Dante y los chicos estaban disfrutando de su día en el lago, nada parecía amenazarlos. Nada excepto cierto rubio escondido tras un árbol.
-Tengo ganas de nadar- Dijo Cris. – Y creo que Jeff igual- Jeff miraba el lago apuntando con su dedo índice.
-Vayan ustedes, me quedare con Dan un rato- Dijo Stan.
-No, ve con ellos, yo estaré bien- Dan agradecía que Stan se preocupara por él, pero tampoco quería evitarles la diversión.
- ¿Seguro? ¿No te sentirás solo?
-Claro que no- Dijo Dan con una sonrisa. -Me encantara verlos nadar, además dijiste que sueles buscar cosas en el lago ¿Podrías buscar algo para mí?
La dulce petición de Dante no podía ser negada por Stan, al final terminó accediendo. Los tres chicos fueron al lago, después de obligar a Jeff a dejarse los auriculares, cosa que resulto ser muy…MUY EXTRAÑO.
El pelirrojo se puso de nervios cuando sintió los oídos desnudos. Se cubría las orejas y decía que no con la cabeza, se miraba asustado, como si el ruido le molestara.
-Tranquilo Jeff, toma esto- Cris le dio lo que parecían tapones para los oídos. Esto calmo al pelirrojo hiperactivo quien no tardo en ponerse los tapones.
- ¿Por qué se puso así? – Pregunto Dan preocupado.
-Ni idea, ni siquiera yo lo sé. Creo ha tenido tanto tiempo los auriculares encima que tener los oídos expuestos le resulta incómodo- Respondió Cris.
Los chicos fueron al lago a nadar. Dan se acercó al muelle para mojarse los pies. Se sentó y dejó colgando sus piernas de tal modo que se mojaran un poco, el agua apenas mojaba sus tobillos, pero el agua bajo él estaba lo suficientemente profunda para sumergirse completamente. Miró su rostro reflejado en el agua, en su rostro se dibujaba una ligera sonrisa triste.
Vincent aprovechó que los idiotas se fueron para ver a Dante de cercas. Salió de su escondite y se dirigió al de ojos noche cuando una idea diabólica cruzó por su mente.
Dante volteo por casualidad encontrándose con el rubio a unos metros de él.
- ¡Vincent! Si viniste, que bueno- En un segundo se borró aquella expresión melancólica, era como si la presencia de Vincent le resucitase la alegría. Era tan extraño sentir felicidad de ver a alguien que solo te ha tratado mal, pero si hay alguien extraño aquí era él mismo se decía.
-Pensé que te aburrirías mucho sin mí y veo que es verdad, te han dejado solo.
-No exactamente, siéntate junto a mí- Le propuso Dante. Su dulzura era su mayor cualidad y su más grande debilidad.
- ¡Awww! Tu realmente me amas~ ¿Verdad? – Vincent se puso detrás de él y le rodeo con sus brazos. -Eres un chico tan inocente- Le susurro al oído. -Tal vez demasiado.
Lo último que escucho fue a Dante gritar y el ruido de su cuerpo impactar contra el lago. Lo último que vio fue su mano desaparecer en lo profundo. Puede que suene un poco criminal, pero tranquilos, no lo es, al menos no para Vincent.
- ¡Hahaha! Sí que fue divertido ¿A que no te lo esperabas? - Vincent vio al lago, Dante no parecía salir. - ¿Dante? Sal ya idiota- De nuevo silencio. – Esto… ¿Es una clase de broma? – Más silencio. - ¡Se supone que el que hace bromas soy yo! – El desesperante silencio. - ¡JODER! ¡Dante déjate de juegos y sal gran tonto!
- ¿Tu aquí? – Stan apareció tras de Vincent junto con Cris y Jeff. - ¿Dónde está Dan?
Vincent miró a Stan de una forma tan ¨poco diabólica¨ que era obvio que algo malo había pasado.
- ¡DAN! – Stan corrió para buscarlo en el lago.
- ¡No! ¡Yo lo buscare! – Vincent no dejaría que Stan quedara como héroe. Se puso en su camino para que no pasara.
- ¡Estúpido! ¿Qué crees que haces?
Stan y Vincent pelearon por quien iba a salvar a Dan. A Cris casi le daba algo, Jeff, bueno él quería comer, estaba donde los bocadillos engullendo patatas como si fueran agua.
Para Dan era una suerte que otros chicos anduviera por allí. Uno de ellos en particular nadaba por donde Dan había caído, logro verlo, estaba casi en el fondo, lo tomó en brazos y lo llevo a la superficie.
- ¡Quítate Vincent!
- ¡No! ¡Tú quítate!
No terminaron de pelear cuando un chico alto de cabellos rubios, alto y de buen cuerpo cargaba heroicamente a Dan.
- ¡DAN! – Gritaron todos a la vez que corrían a verle.
- ¿Es su amigo? Lo encontré mientras nadaba.
- Muchas gracias por sacarlo. ¡Dan! ¡Respira! -Stan miraba a su amigo, estaba a punto de perder la cabeza cuando lo vio toser y escupir agua. - ¡Dan! Siéntate, tranquilo.
Dan siguió tosiendo, estaba completamente empapado, el delineador se le había corrido de los ojos y tenía el cabello pegado al rostro, sin contar que estaba asustado.
- ¿Estás bien? ¿Quieres que te llevemos a la enfermería?
- Estoy…estoy bien- La dulce voz de Dante penetro en los oídos del chico que lo salvó, este le miro de forma insistente, los ojos negros de Dan, aunque nublados, le parecieron adorables. Vio cuidadosamente al azabache, luego dijo de forma muy directa…
-Me gustas- Así de directo.
Todos alrededor quedaron boquiabiertos, incluso Jeff desde la distancia quien soltó su sándwich (El no escucho nada, pero al ver que todos lo hacían pues quedo boquiabierto igual).
No hace falta decir que Vincent moría de celos, su sonrisa diabólica lo decía con claridad.
- ¿Qué? ¿Quién eres? – Preguntó Dan confuso.
-Oh, es verdad, no me he presentado- Se inclinó ante él y tomó su mano. -Mi nombre es Alexander, pero tú puedes llamarme Alex- Paso seguido, besó su mano.
Vincent quería matarlo, cortarlo en pedazos, revivirlo y volverlo a matar. Stan y sus tontos amigos ya no eran el enemigo, ahora tendría que lidiar con el galancete ese.
-Emm, soy Dante- Dijo algo nervioso- Tú me salvaste, gracias por eso- Intentaba cambiar de tema, pero no lo lograría.
-Dante, te queda ese nombre, tan único como tú - Alexander le sonrió de una manera que haría que las colegialas que no estaban allí estallasen de emoción.
Mientras el rubio (Alexander no, el rubio teñido de mechas rosas y verdes) sentía la necesidad de empujarlo también al lago, pero no quería que aquello lo delatara de lo celoso que estaba. Aun así contaba con Stan, seguramente el también odia a Alexander, confiaba en que fuese él quien lo pusiera en su lugar.
-Tienes suerte de que te salvara Dante. Gracias Alex- Stan y Alexander estrecharon sus manos como muestra de aprobación entre ellos. Vincent quedo sorprendidísimo.
-Tú debes ser su amigo, no te preocupes, yo también cuidare bien de Dante.
-Seguro que si.
Aquello era una alianza contra Vincent, Stan estaba firmando el contrato con sangre sin siquiera pensárselo. El arlequín echaba humo, sabía que Stan lo odiaba, pero no aceptaba que aprobara tan rápido a un total desconocido antes que a él.
-Disculpen, voy a por ropa seca- Dan se levantó aun débil.
-Nada de eso, te llevare a la enfermería para que te revisen. Hay que hacer las cosas correctamente- Dijo Alexander mientras lo tomaba de un hombro y se lo llevaba consigo, seguido por supuesto de Stan y los chicos.
-Pero, estaré bien, no ha pasado nada.
-Él tiene razón Dan, debes ver al doctor- Stan apoyó la idea, después de todo era una idea razonable.
-Por cierto Dan, ¿Qué hacías en el lago si no sabes nadar? -Preguntó Cris.
Dan miró de reojo a Vincent, ambas miradas se encontraron. Vincent por primera vez sintió culpa, se merecía que Dan hablara.
-Me tropecé y caí- Aquella respuesta sorprendió a Vincent quien abrió sus ojos de par en par al oírlo. -Lo siento, seré más cuidadoso.
No hace falta decir que Stan no creyó esa historia. Vincent por su parte, sintió como si le clavasen una flecha en el pecho, la mirada triste de Dante cuando lo dijo, él no quería eso, él no sabía que Dan no sabe nadar, no quería herirlo, solo era una broma, una que casi le costaba la vida a su ángel.
Vincent fue con ellos en silencio, no tenía ánimos de fastidiarlos, pero tampoco podía dejar a Dante así como así, menos después de que lo encubrió en su crimen. Dan se merecía que al menos estuviera al tanto de lo que le pasaba.
Llegaron a la enfermería. El doctor hizo pasar a Dante y dejó a los otros esperando afuera. Era muy incómodo para Vincent, pero por suerte nadie le prestaba atención.
-Así que Alexander- Comenzó Cris para romper el silencio. - ¿En serio te gusta Dan?
-Si, suena a una locura, sobre todo porque no le conozco mucho, pero fue lo que sentí, prefiero ser directo desde ahora- Alexander parecía muy seguro de sí mismo.
- ¿Qué te gusta de Dante? – Preguntó Stan en un tono firme.
-Bueno, tiene bonitos ojos, se ve que es realmente gentil y su estilo es diferente, eso le distingue. Pero no me conformo con ello, deseo conocerle de ahora en adelante, lo suficiente como para poder conquistarle.
El arlequín le miraba de reojo, ahora si seguro Stan lo rechazaría, tenía que hacerlo.
-Pues mientras Dan este de acuerdo no veo el problema- Otra flecha imaginaria se clavó sobre Vincent. -Se ve que tu si te preocupas por sus sentimientos y su bienestar- Esa fue otra flecha sobre Vincent, era obvio que lo estaban comparando.
-Esto…disculpen, pero es algo raro- Dijo Cris.
-No lo es- Dijo Stan. -Es como tu relación con Jeff.
- ¿Qué relación? A esto se le llama tortura. Por cierto… ¡JEFF! – Una vez más Cris perdió a su pequeño pelirrojo. Se fue de allí con una mirada sombría mientras lo buscaba.
- ¿Por qué tu no dices nada? ¿Eres otro de sus amigos no? – Alexander se dirigió directamente a Vincent, este le miro con una sonrisa más sínica que cualquiera que hubiese hecho antes.
-Pues, digamos que Dani y yo somos más que amigos, somos íntimos, literalmente vivimos juntos, no hay nadie más cercano a Dani que yo. De hecho, lamento decírtelo, pero no eres su tipo.
Alexander le vio perplejo, luego lo analizo de pies a cabeza.
-Un momento… ¿No eres tu ¨El Arlequín del Diablo¨?
-Lo es, y no le hagas caso. El y Dan solo son compañeros de habitación ¿Qué clase de amigo te arroja al lago cuando no sabes nadar? -Alexander se sorprendió, miró a Vincent frunciendo el ceño.
-Entonces fuiste tú. No me sorprende, he escuchado cosas horribles de ti- Se acercó a Vincent y le vio de frente. -Escucha, de hoy en adelante Dan no estará solo, yo lo protegeré de ti, así que será mejor que no te entrometas. No creo que a Dante le gusten los mocosos perversos como tú.
- ¿DISCULPA? ¿Quién dijo que voy tras Dante? No me interesa en lo más mínimo, pero será mejor que se enteren. Le gusto a Dan, mucho más de lo que creen, y me aprovecharé de ello hasta que me harte, le dejare tan hueco de amor que parecer una muñeca sin vida, y tu ¨Alex¨ no podrás hacer nada.
Vincent se fue de allí con su típica sonrisa, pero una vez lejos cambio su rostro por uno de enojo y frustración. ¿Quién se cree ese tonto? No es para nada el tipo de Dan, era imposible que le hiciera caso. Se fue intentando que aquella idea sonase lo más coherente posible, al punto de creérselo.
-Que chico más desagradable- Dijo Alexander-
-Dímelo a mí, pero lamento decirte que tiene algo de razón ¿Si te diste cuenta que Dan lo defendió? Siempre hace eso, insiste en que no puede ser tan malo como creemos, pero solo hace que me quede más claro lo horrible que es Vincent.
La puerta de la enfermería se abrió, Dan salió junto con el doctor, llevaba un tipo de pijama blanco y una toalla alrededor del cuello.
-Estará bien, solo debe descansar por hoy. Lleva tu ropa a secar, mañana puedes traer la que te he prestado.
-Gracias doctor- Dijo Dan con una media sonrisa.
-Qué bueno que estas bien Dante, me alegro muchísimo- Alexander le sonrió de nuevo. -Por favor, déjame llevarte a tu habitación, quisiera cerciórame de que todo esté bien.
-Bueno…
-Claro, acompáñanos- Interrumpió Stan.
Dan se sentía un poco incómodo con Alexander, no se creía que en verdad le gustase a un chico como él.
Los tres chicos llegaron a la habitación, Vincent parecía no andar por allí. Pasaron e hicieron que Dan se recostara, esto le parecía algo exagerado al azabache, pero ambos insistieron.
-Voy a cambiarme y a traer algo de comer, con todo lo que pasó se nos olvidó hacerlo. No tardo- Y así Stan dejo solos a Alex y a Dan.
- ¿Estas cómodo? ¿Quieres que traiga algo? – Preguntó Alexander.
-Estoy bien, perdona por todas las molestias que te he hecho pasar, puedes irte si quie…
-No, Dante quiero cuidar de ti, acaso yo ¿Te desagrado? -Alexander puso una cara triste.
-No, para nada, tú me salvaste, estoy realmente agradecido, es solo… yo, lo que dijiste… seguro fue por el momento.
- ¿No me crees? ¿No fui claro? – Se acercó peligrosamente a su rostro. - ¿Quieres que sea más directo? - Dante moría de los nervios cuando sus rostros quedaron tan cerca. Alexander se dio cuenta y se alejó despacio. – Bueno, tendré que esforzarme mucho para que puedas sentirlo.
Vincent estaba tras la puerta, escuchando atentamente aquellas palabras, deseando que Dan se negara al instante, que le dijera que eso nunca pasaría, que le gustaba alguien más, pero…
-Su-supongo que todos tienen derecho a intentarlo- Cuando el de ojos noche dijo esto los ojos avellana de Alexander brillaron. Tomó sus manos y las beso.
-Gracias, te prometo esforzarme mucho, no te defraudare.
En ese momento El Arlequín del Diablo entró de manera escandalosa en la habitación.
-Que cursi sonó eso Alex~ Harás que Dani se aburra de ti muy rápido.
- ¿Vincent? – Dante miraba al rubio, tenía su típica sonrisa y se acercó a él como suele hacer, lo abrazo con un brazo y miró a Alexander.
-En cambio yo siempre le hago sentir ¨emociones fuertes¨ ¿Podrás contra ello?
Esa era una declaración de guerra, una que Alexander firmo con su mirada. Ya no había vuelta atrás, ambos lucharían por Dante, cada uno a su manera (Unas más sanas que otras), cada uno con sus métodos y estrategias (Unas más cuerdas que otras).
Esta sería una guerra por conseguir la atención de su ángel, una guerra en la que Vincent no estaba dispuesto a perder.