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Rainbow VS Monochrome por Alphonse Zero

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Notas del capitulo:

Hace muuuucho que no actualizaba. Hoy me hice el tiempo.

Después de un rato, todos se separaron y secaron sus lágrimas. Habían estado muy preocupados por Dante. Les aliviaba verlo, aunque aún nadie sabía exactamente lo que había sucedido. Igual ya tenían una idea.

-Me alegra que estés de vuelta- dice el profesor Benjamín. –Es una suerte que mi hermano te haya encontrado.

-Sí, lo es- responde Dante.

-Dan, ¿qué fue lo que ocurrió?- le pregunta Stan directamente.

-Nos tuviste muy preocupados- dijo Cris.

-Mucho- agregó Jeff.

 Vincent permanecía en silencio. Solo lo observaba.

-Yo…- Dante intentó hablar, pero era obvio que le era difícil.

-Tranquilo. Será mejor que Dante hable del tema directamente con las autoridades- dice el profesor.

-¿Autoridades?- pregunta nervioso el azabache.

-Claro. Necesitas explicarnos a detalle lo que ocurrió. Aunque no digas nada, sabemos que algo grave pasó.

-Pero…

-Pero nada- le interrumpe Stan. –Haz caso al profesor.

Sabía que no tenía opción. Tarde o temprano debía hablar. Pero tenía tanto miedo.

-Es mejor que vayamos de una vez. Cuanto antes hables, antes terminará todo esto- Benjamín comienza a caminar. -¡Andando!

-Está bien- dice algo resignado.

-Tranquilo- Jordán le anima colocando la mano en su hombro. –Todo va a estar bien.

-Gracias por todo de nuevo- le responde Dante. –Por cierto, le devuelvo la chaqueta- dice al tiempo que comenzaba a quitársela.

-No- Jordán lo detiene. –Quédatela. Es tuya.

-Pero usted dijo que era un recuerdo de su juventud. No puedo tomarla.

-Quiero que la tengas- insiste Jordán. Éste le acomoda de nuevo la chaqueta. –Tal vez no sea del tipo de ropa que te gusta, pero agradecería que la conservaras.

Dante observa al señor Jordán. Aquella mirada, aquel trato, nunca los había tenido. Era tan diferente, pero agradable.

-Muchas gracias. La cuidaré y atesoraré, lo prometo- por primera vez en un rato, Dante logra sonreír de forma auténtica. Aún se reflejaba tristeza en él, pero algo de felicidad también se mostró en su mirada.

-Me iré, pero quisiera seguir al tanto de lo que ocurra- Jordán le entrega a Dante un trozo de papel con su número de teléfono escrito. –Si necesitas algo, cualquier cosa, puedes hablarme.

Dante toma el trozo de papel y lo observa. Estaba tan agradecido. Por otro lado, Stan miraba la escena con curiosidad. El señor Jordán se despidió y se fue. Dante se quedó allí hasta que el auto se alejó y desapareció a la distancia.

-Él fue muy amable contigo- comenta Stan.

-Mucho.

-Vamos, Dani- Vincent lo toma de la mano. –El profesor te espera.

Lo que siguió fue muy difícil para Dante. Tuvo que entrar solo a la oficina del director. Dentro lo esperaban tanto éste como la policía y el mismo profesor Benjamín. Tenía miedo a que lo atacaran con una pregunta tras otra, pero todos fueron pacientes.

Primero, preguntaron cómo estaba y cómo había pasado la noche fuera del instituto.

-Estoy bien, el señor Jordán y su esposa fueron muy buenos conmigo.

Luego, a modo de regaño, cuestionaron el cómo se había escapado de la escuela. También lo regañaron por haber sido tan ingenuo y no pedir ayuda a un profesor respecto al tema de Vincent y el Diablo.

-Creí que podría resolverlo solo. Creía que si hablaba metería en problemas a Vincent.

“Pero en su lugar tú fuiste quien se metió en problemas”, escuchó. Dante solo bajó la mirada.

Luego, la parte más aterradora. Preguntaron por qué desapareció de la fiesta, con quién estaba, y cómo terminó en la carretera.

-Yo estaba buscando a Alexander y a Vincent dentro de la casa cuando…- los recuerdos lo invadieron. -...cuando…alguien me atrapó y me llevó dentro de una habitación. Eran el Diablo y sus amigos…ellos me sacaron de la casa y me subieron a una camioneta.

-¿Qué pasó allí dentro?- preguntó el oficial de policía. Apenas Dante había volteado a verlo, pero apartó la mirada rápido.

-Ellos…- comenzó a recordar. Aquella sensación de miedo, a Damián sobre él, la navaja, la música de la radio. Aquella canción sonaba con fuerza, pero no más que la voz de Damián.

-¿Ellos qué?- insistió el oficial.

Dante no podía hablar. Su estómago se revolvió y comenzó a marearse. Sentía que caería. De pronto, la mano de Benjamín tocó su hombro.

-Tranquilo, tómate tu tiempo para recordar- su voz le recordó a la del señor Jordán.

-Ese chico, Damián, el Diablo, me atacó con una navaja. Dijo que quería vengarse de Vincent desquitándose conmigo.

Entonces Dante contó todo. Todo cuanto pudo recordar. El acoso, las amenazas, la pelea, y su escape. Siempre tuvo la mirada baja, pero si hubiese visto a los adultos a los ojos hubiese notado lo impactados que estaban.

-¿Sabes dónde se encuentran esos chicos? ¿Alguna pista?- preguntó el oficial.

-No, solo vi brevemente su camioneta. Ni siquiera sé a dónde querían llevarme o lo que planeaban hacer conmigo después.

-Será difícil encontrarlos sin el número de placa.

-No debería ser difícil- interrumpió Benjamín. –Todos aquí sabemos quién es su padre. Pero por lo mismo tienen miedo de buscarlo.

-¡Profesor, basta! Ya hablamos de este tema- dijo el director. –Por ahora, jovencito- dirigiéndose a Dante. –deberás ir a la enfermería para que te revisen. Además, te aviso que tanto tú como Alexander y Vincent están castigados, y tienen un tache en su historial por haberse escapado. Si hubieran hablado con su tutor o conmigo esto no habría ocurrido.

-Sin embargo- interrumpió Benjamín. –Ninguno será expulsado, pues parte de la culpa recae en nosotros, ¿no es verdad, señor director?

El director vio con seriedad a Benjamín.

-Bueno, chico. Eso es todo por ahora. Comenzaremos con intentar identificar el vehículo en que viajaban esos chicos- dijo el oficial de policía. –Con su permiso, me retiro- tras esto, salió de la oficina del director.

-Ve a la enfermería, Dante- le dice Benjamín. –Más tarde iré a verte por si necesitas algo.

-Gracias- Dante se levantó.

-Por cierto…llamé a tu madre. Ella vendrá pronto a verte.

 

 

Vincent y los demás esperaban fuera de la oficina.

-Están tardando mucho, ¿no creen?- pregunta Cris.

-Mucho- responde Jeff.

-Es normal, lo están interrogando- dije Stan.

-No es a él a quien deberían interrogar. Él no es el criminal- se queja Vincent.

-Entiende, es por su bien. Tiene que decir todo para que puedan ayudarlo. Para que atrapen a ese tipo y su banda.

-¿A ti te interrogaron ayer, no?- le pregunta Cris a Vincent.

-Sí, pero nada de lo que dije ayuda. Son cosas que ya todos saben pero que fingen no hacerlo.

Justo en eso, Dante salió de la oficina del director. Todos se levantaron al verlo y fueron con él.

-¿Todo bien, Dan?- preguntó Stan.

-Sí, pero ahora debo ir a la enfermería.

-Pues no perdamos tiempo, vamos.

Todos acompañaron a Dante a la enfermería, pero de nuevo tuvieron que esperarlo afuera. Este fue un nuevo reto para el chico. Otra serie de preguntas incómodas y un chequeo médico que le pareció eterno. “Nada grave al parecer”, “los moretones y heridas sanarán pronto”, “procura descansar por ahora”. Como si fuera tan fácil, como si eso fuera todo, solo moretones y heridas leves.

-Te cortaste el cabello, ¿verdad?

-¿Disculpe?- Dante apenas salía de su trance.

-La última vez que viniste por tu incidente en el lago lo tenías largo. Se te ve bien- comentó amablemente el médico.

Dante apenas y trató de devolverle una sonrisa. Pasó su mano por su cabeza. Tan corto…

 

Una vez más, la escena se repetía. Al salir allí estaba todos, se acercaron apenas lo vieron, preguntando cómo estaba todo. “¿Necesitas algo?, ¿Quieres comer?, Vamos a la habitación para que descanses. O a fuera para que tomes aire”.  Aire, justo eso necesitaba. Le faltaba respirar, se sentía mareado, se sentía débil. Estaba cayéndose.

-¡Dan!- gritaron todos al verlo tambalear.

Vincent y Stan fueron los primeros en reaccionar, sosteniéndolo para que no cayese.

-¡Dan! Reacciona- le pedía Vincent.

-¡Ayuda, doctor!- gritó Stan.

El médico salió de la enfermería y les ayudó a llevarlo de nuevo dentro. Lo recostaron en una camilla y el médico lo revisó.

-Su presión bajó. Debe ser por el estrés. Estará bien, pero creo que por hoy solo debe descansar. Una vez que cobre el conocimiento deberá ir directo a su cama.

Así lo hicieron. Dante despertó al poco rato. Le dejaron descansar y reponerse. Tan pronto tuvo fuerzas para levantarse, lo llevaron a su habitación. Todos cuidaron de él. Stan y Vincent lo acompañaban lado a lado, vigilando que no cayera de nuevo. Cris abrió la puerta de la habitación y Jeff encendió la luz. Cuando Dante llegó a su cama, todos se dispersaron. Cris y Jeff se sentaron en la cama de Stan. El castaño por su parte, salió en busca de un té y algún bocadillo para su amigo. Solo Vincent se quedó junto a él al pie de la cama.

-Te ayudo a quitarte la chaqueta- Vincent le ayudaba cuando en un reflejo el azabache se alejó de él.

-Ah…yo puedo solo- dijo Dante quitándose solo la prenda.

Todos lo vieron extrañados. Vincent no dijo nada, recibió la chaqueta y la dejó sobre la silla del escritorio.

Stan llegó con el té y un emparedado. Dejó la comida en la mesa de noche y al ver la seriedad de todos, habló.

-Dejaré que Vincent se quede un rato, pero luego volveré para cuidarte. Por ahora, los dejaremos solos.

Cris y Jeff no querían dejar a Dante, pero entendían la situación. Se despidieron y salieron de la habitación.

-¿Crees que estará bien?- preguntó Cris.

-Lo estará, pero tomará tiempo.

Dante y Vincent se quedaron solos. Un silencio helado invadía el lugar. Vincent se acercó un poco al azabache.

-¿Puedo tocar tu mano?- preguntó.

Dante solo asintió.

Vincent pasó su mano por sobre la de Dante. Le pareció más fría y pálida de lo normal. Temblaba un poco. La apretó.

-Sé que no quieres hablar de esto, pero entiende que no puedo quedarme con la duda- comenzó a decir. Dante ni siquiera lo miraba. –Ese maldito…¿te hizo daño? Hablo que si…¿él te tocó?

Primero hubo un silencio largo. La mano de Dante parecía querer escapar de su agarre. Iba a soltarla, cuando escuchó como su ángel rompía en llanto.

Su sangre se heló. No quería escuchar aquello pero parecía cierto.

-¿Lo hizo! ¡Ese infeliz!- el rubio comenzaba a alterarse.

-Lo intentó…-dijo Dante intentando dejar de llorar. –Quiso…pero logré escapar. Pero…aun así.

Vincent se sintió un poco aliviado. Pero no bastaba. Ahora su sangre hervía. Por poco Damián lastimaba a su ángel. No le perdonaría lo que hizo.

-Él te cortó el cabello, ¿verdad?- se atrevió a preguntar por fin.

Dante solo asintió.

Era el colmo. Damián había hecho demasiado en el pasado, pero esto era el límite. Se había metido con lo único que amaba.

Trató de calmarse. Miró a Dante, su ángel que antes nunca había llorado ahora era un mar de lágrimas. Se acercó a él, con cuidado, y lo tomó en brazos.

-Ya pasó todo. No permitiré que vuelva a hacerte daño- los ojos de Vincent se humedecieron. –Te lo prometo- juró mirando con furia a la nada.

Notas finales:

Muchas gracias por seguir leyendo. 

 


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