así. Siempre tomas mi comida sin dudarlo, incluso cuando yo la quiero- se queja el de gafas pero Jeff no le hace caso.

Cris comenzaba a desesperarse. Tomó un trozo del pastel con el tenedor y con la mano que tenía esposada sostuvo fuerte a Jeff de la camiseta.

-Dije que te lo comieras- dice mientras de forma agresiva intentaba obligarlo a comer.

Jeff pataleaba y alejaba lo más que podía su rostro. En cierto punto, Cris, a punto de introducir el pastel en su boca, le pinchó la mejilla por error, manchándolo del pastel.

-¡Oigan, ustedes!- se dirigió a ellos una de las empleadas. –Están haciendo un escándalo. Les pido que se calmen o que se retiren.

Cris se avergonzó de que les llamaran la atención. Soltó a Jeff, quien en lugar de comer el pastel de su mejilla como haría normalmente, se limpió con una servilleta.

-Bien, nos vamos- dice Cris levantándose de la mesa y llevándose a Jeff.

Salieron del café y caminaron en silencio por la plaza. Faltaba una hora para reunirse con Stan. No sabía qué hacer para que Jeff le prestara atención, debía hablar con él para acabar con esa vergonzosa situación.

Pero Jeff tenía otros planes. Al pasar frente a la dulcería, Jeff corrió dentro llevándose a Cris con él. El lugar olía a chocolate, no era tan grande como una dulcería que conocía de fuera de la plaza, pero aun así tenía una gran variedad.
Jeff comenzó a tomar todo tipo de golosinas. Se sentía en el paraíso. Tan pronto volviera al instituto se atascaría con todo lo que comprase ese día.

Cris no hacía más que seguirlo. Dentro de la dulcería había algunas parejitas que buscaban juntos cajas de bombones o alguna otra cosa empalagosa. Pero él estaba allí atrapado con Jeff, quien parecía un niño consentido tomando todo lo que quería.

-No tomes tantos. Recuerda que solo tienes el dinero de la tarjeta, si se acaba no tendrás con qué pagar y deberás devolver dulces- le decía Cris, pero Jeff ni siquiera lo volteaba a ver.

Estaba harto de ser ignorado. Una vez Jeff termina de escoger sus dulces, van a la caja para pagar. El pelirrojo pone su montaña de golosinas. Cris mira una barra de chocolate y la coloca junto a los dulces de Jeff, de igual modo se supone que lo de las tarjetas es para ambos. Jeff no le presta mucha atención. Cuando la cajera termina de hacer la cuenta Jeff le entrega la tarjeta.

-Mmm…lo siento, pero no te alcanza para todo esto. Deberás regresar uno de los dulces o pagar lo que falta- le dice la cajera a Jeff pero el pelirrojo apenas y la entiende.

-Descuide- dice Cris suspirando y quita su barra de chocolate. –Quítelo del total.

Jeff ve esto y entiende lo que pasa. Sorprendentemente para Cris, Jeff vuelve a tomar su barra de chocolate y en su lugar deja una bolsa de gomitas. Cris no esperaba que hiciera algo así. Jeff siempre fue muy celoso cuando se trataba de dulces. La cajera les cobró y les dio todo en una bolsa.

Salieron de la tienda. Aún quedaba más de media hora para verse con Stan.

-Supongo que solo podemos ir a la zona de juegos- dice Cris.

Jeff ya estaba comiendo una bolsa de dulces. Definitivamente siempre tendría espacio para dulces, aun después de comer tanto.

-¿Qué dices? ¿Vamos a jugar un rato?- le pregunta Cris pero ya que no lo escuchaba solo tiró un poco de su mano para encaminarlo a la zona de juegos.

Para suerte de Cris el lugar era algo obscuro y no sería tan fácil que los vieran esposados. Cris llevó la tarjeta a donde el cajero y este le dio un montón de fichas para jugar.

-¿Qué quieres jugar primero?- le pregunta Cris.

Jeff seguía comiendo dulces. Parecía no querer jugar por el momento.

-Bueno, entonces iré yo primero- dice mientras se dirige a una máquina para jugar un juego de peleas.

Necesitaba ambas manos para jugar y Jeff seguía comiendo. Tiró un poco de su mano para colocarla sobre el tablero junto a la suya. El pelirrojo se veía tranquilo, así que Cris aprovechó para comenzar. Estuvo jugando un rato hasta que Jeff tiró de su mano, intentando acercar más a él su bolsa de golosinas.

-¡Jeff, espera! Estoy a punto de…- en eso pierde el juego y la pantalla pone en grande “Game Over”. -…ganar…- dice algo desanimado.

Cris ya no sabía qué hacer. Jeff parecía ignorarlo todo lo posible, ni siquiera le insistía para ir a ese tonto juego de baile que tanto le gustaba.

De pronto le vino una idea. Caminó hasta la máquina de baile tirando de la esposa que lo unía a Jeff. El pelirrojo vio la máquina y se emocionó. Subió en ella sin pensarlo y le pidió una ficha a Cris. En eso, el pelirrojo se percató de que Cris se había subido allí con él. Era algo raro ya que siempre pareció no gustarle.

Cris puso las fichas para ambos. Mientras, Jeff escogía la canción. Al principio, la canción y los pasos eran sencillos, tanto que a Cris le parecía algo soso, pero poco a poco la canción fue tomando ritmo y los pasos se hicieron más rápidos. A Cris le costaba pero Jeff ni siquiera miraba la pantalla, parecía conocer de antemano todos los pasos. El pelirrojo se miraba feliz, como si se le hubiese olvidado que estaba molesto con Cris. Esta era su oportunidad. Decidió hacer algo arriesgado.

-Jeff, espera- dijo Cris deteniendo al pelirrojo y haciendo que se volteara a verlo.

El juego continuó con la música pero ambos se habían detenido. Jeff miraba a Cris, sorprendido de que lo sostuviera de la mano y estuviese tan cerca de él.

-Lo siento si esto te molesta- dice Cris y luego le quita los audífonos de forma lenta.

Jeff se había quedado pasmado al ver las manos de Cris tan cerca de su rostro, pero más aún cuando le quitó los audífonos. Poco a poco los ruidos del exterior comenzaron a entrar en sus oídos, empezando por el Game Over de la máquina de baile y luego el resto de la gente jugando, gritando y riendo. Jeff quiso taparse los oídos pero Cris lo detuvo.

-Escúchame, Jeff, tenemos que hablar- le decía con voz calmada.

De pronto los ojos de Jeff empezaron a soltar lágrimas. Estaba asustado por tanto ruido alrededor y porque Cris no lo dejaba cubrirse los oídos. Sin embargo no podía dejar de ver directo a los ojos del castaño con gafas.

-¿Eh? ¡No llores! ¿Por qué estás llorando?- pregunta Cris, preocupado al ver a Jeff asustado. Pensó en devolverle los audífonos pero no lo hizo.

Tomo todas sus cosas y se lo llevó de allí. Jeff tiraba de su mano para cubrir sus oídos pero Cris la tomó con fuerza y evitó que lo hiciera. Todo el ruido del exterior estaba molestando al pequeño pelirrojo, pero Cris no se detuvo. Lo llevó a un lugar tranquilo.

Entraron a una tienda de comics. Era perfecto porque no había tanta gente y por lo general estaban todos en silencio o hablando en voz baja. Cris llevó a Jeff a una zona donde no había nadie.

-Está bien, aquí no hay tanto ruido ¿Te sientes mejor?- le preguntó pero de inmediato Jeff comenzó a golpearlo. -¡Oye, tranquilo!

-¡T-Tonto!- le gritaba Jeff.

-Cálmate, ahora tú eres quien grita- Cris toma ambas manos del pelirrojo y evita que lo siga golpeando. –Solo quiero hablar contigo de lo que pasó.

-Fue tu culpa…tonto- dice Jeff en voz baja mientras se desliza al suelo.

-¿Mi culpa?- Cris se inclina a su altura. -Ambos cometimos errores. Sé que no debí gritarte ni tratarte mal, pero tú hiciste que me castigaran sin razón.

-Yo…yo no quería…- comienza a decir. –No quería…meterte en problemas…pero tú- decía intentando golpearlo. –Tú sí quisiste herirme.

Cris estaba sorprendido, tanto de que Jeff le estaba hablando con mayor claridad que antes (que solo decía su nombre) como por lo que decía. Tenía razón, tal vez lo metió en problemas pero a diferencia de él, Jeff no lo hizo a propósito. La voz infantil del pelirrojo se quebraba a momentos, haciendo que algo dentro de Cris le doliera.

-En todo caso, ya no puedo seguir cuidándote como a un niño. Es tiempo de que actúes con más madurez. Tienes razón en que te herí y en serio lo siento, pero también es cierto de que llegué a mi límite.

Cris suelta las manos de Jeff, éste ya no intenta golpearlo. El pelirrojo se seca las lágrimas con la manga de su suéter.

-Nunca pedí que me cuidaras.

-Pero disfrutabas de que lo hiciera.

Jeff se queda callado, dándole la razón a Cris. El chico de gafas nota como su amigo seguía asustado. Se acerca a él y le quita el flequillo de la cara. Se sorprende al verlo porque nunca había visto sus ojos tan directamente, dos ojos de un tono verde pastoso, llorosos y que goteaban sobre sus mejillas llenas de pecas. Admitía que Jeff era lindo, tenía un aire tierno e infantil al cual siempre sucumbía, de allí que lo consintiera y lo cuidase tanto.

-También lo siento- dice el pelirrojo de pronto, viendo directo a los ojos de Cris.

El chico de gafas sintió una fuerte punzada en el pecho cuando el pelirrojo lo miró así. De inmediato le cubrió el rostro de nuevo.

-Bien, creo que todo queda resuelto entonces. Bueno, no todo- Cris toma los audífonos de Jeff. –Quiero saber por qué dependes tanto de esto ¿Por qué odias tanto el ruido del exterior?

Jeff dudaba si responder esa pregunta pero si ahora debía actuar como un chico maduro, supuso que debía comenzar por allí.

-Mis padres… peleaban mucho. Un chico, mi niñero, me regaló unos… cuando era pequeño. Desde entonces… ya no escuchaba a mis padres gritar… desde entonces me sentí tranquilo- decía en voz baja.

-Ya veo. Entonces te acostumbraste a ellos desde que eras niño- tenía sentido para Cris. –Pero no te están protegiendo de nada, te aíslan. Yo y los chicos quisiéramos saber más de ti, poder charlar contigo. Si algo te asusta o preocupa, nosotros podemos ayudarte.

-Estoy bien… aunque no los oiga, los entiendo- comienza a decir. –Stan es el líder…Dan y Vincent son novios…y a ti te gusta Carol. Sé todo eso…porque lo veo.

Cris no entendía el por qué Jeff dijo todo en un tono tan triste.

-Pero podrías saber más cosas, y nosotros de ti. Ahora mismo estamos charlando sin problemas. Creo que en realidad no le temes tanto al ruido como dices. Le temes a crecer, a ser más responsable.

-¡No es cierto!- se queja Jeff. –Tú no sabes…

-Lo sé, aunque no lo digas. Yo también puedo verte y saber cosas.

Jeff de nuevo se queda callado, dándole la razón a Cris. El chico de gafas se sienta a su lado.

-Te devuelvo los audífonos, pero en serio quisiera que intentaras no depender de ellos tanto- Cris le devuelve los audífonos a Jeff.

El pelirrojo los toma y los observa. Los coloca en su cabeza, de pronto la música le pareció estar muy alta. Volteó a ver a Cris. Quiso confiar en él. Se acomodó los audífonos alrededor de su cuello. Cuando Cris lo vio le dio una sonrisa. Jeff se la devolvió y se recargó en su hombro.

Cris se sorprende. Iba a decirle que se quitara ya que alguien podría verlos y malinterpretarlo, pero al verlo tan tranquilo no pudo hacerlo. Se quedaron así un rato. Cris miró la hora en su reloj, notando que hace media hora debieron verse con Stan. Sabía que los estaría buscando pero no se preocupó, ya que ahora las cosas estaban mejor.

Notas finales:

Qué les pareció? 

Creen que Jeff logre dejar sus audifonos a un lado y hablar con sus otros amigos? 

Bueno, ya se verá.

Gracias por seguir leyendo, espero que les haya gustado este capítulo.

Nos leeremos después.

Att. Alphonse Zero


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