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Rainbow VS Monochrome por Alphonse Zero

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Notas del capitulo:

:)

 

(Sin nada que decir)

El día estaba nublado. El verano ya era cosa del pasado, aquellos días soleados se habían ido junto a sus esperanzas de estar junto a Dante. Había cometido muchos errores. Subestimar a Vincent y sus extraños métodos de seducción, dejarse llevar por la ira…dejarse llevar por la pasión. El beso con Dante aún le sabía en los labios, un regustillo agridulce. Por supuesto que el golpe que le dio también se sentía igual de vivo.

Alexander había estado más de una semana evitando a Dante y a los chicos. Se imaginaba que ya les había contado a todos lo ocurrido y que seguro lo odiaban por ello.

-¡Alexander!- le llaman haciéndolo despertar de su trance.

-¿Sí?- voltea a ver a su compañero.

-¿Qué te sucede? Estás muy distraído últimamente. Si sigues así no pasarás los exámenes.

Recordó entonces dónde estaba. Él y un compañero habían ido a estudiar a la biblioteca para su examen de matemáticas.

-Prometo concentrarme y estudiar muy duro- le dice esforzándose por sonreír.

-Si tú lo dices- le responde no muy convencido su compañero.

De pronto un ajetreo hace que ambos chicos, y en general todos en la biblioteca, dejen sus estudios y volteen a ver lo que sucedía.

-¡Jeff, baja de allí!- le gritaba Cris al pelirrojo.

-¡No grites! ¡Aquí no debe…haber ruido!- le responde Jeff cubriendo sus oídos mientras se tambaleaba en una silla. Intentaba tomar un libro del estante más alto.

-¡Tú eres quien grita!- dice Cris.

-Ambos están gritando, de hecho- dice Vincent.

La bibliotecaria los mira molesta y les hace una seña para que se callen.

-Silencio los dos o nos sacarán a todos- les ordena Stan en voz baja.

-Jeff, si quieres algún libro yo puedo tomarlo por ti- le ofrece Dante.

Allí estaba, la persona que le había robado el corazón, su amor no correspondido. Se veía tan bello y gentil como siempre. Porque sí, ambas cosas le gustaban de él.

No podía evitar verlo, hubiera preferido desviar la mirada y hacer como si nada pasara. Pero ¿cómo no verlo?, ¿cómo no sentir nada al verlo?

De pronto, su insistencia causó un efecto. Dante volteó a verlo desde lejos. Sus miradas se cruzaron. Pero aquella mueca de disgusto al verlo solo lo hizo sentir peor.

 

-¿Qué ocurre?- pregunta Vincent al ver aquella expresión poco común en su ángel.

-Nada…-le responde.

Vincent no le cree y revisando con la mirada choca con la de Alexander.

-Ese bastardo… Si se acerca lo mato- dice entre dientes.

-¿Celoso de nuevo?- le pregunta Stan de forma burlona.

-¡No son celos! ¡Pero ese idiota…!- intentó decir el arlequín.

-Basta. No vale la pena- Dante evita que diga algo.

A Stan le pareció un poco rara aquella actitud, pero lo dejó pasar. Al menos por el momento.

-Bueno, dejemos de perder tiempo. Se supone que vinimos a estudiar- les dice Stan.

Los chicos se reúnen todos en una mesa y se ponen a repasar. Seguían teniendo muchos exámenes por delante y decidieron estudiar juntos después de clases. Vincent sentía que era algo inútil y aburrido, pero accedió porque no quería que Dante volviera a reprobar.

Después de un poco más de una hora todos ya estaban cansados. Decidieron parar por ese día, igual pensaban volver a estudiar mañana.

-¿Qué haremos ahora?- pregunta Cris.

-¡Ju-juguemos video…juegos!- propone Jeff.

-Lo siento, pero nosotros iremos a pasear un rato- dice Vincent sosteniendo a Dante de la cintura.

-Estuvieron solos el fin de semana. Al menos deja que hoy pase tiempo con sus amigos- le dice Stan.

-Solo será un momento- le responde Dante.

En eso, Vincent miró por la puerta que da al pasillo. Vio al profesor Ben caminando junto a alguien. Entonces la reconoció.

-Pensándolo bien, creo que será divertido jugar videojuegos- dice Vincent soltando a Dante. –Adelántense, los alcanzo después- se va de allí sin dar explicaciones.

-¿Vincent?- Dante se preocupa. Desaparecer sin decir nada era común en Vincent, pero igual temía que fuera por algo malo.

-Déjalo, dijo que nos alcanzará- le dice Stan tratando de calmarlo. –Vamos.

Los chicos estaban por irse cuando Stan recuerda que Alexander estaba allí. Voltea y ve que estaba recogiendo sus cosas.

-Invitaré a Alexander. Hace un tiempo no hablamos- Stan va a hablar con él.

Dante quiso detenerlo pero ya estaba a medio camino. No tenía remedio, si Alexander iba a jugar él se regresaría solo a su habitación.

 

-Alexander, cuanto tiempo sin verte- le saluda Stan.

El rubio de ojos avellana apenas y lo mira de reojo. No le respondió nada.

-¿Ocurre algo?- pregunta extrañado, Stan.

-¿Qué haces aquí? Creí que ninguno de ustedes volvería a hablarme.

-¿Eh? ¿Lo dices por estos días? Lo siento, hemos estado ocupados con los exámenes. De hecho, creí que igual estabas ocupado. Hace tiempo que no te aparecías.

Alexander toma su mochila y comienza a irse. Incluso el compañero con el que estaba se sorprendió de aquella actitud.

-¡Oye!- Stan lo detiene. -¿Qué te ocurre?

-No finjas…

-¿Fingir qué? Estás actuando muy raro.

-¿A caso Dante no les dijo nada?- dice Alexander en un tono sarcástico.

-¿Sobre qué?- pregunta Stan, demostrando que no sabía nada. El castaño voltea a ver a Dante a lo lejos. Ahora entendía por qué la actitud de hace un momento. -Espérame aquí- le dice Stan a Alexander. Va a donde sus amigos para decirles que los alcanzará luego.

Entonces Cris, Jeff y Dante se van solos a la habitación. Stan vuelve a donde estaba Alexander.

-Bien, vamos a fuera para hablar.

 

Mientras tanto Vincent, por medio de atajos, se le adelantó al profesor y llegó a su oficina. Se escondió detrás de un montón de cajas llenas de documentos y esperó. No tardó mucho en llegar.

-Pasa, toma asiento- le pedía amablemente a la mujer.

Ella fue y se sentó. Estaba callada y con el semblante triste, nada que ver con cómo la conoció en la fiesta. Benjamín se sentó también.

-¿Quieres hablar sobre él, verdad?- le pregunta Benjamín.

-Quiero saber por qué lo hiciste- dice Bianca con cierto enojo. -¿Por qué en el cumpleaños de mi hija?

-Tenía que hacerlo. No podía guardar el secreto por más tiempo. Vi la oportunidad y lo hice- hace una pausa. Luego la ve directo a los ojos. –No podía callar más.

Vincent escuchaba. Sabía que ella reaccionaría así, era normal. Pero temía que viera mal a Dante, como a un intruso.

-No es el hecho de que lo dijeras- dice Bianca. –Pero debiste hacerlo antes.

Vincent escucha sorprendido.

-¿Cuándo? ¿Antes de que te conociera? ¿Antes de que tuviera otro hijo?- pregunta con una risa triste. –No, debía ser ahora. Antes yo no lo hubiera perdonado por lo que hizo. Pero al verlo contigo, al ver nacer a Amanda, eso fue lo que cambió todo. Vi el dolor que guardaba, y al mismo tiempo vi el amor que podría darle a su hijo.

Bianca lloraba en silencio, secaba desesperada cada pequeña lágrima que se asomara. Escuchaba a su cuñado, intentando entender.

-Sé que Jordán cometió un error, un grave error, pero darle esa noticia hasta ahora…

-Ya te dije, antes las cosas eran diferentes. La madre de Dante, Amelia, no quería que nadie supiera dónde estaban. Obedecí su petición, pero cambié de parecer al ver que estaba privando a mi sobrino de conocer a su padre- Benjamín le pasa un pañuelo a su cuñada para que secara sus lágrimas. –Por años, solo vi a Dante por medio de fotografías. Después de haberlo conocido siendo un bebé, no lo volví a ver. Y cuando convencí a su madre de que lo dejara venir aquí, me sentí feliz de poder estar cerca de él.

-…pero no podías decirle que eras su tío, ¿verdad?

-Si lo hacía, me haría preguntas- busca en un cajón de su escritorio. Saca un pequeño montoncito de fotografías y se las pasa a Bianca. –No quería que se sintiera rechazado por su padre. Pero Jordán cambió, vi que estaba arrepentido, por eso quise que se conocieran. Quiero que se conozcan.

Bianca escuchaba mientras miraba las fotografías. Una de ellas le llamó la atención, una donde él se miraba de la misma edad de Amanda.

-¿Pero, su madre le contó la verdad? Si es así seguro odia a Jordán.

-Amelia habló con él hace un par de años. Ella dijo que no lo tomó tan mal. No quería saber más sobre el tema, pero no se mostró resentido. Es un chico muy maduro- dice con cierto orgullo.

-Así parece- seguía mirando las fotografías. –Pero es tan triste, aun cuando se ve tan feliz…- Bianca vuelve a llorar.

-¿Qué piensas de todo lo que te dije?- le pregunta Benjamín.

-Que será muy doloroso, lo está siendo ahora. Me duele ver los errores que cometió Jordán, pero también me duele verlo sufrir a él. Sé que no es un mal hombre, solo no hizo lo correcto- seca sus lágrimas. –Pero a pesar de todo, sé que es lo correcto.

-Me alegra que digas eso- el profesor suspira aliviado. –Trataremos que esto sea lo menos doloroso posible. Ya lo saben tú y Jordán, falta que sus hijos lo sepan.

-Amanda estará encantada- dice sonriendo por primera vez en mucho rato. –Él le agrada y seguro estará feliz de tener un hermano mayor. Pero el chico…

-Lo sé, también me preocupa cómo lo tome.

Vincent había escuchado todo. También estaba preocupado. Aquella actitud de indiferencia que mostraba Dante ante el tema de su padre le hacía pensar que en realidad sí sentía algo al respecto. Temía que la noticia lo lastimara, que reviviese una vieja herida o que crease una nueva. Incluso alguien tan amable como Dante podría llegar a odiar.

El rubio recargó su cabeza en una de las cajas he inesperadamente ésta se tambaleó. Intentando que no se callera, terminó empujándola y dejándola caer. Quedó al descubierto, frente a Benjamín que lo miraba acusadoramente y Bianca que lo miraba preocupada.

-¿Qué haces espiando?- le pregunta molesto el profesor.

-Yo...pues…- toma aire. –Los vi en los pasillos y quise saber de qué hablarían.

-¿Lo escuchaste todo? Por favor no digas nada- le pedía Bianca.

-Tranquila, él lo sabe- dice Benjamín sin dejar de ver a Vincent. –Me ayudó con lo del sábado.

-El profesor me contó hace tiempo. Yo solo quiero lo mejor para Dani- dice Vincent.

 

 

Stan y Alexander fueron al patio. Se sentaron en una de las bancas para platicar. El de ojos avellana estaba muy callado y con el semblante serio, algo que no era común en él.

-Dijiste algo sobre Dan. Quiero saber lo que pasó- le dice Stan. –Somos amigos, y quiero apoyarlos a ambos.

Alexander suspiró pesadamente.

-Después de lo que ocurrió en la plaza con el Diablo, busqué a Dan para hablar. Estaba preocupado por su seguridad. Sé que dije que le dejaría el camino libre al arlequín pero aún me gusta y no pude evitar el querer protegerlo.

-Te entiendo. No es como que borrarías esos sentimientos de la noche a la mañana ¿Qué más pasó?- preguntó Stan.

-Le dije que estaba preocupado, que estar al lado de Vincent podría ser un problema. Le pedí que lo dejara- dice ocultando su rostro entre sus manos.

-Y él te dijo que no- afirmó Stan. -¿Eso es todo? No deberían estar molestos por eso. Al menos deberían intentar solucionarlo.

-No solo fue eso- dice Alexander. –Yo…le dije que aún lo quería, y lo besé- dice avergonzado.

Stan se quedó atónito. Reinó un silencio entre los dos, ninguno dijo nada durante un rato.

-¿Lo besaste? ¿Lo forzaste?- pregunta molesto el castaño.

-Creo que sí- Alexander sabía que Stan reaccionaría así. Ahora seguro lo odiaría.

-No puedo creer que hicieras algo así- Stan se levante y se pone frente a Alexander. –Tú no eres así ¿En qué estabas pensando?- le regañaba. –Será muy difícil que Dan te perdone ¿pensaste en eso?

Alexander estaba sorprendido. Stan lo estaba regañando. No lo odiaba. Lo regañaba como a un niño que se portó mal, pero no lo odiaba. Sin darse cuenta, se le habían escapado unas lágrimas.

-¡Oye! ¿Qué te ocurre? No llores- le pide Stan.

-Lo siento, es solo que estoy aliviado- se seca las lágrimas. –Creí que no volverías a hablarme después de esto.

-Estoy enojado- dice Stan cruzándose de brazos. –Me decepciona que hayas actuado así, pero no te odio por ello. Entiendo que te movió lo que sientes por Dan.

-Sí…yo no lo pensé.

-Alex, eres mi amigo. Lo que hiciste estuvo mal, pero sé que no era tu intención herir a Dan. Sé que te preocupas por él, pero no puedes hacer que se separe de quien él quiere- vuelve a sentarse junto a él.

-¿Tú crees que esté a salvo con Vincent? Tú antes no lo soportabas.

-Lo sé, aún creo que es un chico problema. Pero Dan lo quiere, y Vincent lo quiere a él ¿Sabes una cosa?, lo he pensado y creo que no correrá peligro mientras todos nosotros estemos allí para él.

Alexander lo piensa. Tenía razón, en lugar de intentar alejarlo de Vincent debió ofrecerse a cuidar de él como su amigo. Si todos permanecían juntos no podrían lastimarlo.

-Además, no solo Dan corre peligro. Vincent también necesita nuestra ayuda- dice Stan.

Las palabras de Stan se quedaron en su cabeza un buen tiempo. Si quería proteger a Dante debía arreglar las cosas con él. Pero debía renunciar a él también. No sería fácil, sus sentimientos por Dante eran fuertes, pero debía tratar. Quería estar allí para él, quería estar a su lado, aún solo como un amigo. Decidió que debía pedirle una disculpa.

 

Pasaron un par de días. No se animaba a ir a buscar a Dante, tenía miedo ¿Qué tal y no lo perdonaba? ¿Y si se alejaba al verlo? No podría soportar otro rechazo.

-No puedo seguir así- se dijo a sí mismo. –Tengo que hablar con él ahora mismo- dijo al mismo tiempo que se levantó para ir a buscarlo.

Pensaba ir a su habitación o a la biblioteca, pero para su sorpresa Dante estaba en el patio. Le pareció extraño verlo solo, pero incluso era mejor. Esa era su oportunidad.

“Se lo diré”, pensaba. “Voy a disculparme y arreglarlo todo”. Estaba animado. Si Stan pudo perdonarlo, Dante seguro también lo haría. Mientras se acercaba sus miradas se cruzaron. Suplicó porque no se alejara, “Quédate”, le pedía en su mente. Sorpresivamente no se alejó, aún más increíble, se acercó a él.

Alexander sintió que se le aceleraba el corazón al verlo correr hacia él. Cuando estaban frente a frente, Dante se aferró a sus manos. No podía creerlo, las manos de su amor lo sujetaban, temblorosamente. Luego sus ojos volvieron a cruzarse.

-Alexander, por favor, necesito tu ayuda- entonces vio la desesperación en sus ojos negros y sintió dolor por ello. –Sé que fui muy agresivo contigo aquella vez. Lo siento. Pero ahora eres el único que puede ayudarme.

No podía soportar verlo así. Dante estaba asustado, igual que aquella vez en la plaza. 

Notas finales:

Aquí comienza (?)


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